HISTÓRICAS PATAGÓNICAS.
EFEMÉRIDES RIONEGRINAS.
Las anuladas elecciones del 18 de marzo de 1962.
Arturo Amadeo Llanos, gobernador electo de Río Negro.
EFEMÉRIDES RIONEGRINAS.
Las anuladas elecciones del 18 de marzo de 1962.
Arturo Amadeo Llanos, gobernador electo de Río Negro.
La proscripción del peronismo se extendió desde 1955 hasta 1973. Durante 18 años los gobiernos no permitieron que esa fuerza política participara en las elecciones convocadas. Solamente el 18 de marzo de 1962, y representando al Partido Blanco, fue elegido gobernador de Río Negro el dirigente justicialista de General Roca Arturo Llanos. Horas después de los comicios el entonces presidente Arturo Frondizi anuló los comicios.
A 50 años de ese lamentable suceso cívico sería un acto de plena justicia reconocer a Arturo Llanos simbólicamente como "gobernador electo" de la provincia de Río Negro y también a los legisladores provinciales y nacionales que en esa jornada resultaron favorecidos por el voto popular. Al mismo tiempo es preciso incorporar en la galería de primeros mandatarios de la Casa de Gobierno en Viedma la fotografía del fallecido dirigente peronista.
Ayer se cumplieron 50 años de las elecciones convocadas en 1962 para elegir gobernadores y legisladores en 14 provincias argentinas. El ministro del Interior del entonces presidente Arturo Frondizi (1958-1962), Alfredo Roque Vítolo, según encuestas, había pronosticado un rotundo triunfo del partido gobernante, la Unión Cívica Radical Intransigente.
El justicialismo, que permanecía proscripto, presentaba sus candidatos a través de diferentes siglas que respetaban la prohibición de mencionar las palabras "peronista" o "justicialista" en sus boletas y campañas proselitistas.
Se postulaban en la Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires con el nombre de Unión Popular. En Córdoba, La Pampa, Chaco, Jujuy y Tucumán se llamó Partido Laborista. En Mendoza, Santiago del Estero y Entre Ríos se presentó como Tres Banderas. En Neuquén, como Movimiento Popular Neuquino, y en Misiones, Chubut y Santa Cruz, las boletas llevaban como rótulo Partido Populista.
En Río Negro los peronistas adoptaron el nombre de Partido Blanco y postularon como candidato a gobernador al escribano de General Roca Arturo Llanos, nacido en Santa Fe pero radicado desde niño en el Alto Valle.
Los peronistas camuflados en improvisados sellos partidarios demostraron que las mayorías populares mantenían vivo el sentimiento y los principios doctrinarios que su líder Juan Perón y su inolvidable compañera Evita habían postulado y aplicado en su gestión de gobierno.
Llanos se impuso rotundamente: obtuvo 26.163 votos sobre los candidatos radicales Pablo Fermín Oreja (Unión Cívica Radical Intransigente, UCRI), que captó 18.625 sufragios; José Enrique Gadano (Unión Cívica Radical del Pueblo, UCRP), que sumó 15.673, y Roberto De Rege ,de la Democracia Cristiana, que obtuvo 3.555.
Con estos resultados, por el Partido Blanco fueron electos legisladores Oscar Genesio, Pedro Schwarz, Mario Barrionuevo, Jacinto Ibáñez, José Yunes, Alfredo Pérez Linares, José Pisanú, Orlando González, Elías Domingo e Ítalo Staniscia.
Por la UCRI fueron consagrados Héctor Izco, Dante Agüero, Osvaldo Lapuente, Carlos Ruiz, Ismael Basse y Elías Chucair.
En representación de la UCRP lo hicieron Alberto Rionegro, Esteban Campitelli, Dante Sartor, Ángel Robledo y Carlos Raggio. Por la Democracia Cristiana fue consagrado Oscar Antonio Abbate.
También en esa fecha fueron elegidos diputados nacionales por el Partido Blanco Abel Andrés Castro y César Obregón por la Unión Cívica Radical Intransigente, que derrotaron a los candidatos de la UCRP Julio Raúl Rajneri, al de la Democracia Cristiana Oscar Abbate y a José Terán Frías, del Partido Demócrata de Río Negro.
En las municipales el Partido Blanco triunfó en 24 localidades, la UCRI ganó en ocho municipios y la UCRP y la Democracia Cristiana obtuvieron una representación comunal cada uno.
Luego de acatar y cumplir silenciosamente la orden de los militares de anular las elecciones, las Fuerzas Armadas prescindieron de Frondizi. El 29 de marzo fue arrestado en Olivos y trasladado a la isla Martín García. El rionegrino José María Guido asumió la primera magistratura del país. A través de un decreto dictó el Estatuto de los Partidos Políticos, que excluyó al peronismo para las elecciones convocadas para febrero de 1963.
En Río Negro quedó como interventor federal Francisco Muñoz, dirigente radical de San Antonio Oeste que estuvo a cargo del gobierno desde el 19 de marzo hasta el 30 de mayo de 1962.
Llanos, como gobernador electo, se presentó el 1º de mayo de 1962, a las 10, en la Casa de Gobierno para hacerse cargo de sus funciones. El único interlocutor que tuvo el legítimo ganador de las elecciones de la provincia de Río Negro fue el oficial principal Edmundo Morán, vecino de Viedma y sobreviviente de ese inconstitucional episodio.
El policía les informó al gobernador electo y a sus compañeros, Jorge Félix Frías y Dante Scatena, "que cumpliendo órdenes expresas no puede informar en absoluto quién está a cargo de la Gobernación y que está prohibida la entrada a la Casa de Gobierno, con excepción del personal administrativo".
Un acta firmada por el escribano René A. Aguirre señala que "Arturo Llanos, electo gobernador de Río Negro en los comicios del 18 de marzo de 1962 y a los fines de cumplir con las obligaciones que le impone la Constitución provincial, procederá a trasladarse con el suscripto y los testigos a su despacho de la Gobernación para hacerse cargo de sus funciones". Se incluye en el documento una formal protesta y el derecho a las acciones judiciales pertinentes.
Ésta es la conclusión de un despojo que realmente muchos rionegrinos desconocen.
Es indudable que a 50 años de ese triste episodio sería un justo acto de revalorización del sistema democrático el dictado de una ley provincial de "reconocimiento simbólico" a los ganadores de las elecciones del 18 de marzo de 1962.
Como una paradoja del destino, en la galería fotográfica de la Casa de Gobierno, en Viedma, figuran los ex gobernadores que llegaron a través del voto y también los que ejercieron esa función como representantes de las Fuerza Armadas, usurpando la soberanía popular.
También calles, plazas y organismos de esta capital y de distintas localidades de Río Negro recuerdan como próceres a los políticos que aprovechando la proscripción del justicialismo alcanzaron el gobierno provincial y fueron funcionales a los militares. Colaboraron con los que negaban la libre participación de todos los partidos políticos en la vida institucional del país.
Autor: Héctor Jorge COLÁS. Periodista. Viedma (Río Negro).
* Publicado en el Diario "Río Negro", (edición Nro. 22.845), lunes 19-III-2012, página 13.
A 50 años de ese lamentable suceso cívico sería un acto de plena justicia reconocer a Arturo Llanos simbólicamente como "gobernador electo" de la provincia de Río Negro y también a los legisladores provinciales y nacionales que en esa jornada resultaron favorecidos por el voto popular. Al mismo tiempo es preciso incorporar en la galería de primeros mandatarios de la Casa de Gobierno en Viedma la fotografía del fallecido dirigente peronista.
Ayer se cumplieron 50 años de las elecciones convocadas en 1962 para elegir gobernadores y legisladores en 14 provincias argentinas. El ministro del Interior del entonces presidente Arturo Frondizi (1958-1962), Alfredo Roque Vítolo, según encuestas, había pronosticado un rotundo triunfo del partido gobernante, la Unión Cívica Radical Intransigente.
El justicialismo, que permanecía proscripto, presentaba sus candidatos a través de diferentes siglas que respetaban la prohibición de mencionar las palabras "peronista" o "justicialista" en sus boletas y campañas proselitistas.
Se postulaban en la Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires con el nombre de Unión Popular. En Córdoba, La Pampa, Chaco, Jujuy y Tucumán se llamó Partido Laborista. En Mendoza, Santiago del Estero y Entre Ríos se presentó como Tres Banderas. En Neuquén, como Movimiento Popular Neuquino, y en Misiones, Chubut y Santa Cruz, las boletas llevaban como rótulo Partido Populista.
En Río Negro los peronistas adoptaron el nombre de Partido Blanco y postularon como candidato a gobernador al escribano de General Roca Arturo Llanos, nacido en Santa Fe pero radicado desde niño en el Alto Valle.
Los peronistas camuflados en improvisados sellos partidarios demostraron que las mayorías populares mantenían vivo el sentimiento y los principios doctrinarios que su líder Juan Perón y su inolvidable compañera Evita habían postulado y aplicado en su gestión de gobierno.
Llanos se impuso rotundamente: obtuvo 26.163 votos sobre los candidatos radicales Pablo Fermín Oreja (Unión Cívica Radical Intransigente, UCRI), que captó 18.625 sufragios; José Enrique Gadano (Unión Cívica Radical del Pueblo, UCRP), que sumó 15.673, y Roberto De Rege ,de la Democracia Cristiana, que obtuvo 3.555.
Con estos resultados, por el Partido Blanco fueron electos legisladores Oscar Genesio, Pedro Schwarz, Mario Barrionuevo, Jacinto Ibáñez, José Yunes, Alfredo Pérez Linares, José Pisanú, Orlando González, Elías Domingo e Ítalo Staniscia.
Por la UCRI fueron consagrados Héctor Izco, Dante Agüero, Osvaldo Lapuente, Carlos Ruiz, Ismael Basse y Elías Chucair.
En representación de la UCRP lo hicieron Alberto Rionegro, Esteban Campitelli, Dante Sartor, Ángel Robledo y Carlos Raggio. Por la Democracia Cristiana fue consagrado Oscar Antonio Abbate.
También en esa fecha fueron elegidos diputados nacionales por el Partido Blanco Abel Andrés Castro y César Obregón por la Unión Cívica Radical Intransigente, que derrotaron a los candidatos de la UCRP Julio Raúl Rajneri, al de la Democracia Cristiana Oscar Abbate y a José Terán Frías, del Partido Demócrata de Río Negro.
En las municipales el Partido Blanco triunfó en 24 localidades, la UCRI ganó en ocho municipios y la UCRP y la Democracia Cristiana obtuvieron una representación comunal cada uno.
Luego de acatar y cumplir silenciosamente la orden de los militares de anular las elecciones, las Fuerzas Armadas prescindieron de Frondizi. El 29 de marzo fue arrestado en Olivos y trasladado a la isla Martín García. El rionegrino José María Guido asumió la primera magistratura del país. A través de un decreto dictó el Estatuto de los Partidos Políticos, que excluyó al peronismo para las elecciones convocadas para febrero de 1963.
En Río Negro quedó como interventor federal Francisco Muñoz, dirigente radical de San Antonio Oeste que estuvo a cargo del gobierno desde el 19 de marzo hasta el 30 de mayo de 1962.
Llanos, como gobernador electo, se presentó el 1º de mayo de 1962, a las 10, en la Casa de Gobierno para hacerse cargo de sus funciones. El único interlocutor que tuvo el legítimo ganador de las elecciones de la provincia de Río Negro fue el oficial principal Edmundo Morán, vecino de Viedma y sobreviviente de ese inconstitucional episodio.
El policía les informó al gobernador electo y a sus compañeros, Jorge Félix Frías y Dante Scatena, "que cumpliendo órdenes expresas no puede informar en absoluto quién está a cargo de la Gobernación y que está prohibida la entrada a la Casa de Gobierno, con excepción del personal administrativo".
Un acta firmada por el escribano René A. Aguirre señala que "Arturo Llanos, electo gobernador de Río Negro en los comicios del 18 de marzo de 1962 y a los fines de cumplir con las obligaciones que le impone la Constitución provincial, procederá a trasladarse con el suscripto y los testigos a su despacho de la Gobernación para hacerse cargo de sus funciones". Se incluye en el documento una formal protesta y el derecho a las acciones judiciales pertinentes.
Ésta es la conclusión de un despojo que realmente muchos rionegrinos desconocen.
Es indudable que a 50 años de ese triste episodio sería un justo acto de revalorización del sistema democrático el dictado de una ley provincial de "reconocimiento simbólico" a los ganadores de las elecciones del 18 de marzo de 1962.
Como una paradoja del destino, en la galería fotográfica de la Casa de Gobierno, en Viedma, figuran los ex gobernadores que llegaron a través del voto y también los que ejercieron esa función como representantes de las Fuerza Armadas, usurpando la soberanía popular.
También calles, plazas y organismos de esta capital y de distintas localidades de Río Negro recuerdan como próceres a los políticos que aprovechando la proscripción del justicialismo alcanzaron el gobierno provincial y fueron funcionales a los militares. Colaboraron con los que negaban la libre participación de todos los partidos políticos en la vida institucional del país.
Autor: Héctor Jorge COLÁS. Periodista. Viedma (Río Negro).
* Publicado en el Diario "Río Negro", (edición Nro. 22.845), lunes 19-III-2012, página 13.
Arturo Llanos, el gobernador rionegrino al que le prohibieron asumir el cargo
El 18 de marzo, se cumplieron 50 años de las elecciones provinciales en las que se impuso el escribano Arturo Llanos, por el partido (neoperonista) Blanco de Río Negro. Fueron elecciones abiertas y libres, aunque el justicialismo estaba proscripto; y por el resultado favorable a los hombres del PJ, los militares forzaron la caída del presidente Arturo Frondizi, con la anulación de los comicios.
Veamos un rápido repaso de la historia institucional de la provincia de Río Negro. Hacia fines de la dictadura que derrocó el gobierno de Juan Domingo Perón se convocan las primeras elecciones de gobernador en jurisdicción rionegrina. Fueron el 24 de febrero de 1958 y, con el justicialismo proscripto, se impuso el candidato de la UCRI (Unión Cívica Radical Intransigente) Edgardo Stéfano Nazario Castello, quien juró y asumió el cargo del primero de mayo de 1958. Ese mismo día Arturo Frondizi comenzó su mandato presidencial, que estaría signado por una larga serie de planteos e insurrecciones militares.
Hacia el final de ese período se convocaron nuevas elecciones de gobernadores, en Río Negro y las restantes provincias argentinas. Perón, que en su exilio de Madrid en los comicios de 1958 había propuesto el apoyo al frondicismo, planteó a sus seguidores la organización de estructuras partidarias que, bajo nombres disimulados como Unión Popular, Laborista, Tres Banderas o Blanco de los Trabajadores permitieran encolumnar los votos peronistas. En Río Negro, precisamente, se adoptó el nombre de partido Blanco y la candidatura a gobernador recayó en el escribano Arturo Llanos, de General Roca.
Un veredicto inapelable.
En las filas del justicialismo de Río Negro contaba con consenso y personalidad propia un dirigente de Villa Regina, Mario José Franco, que sin embargo en esa circunstancia resignó su candidatura, dejándole tal responsabilidad a Llanos, un hombre que quienes lo conocieron lo recuerdan como “un perfecto caballero, de refinadas costumbres y conducta intachable”; que había nacido en Santa Fe, pero se radicó de muy chico en el Alto Valle (donde su padre fue director de Tierras y Colonias y también Intendente de Riego en General Roca) y militaba desde 1945 en el sector nacional y popular.
Los comicios se realizaron el 18 de marzo de 1962, en forma simultánea en todo el país, incluyendo la renovación parcial del Congreso de la Nación. El peronismo demostró su vigencia y permanencia en el afecto de la mayoría de los argentinos, y las fórmulas planteadas bajo los sellos de los partidos justicialistas camuflados ganaron en 11 de los 18 distritos en donde se presentaron.
La postulación de Llanos se impuso con 23.300 votos (39 por ciento), sobre los 16.800 (27,5 por ciento) del oficialismo de la UCRI, que llevaba como candidato a Pablo Fermín Oreja; y los 13.500 sufragios que obtuvo la Unión Cívica Radical del Pueblo, con la candidatura de José Enrique Gadano.
También en la provincia de Buenos Aires las urnas favorecieron al neo peronismo, en este caso bajo las banderas de Unión Popular, con la fórmula Framini-Anglada que aplastó al candidato frondicista Guillermo Acuña Anzorena.
Este resultado fue el que más irritó la epidermis de los militares golpistas, para quienes ya era insostenible el gobierno de Frondizi. Los planteos se aceleraron a partir del lunes 19 de marzo y llegaron al momento de máxima tensión en la madrugada del 28 de marzo, cuando el presidente fue detenido y conducido a la isla de Martín García. En un proceso plagado de tensiones y con la intención de evitar males mayores para el país (según señala su biógrafo Edgardo Cardone) el senador nacional por Río Negro, José María Guido, que era vicepresidente del Senado, asumió como presidente interino de la Nación.
Forzado por los militares se vio obligado a dictar el decreto de anulación de los comicios del día 18 de marzo, dejando sin efecto el resultado impuesto por voluntad del pueblo. También se dispuso la intervención de los gobiernos provinciales en donde habían ganado los partidos neo peronistas, y así fue que Edgardo Castello vio interrumpido su mandato (cuando le faltaban pocas semanas para completarlo, pues había asumido el primero de mayo de 1958, tal como ya se mencionó) y quedó provisoriamente como interventor Francisco Muñoz, que venía desempeñándose como secretario general de la Gobernación.
Una digna decisión.
Pero los hombres del justicialismo que habían obtenido el respaldo popular no estaban dispuestos a ceder fácilmente lo que legítimamente les correspondía. En forma orgánica se resolvió que cuando llegara el día primero de mayo de 1962, que era la fecha en la cual tenían que asumir los nuevos gobernadores, se realizaría en forma simultánea en todo el país una presentación formal en las respectivas casas de gobierno provinciales, para dejar constancia del respeto a la voluntad de la ciudadanía, por un lado, y la negativa de las autoridades de facto por el otro.
Ocurrió en Viedma.
En algún viejo recorte periodístico se menciona que el dirigente gremial Andrés Framini se presentó aquel día en la casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, en La Plata, para ser notificado de que no se le permitía asumir como gobernador del primer estado argentino.
Ello también ocurrió en Viedma. Este cronista tiene la documentación probatoria de aquel acto de dignidad y pudo conversar con uno de sus testigos, el abogado Jorge Frías.
“El escribano Llanos me llamó un día antes y me dijo: voy a Viedma el primero de mayo para asumir como gobernador y quiero que usted sea uno de los testigos para dejar constancia. Al mismo tiempo se comunicó con el escribano René Aguirre y le pidió que se constituyera en el lugar, para levantar el acta notarial correspondiente. Aguirre ya se desempeñaba en el Gobierno, y Llanos era el mismísimo presidente del Colegio de Escribanos de la provincia, así que de golpe se encontraba en el medio de una situación imprevisible, pero no podía negarse a certificar un acto de carácter público. El otro testigo, convocado por Llanos como uno de sus amigos y compañeros aquí en Viedma, era el Negro Dante Scatena” recordó Frías, días atrás, en una cordial charla en el jardín de su casa en la capital rionegrina.
El acta está protocolizada con el número 172 y lleva por título “Protesta Llanos Arturo c/intervención provincial”, el texto es muy ilustrativo y por eso se transcribe en forma completa.
“En Viedma, capital de la provincia de Río Negro, a primero de mayo de 1962, ante mí, escribano autorizante y testigos que se expresarán, comparece el señor Arturo Amadeo Llanos, argentino, libreta de enrolamiento 1.441.508, casado en primeras nupcias con doña Mary Rosa Mariani, domiciliado en General Roca de esta provincia, de paso aquí, mayor edad, hábil, de mi conocimiento, doy fe y dice: que habiendo sido electo Gobernador de la Provincia en los comicios del 18 de marzo próximo pasado y a los fines de cumplir con las obligaciones que le impone la Constitución provincial, procederá a trasladarse con el suscripto y los testigos a la Gobernación de esta provincia, para hacerse cargo de sus funciones, lo que hacemos siendo las diez horas; donde constituidos requerimos a una persona uniformada como Oficial Principal de la Policía, que dice llamarse Edmundo Moral, acompañado de personal policial armado, la presencia del Señor Interventor de la Provincia o el funcionario a cargo, a lo que nos contestó que cumpliendo órdenes expresas, que no puede informar en absoluto quien está a cargo de la casa y que está prohibida la entrada a la Casa de Gobierno (a excepción del personal administrativo). A continuación el compareciente le reitera su presentación y el motivo de la concurrencia y ante la imposibilidad de hacerse cargo, deja, el señor Llanos, expresamente formulada su protesta en el presente acto por la manifiesta obstrucción a la entrega del poder, dejando a salvo los derechos y acciones que por ley le puedan corresponder, solicitado testimonio de la presente. Previa lectura y ratificación, firma el compareciente como acostumbra, con los testigos del acto, el doctor Jorge Félix Frías y don Dante Scatena, vecinos, hábiles, de mi conocimiento, doy fe.”
Jorge Frías completó su recuerdo: “este hombre, el policía Moral que después llegó a comisario, no salía de su asombro, nunca se podía imaginar que se iba a encontrar en esa situación”.
Pasaron los años.
El escribano Llanos siguió dedicado a su profesión y siempre militó en las filas del PJ. En 1973 cuando el peronismo pudo llegar a la gobernación, ya sin proscripciones, el gobernador Franco lo designó como representante de la provincia en el directorio de Hipasam. Apreciado entre sus vecinos y colegas, con perfil bajo a pesar de su silueta elegante, falleció el 10 de abril de 1988, cuando acababa de cumplir 80 años.
Quizás porque nunca buscó un excesivo protagonismo su nombre es omitido en las listas de los gobernadores rionegrinos (nunca asumió, es cierto, pero el pueblo lo eligió) y tampoco se lo tuvo en cuenta al armar la galería fotográfica de ex gobernadores rionegrinos. (APP)
por Carlos Espinosa.
El 18 de marzo, se cumplieron 50 años de las elecciones provinciales en las que se impuso el escribano Arturo Llanos, por el partido (neoperonista) Blanco de Río Negro. Fueron elecciones abiertas y libres, aunque el justicialismo estaba proscripto; y por el resultado favorable a los hombres del PJ, los militares forzaron la caída del presidente Arturo Frondizi, con la anulación de los comicios.
Veamos un rápido repaso de la historia institucional de la provincia de Río Negro. Hacia fines de la dictadura que derrocó el gobierno de Juan Domingo Perón se convocan las primeras elecciones de gobernador en jurisdicción rionegrina. Fueron el 24 de febrero de 1958 y, con el justicialismo proscripto, se impuso el candidato de la UCRI (Unión Cívica Radical Intransigente) Edgardo Stéfano Nazario Castello, quien juró y asumió el cargo del primero de mayo de 1958. Ese mismo día Arturo Frondizi comenzó su mandato presidencial, que estaría signado por una larga serie de planteos e insurrecciones militares.
Hacia el final de ese período se convocaron nuevas elecciones de gobernadores, en Río Negro y las restantes provincias argentinas. Perón, que en su exilio de Madrid en los comicios de 1958 había propuesto el apoyo al frondicismo, planteó a sus seguidores la organización de estructuras partidarias que, bajo nombres disimulados como Unión Popular, Laborista, Tres Banderas o Blanco de los Trabajadores permitieran encolumnar los votos peronistas. En Río Negro, precisamente, se adoptó el nombre de partido Blanco y la candidatura a gobernador recayó en el escribano Arturo Llanos, de General Roca.
Un veredicto inapelable.
En las filas del justicialismo de Río Negro contaba con consenso y personalidad propia un dirigente de Villa Regina, Mario José Franco, que sin embargo en esa circunstancia resignó su candidatura, dejándole tal responsabilidad a Llanos, un hombre que quienes lo conocieron lo recuerdan como “un perfecto caballero, de refinadas costumbres y conducta intachable”; que había nacido en Santa Fe, pero se radicó de muy chico en el Alto Valle (donde su padre fue director de Tierras y Colonias y también Intendente de Riego en General Roca) y militaba desde 1945 en el sector nacional y popular.
Los comicios se realizaron el 18 de marzo de 1962, en forma simultánea en todo el país, incluyendo la renovación parcial del Congreso de la Nación. El peronismo demostró su vigencia y permanencia en el afecto de la mayoría de los argentinos, y las fórmulas planteadas bajo los sellos de los partidos justicialistas camuflados ganaron en 11 de los 18 distritos en donde se presentaron.
La postulación de Llanos se impuso con 23.300 votos (39 por ciento), sobre los 16.800 (27,5 por ciento) del oficialismo de la UCRI, que llevaba como candidato a Pablo Fermín Oreja; y los 13.500 sufragios que obtuvo la Unión Cívica Radical del Pueblo, con la candidatura de José Enrique Gadano.
También en la provincia de Buenos Aires las urnas favorecieron al neo peronismo, en este caso bajo las banderas de Unión Popular, con la fórmula Framini-Anglada que aplastó al candidato frondicista Guillermo Acuña Anzorena.
Este resultado fue el que más irritó la epidermis de los militares golpistas, para quienes ya era insostenible el gobierno de Frondizi. Los planteos se aceleraron a partir del lunes 19 de marzo y llegaron al momento de máxima tensión en la madrugada del 28 de marzo, cuando el presidente fue detenido y conducido a la isla de Martín García. En un proceso plagado de tensiones y con la intención de evitar males mayores para el país (según señala su biógrafo Edgardo Cardone) el senador nacional por Río Negro, José María Guido, que era vicepresidente del Senado, asumió como presidente interino de la Nación.
Forzado por los militares se vio obligado a dictar el decreto de anulación de los comicios del día 18 de marzo, dejando sin efecto el resultado impuesto por voluntad del pueblo. También se dispuso la intervención de los gobiernos provinciales en donde habían ganado los partidos neo peronistas, y así fue que Edgardo Castello vio interrumpido su mandato (cuando le faltaban pocas semanas para completarlo, pues había asumido el primero de mayo de 1958, tal como ya se mencionó) y quedó provisoriamente como interventor Francisco Muñoz, que venía desempeñándose como secretario general de la Gobernación.
Una digna decisión.
Pero los hombres del justicialismo que habían obtenido el respaldo popular no estaban dispuestos a ceder fácilmente lo que legítimamente les correspondía. En forma orgánica se resolvió que cuando llegara el día primero de mayo de 1962, que era la fecha en la cual tenían que asumir los nuevos gobernadores, se realizaría en forma simultánea en todo el país una presentación formal en las respectivas casas de gobierno provinciales, para dejar constancia del respeto a la voluntad de la ciudadanía, por un lado, y la negativa de las autoridades de facto por el otro.
Ocurrió en Viedma.
En algún viejo recorte periodístico se menciona que el dirigente gremial Andrés Framini se presentó aquel día en la casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, en La Plata, para ser notificado de que no se le permitía asumir como gobernador del primer estado argentino.
Ello también ocurrió en Viedma. Este cronista tiene la documentación probatoria de aquel acto de dignidad y pudo conversar con uno de sus testigos, el abogado Jorge Frías.
“El escribano Llanos me llamó un día antes y me dijo: voy a Viedma el primero de mayo para asumir como gobernador y quiero que usted sea uno de los testigos para dejar constancia. Al mismo tiempo se comunicó con el escribano René Aguirre y le pidió que se constituyera en el lugar, para levantar el acta notarial correspondiente. Aguirre ya se desempeñaba en el Gobierno, y Llanos era el mismísimo presidente del Colegio de Escribanos de la provincia, así que de golpe se encontraba en el medio de una situación imprevisible, pero no podía negarse a certificar un acto de carácter público. El otro testigo, convocado por Llanos como uno de sus amigos y compañeros aquí en Viedma, era el Negro Dante Scatena” recordó Frías, días atrás, en una cordial charla en el jardín de su casa en la capital rionegrina.
El acta está protocolizada con el número 172 y lleva por título “Protesta Llanos Arturo c/intervención provincial”, el texto es muy ilustrativo y por eso se transcribe en forma completa.
“En Viedma, capital de la provincia de Río Negro, a primero de mayo de 1962, ante mí, escribano autorizante y testigos que se expresarán, comparece el señor Arturo Amadeo Llanos, argentino, libreta de enrolamiento 1.441.508, casado en primeras nupcias con doña Mary Rosa Mariani, domiciliado en General Roca de esta provincia, de paso aquí, mayor edad, hábil, de mi conocimiento, doy fe y dice: que habiendo sido electo Gobernador de la Provincia en los comicios del 18 de marzo próximo pasado y a los fines de cumplir con las obligaciones que le impone la Constitución provincial, procederá a trasladarse con el suscripto y los testigos a la Gobernación de esta provincia, para hacerse cargo de sus funciones, lo que hacemos siendo las diez horas; donde constituidos requerimos a una persona uniformada como Oficial Principal de la Policía, que dice llamarse Edmundo Moral, acompañado de personal policial armado, la presencia del Señor Interventor de la Provincia o el funcionario a cargo, a lo que nos contestó que cumpliendo órdenes expresas, que no puede informar en absoluto quien está a cargo de la casa y que está prohibida la entrada a la Casa de Gobierno (a excepción del personal administrativo). A continuación el compareciente le reitera su presentación y el motivo de la concurrencia y ante la imposibilidad de hacerse cargo, deja, el señor Llanos, expresamente formulada su protesta en el presente acto por la manifiesta obstrucción a la entrega del poder, dejando a salvo los derechos y acciones que por ley le puedan corresponder, solicitado testimonio de la presente. Previa lectura y ratificación, firma el compareciente como acostumbra, con los testigos del acto, el doctor Jorge Félix Frías y don Dante Scatena, vecinos, hábiles, de mi conocimiento, doy fe.”
Jorge Frías completó su recuerdo: “este hombre, el policía Moral que después llegó a comisario, no salía de su asombro, nunca se podía imaginar que se iba a encontrar en esa situación”.
Pasaron los años.
El escribano Llanos siguió dedicado a su profesión y siempre militó en las filas del PJ. En 1973 cuando el peronismo pudo llegar a la gobernación, ya sin proscripciones, el gobernador Franco lo designó como representante de la provincia en el directorio de Hipasam. Apreciado entre sus vecinos y colegas, con perfil bajo a pesar de su silueta elegante, falleció el 10 de abril de 1988, cuando acababa de cumplir 80 años.
Quizás porque nunca buscó un excesivo protagonismo su nombre es omitido en las listas de los gobernadores rionegrinos (nunca asumió, es cierto, pero el pueblo lo eligió) y tampoco se lo tuvo en cuenta al armar la galería fotográfica de ex gobernadores rionegrinos. (APP)
Nota: este artículo del Sr. Espinosa empieza "este domingo" que modifico por "El" y "cumplen" por "cumplieron".
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