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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

lunes, diciembre 08, 2014

El 8 de diciembre de 1854, por medio de la Bula Ineffabilis Deus, el Papa Pío IX declaró el Dogma de la Inmaculada Concepción de María.

En el siglo IX se introdujo en Occidente la fiesta de la Concepción de María, primero en Nápoles y luego en Inglaterra.
En 1128, un monje de Canterbury llamado Eadmero escribe el primer tratado sobre la Inmaculada Concepción donde rechaza la objeción de San Agustín contra el privilegio de la Inmaculada Concepción, fundada en la doctrina de la transmisión del pecado original en la generación humana.
El franciscano Juan Duns Escoto, al principio del siglo XIV, inspirado en San Francisco (siglo XIII, devoto de la Inmaculada) afirmando que Cristo, el mediador perfecto, realizó precisamente en María el acto de mediación más excelso: Cristo la redimió preservándola del pecado original. Se trata una redención aún más admirable: No por liberación del pecado, sino por preservación del pecado. Escoto preparó el camino para la definición dogmática.
El 8 de diciembre de 1854, por medio de la Bula Ineffabilis Deus, el Papa Pío IX declaró el Dogma de la Inmaculada Concepción de María: “Declaramos, proclamamos y definimos que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente y en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano. Esta doctrina está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles”.
En ese momento, sonaron al unísono las 300 campanas de las torres de Roma y se echaron a volar miles de palomas mensajeras. Simultáneamente, en todos los templos católicos del mundo se celebraron grandes fiestas en honor de la Inmaculada Concepción.
La Virgen María, hija de San Joaquín y Santa Ana, fue concebida sin la mancha del pecado original, como divino don a quien estaba predestinada a ser la Madre de Jesús.
Según la doctrina de la Iglesia Católica, Santa María quedó preservada de toda culpa, pues desde el primer instante en que fue constituida como persona, lo fue inmune de toda mancha de pecado, al igual que luego su hijo Jesús.

Este Dogma o Artículo de fe de la religión Católica, Apostólica, Romana manifiesta que el pecado original se transmite a todos los hombres por generación natural, de tal modo que todos son concebidos en pecado. Pero María fue el primer ser humano desde Adán y Eva que nació sin esta mancha o  inclinación al mal.

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