Desde su exilio madrileño a comienzos de 1972, Juan Domingo
Perón difundió un "Mensaje Ambiental a los Pueblos y Gobiernos del
Mundo". Una copia fue dirigida al flamante Secretario General de Naciones
Unidas, el austríaco Kurt Waldheim.
Después de la Tierra, el Mar…
En el curso del último siglo el ser humano ha exterminado
cerca de doscientas especies animales terrestres. Ahora ha pasado a liquidar
las especies marinas. Aparte de los efectos de la pesca excesiva, amplias zonas
de los océanos, especialmente costeras, ya han sido convertidas en cementerios
de peces y crustáceos, tanto por los desperdicios arrojados como por el
petróleo involuntariamente derramado. Sólo el petróleo liberado por los buques
cisterna hundidos ha matado en la última década cerca de 600.000 millones de
peces. Sin embargo seguimos arrojando al mar más desechos que nunca, perforamos
miles de pozos petrolíferos en el mar o sus costas y ampliamos al infinito el
tonelaje de los petroleros sin tomar medidas de protección de la fauna y la
flora marinas.
…y el Agua Potable
La creciente toxicidad del aire de las grandes ciudades es
bien conocida, aunque muy poco se ha hecho para disminuirla. En cambio, todavía
ni siquiera existe un conocimiento mundialmente difundido acerca del problema
planteado por el despilfarro de agua dulce, tanto para el consumo humano como
para la agricultura. La liquidación de aguas profundas ya ha convertido en
desiertos extensas zonas otrora fértiles del globo, y los ríos han pasado a ser
gigantescos desagües cloacales más que fuentes de agua potable o vías de
comunicación. Al mismo tiempo, la erosión provocada por el cultivo irracional o
por la supresión de la vegetación natural se ha convertido en un problema
mundial, y se pretende reemplazar con productos químicos el ciclo biológico del
suelo, uno de los más complejos de la naturaleza. Para colmo, muchas fuentes
naturales han sido contaminadas; las reservas de agua dulce están pésimamente
repartidas por el planeta, y cuando nos quedaría como último recurso la
desalinización del mar nos enteramos que una empresa de este tipo, de dimensión
universal, exigiría una infraestructura que la humanidad no está en condiciones
de financiar y armar en este momento.
Alimentos y Armas
Por otra parte, a pesar de la llamada revolución verde, el
Tercer Mundo todavía no ha alcanzado a producir la cantidad de alimentos que
consume, y para llegar a su autoabastecimiento necesita un desarrollo
industrial, reformas estructurales y la vigencia de una justicia social que
todavía esta lejos de alcanzar. Para colmo, el desarrollo de la producción de
alimentos sustitutivos está frenada por la insuficiencia financiera y las
dificultades técnicas.
Por supuesto todos estos desatinos culminan con una tan
desenfrenada como irracional carrera armamentista que le cuesta a la humanidad
200.000 millones de dólares anuales.
A este maremagno de problemas creados artificialmente se
suma el crecimiento explosivo de la humanidad. El número de seres humanos que
puebla el planeta se ha duplicado en el último siglo y volverá a duplicarse
para fines del actual o comienzos del próximo, de continuar la actual “ratio”
de crecimiento. De seguir por este camino, en el año 2500 cada ser humano
dispondrá de un solo metro cuadrado sobre el planeta. Esta visión global está
lejana en el tiempo, pero no difiere mucho de la que ya corresponde a las
grandes urbes, y no debe olvidarse que dentro de veinte años más de la mitad de
la humanidad vivirá en ciudades grandes y medianas.
Política Demográfica
Es indudable, pues, que la humanidad necesita tener una
política demográfica. La cuestión es que aún poniéndola en práctica, ya con el
retardo con que comenzaremos, no producirá sus efectos antes de fin de la
década en materia educativa, y antes del fin de siglo en materia ocupacional. Y
que además una política demográfica no produce los efectos deseados si no va
acompañada de una política económica y social correspondiente. De todos modos,
mantener el actual ritmo de crecimiento de la población humana es tan suicida
como mantener el despilfarro de los recursos naturales en los centros altamente
industrializados donde rige la economía de mercado, o en aquellos países que
han copiado sus modelos de desarrollo. Lo que no debe aceptarse es que la
política demográfica esté basada en la acción de píldoras que ponen en peligro
la salud de quienes la toman o de sus descendientes.
Febrero 1972, Madrid.
Tras asumir Perón por tercera vez la presidencia de la
Argentina, el 12 de octubre de 1973, creó la primera Secretaría de Recursos
Naturales y Ambiente Humano de la Argentina y de la Patria Grande.
Al frente de la misma se encontraba la tucumana
Yolanda Ortiz que una apasionada doctora en Ciencias Químicas; que no provenía del justicialismo y con
simpatías con las posiciones de la democracia cristiana o del humanismo social cristiano. Había vivido en París
como becaria.
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