Hace 20 años fallecía Tita Merello.
Era "La morocha argentina". "Tita de Buenos
Aires" como la llamaba Cacho Castaña falleció a los 98 años un 24 de diciembre del 2002.
Laura Ana Merello, más conocida como Tita Merello, era hija
de una plachadora llamada Ana Giannelli que nació el 11 de octubre de 1904 que
sabía lo que “mamarla desde chica” en el conventillo del Barrio de San Telmo. A
su padre Santiago Merello Tita no lo conoció. A los 10 años fue enviada a
trabajar como boyero en una Estancia de la provincia de Buenos Aires.
La pobreza extrema le impidió concurrir a la escuela. Merello
fue analfabeta hasta la década de 1920 debido a que jamás pudo concurrir a la
escuela. Recién a los 15 años aprende a leer y escribir de la mano del redactor
periodístico Eduardo Borrás.
Siempre se preocupó por la salud de los demás y, tras una
internación en el servicio de Ginecología del Hospital de Clínicas, comenzó a
popularizarse por aconsejar, por televisión, a todas las mujeres que se
hicieran el Papanicolau, acompañada al entonces joven Víctor Sueiro donde
inmortalizó la frase “muchacha, hacete el Papanicolau”.
TITA MERELLO ídola popular del teatro, el cine y el tango. Fue el símbolo de la mujer moderna e independiente. Fue una de las primeras
cantantes de tango surgidas en la década de 1920 que crearon la modalidad vocal
femenina en el rubro.
Su debut en cine fue en el primer filme sonoro argentino,
¡Tango!, junto a Libertad Lamarque otra grande del tango argentino.
La letra original de la milonga "Se dice de mí", con letra de
Ivo Pelay y música de Francisco Canaro, fue pensada para que la cante un
hombre, dado que el protagonista era un hombre extravagante, pícaro y que hace
gala de su fealdad pero con el discurrir del tiempo quedó como hecha para que la haga propia Tita Merello. La versión femenina alcanzaría un éxito impresionante al
ser grabada por Tita Merello con la orquesta de Francisco Canaro el 23 de julio
de 1954 e incluida en la película argentina "Mercado de Abasto", dirigida por
Lucas Demare.
Al producirse el golpe de Estado de 1955, Tita Merello, que
se había constituido en la intérprete más notoria de la época peronista, fue
deliberadamente discriminada, integrando con otros artistas, cantantes, escritores... las listas negras del prohibidos del 1955. Debió exiliarse en México. Quedó sin estrenar uno
de sus filmes "La morocha", dirigido por Ralph Pappier. Hugo del Carril sirvió
para que poco a poco resurgiera de sus cenizas.
Por aquellos años quedó marginada y cantó en parques de diversiones y en
circos para poder mantenerse.
A partir de los años 1960, de regreso en la Argentina, la mayoría de sus trabajos
fueron dirigidos por su amigo Enrique Carreras.
Desde la década de 1980, molesta por el asedio de los medios
periodísticos, Merello redujo sus apariciones públicas y se recluyó en su
vivienda de Recoleta.
En 1990 fue distinguida como “Ciudadana ilustre de la Ciudad
de Buenos Aires” por ser un considerada “mito viviente de la iconografía
porteña”.
En 1992, luego de realizar su último CD de tango en compañía
de Nacha Guevara, fue convocada en el programa de Susana Giménez, ¡Hola
Susana!, te estamos llamando, donde la conductora la reconcilió en el Día del
Amigo con Malvina Pastorino, la viuda de Sandrini.
En 1996, Amalia Lacroze de Fortabat le otorgó el premio
Fondo Nacional de las Bellas Artes que consistía en una estatuilla y 20 000
pesos que Tita Merello decidió donar al
Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y a la Casa Cuna.
“El 11 de enero de 1998, debió someterse a un chequeo
cardiovascular y análisis permanentes debido a una serie de mareos que padeció
en su domicilio. El parte médico emitido desde la entidad comunicaba que su
estado de salud era «satisfactorio y con parámetros normales».95 Luego de la
internación, tomó la decisión de trasladarse a la Fundación Favaloro con el
objetivo de efectuarse una revisión general” (Wikipedia).
Tras recibir un permiso del doctor René Favaloro, optó por
permanecer en la Fundación Favaloro hasta su muerte y recibir atención médica
permanente a causa de su avanzada edad.
Cuenta Cacho Castaña en una entrevista que le hiciera en el
2004 el diario Página 12: "Los últimos cinco, seis años de su vida
hablábamos todos los días por teléfono. Me retaba, me carajeaba... A veces iba
a visitarla y no me atendía, no me dejaba pasar. “Pendejo, vos sabés que estoy
comiendo y después duermo, vení a las cinco de la tarde”, me decía. Pero era
maravillosa. Un día estábamos caminando en el pasillo de la clínica, con su
bastoncito, despacito, y me dice: “Mirá, pendejo, pensar que tuviste tantas
minas y terminaste con la viejita Merello en lo de Favaloro”.
Merello falleció a los 98 años de causas naturales, mientras dormía en la Nochebuena de 2002 en su habitación de la Fundación Favaloro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.