Ya es el colmo. Que Perón haya instalado el peronismo tiene que ver con el peso específico de su figura y su rol fundamental en la política argentina, tiene lógica y hasta razón de ser. Pero en nuestro país cualquier politicastro de turno que junte un puñado de miles de votos o varios puñados, da lo mismo, enseguida se empeña en ponerle su nombre al movimiento que representa. Surgen así el menemismo, el delarruismo, el kirchnerismo, el cristinismo, el macrismo, el massismo y las últimas adquisiciones que enorgullecen a unos pocos: el randazzismo y el larretismo.
La verdad, da risa ver el intento de pasar a la historia con una etiqueta que seguramente no resistirá unos pocos años. Imaginemos por un momento que este vicio ridículo de personificar los movimientos se traslade a otros ámbitos y así tendríamos que oír y leer cosas tales como: el gallardismo, el schelottismo, el sampaolismo y el messismo y en el mundo del fútbol. Del espectáculo nos caerían el tinellismo, el suarismo, el legrandismo, el gimenismo, el casanismo y el darinismo. Como se ve, una cantidad de gentilicios neologistas sin sentido y que le dan al personaje un costado ridículo que no paga con el ego agrandado de ver parte de su nombre en pancartas, banderas, gorras y vinchas.
Publicado en Diario "La Prensa", 1° de Junio de 2017.
Foto: web.
Publicado en Diario "La Prensa", 1° de Junio de 2017.
Foto: web.
muy cierto,cualquiera que tenga algun conocimiento minimo de politica sabe que cosas como el chavismo,el correismo,el kirchnerismo,el cristinismo etc....son lo mismo y representan lo mismo que es el tal "socialismo del siglo 21"(que en realidad solo es un mero proteccionismo o reformismo) no hay por que ponerle el nombre de todos y cada uno de los que lo representan en cada pais.
ResponderBorrar