No me parece relevante ni creo que tenga demasiada importancia conocer lo que ganan los mejores exponentes de la música en la Argentina.
Creo que cuando uno de ellos cobra determinado monto y le pagan, es porque la convocatoria debe ser rentable, sino ni las empresas ni los representantes formarían parte de cada festival.
Lo único que me resulta llamativo es que muchos de los mismos exponentes, cuando cantan para los gobiernos municipales, provinciales o nacionales, cobran un poco o bastante más que cuando lo hacen en un ámbito de características más sociales o privadas.
Pero no creo acertado esto de decir cuánto gana tal o cual exponente si éste paga sus impuestos como corresponde, si tiene sus músicos en blanco y si se mueve dentro de lo que dice la ley.
Escuché tantas cosas en estos días que me da la sensación que muchos no aceptan que un exponente argentino gane algunos millones, pero sí que un exponente internacional se lleve una fortuna.
Escuché, por ejemplo, "cómo El Chaqueño Palavecino puede ganar eso, es una barbaridad". Y por qué no puede ganar si trabaja para eso, si recorre miles y miles de kilómetros por año llevando su música por todos lados. Y si no le convencen esos argumentos, hay otro que es indiscutible. El Chaqueño y otros exponentes van donde los contratan y esos que los llevan ganan dinero gracias a su presencia. Es decir, este señor gana y hace ganar y al mismo tiempo brinda un espectáculo donde se pagan entradas.
El Chaqueño tiene uno de los grupos más numerosos del género, lleva una buena cantidad de músicos que brindan un espectáculo largo, de entrega total en el escenario, más allá de que les guste o no a algunos.
Ahora, si se trata de una cuestión de gustos y eso hace que aceptemos que unos sí puedan ganar y otros no, creo que estamos siendo injustos.
Creo, esa idea tan generalizada del folclore en segundo plano, nos hace pensar que nadie dentro del género puede superar ciertas barreras y otros sí. Habría que ver quiénes o cuántos son capaces de llevar más gente que El Chaqueño, Jorge Rojas, Los Nocheros, Soledad.
Me da la sensación de que todos los comentarios que escuché surgen de una subestimación de esta música, que en el mercado de las fiestas se cotiza en función de la convocatoria que genera.
Tampoco me parece que corresponda comparar a estos exponentes con un médico, un ingeniero o un maestro. Es más o menos como cuestionar lo que gana Messi y compararlo con un jugador de la liga local.
Messi gana lo que gana porque es el mejor del mundo y cada uno a su nivel gana lo que le pagan.
Pero Messi es único, como lo son los mejores exponentes de la música en cada provincia, en cada país. No sacar de contexto a cada uno de ellos me parece que sería un acto de igualdad.
Tal vez cualquier exponente de nuestro folclore pase desapercibido en los Estados Unidos, pero no sucede lo mismo en Cosquín, Jesús María u otros festivales. O usted cree que los organizadores les pagan para perder plata. Normalmente en esta cadena todos ganan. Claro, si a una cooperadora escolar le dicen que tal exponente del folclore cobra 120.000 pesos para ir para la fiesta de fin de año, seguramente les parecerá una enormidad.
Por eso digo lo del contexto. Depende dónde y cómo se mida es caro o barato, pero una cooperadora escolar, salvo que sea una cuestión benéfica, no tiene demasiados argumentos para traer un grupo de esa magnitud.
El folclore se cotiza, en determinado nivel, ni más ni menos que como otros géneros.
* Columna dominguera "La Peña" de Jorge Vergara publicada por Diario "Río Negro", 25 de marzo de 2012.
Creo que cuando uno de ellos cobra determinado monto y le pagan, es porque la convocatoria debe ser rentable, sino ni las empresas ni los representantes formarían parte de cada festival.
Lo único que me resulta llamativo es que muchos de los mismos exponentes, cuando cantan para los gobiernos municipales, provinciales o nacionales, cobran un poco o bastante más que cuando lo hacen en un ámbito de características más sociales o privadas.
Pero no creo acertado esto de decir cuánto gana tal o cual exponente si éste paga sus impuestos como corresponde, si tiene sus músicos en blanco y si se mueve dentro de lo que dice la ley.
Escuché tantas cosas en estos días que me da la sensación que muchos no aceptan que un exponente argentino gane algunos millones, pero sí que un exponente internacional se lleve una fortuna.
Escuché, por ejemplo, "cómo El Chaqueño Palavecino puede ganar eso, es una barbaridad". Y por qué no puede ganar si trabaja para eso, si recorre miles y miles de kilómetros por año llevando su música por todos lados. Y si no le convencen esos argumentos, hay otro que es indiscutible. El Chaqueño y otros exponentes van donde los contratan y esos que los llevan ganan dinero gracias a su presencia. Es decir, este señor gana y hace ganar y al mismo tiempo brinda un espectáculo donde se pagan entradas.
El Chaqueño tiene uno de los grupos más numerosos del género, lleva una buena cantidad de músicos que brindan un espectáculo largo, de entrega total en el escenario, más allá de que les guste o no a algunos.
Ahora, si se trata de una cuestión de gustos y eso hace que aceptemos que unos sí puedan ganar y otros no, creo que estamos siendo injustos.
Creo, esa idea tan generalizada del folclore en segundo plano, nos hace pensar que nadie dentro del género puede superar ciertas barreras y otros sí. Habría que ver quiénes o cuántos son capaces de llevar más gente que El Chaqueño, Jorge Rojas, Los Nocheros, Soledad.
Me da la sensación de que todos los comentarios que escuché surgen de una subestimación de esta música, que en el mercado de las fiestas se cotiza en función de la convocatoria que genera.
Tampoco me parece que corresponda comparar a estos exponentes con un médico, un ingeniero o un maestro. Es más o menos como cuestionar lo que gana Messi y compararlo con un jugador de la liga local.
Messi gana lo que gana porque es el mejor del mundo y cada uno a su nivel gana lo que le pagan.
Pero Messi es único, como lo son los mejores exponentes de la música en cada provincia, en cada país. No sacar de contexto a cada uno de ellos me parece que sería un acto de igualdad.
Tal vez cualquier exponente de nuestro folclore pase desapercibido en los Estados Unidos, pero no sucede lo mismo en Cosquín, Jesús María u otros festivales. O usted cree que los organizadores les pagan para perder plata. Normalmente en esta cadena todos ganan. Claro, si a una cooperadora escolar le dicen que tal exponente del folclore cobra 120.000 pesos para ir para la fiesta de fin de año, seguramente les parecerá una enormidad.
Por eso digo lo del contexto. Depende dónde y cómo se mida es caro o barato, pero una cooperadora escolar, salvo que sea una cuestión benéfica, no tiene demasiados argumentos para traer un grupo de esa magnitud.
El folclore se cotiza, en determinado nivel, ni más ni menos que como otros géneros.
* Columna dominguera "La Peña" de Jorge Vergara publicada por Diario "Río Negro", 25 de marzo de 2012.
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La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.