La sorpresa de un turista español con la inflación argentina: “Os voy a contar el quilombo que hay”.
Un joven que visitó el país por siete días relató en un hilo
de Twitter cómo funciona la economía en el país y alertó a sus seguidores: “te
va a explotar la cabeza”.
Las observaciones de un turista español que estuvo de visita
en el país se viralizaron rápidamente en redes sociales. En su estadía por el
país, que duró siete días, pudo comprender algunos de los fenómenos económicos
que atraviesan los argentinos todos los días e intentó explicarlo en un hilo de
Twitter. “Os voy a contar el quilombo que hay”, anticipó.
El joven llamado Javier López describe el funcionamiento
básico de la economía argentina, la inflación, el tipo de cambio y los
distintos modos de ahorrar en los que se refugian los argentinos. Pero también,
su mirada tienen una carga emotiva, describe al país como “de una belleza
arrebatadora”. Y, sobre sus habitantes, dice: “De los argentinos que he
conocido solo he recibido cosas buenas: simpatía, amabilidad y ayuda”.
Sus palabras cargan el asombro de quien conoce algo por
primera vez. “Lo prometido es deuda. Os voy a contar el quilombo que hay
montado en Argentina con la inflación, el tipo de cambio oficial versus ‘blue’,
ahorro en dólares, uso de criptos y las avanzadas finanzas personales a las que
se ve obligado un argentino. Te va a explotar la cabeza”, escribió el joven en
su cuenta de Twitter, donde se describe como “un inversor en startups y un
comunicador de ciencia” .
A continuación, compartió una serie de mensajes que acompañó
junto a fotos tomadas durante su estadía en la ciudad de Buenos Aires. Así,
mostró su paso por los principales puntos turísticos de CABA, como la Avenida
del Libertador, Caminito, el barrio de Palermo y de San Telmo, entre otros
espacios. “Ciudad de una belleza salvaje y de obligada visita. Y más ahora que
nunca con el tipo de cambio tan favorable que gozan los que vienen de fuera:
tras leer el hilo lo entenderás”, expresó el turista.
Para hablar de la alta inflación que tiene el país, el
español citó al economista Paul Volcker y recordó una idea del académico en la
que comparó el aumento de los precios con una pasta de dientes. “Es muy fácil
de sacar del tubo pero muy difícil de volverla a meter”. Entonces, López
precisó: “El ratio de inflación de Argentina anda desmadrado: más del 40%
anualizado en los últimos cinco años. Y si nos remontamos a los últimos 100, la
tasa de inflación promedio fue de 105% anual”. Y continuó: “La pasta de dientes
no es que se haya salido, ha explotado y salpicado hasta el techo. Y la
inflación no es el único problema. En Argentina, 4 de cada 10 personas están en
situación de pobreza y 1 de cada 10, en la indigencia”.
Quizás para sorpresa de muchos extranjeros, el salario
promedio en dólares en el país fue decreciendo en los últimos años y hoy está
por debajo de muchos otros países de América Latina. “El salario mínimo en
Argentina es supuestamente de 300 dólares por mes. Pero muchos cobran bastante
menos que eso. Un salario decente en Buenos Aires de alguien que trabaje en
tecnología para una empresa Argentina puede ser de 500 dólares por mes. Solo
los que consigan el sueño dorado de trabajar para una empresa en USA (u otro
país) podrán superar los 1000 dólares por mes”, detalló.
“¿Cómo llegó a esto lo que antaño fuera la sexta potencia
del mundo? ¡Hace un siglo su PIB competía con el de Francia o Alemania! No hay
respuesta fácil. Unos te hablarán de inconsistencia política, mala gestión
económica, poca conexión con el comercio internacional o deficiente inversión
en industria. Otros de duras presiones de potencias imperialistas, e incluso
algunos de simple y llana mala suerte. Eso sí, todos coincidirán en que la
Argentina es su país es de una belleza arrebatadora. Eso es innegable”,
planteó.
Y luego, hizo una comparación en la que resaltó el carácter
imponente del país, a pesar de sus problemas económicos. “La Argentina puede
que no sea la mujer rica de la fiesta. Pero es la chica salvaje y pasional que
ilumina el salón y atrae las miradas de todos”, reflexionó. Y luego, contó:
“Cada persona con la que he hablado en Buenos Aires me ha transmitido un
profundo pesimismo por el futuro a la vez que un amor enorme por su país. «Che
boludo, a la Argentina no hay que entenderla, hay que quererla», te dirán”.
“Volviendo a la inflación: esta marca la vida de todo
argentino. Crea la sensación de que las cosas no tienen precio, dado que estos
suben a velocidades vertiginosas -sostuvo el español-. Los precios de las
cartas de los menús en los restaurantes cambian cada pocos meses. Si te
descuidas no les da ni tiempo a imprimirlos. Y cosas sencillas como un café
pueden valer desde 50 hasta 600 pesos según el sitio”.
“Vivir en esta continua incertidumbre forja a fuego el
carácter de todo argentino. Es un ‘sálvese quien pueda’. «Esta inconsistencia
política y económica nos hace ser bastante individualistas», me dijo un
argentino, justo antes de recomendarme dónde comer un buen asado de bife. La
verdad es que yo no percibí ese individualismo sino todo lo contrario. De los argentinos
que he conocido solo he recibido cosas buenas: simpatía, amabilidad y ayuda” Y
después, continuó: “La inflación golpea. Si sube 50% en un año y tu salario lo
mantienen igual, ese año tendrías la mitad de poder adquisitivo que el año pasado.
¡Más te vale conseguir esa subida de salario! De locos para alguien que venga
de Europa o USA. Pero el pan de cada día de un argentino”.
En esa línea, explicó lo difícil que es para los argentinos
promedio tener una casa propia, debido a los precios desorbitantes de las
propiedades y a las pocas posibilidades de financiar ese gasto. “¿Quieres
comprarte una casa? Estupendo, pero tendrás que pagarla ‘a tocateja’: olvídate
de pedir una hipoteca cuando los intereses anualizados van a ser variables y
parejos o superiores a la inflación. ¿Te parece mucho tu hipoteca con intereses
al 2% anualizado? ¡Pues imagina al 50%! Nadie compra casas con hipoteca en
Argentina. Así que, un argentino que quiera (¡y pueda!) ahorrar, está inmerso
en una batalla continua para ganarle la partida a la inflación”, comentó López.,
manifestó.
“Por supuesto nadie ahorra en pesos argentinos. Por
desgracia en apenas unos años pueden valer más por su valor en papel que por su
valor simbólico. Ir de compras con una carretilla de billetes viejunos no es
práctico. Los pesos argentinos son pues una patata caliente que les quema en
las manos: hay que deshacerse de ellos cuanto antes”, agregó.
Entonces, mencionó que durante su estadía observó que los
argentinos buscan el modo de preservar su salario. “No hay nada como una
inflación de más del 40% anualizado para que cada individuo (y cada familia) se
haga un experto inversor o al menos encuentre formas ingeniosas para combatir
la inflación y ahorrar. Cada argentino con el que hablo es un maestro en finanzas
personales y los que pueden permitírselo invierten en cualquier cosa que vaya
ya ni siquiera revalorizarse, sino al menos mantener su valor en el tiempo.
Desde temas simples como comprarse varias zapatillas iguales de un modelo que
les gusta para usar dentro de unos años. Hasta adelantar, si tienen efectivo,
la compra de algún artículo caro como una televisión de muchas pulgadas”,
detalló.
El español subrayó que lo más habitual en el país es ahorrar
en dólares americanos, pero precisó las medidas de control cambiario que
dificultan esta posibilidad. “Pero ojo, ¡hay más! El gobierno limita la
cantidad mensual que cada argentino puede cambiar al mes: 200 dólares por
persona al mes. Y lo hace además a un tipo de cambio no muy ventajoso. El tipo
de cambio oficial que te aplicarían también como turista si vienes de fuera”,
sumó.
En línea con esto, dio detalles sobre el mercado de dólar
paralelo o dólar blue al cual los habitantes del país están acostumbrados.
Pero, el extranjero se expresó asombrado: “Y aquí es donde viene lo interesante
-destacó-. Atento, que como te prometí, te va explotar la cabeza: existe un
mercado de divisas paralelo, ilegal pero de uso diario, llamado ‘dólar blue’
cuya cotización actualmente es de 2x con respecto al cambio oficHoras más
tarde, López aclaró que en realidad, aquellas personas que cambian sus dólares
en el mercado blue obtienen la mitad de los dólares que dice el mercado
oficial. “Puse esto al revés, perdón por el despiste. Obtendrían la mitad, no
el doble”, se disculpó.
“Aún siendo ilegal, es un mercado cuyas cotizaciones cambian
en tiempo real y pueden ser consultadas en muchas webs y apps. Y lo de
ilegal... No sé si es cierto, pero según me comentan por aquí prácticamente
todos los argentinos que cambian a dólares usan este mercado quedando el cambio
oficial como algo casi anecdótico. Así que casi (pero solo casi) entra en el
terreno de la alegalidad”, observó López.
“Así que para los jóvenes argentinos que no sean adinerados,
el acceso a la vivienda, sin poder recurrir a hipotecas y teniendo que ahorrar
cantidades enormes en dólares es prácticamente imposible. Peor que en España,
que ya es decir”, reflexionó.ial. Es decir, si cambias tus pesos en este
mercado ilegal, obtendrás el doble de dólares que en el mercado oficial. Y
viceversa para alguien como un turista que venga de fuera. Muy loco”.
Y dirigiéndose a sus coterráneos, hizo una comparación:
“¿Eres español? ¿Si te pregunto cuál es el valor del euro con respecto al dólar
me lo sabrías decir sin mirar? Pues la cotización del dólar americano con
respecto al peso es algo que cada argentino cuando se levanta por la mañana
revisa con atención y se sabe de memoria. En temas financieros, los argentinos
son capaces de realizar auténticos malabarismos con los que yo mínimo tendría
que hacer un Excel para empezar a entender”.
En el hilo, también desarrolló el uso de las criptomonedas
en la Argentina como alternativa de ahorro para muchos. “Por motivos obvios,
Argentina es el 9º país del mundo en uso de criptos -aseveró-. ¿Quién podría
extrañarse de algo así? Las cripto prosperan en mercados emergentes, en
especial en aquellos con monedas débiles, altos costos bancarios y controles de
capital. Así que por supuesto las criptos tienen un gran tirón en Argentina”,
explicó el joven.
“Su uso principal, al menos de momento, es parecido al del
resto del mundo: un poquito de inversión especulativa y un poquito de ‘¿Y si
tienen futuro? No quiero quedarme fuera’”, dijo. Y agregó: “Pero un uso
diferente sí que he visto aquí: como reserva de valor en stablecoins como USDC
o USDT como alternativa al dólar para protegerse de la inflación. Sea como
fuere, su uso está en alza. Y si tengo que hacer de ‘Nostra López’ apostaría a
que si en el futuro las criptos tienen un uso real, será en países como Argentina
donde primero se instauren”.
“Me ha quedado un hilo más largo de lo esperado”, reconoció
el joven. Y auguró: “Espero que os haya ayudado a comprender un poco más esta
realidad múltiple que es vivir en un sistema económico inflacionario. Añadiré
que estos 7 días que he disfrutado en Buenos Aires han hecho que me enamore de
la Argentina”.
El español concluyó con una cita de “un filósofo español”
que escribió sobre el país y sus habitantes: “«Los argentinos están entre
vosotros, pero no son como vosotros. No intentéis conocerlos, porque su alma
vive en el mundo impenetrable de la dualidad. Los argentinos beben en una misma
copa la alegría y la amargura»”.
Tras el impacto que tuvieron sus palabras en el país, el
joven reflexionó: “Menudo quilombo he montado en la Argentina. Me llaman de la
radio y la tele para hacer entrevistas. Muy loco. No merezco esa atención:
aunque me encantaría, no soy un gran conocedor del país. Tan solo quise
compartir lo que me llamaba la atención”.
PUBLICADO EN DIARIO “LA NACIÓN”, 17 de febrero del 2022.
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