“Camila: mueres conmigo: ya que no hemos podido vivir juntos
en la tierra, nos uniremos ante Dios. Te
abraza – tu Gutiérrez”.
Desde el exilio en Inglaterra escribió el Brigadier Don Juan
Manuel de Rosas: “Siendo mía la responsabilidad ordené la ejecución. Mientras
presidí el gobierno de Buenos Aires con la suma del poder por la ley, Goberné
según mi conciencia. Soy, pues, el único responsable de todos mis actos, de mis
hechos buenos como de los malos, de mis errores como de mis aciertos.”
Este hecho, explotado por los opositores de Rosas al le sacaron muy buen provecho, ocurrió un 18 de Agosto de 1.848 final trágico de un amor
prohibido.
En diciembre de 1847 trasciende en Buenos Aires la fuga de
la señorita Camila O’Gorman con el sacerdote Ladislao Gutiérrez.
Camila O´Gorman provenía de una familia patricia era hija de
Adolfo O´Gorman, por la línea paterna era nieta de la también célebre
"Perichona" -Madame Perichon, y de doña Joaquina Ximénez y Pinto.
Tenía unos 18 años cuando conoció al sacerdote jesuíta de la Iglesia del Socorro, Ladislao Gutiérrez, llegado de Tucumán sobrino del Gobernador Celestino Gutiérrez.
La joven Camila cantaba en las ceremonias religiosas y el sacerdote visitaba su casa paterna. Nace un amor clandestino.
Tenía unos 18 años cuando conoció al sacerdote jesuíta de la Iglesia del Socorro, Ladislao Gutiérrez, llegado de Tucumán sobrino del Gobernador Celestino Gutiérrez.
La joven Camila cantaba en las ceremonias religiosas y el sacerdote visitaba su casa paterna. Nace un amor clandestino.
El 12 de diciembre Camila O´Gorman abandonó su casa y Gutiérrez su curato, y desafiando el
escándalo y las rígidas pautas de la época, sin
ninguna protección y sin recursos; escaparon hacia el lado de Luján
llegando a Santa Fe. De aquí pasaron al
Paraná donde obtuvieron pasaporte bajo los nombres de Máximo Blandier,
comerciante y natural de Jujuy, y Valentina San, esposa del primero; y de Entre
Ríos siguieron a Corrientes, estableciendo en el pueblo de Goya una escuela
para ambos sexos. Allí vivían felices
ganando su pan diario.
En ese momento el Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas
no tenía conocimiento de la fuga de Gutiérrez y de Camila sino varios días
después que ella se verificó buscaba “tapar” el hecho atribuyendo a cualquier
motivo.
Fue uno de los hechos trágicos de nuestra historia argentina que marcó
“un antes y un después”.
Fue un suceso inesperado que convierte a la joven Camila O´Gorman en la protagonista de un drama pasional
durante el segundo gobierno de Rosas.
¿Qué hizo Rosas…? Pone en movimiento la policía, hace fijar
en los sitios más apartados carteles con la filiación de los prófugos Camila y
Ladislao y envió esta filiación a los gobiernos federales, pidiendo de manera encarecida la captura y remisión de
los mismos.
Rosas es presionado por el mismo padre de Camila y por la
Iglesia Católica y Rosas ordenó que fueran devueltos a Buenos Aires engrillados
e incomunicados.
El Gobernador Virasoro de Corrientes se lo comunicó a Rosas, y le
remitió los prófugos a Buenos Aires en un buque de vela. Rosas quería librar al
sacerdote Ladislao Gutiérrez de la justicia ordinaria para que este fallo de
ésta sirviese de "lección severa y ejemplar" al Clero con el que tenía diferencias y
recluir a Camila O´Gorman en la Casa de Ejercicios durante el tiempo que lo
creyeran prudente sus padres.
Pero como dice el
dicho popular “el diablo siempre mete la cola” y ¿Qué pasó? los enemigos de Rosas explotaron
el escándalo amoroso con una crueldad
singular sobre todo desde la prensa de Montevideo donde residían muchos exiliados
contrarios al gobierno de Rosas.
Esta propaganda generó los efectos deseados, logra sus fines
y se decidió a imponer el castigo ejemplar que éstos demandaban.
La sentencia se cumplió el 18 de agosto de 1.848, ante el
horror de la familia O´Gorman que nunca se imaginaban este fatal desenlace.
La ejecución tuvo momentos dramáticos por ser la primera vez que una mujer sufría pena de muerte, máxime estando avanzadamente embarazada.
La ejecución tuvo momentos dramáticos por ser la primera vez que una mujer sufría pena de muerte, máxime estando avanzadamente embarazada.
Lucía Gálvez escritora argentina, nieta del gran Manuel Gálvez, relata:
“Cerca de la hora, Gutiérrez hizo llamar a Reyes a su calabozo. El ex cura estaba sentado en el catre, vestido con levita y pantalón negro. Su semblante dejaba entrever la tempestad de sentimientos que lo acosaba. Intentó disimularlos y con forzada cortesía se puso de pie al verlo entrar y le dijo: "–Lo he llamado para que me diga si Camila va a tener igual suerte que yo.
“Cerca de la hora, Gutiérrez hizo llamar a Reyes a su calabozo. El ex cura estaba sentado en el catre, vestido con levita y pantalón negro. Su semblante dejaba entrever la tempestad de sentimientos que lo acosaba. Intentó disimularlos y con forzada cortesía se puso de pie al verlo entrar y le dijo: "–Lo he llamado para que me diga si Camila va a tener igual suerte que yo.
"–Prepárese para oír lo más terrible: Camila va a morir
también.
"Me pareció que Gutiérrez demostraba cierta
satisfacción.
"–Gracias –contestó con voz fuerte."
Luego le pidió que entregara a Camila un papelito. Sacó de
la gorra de piel que llevaba un lápiz y escribió:
"Camila mía: acabo de saber que mueres conmigo. Ya que
no hemos podido vivir en la tierra, unidos, nos uniremos en el cielo, ante
Dios. Te abraza, tu Gutiérrez."
Sentaron a cada uno de ellos en una silla, cargada por
cuatro hombres a través de dos largos palos. Como a todos los condenados, les
vendaron los ojos y, escoltados por la banda de música del batallón, los
llevaron al patio rodeado de muros. Bajo el pañuelo, los ojos de Camila dejaban
escapar dos hilos de lágrimas que, a pesar del dominio de sí expresado en un
rostro inmutable, no podía evitar.
Mientras los soldados los ataban nerviosamente a los
banquillos, Camila y Gutiérrez pudieron hablarse y despedirse, hasta que este
último comenzó a gritar: "Asesínenme a mí sin juicio, pero no a ella, y en
ese estado ¡miserables...!".
Sus palabras fueron acalladas por el capitán Gordillo, que
mandó redoblar los tambores e hizo la señal de fuego. Cuatro balas terminaron
con su vida.
Después, se oyeron tres descargas y Camila, herida, se agitó
con violencia. Su cuerpo cayó del banquillo y una mano quedó señalando al
cielo. "... en la vecindad quedó el terror de su grito agudísimo, dolorido
y desgarrador..."
Esta historia de amor de inocentes víctimas de intereses
políticos iba a convertirse con el tiempo en el suceso más imperdonable del
gobierno de Rosas... Sería el comienzo del fin.”
En el cine: CAMILA, de María Luisa Bemberg.
Fuentes de información utilizadas para esta efemérides
argentina: Revisionistas de San Martín artículo “Camila O'Gorman” del Dr. Julio R. Otaño , “Camila O’ Gorman
& Ladislao Gutiérrez: el amor más prohibido” de Lucía Gálvez (30/1/2005),
wikipedia y Revisionistas.com.ar
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