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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

lunes, octubre 17, 2022

17 de octubre, el día que el pueblo parió un líder y un movimiento político.

 

17 de octubre, el día que el pueblo parió un líder y un movimiento político.

El 9 de octubre de 1945 un sector del Ejercito y la Marina encabezados por el general Eduardo Avalos y el vicealmirante Hector Vernengo Lima fuerzan la renuncia de Perón y lo envían detenido a la isla Martín García. El miércoles 17 una multitud de obreros nunca vista se moviliza a Plaza de Mayo a pedir su libertad.

* Por Aldo Duzdevich.

El 1 de septiembre de 1939 se inicia la Segunda Guerra Mundial, que cesa el 2 de septiembre de 1945, pocos días antes del 17 de Octubre. Durante esos seis años el escenario internacional y local estará dominado por la guerra.
En estos días es común leer en las redes discusiones sobre la guerra Rusia-Ucrania, con embanderados en ambos bandos. Un sitio tan lejano, que tuvimos que descubrir que existían sitios llamados Donbass, Donetsk y Lugansk. Hay un interés y cierta necesidad en círculos politizados de tomar posición en conflictos internacionales. Esto pero multiplicado existió durante la SGM (Segunda Guerra Mundial) si uno ve las tapas de los diarios argentinos reflejan día a día la guerra con mas énfasis que un clásico Boca -River. Añadido a que las colonias de italianos, polacos, franceses, ingleses y alemanes eran muchos inmigrantes de “primera ola” y por lo tanto tenían familiares en Europa sufriendo la guerra.

La oligarquía e intelectualidad pro-europea dividirá sus simpatías entre en Eje y los Aliados. Manuel Fresco ( gobernador de Bs As ) y su amigo Roberto Noble (fundador de Clarín) serán entusiastas defensores del Eje. En 1939 gobernaban los conservadores de la década infame, su Presidente Roberto Marcelino Ortiz (abogado de los ferrocarriles ingleses) luego reemplazado por Ramón Castillo deciden mantener la neutralidad. La neutralidad que se mantuvo hasta marzo de 1945, respondió a varias razones. Una de ellas fue que Argentina era principal proveedor de carnes y granos a Inglaterra y mantener una bandera neutral permitía a los buques cruzar el Atlantico sin ser hundidos.

El período 1930 a 1943 se conoce como la década infame, signada por el fraude y la corrupción pro-Inglaterra. La guerra tuvo dos efectos positivos sobre la economía argentina, por un lado Inglaterra se endeudo con nuestro país. Y segundo la imposibilidad en importar bienes industrializados, dio origen a una industria nacional de manufacturas y una migración interna, atraída por el trabajo industrial, que genero una nueva clase obrera de ascendencia criolla, los llamados cabecitas negras.

El 4 de junio de 1943 una revolución militar impulsada por el GOU (Grupo de Oficiales Unidos) puso fin a la década infame e inicio un periodo de reformas de contenido nacional y social. Si bien los presidentes militares fueron los generales Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrel, el Coronel Perón tenía un creciente poder en el gobierno.


Perón pide hacerse cargo de una devaluada dependencia. Así lo cuenta él: “Me di cuenta que la gran palanca en ese momento del país y del mundo estaba en un olvidado departamento que se llamaba Trabajo y Previsión. Cuando se lo dije, comentaron “¡Este esta loco! ¿Para que querrá eso?” Y allí empecé. En la Argentina había tanta necesidad de comprensión y justicia que todos empezaron a seguirme”

Desde allí Perón fue dando respuesta a viejas demandas de los trabajadores. La generalización de la indemnización por despido; jubilaciones para empleados de comercio; estatuto del Peón de Campo; beneficio de aguinaldo; descanso dominical para los obreros de la carne y vacaciones pagas para todos los trabajadores; policlínico para los trabajadores ferroviarios; escuelas técnicas para obreros; prohibición de las agencias de colocaciones; derechos de las trabajadoras del servicio domestico; creación de los Tribunales de Trabajo, etc. instalando la negociación colectiva, como regulación básica de la relación entre el capital y el trabajo.

Comenzó lo que el llamó “la etapa carismática de la revolución”: “Si llegaban diez, les hablaba; si llegaban dos, también les hablaba; si eran diez mil, mejor. Así el número fue creciendo, y cuando quise acordarme tenía el predicamento político que yo necesitaba para comenzar a accionar. Yo siempre prefería, en vez de hablar a hombres, hablar a organizaciones”.

Pero en la medida que crecía su figura entre los trabajadores, crecía la desconfianza y oposición de los sectores oligárquicos que veían violentados sus privilegios y de los partidos políticos conservadores, radicales socialistas y comunistas que lo pintaban como la encarnación del nazi-fascismo en la Argentina.

El 8 de octubre de 1944 cuando establece el Estatuto del Peón Rural, la Sociedad Rural indignada, expresa que: el Estatuto “sembrará el germen del desorden social, al inculcar en gente de limitada cultura, aspiraciones irrealizables, las que en muchos casos pretenden colocar al jornalero sobre el mismo patrón”. Incluso el Partido Comunista se suma a las críticas pues “el Estatuto, bajo la apariencia de proteger al peón es, en suma, un estatuto contra los campesinos”.

A su vez, 300 asociaciones patronales lanzan el Manifiesto de la Industria y el Comercio donde denuncian “el ambiente de agitación social” y “clima de descontento” que es “instigado desde las esferas oficiales”, generando “reclamos permanentes”. Señalan que dicho clima se ha instaurado “desde la creación de la Secretaría de Trabajo”, y sostienen que “durante 25 años, desde la Semana Trágica de enero de 1919, el país ha vivido dentro de una casi perfecta tranquilidad social”. Perón les contesta “parecerían reclamar una nueva Semana Trágica, para asegurarse otros 25 años de tranquilidad. Este gobierno no lo hará. No asegurará ni 25 años, ni 25 días de tranquilidad a los capitalistas siguiendo el ejemplo doloroso de la semana de enero de 1919.”


Para cierta intelectualidad que hoy llamaríamos progresista, el gobierno militar y en particular el Coronel Perón era la extensión del nazifascismo en la Argentina. Entonces alentados por los triunfos aliados en el frente europeo aquí creían librar su propia segunda guerra.

El Partido Comunista atado a la política exterior soviética en plena guerra, asumió una posición aliadófila, que lo llevo a cultivar una política de alianzas con las empresas de capitales ingleses y norteamericanos. El “enemigo de la clase obrera internacional” paso a ser el fascismo, y los aliados de Moscu sus amigos. Entonces el PC no solo caracterizo a Perón como fascista sino que tejió alianzas con los intereses ingleses y yanquis, dando espalda a los conflictos que los trabajadores tenían con los capitales de ese origen. Hay que recordar este triste papel de los comunistas argentinos para poder entender esa bronca ancestral de parte del sindicalismo peronista hacia los partidos de izquierda.

Para fortalecer a las fuerzas aliadofilas en mayo de 1945, desembarca (como en Normandía) el nuevo embajador norteamericano Spruille Braden, un hombre de negocios vinculado a la minera Braden Cooper Company en Chile, y la petrolera Standard Oil; una especie de Donald Trumph del siglo pasado.

Braden es recibido con algarabía por el antiperonismo. Como si fuera un candidato electoral, sale a recorrer el país. En Santa Fe, lo reciben en el Jockey Club y en la Universidad del Litoral con carteles que decían: “Democracia sí, nazis no”. Cuando regresa de su viaje, una muchedumbre lo aguarda en Retiro, lo agasaja y ovaciona. Su gran baño de multitud lo recibirá el 19 de septiembre en la Marcha por la Constitución y la Libertad. Ese día, cerca de 200 mil porteños recorren las calles de Buenos Aires. Según relata Felix Luna: (los estancieros) “Don Joaquin de Anchorena, y Antonio Santamarina contestaban los aplausos con elegantes galerazos; (los comunistas) Rodolfo Ghioldi, Pedro Chiaranti y Ernesto Giudice, con el puño izquierdo en alto; Alfredo Palacios, con vastos ademanes que no descomodaban su chambergo”. La vanguardia intelectual cantaba la marsellesa en francés (una delicadeza), en claro contraste con las marchas de obreros sudorosos donde se podía escuchar el “yo te daré patria hermosa una cosa que empieza con P! Perón!”. En Plaza Francia con el aplauso generalizado Spruille Braden se suma a la cabeza de la marcha.

Para esas fechas (en que los aliados sellan su triunfo en la guerra) la presión contra el Coronel Perón que todavía no había explicitado su voluntad se crear un movimiento político, alcanza su punto máximo. En octubre los universitarios de la FUBA arrancan el mes con un paro (contra el nazi-fascismo). Y el día 9 el general Avalos y el Almirante Verlengo Lima encabezan un planteo militar contra Perón, exigen su destitución y posterior apresamiento.

Sin una estructura que lo sostenga Perón acepta ser confinado a Martín García. Evita todavía no goza del predicamento que lograra después, y solo puede hacer algunas gestiones y presentar un habeas corpus. Los dirigentes sindicales reciben el malestar que surge de sus bases, pero oficialmente como CGT, no se deciden a pedir por la libertad del Coronel Perón. Luego de muchos cabildeos resuelven convocar una huelga general (en defensa de las conquistas obreras) para el día 18 de octubre.

Desde Tucumán la FOTIA ya había convocado huelga para el 15. En Rosario hay manifestaciones. En Berisso miles de obreros recorren las calles de la ciudad. La rebelión obrera se instala desde abajo, sin una dirección centralizada que indique que hacer. La madrugada del 17 en columnas de miles de trabajadores cruzan al Riachuelo hacia Plaza de Mayo. Chocan con la policía, pero la desbordan y pasan.

Al mediodía Perón es trasladado al Hospital Militar en Palermo. A las pocas horas mas de 300 mil manifestantes rodean el hospital. Y siguen llegando columnas a Plaza de Mayo. Quien lo hizo?, quien esta atrás? Ni Perón lo entiende bien. Le pide a Mercante que salga a la calle y le cuente que esta pasando. Perón pone sus condiciones: la renuncia de Avalos, de Verlengo Lima, pide nombrar Ministro del Interior, el nuevo jefe de policía, los jefes de Campo de Mayo y otras guarniciones. Finalmente le dice a Farrel: “convoque a elecciones”. El gobierno va dando noticias para aquietar a los manifestantes y pedir que se retiren; nadie se mueve “queremos a Perón” es el grito que los une.

Finalmente pasadas las 23,30 hs de ese 17 de Octubre un pueblo y su líder caminan a encontrarse con la historia.

Así lo pintó Raul Scalabrini Ortiz: “Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía en densas vaharadas, mientras las multitudes continuaban llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de la Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos de Gerli y Avellaneda o descendían de las Lomas de Zamora. Hermanados en el mismo grito y en la misma fe iban el peón de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor mecánico de automóviles, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Era el substrato de nueva idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas allí presente en su primordialidad sin reatos y sin disimulos. Era el de nadie y el sin nada en una multiplicidad casi infinita de gamas y matices humanos, aglutinados por el mismo estremecimiento y el mismo impulso, sostenidos por una misma verdad que una sola palabra traducía: Perón.

Aldo Duzdevich (*) El columnista es autor de “La Lealtad-Los montoneros que se quedaron con Peron” y “Salvados por Francisco”.
* Publicado en Diario La Mañana del Neuquén, domingo 16 de octubre del 2022.
https://www.lmneuquen.com/17-octubre-el-dia-que-el-pueblo-pario-un-lider-y-un-movimiento-politico-n957146

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