Se cumplen hoy 36 años del
fallecimiento de Alfredo Zitarrosa.
Nacido el 10 de marzo de 1936 en Montevideo, y fallecido el 17 de enero de 1989 en esa ciudad uruguaya, Alfredo Zitarrosa vivió muchos años exiliado en México, donde cumplió muy exitosas presentaciones en el Auditorio Nacional y el Teatro de la Ciudad, y cultivó múltiples amistades; al caer la dictadura militar retornó a su país, siendo muy aclamado sobre todo por los jóvenes. Cuando llegó a la redacción del viejo Excélsior -donde tantas veces lo entrevistamos- la noticia de su muerte, así fue la reacción:
Doña Soledad, Stéfanie y María serena mía, están llorando.
También Manolo y el loco Antonio derraman lágrimas.
El nene patudo, la niña huichola y el niño Christian, no tienen más quien los arrulle.
Gime mi tierra en invierno.
La melodía larga, melancólica, duele.
La guitarra negra llevará por siempre el crespón de luto, y la mariposa negra tampoco cambiará de color.
¡Cómo pudo diluirse tanta vida en cuatro versos!
Hoy, la milonga de ojos dorados, la de pelo largo y para una niña, arrancan la añoranza más que otras veces, y el candombe del olvido sólo acrecienta el recuerdo, y no desaparece ni con una gota de licor.
Qué pena, la aflicción crece desde el pie.
El violín de Becho, más nostálgico que nunca, desgarra con sus notas, como puñales de la vidalita, como las cuchillas del gato.
La canción quiere ser p’al que se va, del que se ausenta.
Son coplas por cifra y milonga que canta el camba y toca el guitarrero, y que nacen del corazón de mi pueblo.
Es un canto de nadie, con los textos más tristes del diccionario.
Y mire amigo: ya es bastante, porque la milonga en do –por naturaleza- provoca llanto.
Hoy Alfredo, la zamba es por vos.
Si te vas, será sólo una vez, pero para nosotros jamás habrás muerto. Queremos creer que siempre vas a volver.
Y ojalá perdure el adagio en tu país, aquel amanecer que tanto deseaste, iluminado por el sol del pueblo.
Enlace de interés:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.