El modismo argentino por
MARCELO ANTONIO ANGRIMAN.
La FIFA ha decidido levantar la sanción de tres partidos pendientes a Lionel Messi con un lacónico comunicado que dice: “La Comisión de Apelación de la FIFA ha aceptado el recurso interpuesto por la Asociación del Fútbol Argentino en nombre del jugador Lionel Messi para apelar la decisión adoptada por la Comisión Disciplinaria de la FIFA; en consecuencia, se han levantado las sanciones que se le habían impuesto”,
El mencionado organismo argumentó que “las pruebas disponibles no eran suficientes” para que la Comisión Disciplinaria sancionara al jugador por un hecho no advertido por el árbitro.
La resolución proveniente de Zurich, no deja de sorprender por su celeridad y argumento, cuando hasta hace pocos días atrás se preveía una quita menor si Messi no comparecía personalmente al banquillo a pedir perdón.
Desde la justicia deportiva el fundamento resulta razonable, ya que es atacable desde lo procedimental, que un tribunal de disciplina invada de oficio aquello que no ha sido sancionado, ni informado por el árbitro del partido.
Mas tal circunstancia, no impide ver los gestos inapropiados que el capitán argentino tuvo para con el juez de línea, cuestión que para el abogado español Juan de Dios Crespo, no fue más que “un modismo argentino”.
Así la expresión “la concha de tu madre lanzada al aire” (sic) no sería más que un inocente exabrupto, propio de los bien nacidos por estas tierras.
Lejos de ser una frase ofensiva, según el criterio defensista, debe ser asumida como una reacción catártica del hombre criollo, que cualquier mortal debe comprender y tolerar. No vaya a ser cosa de traicionar la cultura de quien la profiere.
Seguramente turcos, chinos, finlandeses, egipcios, sudafricanos, estarán buscando denodadamente dichos ancestrales a los que recurrir, cuando las circunstancias así lo exijan. El insulto en arameo, deberá ser aceptado como una muestra de apertura mental propia de estos tiempos. Un gesto de rebeldía de la amenazada globalización.
La medida más allá de la propia conveniencia, aparece demagógica y oportunista. Una vez más la política hace de las suyas, en momentos en que la Selección Argentina está urgida de contar con su máxima figura y la FIFA de sumar a una de las principales atracciones para el Mundial de Rusia.
La nueva conducción de la AFA, de lamentable actuación ante el despido de Bauza, no ha escatimado esfuerzos a la hora de volver a contar con los servicios de la pulga. Desde la visita de Claudio Tapia a Barcelona, hasta la contratación de abogados extranjeros.
Luego tampoco se ha sonrojado al mentir descaradamente ante los obvios contactos habidos con Jorge Sampaoli, a quien se espera como la solución mágica de tantos desaguisados.
Messi y Sampaoli, son dos metáforas de la búsqueda del salvador eterno. Aquel que nos hará cruzar el desierto y al mismo tiempo evitará que reflexionemos sobre todo aquello que se hizo mal en el fútbol argentino durante décadas.
En ello nada ha cambiado de la conducción anterior a esta. La búsqueda de subterfugios pueriles frente a la incoherencia, es una moneda repetida en la dirigencia del principal deporte de nuestro país.
Y eso, mal que nos pese, sí es un modismo argentino.
Publicado en Diario "Río Negro", 09/05/2017.
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