ASTOR PIAZZOLLA no pasó indiferente se puede decir con
Eladia Blázquez que "honró la vida" y dejó polvadera su paso.
Fue adorado, atacado y hasta odiado, silenciado, reconocido
todo al mismo tiempo.
Hijo de padres inmigrantes italianos de la ciudad de Trani
(en la región de Puglia), llamados Vicente Nonino Piazzolla y Asunta Manetti.
A los cuatro años el niño Astor viajó con su familia a
radicarse a Nueva York.
Su padre, siendo niño, le regaló un bandoneón de segunda mano que había comprado por 19 dólares.
Su padre, siendo niño, le regaló un bandoneón de segunda mano que había comprado por 19 dólares.
Dicen que lo tocaba a regañadientes porque él hubiese
preferido una armónica.
Astor con un destino vinculado al tango a los 13 años ya dominaba básicamente el
bandoneón y tocó en la orquesta que acompañó a Carlitos Gardel en la
película “El día que me quieras” e hizo
de canillita. Piazzolla cuenta que después de escucharlo tocar el bandoneón,
Gardel le dijo: "Mirá pibe, el fuelle lo tocás bárbaro, pero al tango lo
tocás como un gallego".
Luego vuelven al sur del continente en 1937 la familia
Piazzolla se intala definitivamente en la Argentina.
En su juventud tocó y realizó arreglos orquestales para el
bandoneonista Aníbal “Pichuco” Troilo.
¿Cómo llega Don Astor a tocar con "Pichuco"? Todas
las tardes concurría a escucharlo en el café Germinal y se hizo amigo del
primer violín Hugo Baralis. La enfermedad del Bandeonista Toto Rodríguez hace
que se ofrezca como reemplazo que estaban sorprendidos como tocaba de memoria
el repertorio aprendido desde la mesa de café.
Recibiendo "la vacuna troileana" para siempre.
Recibiendo "la vacuna troileana" para siempre.
Ha escrito un enorme número de composiciones, entre ellas: Adiós Nonino, Balada para un loco, Primavera porteña, Buenos Aires Hora Cero, Calambre, Retrato de Alfredo Gobbi, Sideral,
Lo que vendrá, Tango del ángel, María de Buenos Aires, Amelitango, Los pájaros perdidos y Balada para mi muerte.
ASTOR PIAZZOLLA fue un innovador del tango fue muy combatido, soportando
muchos detractores; sus creaturas tienen muchas y variadas interpretaciones en
el mundo (como prueba… vayan al canal de videos youtube y vean las diferentes
interpretaciones de “Libertango”).
“Libertango” es una serie de grabaciones que Piazzolla grabó el Italia y
que le permitió ganar un prestigio en el público europeo. Por sus innovaciones
lo consideraron “el asesino del tango” y Piazzolla respondía que era “música contemporánea de Buenos Aires” y tenía razón pues eran nuevos aires para la
porteña ciudad “que ya nunca me verás cómo me vieras” decía ese gran poeta que
fue Homero Manzi.
Opinaba: “Buenos Aires era ciento por ciento tango en los
años de la década del 40. Tango bailable, tango canción. Había creadores de
letras, de música, orquestadores. Fue la época de oro. Duró hasta el 55. Cosa
muy curiosa: con la caída de Perón el tango también cae. Tiene algo que ver,
mucho que ver. Empieza la invasión de la música extranjera y a cambiar todo.
Hubo una total caída, casi una desaparición del tango en 1955. Eso fue hasta el
65 0 66. A partir de entonces empezaron ya las cosas nuevas. Con nosotros, con
los conciertos, el auge del público, los discos”.
Piazzolla se nutrió de Osvaldo Pugliese y sus tangos
magistrales como “Malandraca”, “La
Yumba” o “Negracha y en aportes del denominado “jazz sinfónico” del del pianista y compositor de estadounidense
George Gershwin, de Cab Calloway.
“Sí, es cierto, soy un enemigo del tango; pero del tango
como ellos lo entienden. Ellos siguen creyendo en el compadrito, yo no. Creen
en el farolito, yo no. Si todo ha cambiado, también debe cambiar la música de
Buenos Aires. Somos muchos los que queremos cambiar el tango, pero estos
señores que me atacan no lo entienden ni lo van a entender jamás. Yo voy a
seguir adelante, a pesar de ellos” declaraba en la revista Antena en 1954.
En 1957, Piazzolla forma el Octeto Buenos Aires, integrado
por figuras de primerísimo nivel, tales como Enrique Mario Francini y Hugo
Baralis en violines, Atilio Stampone en piano, Leopoldo Federico como segundo
bandoneón, Horacio Malvicino en guitarra eléctrica, José Bragato en violoncello
y Juan Vasallo en contrabajo.
Decía Piazzolla: tengo una ilusión: que mi obra se escuche
en el 2020. Y en el 3000 también. A veces estoy seguro, porque la música que
hago es diferente. Porque en 1955 empezó a morir un tipo de tango para que
naciera otro, y en la partida de nacimiento está en mi Octeto Buenos Aires. Voy
a tener un lugar en la historia como Gardel. Lo que no quiere decir que
quedemos archivados. Gardel perdura, conmigo va a pasar lo mismo, porque no soy
un mediocre. Es mi mayor valor, quizá mi mejor virtud".
En una de sus giras por Europa, sufrió un derrame cerebral
fallece el 4 de julio de 1992.
Renaceré en Buenos Aires en otra tarde de Junio,
con estas ganas tremendas de querer y de vivir.
Renaceré fatalmente, será el año tres mil uno
y habrá un domingo de otoño por la plaza San Martín.
De “Preludio para el año 3001” un tango con música de Astor Piazzolla y letra de Horacio Ferrer.
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