Hoy cumpliría 110 años don Jaime Francisco De Nevares. Lo voy a recordar con datos de su biografía escrito por su secretario y amigo el Padre San Sebastian.
Bienvenida a Don Jaime. Foto: familia Domínguez.
Primer Obispo de la Diócesis neuquina, llegó a la ciudad en una caravana de autos. Lo recordamos con emoción en un nuevo aniversario de su partida.
Por Lic. Vicky Chávez.
Hace veintinueve años, el 19 de mayo de 1995, fallecía el primer obispo de la diócesis neuquina. Siempre que revivo y vuelvo a homenajear a don Jaime de Nevares recurro al escrito de su secretario y amigo, padre San Sebastián, con el que tuve oportunidad de hablar, hace más de una década, y que nos dejó escritas sus vivencias en el libro Del barrio norte a la Patagonia.
Recordemos que don Jaime provenía de una familia aristocrática del Buenos Aires de principios del siglo XX. Había realizado sus estudios en el colegio del Champagnat, el primer colegio que tuvieron en Buenos Aires los Hermanos Maristas, ubicado en pleno Barrio Norte. A él acudían los hijos de la sociedad porteña ligada a la cultura francesa. Allí fue Jaime desde cuarto grado hasta quinto año del secundario.
En el relato encontramos el momento en que le comunican a Jaime su nombramiento como obispo: “Estaba en Viedma jugando al fútbol con los clérigos cuando me llegó un telegrama del padre Minervini, inspector Salesiano de Buenos Aires, que decía que debía presentarme urgentemente en Buenos Aires. Allí me dijeron que el Papa Juan XXIII me había elegido como obispo de la nueva diócesis de Neuquén”.
Don Jaime siempre había manifestado su predilección por la Patagonia al punto de desempeñarse en distintos lugares de la región, hasta que en 1961 fue designado obispo, el primero de nuestra diócesis neuquina. Su figura está estrechamente vinculada con la historia de la ciudad y la provincia, en esos tiempos en los que había muchas cosas por hacer y en los que De Nevares tomó parte activa, consciente de que sin entregarse totalmente con convicción y espíritu nada hubiera sido posible. Su labor significó una apertura sin precedentes de la iglesia a toda la comunidad, ocupándose de sus problemas y sus soluciones: mantuvo, pese a todo, su entereza moral y sus convicciones políticas, cuestiones que lo alejaron, por ejemplo, de las simpatías de los gobiernos militares, y a su vez lo hicieron próximo a aquéllos que se hallaban en situaciones sociales conflictivas (como los mapuches o los obreros de la represa del Chocón en 1969). Fue ejemplo de entereza y austeridad, así como también de trabajo y honestidad, y porque siempre se mantuvo fiel a sus ideales.
Desplegó siempre una imagen de austeridad frente a la adversidad. Por no ceder ni un palmo de su venturoso camino ni detenerse, aunque sea un instante, a descansar sus doloridos pies dentro de sus viejos y gastados zapatos, don Jaime Francisco De Nevares es una figura paradigmática de la iglesia neuquina y del país.
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Bendición de la primera escuela provincial, la N° 201, junto al gobernador Alfredo Asmar, Padre Gregui, y autoridades de la provincia. Libro Histórico escuela 201. |
El obispo cruzó el puente de pie arriba de un auto abierto. Allí estaba todo el pueblo neuquino. Se bajó del auto y besó la tierra. Luego en caravana siguieron hasta el centro de la ciudad. De allí se trasladaron a la Catedral, donde el gobernador Asmar pronunció su discurso de bienvenida. Sus manos de pastor estarían treinta y cuatro años bendiciendo a sus ovejas neuquinas y a “muchas otras ovejas que no eran de este corral”.
En sus grandes recorridas por el interior de la provincia neuquina tomaba contacto con sus habitantes, visitaba las escuelas y participaba de su vida cotidiana: lo vemos siempre bendiciendo sus instalaciones, inaugurando obras, preocupándose por el bienestar de los alumnos y maestros. Estas fotos dan cuenta de ello.
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Don Jaime con recordadas maestras, entre ellas María Pomina Suárez de Caso, Sra. de De Martín. Nélida Álvarez de Del Pin. Sra. de Focaccia, Sra. de Argés, entre otros. Foto: familia Caso. |
A don Jaime le otorgaron numerosos premios como el Pehuén de Plata, el galardón de Vecino Ilustre de la ciudad de Neuquén y varios doctorados Honoris Causa. El gobierno de Chile lo condecoró con la Orden Bernardo O’Higgins en el grado de Gran Oficial. Numerosos homenajes recibió en vida y post mortem.
Llega un nuevo aniversario de su fallecimiento y nace un nuevo homenaje a un obispo que supo realizar una obra de características típicamente cristianas, con una actuación encomiable, en consonancia con lo que predicaba.
En sus últimos momentos, siempre según su biógrafo, “Los sacerdotes y amigos fueron a visitarlo, estuvo lúcido hasta último momento”. ¿Qué mejor manera de ascender a los cielos que rodeado del afecto recibido por toda la gente que lo supo querer y apreciar su infinita obra?
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En esta foto vemos a don Jaime junto con una recordada maestra, Pety González de Bello, en Cuyín Manzano. Foto: familia Bello. |
Padre Juan.
Porteño de pura cepa
abogado de Buenos Aires
pintón, de sonrisa fresca,
lo llamaban “Negro” Jaime.
Todo un futuro brillante
se abría en el horizonte
del joven aristocrático
nacido en el Barrio Norte.
Descendiente de patricios,
cepa hispana y sangre criolla,
de nevares y Casares
lleva el sello de la historia.
Un día mientras jugaba
al fútbol con los muchachos,
llegó a Viedma un telegrama
que lo dejó casi helado.
Juan XXIII, Juan el bueno,
lo elegía desde Roma
para Obispo de Neuquén,
provincia de Patagonia.
Mil nueve sesenta y uno
obispo en tecnicolor;
Neuquén se puso de fiesta;
don Jaime el puente cruzó.
En el Chocón, los obreros
te vieron junto a su lado
jugándote frente a todos.
fuiste enérgico abogado.
Esto no es un homenaje,
es un compromiso en serio
de seguir por el camino
que este porteño sureño
nos marcó: el del Evangelio.
Neuquén, 20 de agosto de 1986.
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Don Jaime con docentes neuquinas: observamos a Rosita García, Negrita Valls, entre otras. Foto: familia Valls. |
Publicado en La Mañana del Neuquén.
https://www.lmneuquen.com/neuquen/29-anos-del-fallecimiento-don-jaime-nevares-n1114464
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Don Jaime De Nevares y Don Felipe Sapag. Foto proporcionada por David Lugones testigo de los hechos. |
Este levantamiento mantuvo al país en vilo durante cuatro días y cuando finalizó sobrevolaba la sospecha acerca de la negociación llevada a cabo entre el presidente Alfonsín y los amotinados en Campo de Mayo.
En Neuquén Capital estos hechos produjeron un intenso fervor popular que se aglutinó en la casa de Gobierno y en la emisora LU5; se hizo público un documento avalado por distintas fracciones de la sociedad, organizaciones, partidos políticos, el obispado, entre otros, en el que se apoyaba incondicionalmente al sistema democrático de gobierno.
La Semana Santa.
El Generalato.
El primer día de la Semana Santa, el jueves 16 de abril, al anochecer, el teniente coronel Aldo Rico, acompañado por un grupo de comandos de distintas unidades militares, ocupó por la fuerza y se acuarteló en la escuela de Infantería de Campo de Mayo. Este levantamiento parecía tener como objetivo central la defensa de los militares citados y poner fin a los juicios iniciados por la justicia civil, posteriores a la promulgación de la Ley de Punto Final.
Ante los hechos descriptos con anterioridad, la respuesta fue una movilización popular espontánea y fomentada por organizaciones que las guiaban hacia la plaza mayor, tanto en la Capital Federal como en las provincias.
La compleja y variada multitud popular que estaba en las calles estaba convencida de que debían impedir por todos los medios la restauración del autoritarismo militar.
En la Plaza de Mayo y en la mayoría de las plazas públicas de todo el país se congregaron cientos de miles de ciudadanos movidos por la valentía, el compromiso, de los ciudadanos con la defensa de la democracia.
Discurso de Raúl Alfonsín ante una multitud reunida frente a la Casa de Gobierno al anunciar el cese de rebelión militar en Semana Santa:
“Compatriotas, ¡Felices Pascuas!
Los hombres amotinados han depuesto su actitud. Como corresponde serán detenidos y sometidos a la Justicia. Se trata de un conjunto de hombres, algunos de ellos héroes de la guerra de Malvinas, que tomaron esta posición equivocada y que reiteraron que su intención no era 'provocar un golpe de Estado'. Pero de todas maneras han llevado al país a esta tensión, a esta conmoción que todos hemos vivido, de la que ha sido protagonista fundamental el pueblo argentino en su conjunto ¨[..].
Los hechos en la región: Neuquén.
Los diarios regionales no sólo relataron los sucesos a nivel nacional, sino que detallaron lo acaecido en la región. Más de 250.000 personas marcharon en apoyo a la democracia, se produjo un masivo respaldo al sistema democrático, ante la crisis. Los gobernadores reafirmaron la vigencia del orden institucional.
En todas las ciudades y pueblos argentinos hubo movilizaciones similares. Todas con la misma finalidad, expresar respeto a las instituciones y la decisión de sostenerlas con toda la fuerza.
En el inicio de la movilización popular y mientras los dirigentes de las organizaciones políticas y gremiales se concentraban en la casa de gobierno como respuesta a la convocatoria del Poder Ejecutivo -representado por el vice gobernador Horacio Forni- se formaba una masa de gente en la calle que ocupó toda la cuadra de la calle Rioja y rodeaba las esquinas de Roca y Belgrano. Luego de la concentración se inició el debate y se elaboró un documento que establecía lo siguiente:
“Debemos comprender los argentinos que no está en juego en esta difícil circunstancia el triunfo o el éxito de alguna parcialidad política, o de algún sector social, sino la Argentina solidaria, participativa, democrática, justa y libre que tanto buscamos y anhelamos.
La opción es seguramente la vida en democracia o la muerte en el autoritarismo”.
Así indicaba el documento multisectorial leído ante los participantes de la movilización en la capital del Neuquén. El texto llevaba las firmas de diversos políticos de todas las fuerzas políticas en la coyuntura.
“Pretenden usar la cruz como espada”. El obispo de Neuquén, Jaime de Nevares, sostuvo en esa oportunidad que “algunos militares manejan una religiosidad puramente castrense y pretenden utilizar la cruz como espada”.
En el segundo día de los acontecimientos, en la provincia y especialmente en la capital se caracterizó por un estado de movilización de las organizaciones políticas, gremiales, estudiantiles y sociales para sostener la democracia ante la rebelión de un grupo militar. Durante la mañana se concentró la población en la Gobernación, acompañados de dirigentes y militantes políticos, respondiendo al llamado llevado a cabo a través de la emisora local LU5 donde se invitaba a la casa de Gobierno para una asamblea pública. Una vez allí los representantes de todos los sectores que firmaron el documento el jueves se constituyeron en asamblea permanente. Se decidió que los partidos políticos abrieran sus locales y convoquen a sus militantes. Más adelante, se formaron columnas que confluyeron a la Legislatura debido a que la Cámara resolvió autoconvocarse en asamblea legislativa para las 8 de la noche de ayer.
Desde la Gobernación partió hacia el obispado una delegación. El grupo se entrevistó con Monseñor Jaime de Nevares, que comprometió su asistencia a la asamblea legislativa. En ésta se redactó un documento repudiando el accionar de los efectivos militares sublevados y respaldando el orden constitucional.
“Vía Crucis y Asamblea Legislativa” en la noche del viernes se realizó el Vía Crucis a la barda neuquina, a la gran cruz, tradicional por la Semana Santa. Por esta razón la multitud que se había concentrado desde las 20 en torno de la Legislatura Provincial se comenzó a encolumnar en la Avenida Argentina, cerca del obispado, para partir hacia la gran cruz emplazada en la barda que domina la ciudad. El obispo Jaime invitó al pueblo a participar para recordar “el camino de dolor” de Jesús y a la vez demostrar su vocación por la democracia.
“Neuquén estuvo en constante movilización”. Una multitud jamás vista en la historia de la provincia se movilizó en la mañana de ayer en esta capital, dispuesta a ratificar su compromiso con los valores de la democracia. Cuando se dio a conocer el mensaje presidencial, la dirigencia política se abrazó y marcharon en una caravana encabezada por el gobernador Felipe Sapag y el obispo Jaime de Nevares.
En vísperas de este acuerdo, es de destacar el papel de la juventud en los salones de gobierno y en las calles. Recorrieron los barrios para alentar a los vecinos a la movilización y la vigilia. Estos jóvenes también animaron una fría, larga noche sabatina con fogones, cantando, tomando mate en inmediaciones del edificio gubernamental. De la misma manera, el servicio informativo de la radio local estuvo al servicio de estas movilizaciones.
En la mañana del domingo comenzaban a llegar las manifestaciones barriales en torno al Monumento a San Martín; los contingentes fueron colmando las calles capitalinas, portando banderas, pancartas con leyendas alusivas a la convocatoria, la llegada de cada delegación era recibida por aplausos y un incesante batir de bombos y redoblantes.
Luego la columna avanzó por el perímetro céntrico entre la Avenida Argentina y las calles San Martín y Rioja, desde la municipalidad hasta la casa de Gobierno.
Seguidamente sucedió una aparente calma. Gran cantidad de personas desistió de almorzar para montar guardia en la casa de gobierno esperando el discurso presidencial. Cuando se conoció la intención de que el presidente se trasladaría a Campo de Mayo, el gobernador y el obispo salieron a la vereda del edificio gubernamental, donde estuvieron por una hora, dialogando con el pueblo. A través de los altoparlantes se difundía permanentemente la información de la emisora local.
Cuando se conoció que el Presidente había regresado a la Casa Rosada, los funcionarios siguieron paso a paso su alocución.
Terminada la lectura, la concurrencia vivó una vez más al país, a la democracia y a sus autoridades para luego seguir festejando por las calles de la ciudad, en una celebración que se prolongó hasta altas horas de la noche, vencida la angustia gracias a una “ardiente paciencia”, como bien se dijo por ahí.
“Neuquén fue una fiesta”; con la desconcentración llegó la distensión, el alivio. Pero no todos se fueron a su casa. Sapag y su esposa regresaron a la casa de gobierno entre vivas, aplausos y apretones de manos, por la calle Roca. De Nevares caminó entre efusividades y gestos de simpatía por la avenida, hacia la catedral. Y muchos se largaron a caminar por el centro.
Ya entrada la noche, se oían todavía bombos y tambores, y se veían banderas que ondeaban bajo la luz de alguna esquina.”
Un testigo clave de los hechos pascuales de 1987 fue David Lugones.
El primer día de los hechos relatados, a la mañana, LU5 le hizo un reportaje a Felipe Sapag y él por la radio dio la orden al gobernador a cargo, que era el vicepresidente primero de la Legislatura porque Horacio Forni no estaba, de que “abra las puertas de la casa de gobierno al pueblo para defender la democracia. Espectacular… por radio dio la orden”, recordaba David.
El gobernador a cargo hizo lo que ordenó Felipe. Se abrieron las puertas que dan a la calle Rioja y la ventana del despacho del gobernador y empezaron a llegar dirigentes políticos, vecinales. Gobernaba el pueblo en defensa de la democracia.
Don Felipe les ordenó: Vamos a resistir en la casa de gobierno hasta las últimas consecuencias y a partir de este momento vamos a preparar la resistencia.
Después de años de distanciamiento, Don Jaime concurrió a la Casa de Gobierno para una reunión en defensa de la democracia y se reencontró con Don Felipe.
En la ciudad de Neuquén los hechos demostraron: por un lado, que la crisis militar latente en el centro del ejército produjo los hechos estudiados y, por otro, que la movilización popular sin precedentes en la historia local, provocó y puso de relevancia, la característica neuquina de ser foco de atracción de conflictos sociales.
Hacia el final de la gesta civil neuquina, De Nevares pronunciaría otra frase que funciona de corolario para el presente trabajo: “La magnificencia de la gesta popular”. En efecto, las opiniones del obispo nos llevaron a considerar que la reacción del pueblo ante la rebelión del ejército, impidiendo que el levantamiento pasara a mayores, es el hecho que posiciona a Neuquén con una cierta singularidad frente a estos sucesos en el contexto nacional, reconocimiento que el mencionado obispo contribuyera a conseguir.
Hechos históricos, relatos, acontecimientos de la historia regional que debemos tener siempre presente para la defensa de la democracia argentina.
PUBLICADO EN DIARIO "LA MAÑANA DEL NEUQUÉN".
Domingo 9 de abril del 2023.
Hamlet Lima Quintana nació en Morón, provincia de Buenos Aires, en 1923: parece que él se confundía y le decía Saladillo (localidad bonaerense situada a doscientos kilómetros de la ciudad de Buenos Aires) porque pasaba cinco meses por año allí durante su infancia.
Heredó de sus padres el amor por la música y las letras: ambos escribían y tocaban el piano y la guitarra. Perteneció a la compañía de Ariel Ramírez en las décadas de 1940 y 1960: además cantó con Los Musiqueros y Los Mandingas.
En 1962 se unió al movimiento artístico y cultural Nuevo cancionero: compuso canciones que artistas como Horacio Guarany y Mercedes Sosa interpretaron.
Trabajó en las redacciones de la agencia de noticias United Press y de la sección Política del diario Clarín. Se desempeñó como cobrador, vendedor de la editorial Sudamericana y empleado del Instituto nacional de Cinematografía.
Grabó discos con el recitado de sus poemas, entre los que recordamos Juanito Laguna remonta un barrilete y la Pampa Verde.
Publicaciones.
Publicó numerosos libros, como en 1954 Mundo en el rostro, en 1961 El Octavo Pájaro, en 1964 La Isla, La armonía de los cuerpos, Edad del asombro, Los juegos, Cuentos para no morir, Sinfonía de la llanura, entre otros. En 2003 salió Los ángeles de la tierra, que fue una edición póstuma.
Premios en su carrera.
Primer premio de poesía de la Municipalidad de Morón, 1961 Faja de honor de la SADE, 1985 Premio Konex, Diploma al mérito como Autor de Folklore. En 1995 Gran premio SADAIC en categoría folklore.
En el 2000, Distinción en reconocimiento a su trayectoria SADAIC. 2001 Plaqueta homenaje del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos.
La cantata para don Jaime.
Fue una obra cultural que ocupó varias manifestaciones artísticas en donde se reunieron a muchos artistas.
Realizada en homenaje y memoria de don Jaime de Nevares: Hamlet Lima Quintana en letra, y Naldo Labrín en música. En esa oportunidad hubo varios artistas y cantantes, entre ellos Muñeco Ordóñez, -su yerno- quien además nos deleitaba con su voz desde LU5 Radio Neuquén.
Hoy lo volvemos a homenajear porque su inconfundible voz y su escritura son sinónimo de buena música, de grandes melodías e inolvidables momentos.
Poema de Hamlet Lima Quintana y dibujo de Jairo.
Hace unos años, en la entrevista con Ana Lima, pudimos observar en la pared un cuadro con un poema de Hamlet, y un retrato “hecho por Jairo”.
Gente.
Hay gente que con solo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales;
que, con solo sonreír entre los ojos,
nos invita a viajar por otros mundos
y permite florecer todas las magias.
Hay gente que, con solo dar la mano,
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca las guirnaldas;
que con solo empuñar una guitarra
te regala una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que, con solo abrir la boca,
llega hasta los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas.
Y se queda después como si nada.
Y uno se va de novio con la vida,
desterrando una muerte solitaria,
pues sabe que, a la vuelta de la esquina,
hay gente que es así, tan necesaria.
Hamlet Lima Quintana.
Plaza Próspero Molina, donde se lleva a cabo el festival Cosquín.
Próspero Molina fue un empresario argentino, organizador de la ciudad de Cosquín. Su nombre es reconocido ya que la Plaza Nacional del Folklore, donde se lleva a cabo el Festival, tiene su nombre.
Molina nació en Piedra Blanca, Catamarca, en 1827. Fue hijo de Victoriano Molina y Santos Rizo Patrón, que era hermana del Obispo Buenaventura Rizo Patrón, fundador del Monasterio Franciscano de Salta.
Su niñez la pasó en Catamarca para luego trasladarse a la provincia de Córdoba donde vivió hasta su muerte. Se casó con Rosa Vázquez, con la que tuvo nueve hijos. En1860 se trasladó a San Roque, donde trabajó como capataz en la estancia de los Fragueiro, lugares testigos de grandes hechos y batallas históricas.
Tiempo más tarde se trasladó a Cosquín donde, en 1871, su firma aparece en la lista del primer Censo Cívico de la ciudad, que era por entonces apenas un caserío. Unos años más tarde formó parte de la solicitud para fundar la villa que sería Cosquín. En 1877 donó su casa grande para crear la Junta Sindical de la que fue nombrado vicepresidente y luego presidente.
A partir del mismo año de 1881 recibió aportes del gobierno para levantar el templo que se inauguró en 1884, sitio en el que tuvo mucho que ver, desde la compra del terreno, hasta su terminación. Falleció en la ciudad que ayudó a organizar en 1889. Sus restos fueron llevados, años más tarde, al panteón de los Franciscanos de Córdoba.A cien años del nacimiento de Hamlet Lima Quintana lo agasajamos una vez más recordando a la plaza Próspero Molina, que lo homenajeó en su siglo de vida.
PUBLICADO EN DIARIO LA MAÑANA DEL NEUQUÉN.
https://www.lmneuquen.com/un-siglo-del-prestigioso-poeta-don-hamlet-lima-quintana-n989040