Robert Cox, del "Buenos Aires Herald", un ícono de la prensa libre durante la dictadura |
El libro de Hernán Dobry contiene cinco capítulos: "La dictadura y la prensa", "La prensa y los desaparecidos", "La censura y la prensa judía", "La prensa judía y la dictadura" y "La prensa judía y los desaparecidos". A este despliegue se suma un capítulo con la historia de "Nueva Presencia", medio judío dirigido Herman Schiller, uno de los periodistas más críticos de la dictadura. Y que junto con el rabino Marshall Meyer se probó en coraje sin cautela en la lucha por los derechos humanos. En realidad, el libro es un homenaje permanente a la labor de Schiller y sus páginas.
En el capítulo "La dictadura y la prensa", Dobry reflexiona sobre los términos en que la escasa prensa que no fue cómplice de la dictadura –que fue la mayoría– buscaba la forma de no callar sobre el horror con que se reprimía toda disidencia.
"La intención del gobierno era clara: imponer el imperio del 'de eso no se habla' y 'el silencio es salud'. Los diarios 'The Washington Post' y 'The New York Times' dejaron plasmado en sus páginas el clima que vivía la prensa en la Argentina. 'Se dejó que los directores interpretaran por sí mismos las regulaciones que les decían que evitasen el sensacionalismo, la obscenidad y la violencia. Según la orden. Habían de inducir la restauración de los valores del orden, trabajo, entrega, sinceridad y responsabilidad en el contexto de la moral cristiana y evitar la propagación de las opiniones de personas no cualificadas y que carecen de autoridad para expresarse sobre cuestiones de interés público', resaltaba el 'Post'".
Hernán Dobry sostiene entonces que ante este encuadre de la dictadura "los medios tenían la posibilidad de encontrar espacios para informar lo que ocurría. Estaba en cada uno buscar el camino posible para hacerlo".
Claro está, y avalado por la historia, que el grueso de los diarios no se interesó en buscar ese camino. Incluso los grandes diarios nacionales.
No fue el caso –y también lo avala la historia– de "Río Negro". Dobry señala que Julio Rajneri, director del medio, recuerda que "no había un criterio uniforme para la censura. Eso nos mostró que había una zona difusa que se podía explorar". Y desde esa zona "Río Negro" no se calló.
Dobry también apela al testimonio del periodista James Neilson, por entonces columnista del diario "The Buenos Aires Herald" (de valiente actitud en la época) y hoy miembro de "Río Negro". Y reflexiona sobre este tema el veterano periodista Robert Cox, director del mismo medio: "Los dilemas eran muchos y andando el tiempo iban a multiplicarse. La necesidad práctica de convivir con una dictadura, aceptarla o reconocerla, era evidente, pero corruptora: ¿cuántas concesiones podría hacer un periodista sin convertirse en un hipócrita cabal?".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.