Por ROBERTO L. ELISSALDE.
El 252º aniversario del nacimiento del general Manuel Belgrano, nos remite a sus antepasados italianos, su padre don Domingo Belgrano Peri era natural de Oneglia, adonde se remontaban varias generaciones según el valioso estudio que hiciera el doctor Guillermo M. Pesaresi en la reciente biografía que dedicó al fundador de la familia en nuestro país narrando sus aventuras y desventuras. Efectivamente el más remoto antecedente de los Belgrano es del año 1580, casi tres siglos antes de la llegada a estas tierras del fundador del linaje, algunos de cuyos hijos además de Manuel habrían de ser referentes en la nueva patria.
En ocasión de dejar Angel Gallardo su cargo de ministro argentino en Italia para asumir la cartera de Relaciones Exteriores, en el banquete de despedida el 7 de diciembre de 1922 hace casi un siglo deslizó la idea de erigir un monumento al general Belgrano "como símbolo concreto de la consanguinidad y fraternidad italo-argentina". Recordó para mayor abundamiento el caso del erigido a San Martín en Boulogne Sur Mer. La idea fue aceptada con todo entusiasmo y allí mismo se hizo una suscripción que resultó más de 55.000 liras, y el señor Santiago Pinasco y el ingeniero Luis Luiggi fueron nombrados presidentes de las comisiones que para llevar adelante el proyecto iban a funcionar en Argentina y en Italia.
El comité italiano solicitó a la comuna de Génova un terreno en la calle Corsica para erigir el monumento, pero la municipalidad se excusó y ofreció la plaza Tommaseo, a la que desembocaban las avenidas Buenos Aires, Valparaíso, Montevideo y Río de Janeiro. Trabajaron intensamente y se eligió al renombrado escultor florentino Armando Zocchi para llevar adelante la obra. Nadie como él, hijo y nieto de artistas, con numerosos monumentos y estatuas en su patria y en Buenos Aires del emblemático monumento a Cristóbal Colón infelizmente trasladado de su emplazamiento original detrás de la Casa de Gobierno y de un busto de don Antonio Devoto.
LOS BOCETOS.
En enero de 1925 Zocchi recibió un periodista argentino en su residencia de la Villa degli Alori, en Roma donde a pesar de lo afectado que se encontraba por la reciente muerte de su esposa, mostró los tres bocetos que había preparado. En todos, el prócer se encontraba a caballo, pero fue elegido el que estaba el animal parado sobre sus patas traseras y lleva en su mano derecha un asta con la bandera. Zocchi continuó informando que la estatua habría de emplazarse sobre una base de cuatro caras, en la del frente iría una leyenda alusiva y en la posterior, dos figuras que simbolizaban a Italia y la Argentina dándose la mano. En las laterales dos bajorrelieves, uno con una figura femenina rodeada de libros, como reconocimiento a la instrucción pública, una de las grandes preocupaciones del prócer y en el otro una escena épica, representando la batalla de Salta. Prosiguió precisando el artista que la estatua tendría unos 4,50 metros de alto y el monumento cerca de 10 metros en total, para lo que había que cavar siete metros bajo el nivel de la calle.
El 24 de enero de 1925 se reunió el comité que aprobó el contrato con el escultor Zocchi y decidió fijar la fecha de colocación de la piedra fundamental, "esta consistía en un gran bloque de mármol, con una cavidad en el centro, en la que será colocado un estuche de plomo que contendrá un pergamino, varias monedas de plata y níquel". El historiador profesor Pescio fue encargado de la redacción del texto del pergamino.
Después de organizar la ceremonia con la gente de protocolo de la Corte, el lunes 27 de abril se fijó la fecha para la colocación de la piedra basal, con la asistencia del Rey, el príncipe heredero y los ministros. Víctor Manuel III aprovecharía el viaje para inaugurar los diques secos construidos por el ingeniero Luiggi, que había realizado los mismos trabajos en Nápoles, Venecia, Palermo y Tarento, y artífice en nuestro país del puerto militar de Bahía Blanca.
Luiggi que presidía el comité envió este mensaje: "En nombre de los italianos de la Argentina que con incansable y honesta labor mantienen muy alto el nombre de Italia y en el de mis coterráneos de la Liguria, de la que desciende la noble figura de Belgrano, héroe legendario de la independencia argentina, estadista que fue el primero en fundar escuelas para el pueblo y nuevo Cincinato que con el ejemplo dio impulso a la agricultura, echando las bases de la prosperidad argentina, que se refleja en el bienestar de los ciudadanos allí residentes, me considero feliz de haber cooperado, junto con otros italianos y argentinos, para la erección del monumento, que fundido en bronce por un genial artista italiano y descansando sobre un basamento granítico que han trabajado también artistas argentinos, simbolizará en los siglos las bases graníticas sobre las cuáles reposa la amistad ítalo-argentina".
La víspera de la ceremonia, fue confirmada la presencia de los diputados argentinos Francisco Uriburu y Joaquín Lagos; Casertano, por la cámara de Comercio Italiana; Santiago Pinasco por la Federación de Sociedades Italianas y el Hospital Italiano de Buenos Aires; todo el personal del Consulado, los cónsules en Milán y Francfort, Carlos Etchepareborda y Luis de Alvear respectivamente; los presidentes del Nuevo Banco Italiano y del Banco de Italia y Río de la Plata; y Julieta Lavarello en representación de la Asociación de Mujeres Italianas de Buenos Aires, entre otras personalidades. El dirigible "Esperia" viajó especialmente desde Roma a Génova, piloteado por los oficiales argentinos que estudiaban en Italia: comandante: capitán de fragata Patalano; segundo comandante: Vessell Hauman y ayudante: ingeniero Paggiani. Considerando el viaje de ida, el sobrevuelo durante la ceremonia y el regreso se calculaba emplearían catorce horas.
El lunes 27 se realizó la ceremonia fundacional con la asistencia del Rey, después de entonarse los himnos nacionales, el ingeniero Luiggi leyó un telegrama del promotor de la iniciativa, el ministro de Relaciones Exteriores doctor Angel gallardo. Pronunciaron discursos el ministro de Comunicaciones de Italia, señor Ciano y el representante argentino ministro Fernando Pérez. Luego de colocarse la piedra, el Rey echó mezcla en una cuchara de plata, e invitó seguidamente al señor Pinasco a hacer lo mismo. La ceremonia contó con gran adhesión popular y la joven Julieta Lavarello ofreció al rey un ramo de flores con un lazo en que se encontraban aunados los colores nacionales de ambos países. La República Oriental del Uruguay envió al diputado Vicente Costa en su representación, quien arribó en la víspera acompañado por su esposa.
Al recordar los inicios del monumento a Belgrano, no podemos olvidar el reconocimiento que además de esta obra, ambos países le deben a Angel Gallardo, no sólo por este monumento, sino también por el centenario de la visita a Roma del presidente electo Alvear en junio de 2022; a su iniciativa por elevar al rango de embajadas las respectivas representaciones diplomáticas.
Roberto L. Elissalde Historiador. Vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación.
PUBLICADO EN DIARIO LA PRENSA.
https://www.laprensa.com.ar/516493-Belgrano-en-Genova.note.aspx
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