Desde los años sesenta, un misterioso actor social tuvo
influencia en la vida política argentina: la masonería. Esa logia hundió sus
raíces en el siglo XIX y desde entonces despertó las más grandes intrigas y
teorías conspirativas en todo el mundo. Conducida por Licio Gelli, Propaganda
Due (P2) fue un desprendimiento de la masonería italiana en Argentina, y salió
a la luz por un descubrimiento casual en 1981 de un juez que se tornó bastante
conocido para Argentina durante los últimos años: Thomas Griesa.
Según cuenta Carlos Manfroni, autor de “Propaganda Due” -una
historia documentada para la cual revisó más de cien mil páginas de
documentación recientemente desclasificada-, el escándalo hizo caer al gobierno
de Italia. A partir de la investigación se descubrió una intrincada trama de
bancos tejida por los miembros de la logia, que involucraban incluso al banco
del Vaticano (IOR), dirigido por Paul Marcinkus. “El objetivo final para la
Argentina era llevar a Massera al poder, alejar a la Argentina del mundo
desarrollado (Malvinas) y convertir al país en una plataforma del crimen
organizado”, explica Manfroni.
Banqueros, funcionarios, servicios secretos, militares,
guerrilleros y la mafia italiana están involucrados en el libro. Como se
explica, los parlamentarios de Italia creían que la logia había tenido un papel
más importante en la Argentina que en Italia, pero como estaban dedicados a
investigar su país, pasaron por alto estas cuestiones. A tal punto era su
influencia que el líder de P2 tenía como objetivo manejar la política en la
Argentina. Afortunadamente toda la documentación fue archivada, y ahora
desclasificada.
“Gelli se decía a sí mismo 'El Titiritero', porque movía los
hilos a un lado y otro del escenario político”, dice Manfroni. Aquí, una recopilación
de las revelaciones más jugosas del libro (Sudamericana | 504 páginas | 399
pesos).
Sobre Perón, Cámpora y Aramburu. Cámpora fue candidato no porque lo decidiera
Perón, sino porque lo decidió la logia. La mal llamada cláusula proscriptiva
del 25 de agosto de 1972 se inventó para disimular esa decisión.
Aramburu fue asesinado justo cuando estaba dialogando con
Perón, por medio de terceras personas, para promover su regreso y una apertura
democrática, tras un golpe que pensaba dar contra Onganía, que quería quedarse
20 años en el poder. Después de ese asesinato, cayó Onganía; y Licio Gelli,
jefe de Propaganda Due, negoció con Lanusse la apertura democrática y la
candidatura de Cámpora.
Cuando Perón decidió que Cámpora se hiciera a un lado y
llamar a elecciones, dos días después de los comicios en los que Perón ganó con
más del 60% de los votos, Montoneros mató a Rucci para aislarlo del movimiento
obrero. Después mató a Mugica para aislarlo de la juventud.
Cuando Perón estaba en Roma a punto de regresar, los únicos
que se reunieron con él en el hotel Exelsior, sede de la P2, fueron los
miembros de la cúpula montonera y López Rega. Los peronistas históricos, no.
Sobre Eduardo Emilio Massera. El verdadero candidato de la
logia fue siempre Massera. Perón era necesario para acercar a Massera al poder.
Cámpora era necesario para generar un caos que permitiera después el golpe. Los
montoneros confesaron que ellos preferían el golpe por sobre el gobierno de
Isabel. Querían a Massera (no la tropa, que ignoraba todo, sino la cúpula).
Todos los testigos del pacto de Montoneros con Massera
fueron asesinados. Además de los conocidos (Hidalgo Solá, Holmberg, Dupont),
estaba el capitán Gándara. Fue asesinado en 1976, cuando se disponía a
denunciar el pacto. Rodolfo Walsh lo nombra en su Carta Abierta a la Junta
Militar y el mismo día que estaba distribuyendo esa carta fue capturado por la
Marina y desapareció.
Producido el golpe militar, Massera intenta desplazar a
Videla matando al equipo económico. Los negocios de la logia, además, chocaban
con la estructura económica de ese momento: petróleo, acero, armas, finanzas.
Para eso, Massera, concertado con Montoneros, armó la Contraofensiva Montonera,
en la cual los guerrilleros actuaron con zonas liberadas.
Otro negocio de la logia fue el Mundial 78, para lo cual la
Marina mató al general Actis, un hombre honrado que fue su primer presidente,
de manera que el almirante Lacoste pasara a manejar ese dinero (más de U$S 700
millones).
Sobre Malvinas. La guerra de las Malvinas también fue
impulsada por la logia y por Montoneros, además de Massera. Inglaterra estuvo
dos veces a punto de devolver las Malvinas: la primera vez con Perón, pero él
murió y el canciller Vignes (P2) truncó la negociación. La segunda vez con
Thatcher, pero la Cancillería, dominada por Massera, nunca contestó. Poco antes
de la guerra, Thatcher había convencido al Parlamento británico, con la furia
de los almirantes ingleses, para que desmantelaran la flota de superficie e
hicieran crecer la flota de submarinos, como se lo pedía Estados Unidos. La
guerra salvó la flota de superficie de Gran Bretaña. Thatcher probó, de la peor
manera, la efectividad de uno de sus submarinos.
Sobre Thomas Griesa. El que sin querer destapó la cuestión
de Propaganda Due fue el juez Thomas Griesa, en 1980, cuando enjuició al
banquero Michele Sindona por la quiebra del Franklin National Bank de Nueva
York. Sindona era miembro de la logia.
Sobre el Banco del Vaticano. Monseñor Paul Marcinkus,
presidente del IOR (Banco del Vaticano), tenía como asesor a Michele Sindona,
miembro de la logia P2, y como socio del banco en otros emprendimientos
financieros a David Kennedy, dueño del Chicago Illinois Bank y secretario del
Tesoro de Richard Nixon.
Sobre Juan Pablo I. Cuando, aconsejado por Sindona,
Marcinkus decide vender la Banca Católica del Venetto, que daba créditos
blandos para obras de la Iglesia, monseñor Albino Luciani, obispo de Venecia,
protestó ante monseñor Benelli sin resultado. Tiempo después, Luciani fue el
Papa Juan Pablo I y una de las primeras cosas que hizo fue pedir cuentas de las
finanzas del Vaticano. A los 30 días murió.
Sobre el Banco Ambrosiano. Por medio del banco Ambrosiano,
controlada por la logia y en cuyo directorio estaba Marcinkus, se vendieron
armas italianas a la mafia sirio-turca. La mafia pagaba con heroína y morfina,
que se introducían en Italia.
Roberto Calvi, el presidente del Banco Ambrosiano, apareció
colgado de un puente en Londres. La policía de la ciudad de Londres cerró el
caso como suicidio; pero el libro aporta un telegrama del FBI que desconfió
desde el primer día de esa conclusión, sobre todo porque la misma noche la
secretaria de Calvi cayó por una ventana en Italia.
Calvi fue asesinado por la logia por dar dinero para el
sindicato Solidaridad, de Polonia, que confrontó contra el gobierno comunista
de su país. El primer ministro, Giulio Andreotti, lo había amenazado de muerte
por eso, según declaró la viuda de Calvi ante el Parlamento de Italia.
La logia Propaganda Due fue formada por fascistas, pero su
jefe, Licio Gelli, después de haber sido fascista, trabajaba para el KGB.
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