“Perón, el virus de la decadencia argentina” por HÉCTOR ROMÁN.
Trataré de contar en estas líneas una pequeña parte de lo vivido en mis 84 años con los gobiernos peronistas.
En enero de 1951 ingreso al ferrocarril como aspirante de maquinista. A los pocos días el jefe del taller me dice “Usted ha entrado con el pie izquierdo” porque “No me había afiliado al partido”. Asombrado pregunté qué partido. Se enojó más y me dijo que en este país hay un solo partido y es el peronismo.
Tenía 18 años. Siempre cumplí con mi trabajo, era muy controlado. Esto me incentivó en mi carrera, estudié en mis horas libres, todos los exigentes exámenes que rendí los aprobé –de foguista, maquinista, inspector, instructor–, nunca tuve nada que agradecer a ningún partido político. Sin embargo, muchos compañeros para conseguir el certificado de conducción se afiliaban y lo obtenían sin estudiar. Así le fue a la empresa con la circulación de los trenes... desastrosa.
Recuerdo que en 1954 Perón interviene el gremio La Fraternidad, toma presa a parte de la comisión directiva, el resto se exilia.
Le cuento uno de los tantos casos de obsecuencia ciega al peronismo: llegan la comisión ejecutiva, presidente, secretario y secretaria de actas, se abre el debate. De inmediato un compañero solicita previo orden, la presidencia le pide que lo fundamente. Éste le pide la expulsión del gremio del compañero secretario por haberse olvidado de colocar la silla simbólica de la compañera Evita (resulta que en todas las asambleas se tenía que colocar una silla vacía entre el presidente y el secretario), y ese día lo crucificaron. Se armó un gran revuelo y luego lo perdonaron, pero el denunciante hizo mérito de buen peronista.
Después de conocer parte de su historia militar, participó del golpe del 4 de julio de 1943, se capacitó en la Alemania nazi y en Italia aprendió de Mussolini con la Carta del Lavoro cómo dominar masas, aplicándola en su país y engañando a la clase trabajadora. Porque las leyes laborales surgieron de las luchas obreras antes de la llegada del peronismo, los socialistas A. Palacios y A Moreo, El Justo, fueron los que las crearon al igual que el voto femenino.
Convertido en un demagogo y en un tirano, engañó a muchos argentinos, no ahorraba decisiones para tener poder. Recuerdo ver pasar los trenes de carga con hermanos del norte del país hacia Capital Federal y ubicarlos en villas de emergencias, una en cada circunscripción electoral para poder ganar las elecciones, y ni así ganó nunca. Esas villas quedaron, y vean el resultado actual. ¿Por qué no creó fuentes de trabajo en sus provincias con sus riquezas naturales?
Leí el libro de Félix Luna, “Perón y su tiempo: la Argentina era una fiesta”. Cuántos argentinos tendrían que leerlo... se enterarían de la maldad de este personaje.
En el 46 hereda un país con gran riqueza, el peso argentino cotizado en todo el mundo. Perón mismo decía que no se podía caminar por los pasillos del Banco Central por los lingotes de oro.
En 1949 había despilfarrado todo y comenzó la inflación hasta el día de hoy. Comenzó la persecución a los opositores, peronismo y antiperonismo; familias enteras divididas. En España, en el exilio apoyaba a los grupos guerrilleros que asolaban el país.
Llega Cámpora al gobierno. Con Perón al poder, abre las cárceles y libera a delincuentes comunes y terroristas.
Llega Perón de España, en Ezeiza los peronistas gritaban unos “la patria peronista” y otros la “patria socialista”. Se mataban entre ellos. Comenzó la guerra por el poder. López Rega, con el aval de Perón, crea la Triple A. Los montoneros se dan cuenta de que fueron engañados y le declaran la guerra. Se produce derramamiento de sangre entre hermanos, secuestros extorsivos. Al presidente de Fiat, Sallustro, le sacaron varios millones de dólares, luego lo mataron. Robos a bancos, ataques a cuarteles; colocaban bombas, mataban a inocentes y hubo gremialistas muertos cobardemente.
Un 1 de mayo en la plaza se enoja con los montos.
Muere Perón. Toma el gobierno Isabel y López Rega. El país se termina de descalibrar. Los grupos guerrilleros estaban cada vez más agresivos, por culpa de esos tontos idealistas. Luder firma con el gobierno el decreto de aniquilación de la guerrilla. Toman el gobierno los militares, acatan la orden y le entablan la guerra a estos grupos de asesinos, derrotándolos.
Luego de analizar parte de esta historia, ¿qué duda se puede tener de que el responsable de lo sucedido entre 1943 y el corriente año es el peronismo?
Astor Piazzolla lo definió con una frase: “Perón pudrió todo” (diario “La Razón”).
Carta de lectores publicada en Diario "Río Negro", 03/06/2017.
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