GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

viernes, octubre 17, 2025

Desconfianza en las nuevas tecnologías. Humor.

 


LA FRASE DEL DÍA: CIPRIANO REYES.

 


DIARIO LA PRENSA. Periodismo a los 156 años en la nuestra ARGENTINA.


Periodismo a los 156 años.

La Prensa cumple el sábado 156 años. La sola enunciación del hecho debería causar admiración y respeto, creemos. Como el peñasco que sobrevive a mil tempestades, aquí seguimos. Perseverancia y resiliencia. Con la rigurosidad profesional de siempre; en la defensa de las ideas que inspiraban a José Clemente Paz. La antorcha de la libertad la empuña ahora Don Florencio Aldrey.

En esta edición aniversario, ofrecemos a nuestros fieles lectores -sin ellos no estaríamos aquí- material noble de lectura sobre un eje temático: De la rotativa a la Inteligencia Artificial. Reflexionamos, pues, sobre las oportunidades, los desafíos y los peligros que se ciernen en torno al prodigio tecnológico que está transformando al mundo.

¿Puede el periodismo sobrevivir a la inteligencia artificial (IA)?, es la pregunta que subyace en algunos de los textos y que, en rigor, muchos de los que estamos en la faena de la comunicación social nos planteamos un día si y otro también.

Desde un punto meramente economicista, la respuesta dependerá de si el periodismo logra adaptar sus modelos de negocio a la era de la IA. Para garantizar una oportunidad de éxito, señalan los expertos, se necesita de manera más inmediata que los dirigentes políticos hagan cumplir los derechos de propiedad intelectual. A los colosos de la IA y a los de las redes sociales y las búsquedas, que a menudo son los mismos.

Desde una visión más amplia -más filosófica, incluso- el secreto de la pervivencia del periodismo tal como lo conocemos (como de muchas otras profesiones esenciales) pasará por la habilidad de cada empresa (y de cada trabajador también) de mantener y desarrollar el toque humano.

La IA no puede sentarse a conversar con los hacedores de política, de riqueza, de cultura y de arte. Tampoco puede reunirse con los padres de las víctimas de la inseguridad o con el campeón de cualquier disciplina. Mucho menos, cultivar la confianza de un denunciante. Interpretar desde una perspectiva le está vedado a las máquinas.

El toque humano implica ofrecer contenidos periodísticos de alta calidad. Ese es gran desafío para el siglo XXI, usando las maravillosas herramientas que la revolución tecnológica nos ofrece, como la IA justamente. En este punto, al menos, el lúcido Marshall McLuhan no tenía razón: el medio no es el mensaje.

Obviamente, necesitamos que del otro lado siga habiendo una masa crítica de lectores (creemos profundamente en la trascendencia del acto de leer) que sigan demandando apego a la verdad, profundidad de la mirada, responsabilidad cívica. Ya existe en el planeta un escenario donde el periodismo independiente y honesto es censurado, es decir, no existen mediaciones entre el poder político y una ciudadanía que se refugia en los pasatiempos banales que encuentran en las redes sociales. Son los países bajo la férula de una dictadura.

En eso estamos. Un periodismo humano, demasiado humano, para un público exigente. En la era de las alucinaciones, las grietas, la corrosión de la lengua a causa de la enormidad de las mentiras políticas, las noticias falsas, los chabots, seguirá habiendo un espacio en la República para el periodismo tradicional. Le suplicamos al lector creyente que nos permita darle, por un momento, un sentido mundano al mandato presente en el Evangelio de Juan 8,32: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.

Publicado en LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Periodismo-a-los-156-anos-565234.note.aspx

¿Qué informó La Prensa en su primera edición?

Por Pablo Otero.

Comenzaba la semana, era un lunes 18 de octubre de 1869. El país era gobernado, desde hacía un año, por el presidente Domingo Faustino Sarmiento. Ese día salió a la calle el primer número del diario La Prensa, gracias a la incentiva de un jóven de 27 años, José Clemente Paz.

Comenzó a editarse en la Imprenta Buenos Aires de la calle Moreno 73, entre Bolívar y Perú, propiedad del poeta y amigo de Paz, Estanislao del Campo.

La maquina que se utilizó fue una Presse Universelle, una imprenta rotativa diseñada por el inventor francés Hippolyte Marinoni (1823-1904). Su característica principal era la capacidad de usar rodillos para imprimir de forma continua sobre papel, en lugar de hojas individuales, lo que aumentaba drásticamente la velocidad de producción.

Inicialmente, el diario tuvo sólo una hoja de poco más de medio metro de alto por 37 centímetros de ancho, impresa en el anverso y reverso. Cada página estuvo dividida en 5 columnas. Se repartió a partir de las tres de la tarde y salía un peso.

En 1873, la empresa trajo de Europa una máquina de reacción Alouzé, siendo una de las primeras de ese sistema introducidas en el país. El 11 de diciembre de 1883 adoptó el formato de 8 páginas que solía llegar a 18. El 1º de enero de 1889, adquirió una rotativa Hoe, de origen estadounidense, con una mayor capacidad de producción y velocidad. Ya en 1903 tenía una tirada de 115.000 diarios, y en 1901 de 150.000.

PRESENTACION EN SOCIEDAD.

En ese primer número de 1869, el lector pudo leer la presentación en sociedad del nuevo diario:

“Saludamos afectuosamente a toda la prensa argentina, de la que nosotros también entramos a formar parte. Les deseamos todo el bien y acierto que para nosotros ambicionamos. La independencia, el respeto al hombre privado, el ataque razonado al hombre público y no a la personaliad individual, formarán nuestro credo (…) Verdad y Libertad: he ahí nuestro punto de partida. Libertad, progreso, civilización, he ahí el fin único que perseguimos. No nos guía ningún móvil mercantil. Abrigamos la confianza de conservar la independencia suficiente, a más de la que nos es característica, para poder ser intérpretes genuinos de la opinión pública".

LA PRIMERA CRONICA

Y tras la presentación, la primera crónica de La Prensa estuvo dedicada a una función en el teatro Colón: “Anoche se dió el ´Rigoletto´ y el ´Jardín de Míbil´ que tanta bulla a metido entre el sexo feo. Como simpre, la compañía de baile se portó perfectamente bien. La concurrencia fué muy numerosa, tanta, como la noche del debut de la ´Carozzi´”.

En segundo lugar, bajo el título “Pago” se informó: “Mañana empezará el pago de las asignaciones del ejército del Paraguay y guarniciones de las fronteras”. Sobre la misma temática, asegura que los gastos de dicha guerra “ascienden a treinta y un millones de pesos fuertes en cuatro años y cinco meses de duración”.

CIRCO, GOBIERNO Y SOCIALES

En otra noticia de aquel lunes de hace 156 años, se hacía mención de “una gran feria para mañana en el circo ´Chiarini´ en beneficio del Hospital de Inválidos. Además de las pruebas nuevas y variadas que tendrán lugar, se anuncian varias novedades que traerán una gran concuerrencia. Se dice que un jóven conocido montará una mula brava que nadie ha podido montar hasta hoy. Para que el acto sea completo aparecerá vestido con camiseta colorada, chiripá, espuelas de fierro, sombrero de paja y demás accesorios del domador”.

A continuación, en otra breve información, se confirma que el “Gobierno Nacional ha nombrado sub Secretario del Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública al apreciable joven D. Rafale Pereira”.

QUEJA Y SOCIALES

Y con el título “Inscripción del Registro Nacional” la primera queja del matutino que comenzaba a recorrer sus primeros pasos:

“Es bochornoso lo que pasa en Buenos Aires con la inscripción. Los ciudadanos permanecen indiferentes al llamado del deber patriótico. Muy pocos son los ciudadanos que hasta la fecha se han inscripto. En balde la prensa se ocupa diariamente de la inscripción, exitando a los ciudadanos a concurrir a la Parroquia. Todo es inútil. Sabemos positivamente que en la parroquia de la Piedad no alcanzan a treinta los incriptos. Es necesario pues, que el pueblo sacuda la modorra que se ha apoderado del él, pues es lo más contagioso y lo que lleva a los pueblos a la inercia en todo y por todo”.

No faltan algunos avisos sociales como el que alerta que “el baile en lo del Sr. Saldías que debió tener lugar el sábado, se ha transferido para el siguiente por inconvenientes imprevistos”.

PRIMERA DENUNCIA

Ya en la quinta columna de la primera página se puede leer la primera denuncia de La Prensa

. Bajo el título “Asunto serio”

advierte: “Con frecuencia viene denuniciándose por la ´Nación Argentina´ varios prevaricatos que se cometen por empleados nacionales. Nos sorprende que el fiscal permanezca mudo ante esas graves denuncias. Las leyes son terminantes. Sus disposiciones prescriben como uno de sus principales deberes, iniciar el proceso aunque no haya acusador particular en los delitos notorios de alguna gravedad”.

GACETILLEROS

En la primera columna de la segunda página se inaugura la sección “Gacetilla”. En la misma aborda, con ironía y humor, la idiosincrasia porteña en acuarelas de diferentes situaciones diarias. “Han visto ustedes ¿como se ha generalizado el entregar las cosas por entregas?”, comienza y habla de “esos individuos que no bien ha llegado el 31 del mes cuando están deseando que llegue el otro 31. Tiene obligaciones y cuanto gana no le alcanza para llenarlas. Sin embargo, se ve en el caso de mantener el rango. Con este objeto se presenta a un sastre y le dice: hágame un traje completo. En esta operación se le iría cuanto gana si no le quedara el recurso de las entregas”.

Sin embargo, advierte que esas personas se mudan de domicilio con rapidez y narra la misma estrategia con el almacenero italiano y una amabilidad interesada para lograr solamente un plan de pago en entregas.

VARIEDADES

En la sección siguiente se vierte una opinión firmada por Campoamor dedicada a: “La ley ¿es el derecho?”.

En la misma reflexiona: “El derecho es la geometría de la moral. El derecho es la ley, lo que la idea es a los términos con que es expresada. El derecho es la ley de Dios, y la ley es el derecho de los hombres (…) El verdadero derecho es uno, inmutable, pues se funda en los eternos principios de la naturaleza divina y humana. Este derecho es un ordenamiento del Creador, y el lugar donde está escrito es el universal sentimiento de equidad, depositado en la conciencia de todos”.

PARTE COMERCIAL

En esta sección realiza una revista del mercado. “Aunque las operaciones no carecen de importancia, los precios has seguido la tendencia en baja que manifestaron hace días (…) La importación está con mucha paralización en sus negocios debido a la mucha entrada y la limitada estracción para los ríos y campaña (…) Y en cuanto a la exportación es muy limitada las ventas en los mercados y estaciones. Los cueros vacunos en general conservan precios altos”.

ANUNCIO

Sobre la Exposición Universal del Río de la Plata en Buenos Aires, la oficina de la Administración hace público que “desde hoy queda abierta en la oficina, calle Cangallo 170, el registro especial en la que deben inscribirse los acendados, agricultores, industriales y poseedores de productos naturales del Río de la Plata, que deseen tomar parte como expositores en esta Exposición Universal”.

PUBLICIDADES

La primera publicidad aparecida en La Prensa se encuentra en la cuarta columna de la segunda y última página. “Baltazar Moreno se encarga de todo lo concerniente a corretajes y remates. Calle San Martín 92”. La segunda, a continuación decía: “Cigarrería La Argentina. Frente a la iglesia de San Nicolás. En esta cigarrería se ha recibido un riquísimo surtido de cigarros habanos de las mejores marcas que se conocen. También se venden cigarrillos ya acreditados en Buenos Aires por su gran demanda que hay de ellos”.

Luego un pedido en grandes letras: “Muchachos para vender diarios se necesitan en esta imprenta”

.

Y la última publicidad fue de “Fotografía de Anonio Pozzo. Calle de Piedad 113. Se acaba de recibir en el establecimiento, una cámara solar giratoria, con cubierta ultimamente”

.

El primer número de  culmina con el título “Oficinas de Tierras Públicas” y avisa acerca de un “remate de dos terrenos de tierras públicas ubicadas en el partido de Dolores”.

EL IMPACTO

En los días siguientes a la primera edición de La Prensa, el impacto del nuevo diario en el ámbito periodístico se hizo sentir. Los medios no lo recibieron de la mejor manera y hasta lo tildaron de "periodiquín".

La Prensa lamentó el silencio de la mayoría de los colegas, en especial “Nación Argentina” de Bartolomé Mitre. “La Tribuna” de los hermanos Varela, terció en la disputa: “No se aflija, colega, el sol alumbra para todos”.

A los dos meses de su aparición la circulación ya era de 700 ejemplares y a partir del 6 de julio de 1871 se transformó en matutino. A partir de ese momento comenzaría a recorrer un camino que lo llevaría a convertirse en uno de los diarios más influyentes el mundo.

En 1901 abre su primera sucursal en París y lo promociona con un libro escrito en francés calificando el matutino como el “Coloso de América del Sur”. El libro, de lujosa encuadernación y una profusa ilustración, fue publicado en 1903 por la editorial gala Creté.

UN IDEAL EN CONSTANTE Y PARCIAL REALIZACION

A modo de final, una reflexión profunda y actual. Cuando La Prensa cumplió sus primeros cincuenta años publicó, aquel 18 de octubre de 1918, un editorial escrito por su primer director, Cosme Mariño.

En el mismo, sostiene:

“Un diario es, ante todo, un ideal en constante y parcial realización, un ideal que no se realiza, diríamos, usando un bello concepto de Ibsen: ´forjando anillos a una tradición´, sino con el doble juego del respeto a la idea orientadora, matriz y fuerza, y la fiebre de la creación constante, arreglada a los progresos morales y materiales de la sociedad (…) La Prensa no fue en ningún momento diario de exclusivismos, no fue ni es diario limitado a un gremio, a una clase, a una profesión, a un partido, fue y es un diario esencialmente nacional. Todos los habitantes, cualquiera sea su credo político, social o confesional, tienen libre la entrada en esta casa y a su alcance la fuerza imponderable de nuestra propaganda, solo se les exige que su causa sea de orden, de ley, y que no contraríe los principios de nuestra nacionalidad”.

Publicado en LA PRENSA. 

https://www.laprensa.com.ar/Que-informo-La-Prensaen-su-primera-edicion-565236.note.aspx

Miguel Ángel Russo falleció ayer a los 69 años. Russo, el luchador que jamás se dio por vencido.


Russo, el luchador que 
jamás se dio por vencido.

El baúl de los recuerdos. Miguelo murió ayer a los 69 años. Dejó impregnado en la memoria colectivo su espíritu combativo en la cancha y fuera de ella. Fue un símbolo de Estudiantes y del fútbol argentino.

Por Carlos Viacava.



La sonrisa amplia con sus dientes perfectos, los ojos chispeantes y la quijada amplia y solida. "Son momentos, son decisiones...", la declaración transformada en gambeta a la polémica... El amor por el fútbol. Sí, Miguel Ángel Russo era un hombre de fútbol. Y lo fue hasta el final de sus días, un final tan triste como anunciado que llenó de tristeza a todos aquellos que de más cerca o de más lejos acompañaron su último ciclo en Boca, recuerdan su exitoso paso por la mayoría de los equipos que dirigió o tienen presentes sus batallas en la mitad de la cancha con la camiseta de Estudiantes.

Batallas es un término muy apropiado para Miguelo. Combatió durante 15 años embanderado con el rojo y blanco pincharrata. Cada vez que salía a la cancha dejaba hasta la última gota de sudor para recuperar la pelota y luego dársela a Marcelo Trobbiani, José Daniel Ponce y Alejandro Sabella, los creativos del mediocampo campeón del Metropolitano de 1982 y del Nacional del 83. Tiempos de Carlos Salvador Bilardo y Eduardo Luján Manera como entrenadores. Los mejores días de Russo y de Estudiantes luego de las gestas coperas a las órdenes de Osvaldo Zubeldía y antes de las épocas triunfales de los equipos de Diego Simeone y Pachorra Sabella.

Así como dejó la piel en su carrera dentro de la cancha, lo hizo en la vida para aferrarse a ella cuando el cáncer, artero y despiadado, apareció con la apariencia de un jugador al que no le podía arrebatar la pelota. Pleno de tesón, durante siete largos años peleó contra esa enfermedad con todas sus fuerzas. Con las fuerzas que le quedaban a ese hombre decidido a no bajar los brazos aunque el deterioro físico, paulatino e inexorable, se cerniera sobre él. Claro que la imagen de los últimos tiempos proponía la de un hombre que iba a perder esa contienda. Pero la perdió con honor, con el corazón caliente y la sonrisa, tal vez más tenue, pero siempre presente.

No siempre una persona puede escoger el marco ideal para su muerte. Es cierto: nada es ideal si la muerte se hace presente. Sin embargo, Russo eligió. El fútbol le renovaba la ganas de vivir. Y se fue siendo parte del fútbol. Como técnico de Boca. Con desafíos, con proyectos. Con metas. Porque del mismo modo en el que Miguelo enfrentaba al cáncer, hurgaba en su mente para dar con las posibles soluciones para un equipo que no funcionaba. Caprichos del destino, empezó a hacerlo cuando al DT no le era posible acompañar a sus jugadores, pero quizás estaba al tanto de que todo se iba encarrilando.

El fútbol es un juego generoso. Quizás el más generoso de todos. Por eso, a Russo le otorgó la posibilidad de que una cancha, la de Rosario Central, le demostrara el afecto que en su caso le era común en casi todas las hinchadas. Es imposible el absolutismo en estas cuestiones, pero resulta difícil imaginar que alguien no haya querido a ese entrenador que eludió siempre las polémicas. El público canalla lo arropó con su cariño y le ofrendó un acto de amor que se pareció mucho a una despedida que el propio entrenador imaginó, consciente de que no bastaba con su voluntad para seguir adelante. Lloraron muchos esa tarde en el Gigante de Arroyito. Y seguro en todos los rincones del país futbolero. Lloró Miguel. También la pelota.

CUNA PINCHARRATA

Russo nació el 9 de abril de 1956 en Lanús, pero su pasión por el fútbol lo llevó a La Plata. Se unió a Estudiantes, que fue siempre su club, por más que el paso del tiempo y la profesión de técnico lo condujeron a instituciones como El Granate de su ciudad, Racing, Vélez, Boca, San Lorenzo, Colón, obviamente al Pincha, Los Andes y Central en la Argentina y a muchas otras en el exterior. Así como devino en una suerte de gitano como DT, dentro de la cancha solo supo de una camiseta.


Transitó las divisiones inferiores junto con El Tata José Luis Brown, Abel Herrera y Patricio Hernández. Con esos compañeros asimiló la cultura del trabajo y del esfuerzo instaurada en Estudiantes por Zubeldía y continuada por pupilos como Bilardo. El Narigón se encargó de darle la oportunidad de jugar en Primera. Corría 1975. Atrás habían quedado los viejos gloriosos tiempos del Pincha campeón de cuanto torneo disputara y el club ponía manos a la obra para la reconstrucción. La renovación estaba personificada en pibes como Miguel, El Petiso Herrera, Patricio y El Tata que convivían con los veteranos Carlos Pachamé, La Bruja Juan Ramón Verón y Néstor Togneri.

El 20 de noviembre, contra San Martín de Tucumán, por la 16a fecha de la Zona A del Nacional, Russo reemplazó a Miguel Ángel Benito -goleador arribado desde Vélez- cuando al partido le quedaba poco menos de media hora. El empate 2-2 se selló con goles del Fantasma y del talentoso Carlos Ángel López para los platenses y de Miguel Pappalardo para los norteños. Una semana más tarde, fue titular en el triunfo por 1-0 sobre Central. Compartió el mediocampo con Nelson Agresta del Cerro y Carlitos López. Cerró el año con un ingreso en lugar de La Bruja Verón en el desempate contra Huracán por una plaza para la Copa Libertadores del 76.

Todavía estaba Pachamé y Russo tuvo que esperar su turno para adueñarse de la camiseta con el 5 en la espalda. Hacia 1977 se afianzó y no abandonó nunca más el equipo. Corría y metía en el medio. Todo sacrificio. Todo corazón. También inteligencia para captar las sugerencias de Bilardo, quien de a poco moldeaba el prototipo de mediocampista central que necesitaba para el Estudiantes que tenía en mente. El DT le enseñó cómo debía moverse, de qué manera se ocupaban mejor los espacios, a pensar… Sí, a pensar. El esfuerzo era importante, pero el derroche por el derroche mismo no tenía sentido. El jugador debía pensar. Y Miguelo ganó en sabiduría con los consejos del Narigón.

Ponce, Russo, Trobbiani y Sabella, un cuarteto inolvidable en el mediocampo de Estudiantes.

El 16 de septiembre del 77 metió su primer tanto. En un empate 1-1 en el clásico contra Gimnasia doblegó a José Luis Ducca. Lo suyo no era el gol. De hecho, en 435 partidos en Estudiantes apenas sumó 11, diez de ellos por torneos locales y uno en la Copa Libertadores de 1983. Eso sí: para marcar a los rivales estaba Russo. Y, por supuesto, para alcanzarles la pelota a sus compañeros técnicamente mejor dotados. Esa fue su misión en el equipo que, primero a las órdenes de Bilardo y, más tarde, con Manera se alzó con el Metro 82 y el Nacional 83. El que tenía en el medio a Trobbiani, Russo, Sabella y Ponce. Ese en el que Miguelo trabajaba para que sus camaradas jugaran.

No hay simpatizante pincharrata que sea incapaz de repetir, casi como un Padrenuestro, la formación que contaba con Juan Carlos Delménico o Carlos Bertero; Julián Camino, Brown, Ángel Landucci o Miguel Gette, Herrera; Trobbiani, Russo, Sabella, Ponce; Hugo Gottardi y Guillermo Trama. O que no mantenga en alto el orgulloso recuerdo del épico empate 3-3 con Gremio en La Plata. La noche del 8 de julio de 1983, con apenas siete jugadores por las expulsiones de Trobbiani, El Bocha Ponce, Hugo Tévez y Camino, Estudiantes se recuperó de una desventaja de dos tantos y alumbró una igualdad heorica con un gol de… sí, de Miguel Ángel Russo cuando la victoria brasileña se antojaba un hecho consumado.

Ese año Russo se dio el gusto de debutar en la Selección argentina. Bilardo estaba al frente del equipo albiceleste y en el inicio de su gestión decidió confiar en los jugadores que mejor entendían su propuesta futbolística. Miguel era uno de ellos y salió a escena el 10 de agosto en el 2-2 con Ecuador en Quito por la Copa América. Nery Pumpido; Néstor Clausen, El Tata Brown, Omar Jorge, Oscar Garré; Ricardo Giusti, Russo, Jorge Burruchaga, Pachorra Sabella; Víctor Rogelio Ramos y Ricardo Gareca dieron el presente en esa oportunidad. También estuvo en el histórico éxito por 1-0 sobre Brasil que cortó una larga racha sin festejos contra los verdiamarillos.


Fue hombre de Selección durante los primeros años de la gestión de Carlos Bilardo.

Claudio Marangoni, un exquisito volante de Independiente, era el competidor directo por el puesto. Se trataba de dos futbolistas de características muy diferentes, pero en ese entonces Bilardo se preocupaba por darle una identidad definida al Seleccionado y probaba bastante. Cuando Argentina debió buscar el pasaje para el Mundial 86, jugó Russo. Y hasta le hizo un gol a Venezuela en un 3-0 en el Monumental. Tal vez Miguelo se ilusionaba con viajar a México, pero El Narigón lo dejó al margen y en su lugar citó al Checho Sergio Batista, quien debutó el mismo día que él vestía por 17a y última vez de celeste y blanco seis meses antes de la Copa del Mundo. Nunca criticó la medida. Esquivaba las polémicas.

Se mantuvo un tiempo más en Estudiantes. Siempre firme. Como guía de los jóvenes que surgían para tomar la posta a medida que se despedían los campeones del período 82-83. A los 33 años, el 16 de mayo de 1988, le puso punto final a su carrera en una derrota por 2-1 a manos de Independiente. Jorge Antonio Battaglia; Roberto Trotta, Néstor Craviotto, Rubén Agüero, Claudio Magnífico; Néstor Cuchillo González (reemplazado por El Pelusa Rodolfo Cardoso), Russo (a los 43 minutos lo reemplazó Oscar Gissi), Daniel Peinado, El Gallego Rubén Darío Insua; César Angelello y Sergio Gurrieri fueron de la partida. Más tarde hubo un intento infructuoso para extender sus días como futbolista en la Serie B italiana, pero el futuro le deparaba un trabajo diferente.

GRAN DT

Apenas se había secado el sudor con el que impregnaba la camiseta de Estudiantes cuando lo llamaron de Lanús para hacerse cargo del equipo. El Granate estaba en el Nacional B y pugnaba por regresar a Primera. A pesar de su inexperiencia, Miguel sabía lo que hacía. Esparció los conocimientos que había adquirido en La Plata y cambió para siempre la filosofía de un club que había tocado fondo en la década anterior con una dura caída a la C. Con la firme conducción de Russo, no solo se concretó el ascenso, sino que se sentaron las bases para un proyecto superador.


En su primera experiencia como técnico en Lanús ya demostró que tenía todo para ser un gran DT.

Poco importó que El Grana perdiera la categoría al cabo de doce meses. El DT se quedó y, con campeonato del Nacional B ganado en la temporada 1991-92, lo devolvió para siempre a la elite del fútbol argentino. Lanús estaba donde tenía que estar y Miguelo resultó decisivo para todo lo que llegó después de la mano de Héctor Cúper (Copa Conmebol 1996), Ramón Cabrero (Apertura 2007), Guillermo Barros Schelotto (Copa Sudamericana 2013) y Jorge Almirón (Torneo de Transición 2016 y Supercopa Argentina 2016).

Estudiantes lo necesitaba y regresó en 1994 para conquistar el ascenso a Primera con un un equipo que formaba habitualmente con Carlos Bossio; El Ruso Edgardo Prátola, Juan Manuel Llop, Ricardo Rojas; Leonardo Ramos, Claudio París, Manuel Santos Aguilar; La Brujita Juan Sebastián Verón, El Mago Rubén Capria; José Luis Calderón y Mariano Armentano o Domingo Arévalos. Esa campaña la dirigió en dupla con Manera, otro hombre del Pincha que volvió en un momento en el que la crisis futbolística podía tener alcances inesperados.

Cruzó la Cordillera y protagonizó un campañón con la Univeridad de Chile en 1996. En las semifinales de la Copa Libertadores le cerró el paso el River que terminó llevándose el título con Ramón Díaz como entrenador. En 1997 encaró el primero de sus cinco ciclos en Rosario Central. Allí terminaron adorándolo y no era para menos. En su gestión inicial lo dejó tercero en el Apertura de ese año, en 2002 lo libró de la amenaza del descenso y lo convirtió en un equipo muy competitivo. En 2009, aunque lo salvó de perder la categoría, no duró demasiado en el cargo. Los canallas caían en picada y Russo tuvo que volver en 2012 para catapultarlos a Primera con un título en la B Nacional.

Ya con su salud muy deteriorada, en 2023 depositó sus pies en Rosario para terminar de instalarse eternamente en el corazón de los hinchas. Su Central obtuvo la Copa de la Liga Profesional. Miguel se despidió a lo grande. Como el grande que era en la porción canalla de esa ciudad. ¿Cómo no iba a permitirse el acto de amor de volver una vez más, ya como técnico de Boca, para llevarse la ovación y el afecto que le tributó ese club en sus últimos días?

En el medio, no le fue bien en Colón, tampoco en un regreso a Lanús y en Los Andes. En 1998 viajó a España para hacerse cargo del Salamanca y más tarde a México para comandar al Morelia. Trabajó en Cerro Porteño, de Paraguay y en Al Nassr, de Arabia Saudita, como para nadie dudara de su disposición para asumir cualquier tipo de desafíos.

Entre 2009 y 2011 puso manos a la obra en tiempos difíciles de Racing y hasta retornó sin demasiado éxito a Estudiantes. En 2018, cuando el cáncer se apoderó de su futuro, festejó el título de Colombia con Millonarios, correspondiente a la temporada 2017-18. La quimioterapia lo afectó mucho, pero un luchador como él no estaba dispuesto a rendirse. Como pudo, acompañó al equipo hasta la consagración. “Todo se cura con amor”, proclamó en esos días en los que su apariencia de debilidad asustaba.

Pasó dos etapas en San Lorenzo. En la primera, en 2008, se le escurrió entre las manos un título que parecía a medida del Ciclón y que acabó en poder de Boca, vencedor de un triangular en el que participó también un Tigre de sorprendente rendimiento. En 2024, en plena hecatombe futbolística e institucional, le demostró al pueblo de Boedo que siempre se podía competir: alcanzó las semifinales del Torneo Apertura 2025 antes de asumir en Boca, la escala final de su viaje.




Esa febril trayectoria del otro lado de la línea de cal supo de espectaculares momentos en Vélez y en Boca. Con El Fortín, que estaba sumido por la decepción por una inesperada frustración en el Apertura 2004, se llevó el título en el Clausura 2005 con un equipo que funcionaba a la perfección. Gastón Sessa; Fabián Cubero, Maximliano Pellegrino, Fabricio Fuentes, Marcelo Bustamante; Jonás Gutiérrez, Leandro Somoza, Marcelo Bravo, Leandro Gracián; Lucas Castromán -a quien convirtió en delantero- y Rolando Zárate cortaron una sequía de siete años sin alegrías. Es cierto: la última vez de Russo en Liniers, en 2015, no deparó buenos resultados. Eran tiempos de vacas muy flacas y Miguel no pudo sacarle jugo a las piedras…

Luego de sus triunfos en Vélez se unió a Boca para hacer realidad la Copa Libertadores que ganaron los xeneizes en 2007. Con un Juan Román Riquelme como estandarte de una alineación integrada por Mauricio Caranta; Hugo Ibarra, El Cata Daniel Díaz, Claudio Morel Rodríguez, Clemente Rodríguez; Pablo Ledesma, Ever Banega, Neri Cardozo; Román; Rodrigo Palacio y Martín Palermo, la mitad más uno del país gozó de su última gran satisfacción en el campo internacional y todavía sigue persiguiendo a ese esquivo trofeo. Sí, Miguelo también encabezó la conquista en 2020 de la Copa de la Liga en una racha final demoledora que encaminó a un equipo que parecía sin rumbo.

Enfermo, pero convencido de que “todo se cura con amor”, se entregó a su profesión. Lo impulsó el amor por el fútbol, la férrea determinación para no rendirse sin dar pelea. En el medio, sacó a relucir ya con menos frecuencia su dentadura perfecta en sonrisas inmensas que hacían todavía más gigante esa amplia quijada. Evitó las polémicas y las explicaciones incómodas con respuestas tales como “son momentos, son decisiones” y luchó con lo que pudo. Porque Russo era un luchador. Dentro y fuera de la cancha.

Publicado en LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Russo-el-luchador-que-jamas-se-dio-por-vencido-564986.note.aspx

Los días 17 y 18 de octubre de 1945, obreros del Gran La Plata (La Plata, Berisso y Ensenada) realizaron una masiva movilización en el marco de una protesta nacional, conocida como el Día de la Lealtad.


Los días 17 y 18 de octubre de 1945, obreros del Gran La Plata (La Plata, Berisso y Ensenada) realizaron una masiva movilización en el marco de una protesta nacional, conocida como el Día de la Lealtad, por la liberación del coronel Juan Domingo Perón, que había sido Secretario de Trabajo, Ministro de Guerra y vicepresidente de facto. Dicha medida de fuerza mantuvo convulsionada a esta región durante unos días.
“Un pujante palpitar sacudía la entraña en la ciudad. Un hálito áspero crecía en densas vaharadas, mientras las multitudes continuaban llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los Talleres de Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas” diría Raúl Scalabrini Ortiz.
Decía Arturo Jauretche sobre quién o quienes fueron “los hacedores” del 17 de octubre de 1945: “Sólo un genio pudo haberlo hecho, por eso creo que no lo organizó nadie”.
Decenas de miles de personas habían cruzado el Riachuelo, sin detenerse cuando el gobierno del general Edelmiro Farrell –nacido en el sur bonaerense- ordenó levantar los puentes en un vano intento de detenerlas.
Por eso Scalabrini Ortíz decía: “Brotaban de los pantanos de Gerli y Avellaneda o descendían de Lomas de Zamora. Hermanados en el mismo grito y en la misma fe iban el peón de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor, el mecánico de automóviles, el tejedor, la hilandera y el empleado de comercio. Era el subsuelo de la patria sublevado…”.
Leopoldo Marechal la recuerda así: “Me llegó desde el Oeste un rumor como de multitudes que avanzaban gritando y cantando por la calle Rivadavia {donde yo vivía}; e! rumor fue creciendo y agigantándose, hasta que reconocí primero la música de una canción popular y en seguida, su letra: -Yo te daré / te daré, patria hermosa / te daré una cosa / una cosa que empieza con P / Perooooón. Y aquel –Perón- resonaba periódicamente como un cañonazo. Me vestí apresuradamente, bajé a la calle y me uní a la multitud que avanzaba rumbo hacia la Plaza de Mayo. Vi, reconocí y amé a los miles de rostros que la integraban: no habia. rencor en ellos, sino la alegría de salir a la visibilidad en reclamo de su líder. Era la Argentina –invisible- que algunos habían anunciado literariamente, sin conocer ni amar a sus millones de caras concretas y que no bien la conocieron, les dieron la espalda. Desde aquellas horas, me hice peronista”
“Comprendí que esa gente de bromas infantiles y procederes hidalgos, que se burlaba de lo ridículo, pero respetaba lo respetable, que atravesaba el Riachuelo a nado, que venía de los apartados arrabales para jugarse por un amigo, era mi gente; sentía la vida como yo, tenía mis valores, no se manejaba por palabras sino por realidades; era el pueblo, mi pueblo, el pueblo argentino…” expresó el historiador José María Rosa.


Ramón Carrillo.


 “La mala vivienda, la alimentación inadecuada y los salarios bajos tienen tanta o más trascendencia en el estado sanitario de un pueblo, que la constelación más virulenta de agentes biológicos”. Esto opinaba Ramón Carrillo, un destacado neurólogo y neurocirujano, que llevó a cabo una transformación sin precedentes en la salud pública de nuestro país desde una concepción social de la medicina. Creía que ésta debía orientarse “no hacia los factores directos de la enfermedad –los gérmenes microbianos– sino hacia los indirectos”, las condiciones sanitarias.

En 1946 Juan Domingo Perón lo designó al frente de la Secretaría de Salud Pública, más tarde elevada al rango de ministerio. Durante los ocho años de gestión, en combinación con la Fundación Eva Perón, realizó una tarea titánica. Entre 1946 y 1951 se construyeron 21 hospitales con una capacidad de 22.000 camas. La fundación construyó policlínicos en Avellaneda, Lanús, San Martín, Ezeiza, Catamarca, Salta, Mendoza, Jujuy, Santiago del Estero, San Juan, Corrientes, Entre Ríos y Rosario. Se estableció la gratuidad de la atención de los pacientes, los estudios, los tratamientos y la provisión de medicamentos. Un novedoso tren sanitario recorría el país durante cuatro meses al año, haciendo análisis clínicos y radiografías y ofreciendo asistencia médica y odontológica hasta en los lugares más remotos del país, a muchos de los cuales nunca había llegado un médico.
Recomendamos, junto al Laboratorio GADOR, la biografía de Ramón Carrillo. En medio de grandes avances tecnológicos y científicos y de la sucesión de guerras Carrillo se hacía tiempo para pensar en torno a la importancia de la cultura, la reflexión y la meditación. “El hombre de hoy –sostenía– ha hecho sus esclavos a la electricidad y a la fuerza nuclear y será pronto el empresario de las fuerzas del mar y del sol. Estamos frente a un poder catastrófico que puede ser peligroso para el hombre mismo. La civilización vuela en aviones y cohetes, mientras que la cultura recorre todavía a pie los caminos del mundo. El hombre actual ha perdido la buena costumbre de la reflexión y la meditación. Llegará a la luna antes de haber extirpado de sí mismo algunos resabios bárbaros que lo empujan a la guerra y a la destrucción. A la destrucción de su propia obra. ¡Tremenda y trágica paradoja!”. Ramón Carrillo.