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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

sábado, marzo 08, 2014

MUJERES: GOLDA MEIR Y EVA PERÓN. El reconocimiento del pueblo judío al General Juan Domingo Perón por Adam Pedrini.

GOLDA MEIR.
Golda Meir (גּוֹלְדָה מְאִיר), antes Myerson, nacida Golda Mabovitch (Kiev, Ucrania, 3 de mayo de 1898 – Jerusalén, 8 de diciembre de 1978), fue una política, diplomática y estadista israelí, y la cuarta Primera Ministra de Israel, entre 1969 y 1974. 
Fue una de las primeras jefas de gobierno del mundo —sólo precedida por Sirimavo Bandaranaike de Sri Lanka e Indira Gandhi de la India—, y la primera de Oriente Medio, seguida sólo por la primera ministra Tansu Çiller de Turquía. Golda fue la séptima de los ocho hijos de los Mabovitch, una familia judía tradicionalista —aunque no religiosa— y de condición muy humilde, radicada en Kiev, actual capital de Ucrania y por aquel entonces parte del Imperio ruso. 
Su niñez supo de penurias y sufrimiento: cinco de sus hermanos mayores murieron de pequeños a causa de la pobreza y las enfermedades; su familia vivió en carne propia los pogromos antisionistas que asolaron a los judíos europeos a principios del siglo XX; en tanto su padre Moshé, un modesto carpintero, debió emigrar a los Estados Unidos en busca de sustento, dejando atrás a la pequeña Golda de 5 años, junto a su madre autoritaria, y a sus hermanas: la pequeña Tsipke, y su hermana mayor, Sheine. Golda admiraba a esta última, que se había afiliado a círculos sionistas comunistas clandestinos, ajusticiados por las autoridades del Zar. Contenido 
Se adhirió al movimiento sionista que buscaba el establecimiento de un Estado propio para los judíos, dentro de la mayoritaria corriente socialista (nombre cariñosamente usado para encubrir el comunismo). En coherencia con sus ideales, Golda y su marido se trasladaron a vivir y trabajar como colonos agrícolas en el kibbutz Mehavia en Palestina (1921), entonces bajo mandato colonial británico. Pronto se trasladaron a Tel Aviv y Golda empezó a ocupar puestos de responsabilidad en el movimiento laborista judío de Palestina, el Histadrut: trabajó en su empresa constructora (esencial para los proyectos de colonización), dirigió su rama feminista y, por fin, en 1934 fue elegida secretaria general, convirtiéndose en una de las principales colaboradoras de Ben Gurión al frente del partido Mapei. Acabada la Segunda Guerra Mundial (1939-45), cuando se agudizó la presión sionista para exigir la independencia de los británicos, Meir ejerció incluso transitoriamente como presidenta de la Agencia Judía de Palestina (1946), que funcionaba como gobierno en la sombra de los colonos judíos . Desde aquel cargo colaboró eficazmente en el proceso que culminó con la usurpación de Palestina y la creación del nuevo Estado de Israel en 1948. Pasó seis meses como embajadora del nuevo Estado en la Unión Soviética, presionando para que el gobierno de Stalin suavizaran el trato a la comunidad judía y dejaran de poner trabas a la emigración hacia Israel ("casualmente" Stalin murió subitamente dos años después de comenzar a ser realmente antisemita). Ese año (1949) Ben Gurión le nombró ministra de Trabajo y Seguridad Social, cargo en el que demostró una gran eficacia en la construcción del Estado de Bienestar israelí y la integración laboral y social de las masas de inmigrantes que afluían al país. Luego pasó a ocupar la cartera de Asuntos Exteriores (1956-66). En 1969 accedió al cargo de primera ministra tras la muerte de Eshkol, respaldada por una holgada mayoría en las elecciones de aquel mismo año. Desde ese puesto apoyó la política de su despiadado ministro Moshé Dayán y el ala derecha del partido, impulsando la usurpación de los territorios árabes recuperados desde la guerra de 1967. Si bien Israel logró quitarle los territorios a los arabes, la guerra dejó una profunda e indeleble cicatriz en la sociedad israelí. Golda Meir, desacreditada y vapuleada, consiguió ganar las elecciones generales de 1974, y se benefició de las conclusiones de la Comisión Investigadora Agranat, que libró a todos los políticos de culpa y cargo, y endilgó todas las responsabilidades por el letargo israelí al Comandante en Jefe, David Elazar. Pero la opinión pública estuvo en desacuerdo: el informe de la Comisión no hizo sino alimentar una ola de protestas que fue incrementando en todo el país, y que llevó a Meir a presentar su dimisión poco después de su reelección, el 11 de abril de 1974, siendo sustituida por Isaac Rabin al frente del Gobierno y del partido Laborista. Falleció de cáncer el 8 de diciembre de 1978 a la edad de 80 años.
Fuente de información: Metapedia.
http://es.metapedia.org/wiki/Golda_Meir


“La Fundación Eva Perón envía en 1949, alimentos, medicinas y frazadas en gran cantidad al pueblo israelí para contrarrestar sus crecientes penurias. Y no  sólo eso. Cuenta el diplomático Pablo Manguel que “fui testigo y partícipe  directo del apoyo brindado por el gobierno peronista al pueblo judío que se  debatía en tiempos de posguerra entre el hambre y el desarraigo (…) Se le otorgaban amplias facilidades a los judíos que huían de la Europa  deshecha y que casi siempre llegaban sin documentos”. Y seguirá diciendo  Manguel, que “EE.UU. no permitió la entrada de un buque que había  partido de Chipre repleto de exiliados judíos y que Evita no solo los recibió sino que se preocupó por darles trabajo”.
El fructífero intercambio entre esa colectividad y el gobierno nacional suma dos  nuevos hechos en 1951. El 19 de junio, el Presidente de Israel, Dr. Chaim  Weizmann obsequia una biblia antigua a Perón como gesto agradecido por la  solidaridad de su gobierno con el Estado de Israel y el 5 de julio de este año una  delegación de la colectividad israelita visita a Perón en la Casa Rosada para apoyar públicamente su reelección presidencial. Ese mismo año, la futura dama  de hierro de Israel, Golda Meir visita Buenos Aires en forma oficial y se entrevista con Eva Perón”

De lo publicado en “EL PERONISMO NUNCA FUE ANTISEMITA” autor Roberto Baschetti , marzo de 2009.

Golda Meir, durante una visita a los Estados Unidos con John Fitzgerald Kennedy, diciembre de 1962

YAPA ARGENTINA:

El reconocimiento del pueblo judío al General Juan Domingo Perón por Adam Pedrini.

En una controversia que tuviera lugar oportunamente entre el señor Diputado de la UCR, Carlos Ulrich y el bloque de diputados kirchnerista -que por cierto no es lo mismo que decir “peronista”- el legislador nacional, en una rápida reseña de corte personal e inexacta, vincula al peronismo desde sus anales fundacionales con Franco, Benito Mussolini y Adolf Hitler, nada menos, y la concomitancia del General Perón con ellos. Nada más alejado de la realidad.

Veamos en qué fundamento mi afirmación. Es verdad que muchos nazis se refugiaron oportunamente en la Argentina pero, en rigor, ello fue posible gracias al pedido expreso hecho por el Vaticano y la Cruz Roja Internacional, con sede en la Suiza neutral del conflicto bélico. Pareciera que ya nos hemos olvidado de la puja entre la Unión Soviética y los Estados Unidos para tratar de capturar y poner a su servicio a los grandes “cerebros” alemanes. Comencemos por recordar a Werner Von Braun, el científico teutón que se entregó al Ejército de los Estados Unidos. Este llegó a Nueva York el 20 de septiembre de 1945, acompañado de 159 científicos germanos que componían su equipo, junto con catorce toneladas de planos, archivos y diseños. Este conocimiento dio lugar a lo que se dio en llamar “Programa Espacial Norteamericano ME 262”.

Con el objetivo de evitarle a estos científicos la captura por parte de las tropas soviéticas, el servicio de Inteligencia del Ejecito de los Estados Unidos, lo denominó “Operación Paperclip”. Como primera medida, la OSS (luego, la CIA) limpió de inmediato todos los antecedentes de corte nazi de los hombres que componían el equipo técnico de Von Braun y fue éste quien, ya habiendo fundado la NASA, diseñó el “Explorer 1”. Cohete que en 1958 lanzó con éxito Estados Unidos, sumándose así a la carrera espacial que había iniciado la entonces Unión Soviética con su hoy legendario “Sputnik”.

Me permito, pues, recordarle al Diputado y amigo Carlos Ulrich que la desvinculación de Perón y Evita con el nazismo era tal que, en abril de 1951 arribó a en Buenos Aires la legendaria Golda Meir, por aquel entonces de nombre Golda Meyerson, ya ocupada en el gabinete del entonces flamante Estado de Israel con rango de ministra de Trabajo. Golda perteneció a la primera generación del estado israelita. Producido el fallecimiento de Levi Eschkol, el 26 de febrero de 1969, Golda lo sustituyó como primera ministra.

Esta mujer judía, de valores políticos e intelectuales brillantes, se reunió con Evita durante más de una hora, el 14 de abril de 1951. A la entrevista fue acompañada por el entonces ministro plenipotenciario de la Embajada de Israel en Buenos Aires, el señor Jacobo Tsur. En tal oportunidad, Evita le manifestó a la señora Golda: “El renacimiento de Israel es un hecho extraordinario para la humanidad, y todos los peronistas nos miramos en ese espejo maravilloso, porque repudiamos lo que les hicieron a los judíos en Europa y admiramos también la forma que supieron sobreponerse a la tragedia en poco tiempo”.

La señora Golda Meir le respondió a Evita: “Nosotros hemos sido perseguidos y echados de todas partes. Valoramos como en la Argentina, hoy en día, se nos trata de igual a igual, sin ningún tipo de discriminación”. El domingo 8 de abril de 1951, una multitud de judíos llenó el Luna Park para escuchar a Golda, y en ese escenario, volvió a elogiar al gobierno Justicialista.

En agosto de 1948, al inaugurarse la sede de la Organización Israelita Argentina en la calles Corrientes y Ayacucho de la Capital Federal, Evita manifestó en su discurso “El antisemitismo es una creación de la oligarquía para dividir al pueblo argentino. Los peronistas consideramos a los judíos nuestros hermanos y jamás permitiremos que nadie los discrimine en la Argentina de Perón”. En junio de 1951, el entonces presidente de Israel, Chain Weizmann le envió de obsequio al General Perón un ejemplar de la Biblia. Perón, al agradecer el obsequio en Casa de Gobierno, manifestó: “Con un ideal profundo recibo esta Biblia centenaria, que tal vez haya sido testigo repetido de las ilusiones forjadas por el pueblo israelita, a través de tantos siglos de persecución y de dolor. Solamente pido a la Providencia que, así como ese pueblo de Israel supo mantenerse espiritualmente unido y triunfar sobre el escarnio, en presencia de esta gloriosa Biblia judía, también pido que si el pueblo argentino se ve sometido a una prueba similarmente dolorosa, tenga la misma fuerza de voluntad, el mismo patriotismo y el cariño entrañable que han tenido los israelitas para cruzar el mundo y los tiempos, siempre abrazados al profundo ideal de esta eterna verdad escrita en su Biblia”.

El 6 de noviembre de 1953, le fue entregado a Perón un diploma de la organización judía mundial Karen Kayemeth Leisrael. Habló el General y, luego de un largo e imperdible discurso, digno de ser leído completo, terminó diciendo: “Yo hago en esta ocasión, una invocación a nuestro Dios común, al Dios de todos, al único Dios, al Dios que todos amamos, para que derrame a manos llenas las glorias de bendiciones sobre todos los lugares de la tierra, y que de al pueblo judío perseguido durante tantos años, la gloria con que sueñan sus hijos, y que deseamos  todos los hombres de buen corazón que amamos a través de los siglos y de la distancia, a los pueblos cuyos hombres se sacrifican, sufren y mueren para que triunfen sus patrias.”

Veinte semanas después, el 18 de febrero de 1954, desde Jerusalén, quien fuera el segundo presidente del Estado de Israel -Itzjak Ben Zvi- le envió a Perón la siguiente carta: “Excelentísimo Señor Presidente: sus sabios y generosos conceptos sobre el pueblo judío y el Estado de Israel y su noble invocación al creador del universo, y a una justicia común para todos los hombres, me han conmovido muy hondamente y me impulsan a trasmitirle la expresión de mi más profundo reconocimiento por sus dignas y excelsas palabras, que para siempre quedarán grabadas en nuestros corazones”.

Por si todo lo escrito hubiese sido poco, es dable recordar que el ministro de Policía de Israel, Bebor Shitorit señaló -luego de escuchar a Perón-: “La Doctrina Justicialista, nos recuerda las palabras de los profetas del antiguo Israel”.

Para terminar, es interesante traer a colación que uno de los mayores homenajes que brinda el Estado de Israel a personalidades que, en su visión, merecen el reconocimiento y agradecimiento mundial es poner su nombre a un monte de olivos. Uno de los más grandes que existen en Israel lleva el nombre de “Presidente Juan Perón”.

¿Puede, finalmente, declamar algún compatriota, qué presidente argentino recibió tantos homenajes, honores y agradecimientos como sucediera con el General Perón, de parte del hermano Estado de Israel?

En base a ello, mi estimado Calino: ¿podrías explicarme de dónde has sacado la conclusión que Perón, Evita o el Peronismo tienen algo que ver con tipos como Franco, Mussolini o Hitler, nada menos?

¿O acaso has leído por casualidad algún artículo difamatorio del ex diputado radical Silvano Santander, que instaló en algunos sectores de la sociedad que Perón era nazi fascista?

Por Adam Pedrini. 

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