Que la curva de casos de Covid-19 picó en punta, que los casos por circulación comunitaria crecieron del 4 al 35 por ciento y los positivos sin nexo epidemiológico definido del 5 al 22,5, que la duplicación de casos se da cada 13 días, y que por cada infectados se contagia 1,17 persona son datos que muestran que “ésta es otra fase”, dijo el intendente Pablo Javkin. Así y todo, el secretario de Salud, Leonardo Caruana, en una síntesis de la evolución de la pandemia, insistió en que “la curva no es exponencial” y valoró indicadores positivos: la tasa de ocupación de camas críticas por coronavirus no supera el 5 por ciento y la tasa de letalidad de la ciudad está en el 0,8. Un número clave: Córdoba la triplica con 2,4 por ciento y la Ciudad de Buenos Aires (Caba) tiene un 2,3. Por eso, la estrategia de la ciudad es amplificar los recursos para pese a tener circulación comunitaria del virus, seguir rastreando los contactos estrechos ante cada positivo e intentar reducir así el número de infectados. Ante el volumen actual, un equipo específico de cien personas realizará ese trabajo los siete días de la semana.
Las prioridades en lo macro fueron marcadas por el intendente. “Miramos los indicadores sanitarios en su multidimensión, sabiendo que llevamos cinco meses y que tenemos varios más por delante; sabiendo de la necesidad de defender la actividad económica y laboral, y también emocional de la gente”, remarcó Javkin, quien, además, de cara a un fin de semana largo y soleado insistió en la importancia de respetar las normas de cuidado.
La foto actual, que en rigor corresponde a 10 días atrás, muestra que la ciudad tiene 1.260 casos confirmados, de los cuales 379 están activos y 868 recuperados, lo que representa un porcentaje de recuperación del 69 por ciento. Una decena de fallecidos, y una tasa de letalidad de 0.8 por ciento.
Para dar dimensión a esos números, Caruana planteó la comparación con otras dos ciudades el país, Caba y Córdoba, fundamentalmente la segunda por sus dimensiones y características poblacionales similares.
Si bien Rosario está frente a una clara curva de ascenso en el número de casos, la tasa de morbilidad, es decir de enfermos por cada 100 mil habitantes, es de 126, un número que en Córdoba es levemente superior (132), pero en en la capital es 19 veces mayor (2.426).
La tasa de mortalidad, también registrada cada 100 mil habitantes, es de 1 en Rosario, la triplica Córdoba con 3,2 y se dispara a 55,6 en Caba. Sobre la tasa de letalidad, el escenario es similar: Rosario se ubica muy por debajo con un 0,8 por ciento, le sigue Capital Federal con 2,3 por ciento y Córdoba la triplica con un 2,4 por ciento.
La evolución. A la hora de mostrar la evolución desde el caso uno en la ciudad (aquel paciente que ingresó al Carrasco recién llegado de Inglaterra), el secretario de Salud marcó tres fechas clave: el 22 de abril, cuando a poco más de un mes de declararse la pandemia Rosario tenía 98 positivos; el 21 de junio, cuando el contagio se vinculaba a la llegada de personas provenientes de zonas con circulación del virus y los casos llegaban a 122; y el jueves 13 de agosto, cuando el número se elevó a 1.260.
Si bien la distribución por género y por edad se mantuvo, ya que siguen siendo los adultos jóvenes los que más se enferman; el número de enfermos no fue lo único que se modificó a lo largo de estos tres momentos. Teniendo el cuenta los focos de contagio, se ve claramente cómo los casos importados pasaron de representar el 34 por ciento de los positivos, se mantuvieron en abril en un 35 por ciento y cayeron en picada en estos días, representando apenas el 4,8 por ciento de los casos.
La contracara fue el crecimiento del contagio por circulación comunitaria que, del 4,1 por ciento cayó a un punto en junio y ahora se multiplicó al 35,4 por ciento. En ese contexto, los positivos en investigación sin un nexo epidemiológico claro, ubicados en un 5,7 por ciento en abril y un 2,1 por ciento en junio, treparon al 22,5 por ciento.
En cambio, los contactos estrechos siguen siendo un foco de circulación del virus que se mantiene más o menos estable desde el inicio, representando entonces el 37,7 por ciento, y cayendo apenas al 35,1 por ciento a mitad de año, y unos puntos más (28,3%) en estos días.
Señales de alerta. Sin embargo, la lectura de los índices, aclara Caruana una y otra vez, “es multidimensional y no puede mirarse solamente el número de casos”.
Un factor que las autoridades no pierden de vista es el promedio de casos secundarios a partir de cada uno, que actualmente esta en 1,17, un indicador que buscan empujar por debajo de uno nuevamente y que las mantiene alertas para que no se dispare. Otro es el tiempo de duplicación de casos, que ahora está en 13 días, pero fundamentalmente el nivel de ocupación de las plazas hospitalarias y centralmente las camas de cuidados intensivos.
Allí, indicaron que las camas de terapia, es decir las equipadas con asistencia mecánica respiratoria, ocupadas por pacientes Covid no supera el 5 por ciento en el sector público ni en el privado; y, teniendo en cuenta también otras patologías, la ocupación está en el 42 y el 53 por ciento en los privados y públicos respectivamente.
“Ese es un indicador que miramos mucho”, señaló el funcionario, estableciendo como techo máximo la superación del 80 por ciento de la ocupación de plazas.
Publicado en Diario "La Capital" de Rosario.
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