Leonardo Favio.
Fuad Jorge Jury Olivera nació en Las Catitas, departamento
Santa Rosa, provincia de Mendoza el 28 de mayo de 1938 más conocido como
Leonardo Favio, fue un director de cine,
cantautor, productor cinematográfico, guionista y actor argentino y militante
político partidario.
Es considerado uno de los más brillantes cineastas de su
país. Sus películas Crónica de un niño solo y El romance del Aniceto y la
Francisca suelen ser evaluadas entre las mejores de la historia del cine
argentino. Otras películas fueron Juan
Moreira, Gatica, el mono, Crónica de un niño solo, Perón sinfonía del sentimiento.
Cuando quisieron producir la película El Dependiente, escrita
por su hermano Jorge Zuhair Jury, Favio no contó con el apoyo económico del
Instituto Nacional del Cine (INCAA), razón por la cual buscó una forma
alternativa de juntar el dinero, que encontró en el canto. Su paso por la
música también lo ubicó como uno de los precursores de la música romántica
nacional "compitiendo" (por llamarlo así) con otros populares cantantes argentinos de la talla de Sandro y el tucumano "Palito" Ortega.
Alternó las carreras de actor y director con la de estrella
de la canción romántica a lo largo de toda su vida con el propósito de
gestionar y financiar sus producciones cinematográficas con las ganancias que
le dejaba la música.
Algunos de sus populares temas fueron Fuiste mía un verano, Ella ya me olvidó, Para saber cómo es
la soledad (Tema de Pototo) de Luis Alberto Spinetta, Quiero aprender de memoria, y Chiquilladas de José
Carbajal, fueron algunos de sus temas
más exitosos.
Favio ha definido su pensamiento a partir de una concepción
popular de la religiosidad católica y del culto a la Virgen María.
En 1967 se une a María Vaner, con quien convivió hasta 1973,
actriz que debió marchar al exilio en 1974 con los dos hijos de ambos, luego de
ser amenazada por la Triple A.
Favio siguió el camino de Vaner, a partir del
establecimiento de la dictadura militar en 1976, pero no fue a España como su
ex mujer sino que se estableció en Colombia, vinculándose sentimentalmente con
Carola, su segunda esposa.
Sus canciones han sido versionadas en más de catorce
idiomas.
Sobre Fuiste mía un verano dijo:
"Gracias a esta canción puedo vivir con dignidad, sin
la angustia que sufren otros realizadores. Gracias a esta canción estoy en el
inventario familiar de casi todo el mundo de habla hispana. Para mí es muy
importante esa canción".
Cuentan que en la selva nicaragüense, cuando los
guerrilleros peleaban contra la dictadura de Anastasio Somoza, se escuchaban en
la selva las canciones de Leonardo Favio.
En 1972 lo acompañó a Perón en el célebre “charter” que lo
trajo del exilio, y en 1973 se lo designó conductor del acto que iba a
realizarse en los bosques de Ezeiza para recibir al General. La historia ya se
conoce: ese acto terminó en masacre, y sobre el ruido de las balas se escuchaba
la voz de Favio instando a calmar los ánimos y a cantar el himno.
Contaba por qué se hizo peronista: “Me hice peronista
primero por intuición. Cuando era pequeño estaba en una pobreza infinita y de
golpe comienza la felicidad. Voy avivándome de cosas. Cuando llega una máquina
de coser… es una intuición que se va acercando a través de hechos concretos(...).
El hombre como centro en todo hecho político. El hombre como centro de la
economía. SEPARAR UNO DE OTRO NO IBA. Con los años tuve acceso a la lectura:
Jauretche, Marechal, el General fundamentalmente, entonces me fui acercando al
aspecto intelectual del peronismo, a sus propuestas… Es que yo sentí aquello de
‘amaos los unos a los otros’. Eso sentí. El ser SOLIDARIO desde pequeño, eso me
lo enseñó mi FORMACIÓN y lo que era JUSTO e INJUSTO. Injusto es ver a un chico
desvalido, es un insulto al alma. (...) Es que yo lo viví. En mi pueblo había
siete sastrerías y había que pedir el traje con un mes de antelación. Y ahí se
vestían los obreros de YPF, de la SIAM. Y vos los veías dar la vuelta al perro
con sus trajes azules. Azules o grises, empilchados a medida, sentados en las
confiterías de las plazas, con las mesas llenas de botellas de cerveza y guay
que les tocaras una. Porque el orgullo del obrero era que se le fueran sumando
las botellas en la mesa. Porque era el gasto que ellos habían provocado, era la
ostentación, el orgullo de decir ‘ahora no nos morimos de hambre’. Por ej, vos
no ibas a la escuela y al tercer día que faltabas venía el vigilante a
preguntar por qué. Y guay de que no fueras a la escuela. Porque eso es
PATRIMONIO DE LA COMUNIDAD. ESA INTELIGENCIA ES NUESTRA, DEL PAÍS. Y cuando se
decía ‘los únicos privilegiados son los niños’ era verdad.(...) El respeto
hacia la ancianidad era verdad. Recuerdo cuando se jubiló mi abuelo: fue una
fiesta. Ese viejo iba a tener ahora tiempo con sus nietos, para llevarlos al
cine, a la cancha, para irse a Mar del Plata, tenía guita. FUIMOS UN PUEBLO
FELIZ. Eso no lo podés trasmitir… Sólo comunicándolo, rescatando el ORGULLO DE
LA SOLIDARIDAD, EL ORGULLO DEL TRABAJO(...)Tenías el futuro asegurado. Porque
vos sabías que cuando fueras viejo no te iban a tirar como una bolsa de papas”.
Su pareja, María Vaner, fue amenazada por la Triple A
-Alianza Anticomunista Argentina-, y debió exiliarse a España. Tres años más
tarde, durante el Gobierno militar, Leonardo buscó refugio en Colombia, desde
donde continuó su carrera como cantante.
En 2001, Leonardo Favio recibió el Diploma al Mérito de los
Premios Konex como uno de los cinco mejores directores de cine de la década en
Argentina.
Falleció el 5 de noviembre de 2012, a causa de una neumonía
agravada, luego de estar varias semanas internado en una clínica de Buenos
Aires.
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