La derrota de Argentina contra Arabia Saudita en el Mundial pone en foco la relación del astro argentino Lionel Messi con el país de Medio Oriente, y su rol en la definición de quiénes serán anfitriones de la Copa en 2030.
El Mundial de 2026 se llevará a cabo en Estados Unidos, Canadá y México (la competencia se abrirá a 48 equipos), pero la “licitación” para la edición de 2030, que se abrió en junio de este año, todavía está por definirse: el o los ganadores se anunciarán en Congreso de la FIFA de 2024.
Por ser sede compiten ya España, Portugal y Ucrania: esta última invitada por los ibéricos para atraer simpatías anti rusas y cierta compensación por haberle dado el Mundial 2018 a Vladimir Putin.
Pero también se anotan en esa puja Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile, con la excusa del centenario del Mundial de Uruguay de 1930, primera competencia futbolística global, en la que los locales vencieron 4 a 2 a Argentina en la final.
“La apuesta sudamericana para 2030 es muy fuerte. La región es una generadora de talento que se expresa en todo el mundo. Además, en el centenario de la primera Copa del Mundo en Uruguay en 1930, sería un lugar apropiado”, refrendó Fernando Marín, uno de los organizadores.
La candidatura conjunta sudamericana se anunció por primera vez en 2017, cuando el uruguayo Luis Suárez y Lionel Messi, compañeros entonces en el Barcelona, usaron en sus camisetas los números 20 y 30. Según Marín, “Messi seguramente será el abanderado de la Copa del Mundo”.
Pero el corazón de Messi puede chocar con su bolsillo: el otro será un esfuerzo combinado para competir por la localía del Mundial 2030 la integran Egipto, Grecia y Arabia Saudita, con quien el 10 argentino tiene un contrato millonario.
El acuerdo es para promover el turismo en ese país más que una candidatura al Mundial 2030, pero nada impulsa el turismo como la Copa: Arabia Saudita ya presentó su proyecto “Visión 2030” para una “reforma social y económica transformadora que abra a Arabia Saudita al mundo”.
La duración y los términos del acuerdo de Messi no se han hecho públicos. Pero se sabe que Cristiano Ronaldo rechazó una oferta por valor de más de 6.5 millones de dólares por año promover el turismo saudí -según el diario británico The Daily Telegraph-, y The Washington Post sugiere que el acuerdo de Messi con Arabia Saudita podría valer hasta cinco veces más que la cifra ofrecida al portugués. Un monto en línea con lo que le habrían ofrecido a Tiger Woods por promover un circuito de golf árabe: entre 700 y 800 millones de dólares.
Los saudíes promovieron por primera vez al argentino como su embajador turístico en mayo de este año durante un viaje a Jeddah, una ciudad junto al Mar Rojo. “Esta no es su primera visita al reino y no será la última”, dijo Ahmed al-Khateeb, ministro de Turismo de Arabia Saudita, en un tuit que mostraba la bienvenida de Messi en el Aeropuerto Internacional Rey Abdulaziz.
Más tarde, Messi publicó una foto suya en un yate mientras contemplaba la puesta de sol saudí. “Descubriendo el Mar Rojo #VisitSaudi”, se leyó al pie de imagen en Instagram, donde Messi tiene más de 370 millones de seguidores. La publicación fue etiquetada como una "asociación pagada" con Visit Saudi, que es una empresa subsidiaria de la Autoridad de Turismo de Arabia Saudita.
Más tarde, Messi se unió a la princesa Haifa Al-Saud, viceministra de Turismo, en una gira por la antigua Jeddah. “Me alegro de que estuvieras hipnotizado por su esencia, herencia y belleza”, festejó la princesa Haifa en Twitter.
Y la web Visit Saudi tiene en su página de inicio al capitán de la Selección Argentina: “Lionel Messi quiere que des rienda suelta a tu buscador de emociones interno y descubras lo inimaginable. Ya sea que viaje para descubrir cosas nuevas o cosas viejas”.
Messi visitó Arabia Saudita por primera vez en 2012. Y desde entonces, la relación se ha vuelto muy cercana con Turki Al-Sheikh, presidente de la Autoridad General de Entretenimiento de Arabia Saudita, cuyo objetivo es promover el crecimiento social y económico en el país.
Al-Sheikh, propietario del club de fútbol Almería de la Liga española, es quien acercó como embajadores saudíes en el mundo a Diego Maradona, los brasileros Cafú, Roberto Carlos y Ronaldinho, el defensor italiano Leonardo Bonucci y el holandés Patrick Kluivert, entre otros.
Al-Sheikh, el ex guardia de seguridad del príncipe Mohammad bin Salmán bin Abdulaziz Al Saud (quien habría ordenado el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, pero logró la inmunidad estadounidense por sus vínculos comerciales con Donald Trump), es una figura clave del régimen y ha evitado algunos intentos por derrocarlo.
Fan del fútbol, ha sido el artífice del partido entre Brasil y Argentina en Arabia Saudita 2019, donde su club de fútbol, el Almería, publicó un clip en las redes sociales de Messi y Al-Sheikh abrazándose en el túnel antes del partido con el título "dos leones".
Una relación con infinidad de posteos en redes (Messi saludó a Al-Sheikh por su 40 cumpleaños, y visitó la casa del “jeque” en Riyadh con otros jugadores argentinos) que hoy engorda los bolsillos del astro argentino y posiciona a Arabia Saudita como candidato para el Mundial 2030, una carrera en la que Mohammad bin Salmán se anota personalmente: se sentó junto a Gianni Infantino, presidente de la FIFA en el primer partido de esta Copa del Mundo, y ambos charlaron largamente durante la cumbre del G20 la semana pasada en Bali.
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