Por Carlos Pesado Palmieri *
La Patria "es un dolor que no tiene bautismo", y el amor a Dios y a la Patria no son dos sentimientos, sino uno solo, en la apretada síntesis que une el decir de dos grandes poetas argentinos: Leopoldo Marechal y Leonardo Castellani.
Dar la vida por la Patria no solo es un acto inaudito de coraje y templanza, sino, a la vez, la más alta expresión del sacrificio personal en aras de su defensa.
En la tradición religiosa del catolicismo, la conmemoración del Día de Difuntos es de antigua data: más de diez siglos en Francia, y adoptada universalmente por el papado en el siglo XVI.
En el Occidente cristiano, quienes perdieron su vida por la Patria son recordados, por ejemplo, en el Arco de Triunfo de Francia, en la Abadía de Westminster de Gran Bretaña, en el Altar de la Patria de Italia, en el Cementerio Nacional de Arlington de Estados Unidos.
En nuestro país, el Día de los Muertos por la Patria se debió a la iniciativa, en 1908, del profesor correntino Dr. José Alfredo Ferreira. Justo ha sido ese noble homenaje, rendido año tras año, desde entonces.
La Argentina era un sonoro nombre desde el siglo XVI; pero sus gestas por la libertad y la soberanía fueron, desde los inicios del siglo XIX, una constante de nuestra identidad independiente, lograda por la sangre de soldados ciudadanos que ofrendaron sus bienes y sus vidas.
Nuestros próceres, los conocidos y los anónimos, simbólicamente están presentes en las tumbas y cenotafios monumentales, como el del Soldado Desconocido de nuestra Independencia que yace junto a los restos del Libertador, erigido en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.
En la fachada del templo, se señala la siguiente frase: Aquí descansan los restos del Capitán General D. José de San Martín y del Soldado Desconocido de la Independencia. ¡Salúdalos!.
La Argentina épica, cuya última efeméride se remonta al conflicto armado de 1982, tuvo héroes por sobre opiniones incalificables de pseudo periodistas. Héroes, la mayoría jóvenes, que fueron hombres aguerridos, no niños; porque otra es su dimensión, desde el Tambor de Tacuarí hasta el más adolescente de los soldados que allí cayeron defendiendo el suelo patrio.
En muchas ciudades de nuestro país, hay cenotafios, monumentos y placas que recuerdan a nuestros caídos en esa gesta; y, más allá de aquellos cuyos restos mortales pudieron ser reconocidos en los últimos años, se hallan, en la aún no redimida tierra malvinense, los que yacen en el cementerio militar argentino de Darwin, por defender el pabellón patrio.
En noviembre del año 2000, mediante la Ley 25.370, el día 2 de abril fue declarado Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas.
Nuestro eximio poeta Orlando Mario Punzí, oficial de nuestro Ejército, portabandera de cadete, coronel de la Nación, maestro, ingeniero militar y abogado, pudo, en versos inefables, escribir en su "Canción de los muertos por la Patria": "Llámanos Patria / Piel de jaguar colgada de los hombros de América. / No te pedimos nada / moriremos por ti de mil maneras, / fusilados de frente, / clavados en las rojas bayonetas / o atados a los bárbaros cañones / por el dios ancestral de la pelea. / (...) Por los soldados muertos / que amamanta la leche de tu tierra, /llámanos Patria: Piel de Jaguar colgada de los hombros de América".
* Instituto Argentino de Historia Militar.
Publicado en Diario "La Prensa", 2 de noviembre del 2020.
http://www.laprensa.com.ar/495319-2-de-noviembre-Dia-de-los-muertos-por-la-Patria.note.aspx
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