El 15 de marzo de 1892 nacía uno de aquellos hombres que más
tarde serían recordados como “Los Generales del Pueblo”, Manuel Savio. Este
Ingeniero Militar, que luego alcanzaría el grado de General de División, hizo
suyo el objetivo de industrializar la Nación, que por aquellos momentos se
caracterizaba por su modelo agro-exportador, sin mayores emprendimientos
industriales.
El General Savio fue el heredero de fray Luis Beltrán y el
continuador del legado materializado por el general Enrique Mosconi en YPF
durante las presidencias de Yrigoyen. Este patriota de acero tenía como
objetivo central la transformación de una economía agro exportadora y
dependiente, en una economía industrializada que, de la mano de el Estado,
asegure el desarrollo de la Patria en el plano de la independencia económica,
que a su vez posibilitara la soberanía política y la justicia social.
En 1936, con 44 años, Savio fue designado al frente de la
dirección de Fabricas Militares. Desde ese lugar impulsaría el desarrollo de la
industria pesada nacional, enviando un proyecto de ley por el cual se crearía
la Dirección General de Fabricaciones Militares (FM) y se autorizaba a realizar
exploraciones y explotaciones de metales de valor estratégico, como cobre,
hierro, plomo, estaño, manganeso, wolframio, aluminio y berilio, al igual que
no metales, como el azufre, minerales que no serían destinados a su exportación,
sino que servirían como insumos básicos para la industria nacional. Los
hallazgos y explotaciones que se realizaron desde FM fueron numerosos, siendo
los más destacables los del hierro de Puesto Viejo, al sur de Palpalá, en
Zapla; las arcillas y caolines bonaerenses, el uranio de Comechingones y de la
mina “Soberanía”, de Mendoza; el cobre de Los Aparejos, en Tinogasta,
Catamarca; el mineral del Paramillo, de Uspallata, Mendoza; la mina de hematita
La Santa, Pastos Grandes, Salta; y el cobre y la rodocrosita de Capillitas,
entre otras. Además, la ley autorizaba el desarrollo de un programa de
prospección geológico-minera en la Antártida Argentina.
Para el año 1943, a menos de 7 años de su creación como
organismo autárquico, el Gral. Savio había inaugurado 9 fábricas nuevas:
Fábrica de Acero y Pólvora y Fábrica de Explosivos de Villa María,
Fabricaciones Militares de Armas Portátiles “Domingo Matheu”, Tolueno
Sintético, Munición de Artillería Río Tercero, Munición de Artillería “Borghi”,
Vainas y Conductores Eléctricos E.C.A., Munición de Armas Portátiles “San
Francisco”, Materiales Pirotécnicos y Altos Hornos Zapla. Estas se sumaban a
las 3 ya existentes (Fábrica Militar de Equipos, Fábrica de Material de
Comunicaciones y Fábrica de Aviones).
Ya para el 7 de marzo de 1944, tendría lugar un hito de la
industria siderúrgica nacional, el comienzo de la construcción de la Planta
Industrializadora de Palpalá de Altos Hornos Zapla, cuyo horno se construiría
en hormigón armado (único en el mundo) por la escasez de materiales imperante
en ese tiempo y cuyo fuego seria alimentado por carbón vegetal ante la falta de
carbón mineral (para esto Savio activó el Vivero de Pirané, con 30 millones de
eucaliptos y 15.000 hectáreas).
Llegado el 11 de Octubre de 1945, apenas 1 año y 7 meses
después del comienzo de las obras, surgiría del Alto Horno el primer chorro de
hierro, sobre el cual Savio expreso que “iluminará el camino ancho de la Nación
Argentina”.
Luego de esto se realizaron otros importantes logros, como
la adquisición de la Sociedad Electrometalúrgica SEMA, rebautizada como Fábrica
Militar de Vainas y Conductores Eléctricos (latón militar para vainas, metales
para la industria manufacturera y una amplia gama de conductores eléctricos),
además de la inauguración de la Fábrica Militar de Materiales Pirotécnicos y de
la Fábrica Militar de Material de Comunicaciones y Equipos.
En 1946, ante la abrupta caída en el consumo nacional de
hierro y la escasez de materiales, el Gral. Savio suscribe su Plan Siderúrgico,
que luego sería transformado en ley, con el objetivo de producir acero en el
país utilizando materias primas y combustibles argentinos (complementando en
caso de ser necesario con materiales importados), para así ofrecer el
suministro a las industrias de transformación y terminado de acero, fomentando
la instalación de plantas de transformación y logrando de esa manera el
desarrollo de la industria nacional.
El Plan Siderúrgico, enmarcado en el Primer Plan Quinquenal
del gobierno de Juan Perón, daría a luz a una empresa emblema de la industria
nacional, SOMISA – Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina –, para realizar en el
país el proceso completo de producir acero a partir del mineral de hierro.
Desgraciadamente, en pleno desarrollo de su plan, el Gral. Manuel Savio murió a
raíz de un paro cardíaco, el 31 de julio de 1948, a la edad de 56 años,
estableciéndose ese día como el Día de la Siderurgia Argentina.
En los años posteriores, esta empresa contribuyó a la
industrialización del país, aportó grandes cantidades de dinero al fisco,
exportó cifras considerables y tuvo una facturación extraordinaria. Además,
como si fuera poco, promocionaba economías regionales y se abastecía de mineral
nacional. Es decir, constituía un factor estratégico de nuestra economía en
manos del Estado.
En el marco del neoliberalismo antipatria, SOMISA fue
desguazada y luego privatizada, pasando a formar parte del nefasto grupo
privado Techint, que pagó un mínimo porcentaje de su valor real. Altos Hornos
Zapla sufrió el mismo destino en 1999, siendo rematada por un precio cercano al
de su producción anual, y pasó a manos del empresario buitre Sergio Taselli.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.