Celedonio Esteban Flores (1896 – 1947) |
Dice Julio Nudler acerca del “Negro Cele” como se lo apodaba
a Celedonio Flores “nació en Buenos Aires, en el barrio de Villa Crespo, en el
que convivían criollos e inmigrantes de diferentes orígenes. En ese activo foco
de cultura popular transcurrió su infancia y su adolescencia, convirtiéndose en
los años '20 en poeta y letrista de gran popularidad. Sus tangos, muchas veces
sentenciosos y moralizantes, con magistrales descripciones de sus pers najes,
recurrían abundantemente al lunfardo, el argot local. Como en el caso de otros
célebres letristas, Flores fue, al mismo tiempo, poeta culto y popular. De
hábitos bohemios, fue también boxeador. Su mejor etapa creativa abarcó hasta
los primeros años '30”.
El joven Celedonio Flores era un morocho de barrio porteño, robusto de cuerpo y retacón era recitador de versos de grandes poetas como ser Rubén Darío, Amado Nervo, la poetisa Alfonsina Storni y Evaristo Carriego.
Fue el creador de una obra memorable "Margot", un
tango con una letra muy ocurrente y burlesca de “las mujeres creídas” de las muchachas del barrio que se afrancesa y pasa a ser de “Margarita” a llamarse
“Margot” y se pervierte para huir a su destino de pobreza y escalar a toda
costa en la escala social.
"Margot" en la voz del uruguayo Julio Sosa que cantaba como los dioses...
Carlos Gardel popularizó muchos versos de Celedonio Flores
como "Mano a mano", "El bulín de la calle Ayacucho, "Mala
entraña", "Canchero" y "Pan" que fue una descarnada
crítica social y un drama frente a la miseria que siguió a la crisis de 1930 escrito en
el año 1932.
Él sabe que tiene para largo rato,
la sentencia en fija lo va a hacer sonar,
así –entre cabrero, sumiso y amargo–
la luz de la aurora lo va a saludar.
Quisiera que alguno pudiera escucharlo
en esa elocuencia que las penas dan,
y ver si es humano querer condenarlo
por haber robado... ¡un cacho de pan!
Sus pibes no lloran por llorar,
ni piden masitas,
ni dulces, ni chiches... ¡Señor!
Sus pibes se mueren de frío
y lloran hambrientos de pan...
La abuela se queja de dolor,
doliente reproche, que ofende a su hombría.
También su mujer,
escuálida y flaca,
con una mirada
toda la tragedia le ha dado a entender.
¿Trabajar?... ¿En dónde?... Extender la mano
pidiendo al que pasa limosna, ¿por qué?...
Recibir la afrenta de un ¡perdone, hermano!
él que es fuerte y tiene valor y altivez.
Se durmieron todos, cachó la barreta,
si Jesús no ayuda, que ayude Satán.
Un vidrio, unos gritos, carreras, ¡auxilio!...
Un hombre que llora, y un cacho de pan.
Edmundo Rivero... canta "Pan".
Es el creador de "Atenti pebeta”:
Cuando estés en la vereda y te fiche un bacanazo,
vos hacete la chitrula y no te le deschavés;
que no manye que estás lista al primer tiro de lazo
y que por un par de leones bien planchados te perdés.
Cuando en un reportaje le preguntaron como creaba sus
éxitos, respondió: “Busco un pedazo de vida, la vivo intensamente en mi
interior, la tomo en serio y despacito, y con cuidado, y voy haciendo el verso.
Como he vivido un poco, como he dado muchas vueltas, como conozco el ambiente
canalla, tengo la pretensión de vivir mil personajes. No soy de los que creen
que el tango cómico sea la expresión de lo que siente el pueblo; sabemos todos
que el tango es triste, como toda la música de nuestra tierra.”
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