Lago Casa de Piedra: Evaporado. La sequía del río Colorado lleva 7 años y podría extenderse otros 3 más.

Una profunda grieta abre el suelo reseco. A lo lejos, apenas un "pelo" de agua refleja el apacible cielo de otoño en Casa de Piedra.

Lo que hasta hace muy poco tiempo fue una agradable playa para miles de turistas que disfrutaban del lago hoy es sólo un manto de tierra reseca que se deja llevar con cada brisa que surca el árido terreno pampeano.

Ese es el resultado de una acentuada sequía que afecta al río Colorado, que ha bajado a niveles sorprendentes, generando perjuicios cuantiosos a la Villa de Casa de Piedra, un "paraíso" que tuvo una inversión millonaria (ver rec.) no sólo estatal sino también privada, y que hoy sólo sirve para que "unos pocos" la visiten durante los fines de semana.

Sólo el dato resulta desolador: hace un par de años para bajar desde la zona urbana hasta el lago se recorrían unos 400 metros. En la actualidad, el agua se puede hallar a no menos de 7 kilómetros.

El origen del problema es la grave sequía del río Colorado, en su naciente en la cordillera de Los Andes –en el límite entre Mendoza y Neuquén–, que ya ingresó en su séptimo año.

Cualquier turista que recorre la Ruta Provincial 6, entre Río Negro y La Pampa, puede observar que el lago artificial del embalse de Casa de Piedra prácticamente es sólo un recuerdo.

En su época de mayor contención supo llegar a una costa de 283.13 metros sobre el nivel del mar, hoy alcanza los 271,8. Hasta hace sólo un par de años, pensar en una baja de casi 12 metros podría haber resultado sólo un chiste de mal gusto.

"El origen de esta sequía es natural", coinciden en señalar los ingenieros Gustavo Campetella, jefe de la Central Hidroeléctrica de Casa de Piedra y Enrique Prytz Nilsson, del área de Mantenimiento.

Previo a evaluar el problema y sus consecuencias, Campetella subrayó que el embalse fue creado con cuatro objetivos claros: priorizar el abastecimiento de agua a la población, el suministro para riego, atenuar las crecidas y generar energía para al Sistema Interconectado Nacional.

Y detalla que dentro de las posibilidades se está cumpliendo con lo planificado.

Los niveles de la presa bajaron tanto que sólo se pueden comparar con los que se alcanzaron cuando se estaba llenando, en 1991. "A partir de la cantidad de nieve que se acumula en la cordillera se hace un análisis de la temporada y los deshielos que se generarán", aclara Prytz Nilsson, quien asegura que los resultados son poco alentadores para este 2014.

El embalse erogó en promedio durante marzo de este año apenas 50 metros cúbicos por segundo contra los 62,3 del mismo mes del año pasado. En 2003 se erogó para esa fecha 253,6.

Este –coinciden los dos especialistas– es el nivel más bajo que alcanzaron en la historia de la central hidroeléctrica y que a pesar de ello sigue aportando energía al Sistema Interconectado Nacional aunque con estas cifras la tarea se vio restringida.

"Como operadora del complejo no nos trae mayores preocupaciones porque tenemos el personal para efectuar el mantenimiento y la explotación", explicó Campetella, quien aseguró que cuentan con 24 empleados y que justamente la central se abastece de los propios recursos por la venta de energía.

El Comité Interjurisdiccional de Río Colorado –Coinco– (integrado por las provincias de Río Negro, La Pampa, Buenos Aires y Mendoza) es quien fija las políticas de la central y quien ha llevado adelante las estrategias para hacer frente a la grave crisis hídrica.

Hasta el momento, el rol para el que fue construido Casa de Piedra se está cumpliendo, agrega Campetella, quien explicó que se está garantizando el riego para las zonas productivas.

Como suele suceder todos los años, en el mes de abril la central saldrá de servicio y reducirá al mínimo su erogación (15 metros cúbicos por segundo) aunque esta metodología se utiliza todos los años, ya que la actividad productiva aguas abajo también disminuye. De esta manera el dique volverá a contener "un poco más de agua" aunque no se lograrán los niveles que se requiere en la villa turística.

Está claro que a partir de ahora se deberán tomar medidas extremas teniendo en cuenta que todavía no hay estimaciones sobre cuándo terminará la sequía.

Tal vez se deberá modificar el sistema de riego (no será por zonas inundables sino por aspersión) o tal vez se deba reducir la cantidad de riego en las hectáreas sembradas. Estas medidas, según los especialistas, ayudaría a reducir al extremo el consumo de agua. Sin embargo, todo es materia de análisis por estos días.

Por ahora nadie tiene una respuesta concreta y sólo el equilibrio de la naturaleza podría traer mayores nevadas en la cordillera mendocina. Para algunos expertos, el fenómeno podría extenderse hasta los diez años.

Fuente de información e imágenes: Diario "Río Negro", domingo 30 de marzo de 2014.