La Legislatura de Buenos Aires proclamó a Juan Manuel de
Rosas como Gobernador de Buenos Aires el 6 de diciembre de 1829, honrándolo
además con el título de "Restaurador de las Leyes e Instituciones de la
Provincia de Buenos Aires" y en el mismo acto le otorgó "todas las
facultades ordinarias y extraordinarias que creyera necesarias, hasta la
reunión de una nueva legislatura". No era algo excepcional: las facultades
extraordinarias ya les habían sido conferidas a Manuel de Sarratea y a
Rodríguez en 1820, y a los gobernadores de muchas otras provincias en los
últimos años; también Viamonte las había tenido.
"Creen que soy federal; no señor, no soy de partido
alguno sino de la Patria... En fin, todo lo que yo quiero es evitar males y
restablecer las instituciones, pero siento que me hayan traído a este
puesto" (Juan Manuel de Rosas).
El gobierno de Juan Manuel de Rosas se extendió hasta el 17
de diciembre de 1832, momento en que lo sucediera el general Juan Ramón
Balcarce, su ministro de Guerra y Marina; retornó el 7 de marzo de 1835, hasta
que la batalla de Caseros, en 1852.
La yapa:
Rosas y las fechas patrias.
Anualmente se celebraban en Buenos Aires con salvas de cañonazos, entre otras, las festividades del 25 de Mayo y el 9 de Julio, un día de la Semana Santa, los de Santa Rosa de Lima y San Martín de Tours, patronos de América y Buenos Aires, respectivamente. El gobernador Rosas agregó a ese calendario oficial dos fechas más para que fueran honradas con salvas: el 24 de mayo y el 20 de junio. No vaya a creerse que la primera fuera por corresponder a la víspera de la fecha patria y la segunda como homenaje a la Bandera de Belgrano, tal como se estila hoy. El 24 de Mayo era el día del cumpleaños de la Reina Victoria, de Inglaterra, y el 20 de junio, el aniversario de su coronación en el trono de la Gran Bretaña. Era, por otra parte en nuestro medio, el único gobernante extranjero objeto de un homenaje de tal naturaleza. La reina de Inglaterra tenía para el gobierno de Rosas el mismo valor, la misma importancia, que las dos fechas máximas de la patria: el 25 de Mayo y el 9 de Julio.
Pero no se limitaba a este tipo de homenajes los que prodigaba el jefe de la Confederación a la monarquía británica, sino que ya había encontrado la manera de hacer más y más demostraciones, que se fueron repitiendo para numerosos miembros de la realeza inglesa, en una desenfrenada necromanía o afición por los lutos. Así el 12 de mayo de 1835, el gobierno de Buenos Aires dispuso luto obligatorio por la muerte del duque de Gloucester; el 6 de octubre de 1837 decretó duelo forzoso por tres días, debido al fallecimiento de Guillermo IV, rey de Gran Bretaña, ocurrido el día 20 de junio; el 12 de diciembre de 1840, otros tres días de riguroso traje negro por el deceso de la princesa Augusta Sofía, hija mayor de Jorge III, ex soberano inglés. Y siguen sucediéndose los lutos, aun por personajes de segundo orden pertenecientes a la nobleza inglesa: el 11 de agosto de 1843, por la muerte del duque de Sussex, hijo del finado rey Jorge III; el 7 de mayo de 1845, por la de la princesa Sofía Matilde, hija del duque de Gloucester; el 5 de abril de 1850, por la de la reina Adelaida, viuda de Guillermo I y el 17 de noviembre del mismo año, por la muerte del duque de Cambridge.
Mientras tanto dejaband e existir argentinos y americanos ilustres para quienes se retaceaba, o no había simplemente, homenaje alguno, así los muertos fueran San Martín, O'Higgins, Pueyrredón, Lavalle, fray Justo Santa María de Oro, Balcarce, Larrea, entre otros.
Alfredo R. Burnet Merlín, Cuando Rosas quiso ser inglés, 1a. edición: Abril, 1974.
Publicado en http://patriotaargentino.blogspot.com.ar/
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