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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

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sábado, mayo 24, 2025

Trump honra a Colón y al 12 de Octubre.

 

Trump honra a Colón y al 12 de Octubre.
Por María Eugenia Talerico (*) e Ignacio F. Bracht (**)

El domingo 11 de mayo, el presidente Donald Trump anunció su intención de restablecer el Columbus Day, celebrado tradicionalmente el segundo lunes de octubre. Con esta decisión, busca rendir homenaje a Cristóbal Colón, figura central en la historia de América y símbolo del legado hispánico, denostado en años recientes por sectores del progresismo global y movimientos como Black Lives Matter, y la izquierda woke.

En 2020, estatuas de Colón, San fray Junípero Serra, Isabel la Católica, Cervantes e incluso Thomas Jefferson fueron vandalizadas, junto con iglesias católicas y protestantes.

Este proceso de falseamiento histórico ideologizado no surgió de la nada: fue impulsado desde el ámbito académico.

La Universidad de Stanford, por ejemplo, eliminó el nombre de fray Serra -el único hispano con estatua en el Capitolio- de una calle del campus, acusándolo injustamente de genocida. En realidad, fray Junípero fue un misionero franciscano que fundó nueve de las treinta misiones que jesuitas y franciscanos establecieron en la costa oeste de América del Norte, y que hoy llevan sus nombres en la toponimia. Fue un defensor incansable de los pueblos originarios y llegó incluso a lograr la destitución de un gobernador por abusos, gracias a su protesta ante el virrey Bucareli, del vasto virreinato de Nueva España en el siglo XVIII.

DIMENSION HISPANICA

La iniciativa de Trump no solo tiene resonancia en la comunidad ítaloestadounidense -que reconoce a Colón como genovés-, sino que es también un acto de justicia hacia la dimensión hispánica de los Estados Unidos. Colón llegó a América en nombre de Castilla, y gran parte del actual territorio estadounidense, las dos terceras partes del actual territorio -California, Texas, Florida, Nuevo México, Arizona, Luisiana, Puerto Rico, Alabama, Georgia, Alaska, entre otros- formó parte del imperio español.

Más aún, la independencia de las 13 colonias no habría sido posible sin el apoyo de España. Además de aportar fondos y armamento, la Corona envió navíos, tropas (integradas por peninsulares, criollos -entre los que figuró Francisco de Miranda-, mestizos e indígenas) que combatieron a los británicos en batallas clave como Baton Rouge, Natchez y Pensacola. Bernardo de Gálvez, gobernador de Luisiana, fue una figura decisiva en este conflicto bélico. Esto hizo posible la victoria de George Washington,en la derrota definitiva sobre los británicos en Yorktown.

En 1796, ya independiente los Estados Unidos, la Nación Cherokee y otras diez tribus indígenas firmaron un tratado de amistad y soberanía con la monarquía española. Todo esto ha sido sistemáticamente silenciado por la llamada Leyenda Negra, hoy revivida por discursos que promueven un indigenismo excluyente, despegado del contexto histórico y de la realidad del mestizaje que definió América.

En contraste, el presidente Joe Biden reemplazó en 2021 el Columbus Day por el Día de los Pueblos Indígenas, desplazando una festividad federal instaurada por Franklin D. Roosevelt en 1934. En Hispanoamérica, esa misma línea ideológica ha sido promovida por gobiernos del Foro de São Paulo y del Grupo de Puebla, como los de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Néstor y Cristina Kirchner, Evo Morales, Rafael Correa, Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum. Todos ellos comparten un mismo enfoque: desvalorizar la herencia hispánica -conformada por el idioma español, la fe católica mayoritaria, el mestizaje cultural y étnico, y la inclusión de las poblaciones indígenas- en favor de un indigenismo impostado, ideologizado y sectario, que pretende borrar las raíces reales de nuestros orígenes.

Bienvenida sea, entonces, la determinación del presidente Trump de rescatar a Colón y, con él, al legado hispánico en América. Su gesto recuerda que la historia no se puede construir sobre negaciones ni sobre relatos forzados.

En Argentina, este debate también está abierto. El presidente Javier Milei afirmó que “hará lo que Trump haga”. Si esa declaración tiene sustancia, podría restaurar el 12 de octubre como Día de la Hispanidad, tal como lo estableció Hipólito Yrigoyen en 1917, denominándose Día de la Raza, en alusión a la identidad mestiza que define a nuestra civilización. Esa denominación fue sustituida en 2010 por el kirchnerismo, que adoptó la línea trazada por Hugo Chávez, que la había bautizado como el “Día de la Resistencia Indígena” y Cristina Kirchner lo estableció por decreto como el Día del Respeto a la Diversidad Cultural. El cambio no fue revertido por el gobierno de Mauricio Macri, y permanece vigente hasta hoy.

(*) Miembro fundador de la OnG Será Justicia. Ex Vicepresidente de la UIF y actual candidata a diputada nacional por Potencia Buenos Aires.

(**) Miembro de Número de la Academia Argentina de la Historia y de la Academia de Artes y Ciencias de la Comunicación. Vicepresidente del Instituto Cultural Argentino Uruguayo.

Publicado en LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Trump-honra-a-Colon-y-al-12-de-Octubre-559995.note.aspx

martes, abril 29, 2025

Hispanizar es la consigna. Por Germán Masserdotti.


En un mundo secularizado o liberal como en el que vivimos, pareciera exótico invocar a la Hispanidad. Toda ella responde a una cosmovisión en la que cual debe existir una alianza entre la política y la religión, entre el Estado y la Iglesia. Históricamente, a tal punto fue así que el mismo poder político se puso a la cabeza de la obra evangelizadora. No otra cosa se seguía de las exigencias del Patronato Regio.

Esta misión cristianizadora, conviene recordarlo, obligaba en conciencia a los mismos reyes y gobernantes en América (las Indias).

RAZONES.

Existen varias razones para argumentar en favor de la hispanización del mundo como respuesta a un globalismo cultural, político y económico inmanentista, inhumano e ideológico. Algunas de ellas son:

1. La Hispanidad es misionera: desde el comienzo de la empresa descubridora, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, los Reyes Católicos, cumplen con el mandato de la Iglesia de evangelizar a los naturales de América. El codicilo de Isabel es una muestra ejemplar de este propósito cristianizador. Pero no se agota en ellos esta misión. Ciertamente durante el reinado de los reyes de la Casa de Habsburgo (Carlos I, Felipe II, Felipe III, Felipe IV y Carlos II) la corona española se empeñó en el establecimiento de otras tantas cristiandades en América como la ya existente en la Península Ibérica. En la inteligencia y en la voluntad de España, no alcanzaba con evangelizar a los individuos. Había que edificar una civilización cristiana con las particularidades propias de lugar y de la idiosincracia de pueblos nativos. Y así sucedió. Basta ilustrar con los virreinatos de Nueva España (México) y del Perú como ejemplos más notables sin olvidar el resto de América.

2. La Hispanidad es humanizadora: consecuencia natural de la misión evangelizadora de España en América con el correspondiente cumplimiento sin perder de vista las limitaciones del caso, fue la labor humanizadora que se practicó en beneficio de los indígenas. Mucho de esta tarea se verifica en la “reducción a la vida política” de la que hablaron tanto los misioneros como los gobernantes y legisladores que vivieron en América, sobre todo en el siglo XVI. En relativamente poco tiempo, se verificaron los tres momentos de la obra de España en estas tierras: el descubrimiento, la conquista y la pacificación. Así como los virreinatos son ejemplos de civilizaciones cristianas –lo mismo en esencia, no obstante las atendibles diferencias–, el Derecho Indiano, animado profundamente del espíritu cristiano, es un caso concreto de consideración de la condición real de los habitantes de América, en particular de los indígenas. Gracias a la labor de España, ellos dejaron, paulatinamente, malas costumbres como la idolatría y la poligamia –entre otras– y adquirieron buenos hábitos como la laboriosidad.

3. La Hispanidad es realista: el realismo hispánico se sigue del espíritu cristiano y del sentido de humanidad antes mencionados. Lejos de todo apriorismo ideológico que prefabrica “órdenes jurídicos” iluministas en vistas de un futuro estado de perfección utópico, la Hispanidad hecha corpus jurídico, es decir, el Derecho Indiano, no pierde de vista las circunstancias en vistas a resolver con justicia cada caso. En palabras de Víctor Tau Anzoátegui, se trata de casuismo y no de sistema. Un ejemplo singular de realismo jurídico es el del tratamiento que las leyes brindan a los indígenas. Entre otras instituciones que podrían mencionarse, se encuentra la de la defensoría o protectorado de indios. Levante la mano alguna potencia europea que cuente con algo similar en su legislación. Nadie levantó la mano. Por todo lo dicho, hispanizar es la consigna.

El orden social inspirado en el inmanentismo que confía en el restablecimiento del Paraíso terrenal mediante la cultura democratista y libremercadista cruje. En el mejor de los casos, se afana en conjurar las consecuencias que se siguen de los mismos principios que las explican.

La Hispanidad es un ejemplo inspirador para que se restablezca la paz en el mundo. Sin ilusiones pseudo-mesiánicas que, en realidad, responden a intereses más o menos confesados. Antes bien, con la convicción de que al secularismo se lo vence con la profesión limpia y clara del reinado de Cristo.

Publicado en LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Hispanizar-es-la-consigna-559074.note.aspx

domingo, marzo 30, 2025

¿Fue Mamerto Esquiú el primer hispanista argentino? Por Germán Masserdotti.


¿Fue Mamerto Esquiú el primer hispanista argentino? 

Por Germán Masserdotti.

La Hispanidad, como tema, no se ha puesto de moda dado que ella es un clásico. Lo que sucede es que ha cobrado actualidad como respuesta al globalismo secularista. Podría decirse que la naturaleza –y la gracia– vuelven por sus fueros. Una –la naturaleza– y otra –la gracia– debido a que la Hispanidad es un ejemplo de orden social cristiano. Bastaría recordar la consideración que el Derecho Indiano tenía de las jerarquías naturales en la organización social de los pueblos indígenas, por una parte, y la misión evangelizadora de la Corona española en América, por otra, para terminar por concluir en la singularidad del “caso español” a lo largo de la historia y en comparación con otras potencias europeas.

En este contexto de reviviscencia del tema de la Hispanidad, resulta interesante plantear una pregunta vinculada al desarrollo del concepto bajo estudio. Partimos de un hecho: el aporte de la Argentina al estudio de la Hispanidad es por demás importante. No solamente porque hay expositores nacionales del asunto sino también porque en nuestra tierra vivieron autores españoles que son, por otra parte, faros obligados a la hora de profundizar en la noción de Hispanidad. Valga mencionar a dos de ellos: Ramiro de Maeztu y el P. Zacarías de Vizcarra.

La pregunta, entonces, es la siguiente: ¿quién puede considerarse el primer hispanista argentino?

La respuesta está suponiendo la clarificación de qué es un hispanista. Brevemente, y sabiendo que puede haber mejores caracterizaciones, podría decirse que hispanista es aquél que se interesa por la obra de España en América y Las Filipinas, la estudia y difunde y, no menos importante, establece una relación empática con ella. Empatía, por otra parte, que no excluye una mirada crítica desde la buena fe.

ELOGIO FUNEBRE.

Dicho esto, en la búsqueda de antecedentes para responder a la pregunta planteada, figura un escrito del beato fray Mamerto Esquiú (1826-1883) conocido como “Elogio fúnebre del ilustrísimo fundador de la Universidad de Córdoba, Rmo. D. Fr. Fernando de Trejo y Sanabria”, pronunciado en la Iglesia de la Compañía de Jesús, el 23 de diciembre de 1881. Este elogio fúnebre Esquiú lo pronunció en la Ciudad de Córdoba.

Allí dice el fraile catamarqueño, en lo que se refiere a nuestra materia:

“A juicio de todo el mundo ilustrado, el siglo XVI fue para la España un verdadero siglo de oro en las letras, en las bellas artes y en hechos de sin par magnificencia; era aquello la digna corona del héroe de setecientos años por la fe y por la patria. Pero lo que no siempre se tiene en cuenta es que ese siglo fue de tanto valor para las letras y grandes hechos, sino porque fue de encumbradísimo mérito en la piedad cristiana.

Para conocer la íntima y admirable relación que lo bello, verdadero y fuerte de aquel siglo tenían con la fe y piedad cristiana que florecían en España, basta nombrar a Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, los tres Luis (de Granada, de León y Vives), Cervantes, Herrera y Velázquez de Silva, Garcilaso de la Vega (el de Toledo), y Calderón de la Barca, que fue como el digno crepúsculo de ese gran día. Basta mencionar el Escorial, las gigantescas campañas de América, la batalla de Lepanto, y hombres como Cisneros, Felipe II e Ignacio de Loyola. ¡Ah! Qué astro del cielo cristiano era esa España, que a un mismo tiempo despedía hacia el oriente hasta la India y el Japón un rayo de luz como Francisco Javier, y hacia el occidente hasta las playas del Océano Pacífico un Toribio de Mogrovejo y un Francisco Solano, sin hablar de las Rosas de Lima y de las Azucenas de Quito, y los Sebastián de Aparicio y Felipe de Jesús de México. Sin temor a ser desmentidos, podemos decir, y siendo obligación de los hijos confesar y honrar a la madre, sin temor, repito, podemos y debemos decir que la España, nuestra madre, fue en el siglo XVI un verdadero sol de la civilización cristiana, por su resplandor purísimo y por los rayos de verdad y de gracia que ha irradiado hasta las extremidades de la tierra”.

El fragmento transcripto, como puede apreciarse, contiene muchas virtualidades. Aquí me interesa destacar algunas de ellas.

Afirma Esquiú que el dorado siglo XVI en España era “la digna corona del héroe de setecientos años por la fe y por la patria”. Es decir, esa España que se convertiría en descubridora de las Indias desde fines del siglo XV hasta poco más de mediados del siglo XVI estaba animada por el espíritu de reconquista que había forjado a los peninsulares al punto de marcar de modo indeleble la nacionalidad española con el signo de la Catolicidad –tema que trata otro gran hispanista como Manuel García Morente–. Podría plantearse, entonces, que la empresa evangelizadora del Descubrimiento, conquista y pacificación de América fue un sucedáneo de esa Reconquista española que combatió victoriosamente contra el Islam.

De este modo, se comprende mejor la afirmación final de Esquiú en el fragmento transcripto: “podemos y debemos decir que la España, nuestra madre, fue en el siglo XVI un verdadero sol de la civilización cristiana, por su resplandor purísimo y por los rayos de verdad y de gracia que ha irradiado hasta las extremidades de la tierra”.

SENTIDO MISIONAL.

Fuera del aspecto entrañable que tiene afirmar que España es “nuestra madre”, lo importante es señalar que, para Esquiú, ella fue “un verdadero sol de civilización cristiana” y que este orden social según el derecho natural y cristiano lo irradió “hasta las extremidades de la tierra”. En este sentido, la justificación de la presencia de España en América y Las Filipinas fue el sentido misional, es decir, evangelizador. Por esto el descubrimiento, la conquista y la pacificación deben entenderse a la luz de esa finalidad cristianizadora. La finalidad evangelizadora suscitó, evidentemente, un orden social consecuente. Mucho de esta configuración social se debió al monumental Derecho Indiano, una pieza única en la historia universal.

Entonces, teniendo en cuenta que el beato Esquiú pronunció este elogio fúnebre en 1881, ¿se lo podría considerar el primer hispanista argentino? A cuenta de hacer una investigación más exhaustiva, podría sostenerse como probable esta condición de primero. En cuanto a su condición de hispanista, se podría afirmar que lo fue no tanto porque abunden los textos como por la contundencia del texto transcripto.

Publicado en LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Fue-Mamerto-Esquiu-el-primer-hispanista-argentino-557799.note.aspx

domingo, octubre 06, 2024

Reivindicar el 12 de octubre.


Reivindicar el 12 de octubre.

Entramos en octubre. Una fecha que suena con fuerza porque hay hechos históricos que por su magnitud tienen que seguir siendo recordados y valorados. Uno de esos sin lugar a dudas fue el descubrimiento de América por parte de la corona española.

Ese 12 de octubre de 1492 el Almirante Cristóbal Colón y sus tres carabelas arribaron al Nuevo Mundo y a partir de allí comenzó la unión de los dos mundos.

Es así que en el mes de octubre de 1917, el Presidente de la Nación Dr. Hipólito Yrigoyen, decretó Fiesta Nacional, el 12 de octubre. Desde ese momento pasó a denominarse al 12 de octubre "Día de la Raza". Esta denominación no tiene que ver con lo biológico sino con lo espiritual, con una estirpe determinada. Y para nada es peyorativa de quienes no comparten la misma estirpe racial.

Otros presidentes como Illia y Perón repitieron los mismos considerandos del decreto de Yrigoyen, quien proclamaba lo siguiente:

"1º. Que el descubrimiento de América es el acontecimiento más trascendental que haya realizado la humanidad a través de los tiempos, pues todas las renovaciones posteriores derivan de este asombroso suceso, que a la par que amplió los límites de la tierra, abrió insospechados horizontes al espíritu.

2º. Que se debió al genio hispano intensificado con la visión suprema de Colón, efemérides tan portentosa, que no queda suscrita al prodigio del descubrimiento, sino que se consolida con la conquista, empresa ésta tan ardua que no tiene término posible de comparación en los anales de todos los pueblos.

3º. Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, la labor de sus menestrales, y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la nación americana.

«Por tanto, siendo eminentemente justo consagrar la festividad de la fecha en homenaje a España, progenitora de las naciones a las cuales ha dado con la levadura de su sangre y la armonía de su lengua una herencia inmortal, debemos afirmar y sancionar el jubiloso reconocimiento"...

SIN LEYENDAS.

La leyenda negra y la leyenda rosa son dos construcciones y como tales alejadas de la realidad de los hechos históricos que se recuerdan ese día.

La Leyenda Rosa se ha contado durante muchos años de la mano de “los tres barquitos de nuez empujados por el viento” en los que todos los actores de los hechos que llegaron al desolado territorio eran movidos solo intereses heroicos y generosos.

Nos incumbe especialmente la Leyenda Negra que tanto mal ha hecho no solo a la veracidad de nuestra historia, sino también a nuestra identidad y autoestima como hijos de la cultura hispánica.

El padre de la Leyenda Negra, paradójicamente, fue un fraile dominico español. Bartolomé de las Casas utilizó cifras adulteradas acerca de la matanza de indios para desacreditar el actuar de España en América. A él se le debe la idea dicotómica de los españoles malos y los indios buenos que nos persigue cada 12 de octubre.

A Don Bartolomé lo asistía una razón teológica, errada, pero teológica al fin. Para él los indios eran seres a los que no había alcanzado el pecado original y por lo tanto seguían inclinados al bien en “su paraíso” hasta la llegada de los españoles.

Inglaterra, en guerra con España entre los años 1585 y 1604, abonaron a esta teoría compitiendo en una carrera de expansión en América y vieron con muy buenos ojos exagerar e imaginar perversiones del enemigo. La guerra de propaganda no es un invento de nuestros tiempos.

La Leyenda Negra fue difundida primero en ambientes académicos y con el paso del tiempo se difundió a tal punto que llegó a todos los niveles. En su obsesión anticatólica, la izquierda cultural tomó el relato y lo hizo su bandera. La aversión a la obra evangelizadora de España también fue un factor que aglutinó al progresismo en la propagación de La Leyenda Negra.

HISPANOAMÉRICA.

Lejos de las cuestiones ideológicas, el decreto de Yrigoyen plasmó en pocos artículos todo lo bueno que generó la unión de dos mundos: el de los españoles y el de los habitantes de lo que más adelante se llamaría América, dando origen a millones de criollos.

También apreció la cultura, la fe católica y la maravillosa lengua de Castilla que se habla desde México hasta la Tierra del Fuego. Del mismo modo, valoró el amor por la libertad y la justicia. Prueba de esto es que los Reyes Católicos reconocieron como súbditos de la Corona española a los aborígenes, brindándoles el mismo estatus que a un español nacido en la península.

En palabras de Ignacio Tejerina Carreras, presidente del Instituto de Cultura Hispánica de Córdoba, “...arte, cultura, lengua, tradiciones, religión fueron la gran herencia española que Yrigoyen supo valorar, y quiso que nosotros la valoráramos…”

Después de años soportando relatos, muchos sostenemos que ha llegado el momento de retomar el camino de la verdad histórica y revalorizar nuestras raíces. Es así que desde esta columna proponemos al Congreso de la Nación y al Gobierno Nacional que se denomine al 12 de octubre “Día de Hispanoamérica”.

Por Myriam Mitrece.

PorCarlos Ialorenzi.

Publicado en LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Reivindicar-el-12-de-octubre-550998.note.aspx

lunes, julio 01, 2024

SE CUMPLIERON 150 AÑOS DE SU NACIMIENTO. Don Ramiro de Maeztu, un mártir olvidado.

 

POR ANTONIO CAPONNETTO.

En el pasado mes de mayo se cumplieron 150 años del nacimiento de Don Ramiro de Maeztu, varón ejemplar si los hubo, de aquello que insistimos en llamar Madre Patria o Patria Originante. Prevaleció el olvido hiriente, la desaprensión imperdonable, la ignorancia culposa de su figura. Por eso nos ha confortado tanto recibir el obsequio de nuestro joven y emprendedor amigo, Francisco de Asís Gamazo, miembro destacado de la Asociación Cultural Luz de Trento y de la Asociación Jóvenes por España. El obsequio mentado es un libro reciente y desconocido del mismísimo Maeztu, que lleva el desafiante y promisorio título de ¡Santiago y cierra España!. Dios premie a quienes lo hicieron posible. De un modo particular a José Javier Esparza, quien prologa las páginas.

Para hablar de Maeztu hay que empezar por el principio; y ese incipit, para un católico, no puede ser sino su muerte mártir, que lo condujo derechamente al Divino y Eterno Comienzo.

Si tenemos legítimamente por veraces las palabras finales que se le atribuyen a nuestro arquetipo, antes de recibir los perdigones homicidas de los rojos, algún espíritu superficial podría sostener que las susodichas palabras no se han cumplido. En efecto, he aquí el postrero alegato: “Vosotros no sabéis porqué me matáis; yo en cambio sí sé porque muero: para que vuestros hijos sean mejores que vosotros”. Los hijos de aquellos criminales hoy son poder en España, y bajo su tiranía oprobiosa, España se ha traicionado a sí misma sin honor ni respeto. Pero sería impropio e injusto quedarse con esta única filiación presente de aquellos progenitores victimarios. Hay otros críos leales del león hispánico, nos recordaría Rubén Darío. Por eso los segadores no han vencido ni vencerán del todo. Ni menos al final de la Final Contienda.

MIRADA BIOGRÁFICA.

Para entender a Maeztu se lo puede abordar biográficamente. No como cronología –allí están para quienes se interesen, las difundidas “Tablas Cronológicas” de Dionisio Gamallo Fierros, o los apuntes siempre cálidos de su hermana María- sino como itinerario espiritual, como camino de perfección, diríamos más ascéticamente. En este sentido, la vida de Maeztu es un dechado nítido de que para el cristiano también la propia y personal historia es más regreso que progreso; o mejor aún, que el progreso consiste en regresar, en volver por el Germen Inaugural, en culminar la parábola y retornar a la Casa del Padre.

Es que Maeztu, como todos, fue fruto y consecuencia de su ambiente y de su tiempo: una nación que se quebraba y reducía territorialmente, y el furor iconoclasta y nihilista con que aquella generación vivió ese tránsito complejo al siglo XX. Si su hogar lo marcó con una crianza en la que se entremezclaron el españolismo decimonónico y el talante aristocrático y religioso británico, recibido a través de su madre, sus numerosos viajes y contactos por Europa y por América, lo rodearon de influencias que no siempre supo ordenar.

La izquierda suele reivindicar su período 1897-1904, o el fabianismo y el guildismo de los años 1905 a 1916, o las inclinaciones kantianas en sus visitas juveniles a Alemania, pero no hay con qué sostener definitivamente esta hipótesis. Da pena, por ejemplo, ver los esfuerzos de un Edward Inman Fox en tal dirección. Porque Don Ramiro, aún entonces, veía más de lo que miraba, dejaba entreleer más de lo que escribía y callaba lo mejor –rumiándolo en silencio- para otorgárnoslo a su hora. Entregó temporariamente al error sus corazonadas más que su entendimiento; y la inteligencia lo salvó del naufragio devolviéndole el ritmo exacto a sus corazonadas.

Por eso él no gustaba hablar de conversión -y la palabra, en rigor, no le cabe- pero nos dejó narrados en varios pasajes, principalmente en los de su Autobiografía, el encendimiento de fervores que lo recondujo a Jesucristo, en plenitud de entrega y de servicio. Por sensibilidad genuina ante los problemas sociales (culposamente ausente hoy en quienes gobiernan) abrevó en la Doctrina Social de la Iglesia; por lealtad a la Iglesia se enraizó aún más en las esencias de la patria; y por ese amor lacerante a la patria se consagró entero al amor de Dios. Peregrinar de virtudes, su camino, parece ir de la caritas a la pietas, y desde aquí a la Fe, en un trazo vacilante a veces, pero con la belleza de las líneas rectas que parecen buscar el infinito.

MIRADA BIBLIOGRÁFICA.

En segundo lugar, a Maeztu, se lo puede encarar bibliográficamente. No como catalogación de títulos, por cierto, sino como radiografía de una docencia que ganó en fecundidad y en discípulos en la medida que se hizo menos novedosa; esto es, menos subjetiva y más expresión de verdades perennes. Y que ganó en resonancia y reverberación cuanto mejor se hizo eco o repique de la música antigua y sacra de la Sabiduría. Esa que él entonó con carácter notable, con actitud hímnica; admirable concordia entre lo lírico y lo épico. La gran herencia maeztusiana es el símbolo convocante de la Tradición. El estilo es el hombre; ya se sabe. Él y la Tradición cruzaron caminos convergentes por el puente del estilo. Desde entonces, decir maeztusiano, como decir quijotesco, es una categoría que define y califica.

Pero este acercamiento bibliográfico que mentábamos, es una tarea ímproba, tanto por la fecundidad de lo que ha producido como por lo que sobre su obra convocante se sigue publicando. Desde su primer artículo en El Porvenir Vascongado, en 1896, hasta el último dirigido a La Prensa de Buenos Aires, en el año de su muerte, don Ramiro no dejó de escribir. Cuando Vicente Marrero –sin duda su mejor biógrafo- se hizo cargo de dirigir la edición de sus obras completas en Editora Nacional primero, y en Rialp después, el plan comprendía treinta volúmenes, sin dejar de ser antología. La exhumación total de sus páginas aún no ha concluido, y no le han faltado en justicia quienes se ocuparan de ellas. Como estos camaradas españoles de Luz de Trento, que mentábamos al principiar la nota.

Es que Maeztu escribía como un hábito incesante, como una disciplina espiritual severamente reglada; pero escribía también como una prolongación de su buen combate y casi como una lid intensa sin tregua alguna posible. Su prolificidad era su modo de acometida y su carga a fondo, y al igual que Job, podría haber repetido cada mañana: “¡Quién me diera que mis palabras se escribiesen! ¡Quién me diera que fuesen consignadas en un libro!” (Job, 19-23).

De la vigencia de sus letras es una nueva y patente prueba la obra ya citada ¡Santiago y cierra España!. Allí, verbigracia, en el capítulo “El fracaso de la libertad”, se afirman ideas que parecen escritas para este aciago aquí y ahora del ideologismo liberal opresivo. “La libertad –nos dice- no es en sí misma principio positivo de organización social. Hablar de una sociedad cuyos miembros tengan la libertad de hacer lo que quieran es una contradicción en los términos mismos. La libertad en este sentido no constituiría sociedad alguna [...]. Es una extraña superstición hacer creer a tantas gentes que la libertad les da derecho legítimo a negarse a desempeñar función alguna necesaria a la sociedad a la que pertenecen”. Pues en esta superstición se nutre la “peste perniciosíma del liberalismo”, como lo retrató Pío IX.

Alguien podría argumentar que los escritos de Maeztu no son más que una sucesión de notas periodísticas y por ello mismo marcados con el sello de lo contingente o efímero. Él mismo pareció responder esta objeción, cuando hacia 1931, con ocasión de recibir el Premio Luca de Tena, declaró en un reportaje que coincidía con los germanos en la distinción entre “también periodistas” y “sólo periodistas”, situándose con sencillez en este último rubro. Creemos que es exactamente al revés: sus escritos periodísticos no son sólo éso. Plausibles u objetables esa es su característica común. Pero además, Don Ramiro, no consideró igualmente importantes todas sus hojas. Deseó sin poses ni falsas modestias, sino con el dolor sincero del arrepentimiento, que una parte de ellas fuesen olvidadas y quemadas; y creyó genuinamente que su mensaje podría reseñarse en pocos pero capitales párrafos. No era un desplante esteticista ni un juego borgiano. Era el fruto de su metanoia, en el sentido más empinadamente teológico del término.

LEGADO DE UN CONVERSO

¿Cuál su legado, su cesión o encomienda, a siglo y medio de su natalicio? Sería aventurada una síntesis –al menos hecha por nosotros- pero se nos permitirá acercar una respuesta posible. El gran legado de Ramiro de Maeztu es la Hispanidad.

No siendo su pluma, haría falta para explicárnosla, la de Zacarías de Vizcarra, Eugenio Montes, Agustín de Foxa o la de nuestro Braulio Anzoátegui. Pero al no ser posible el milagro de que aunadas las suyas sustituyan a este calamo currente, digámoslo con la imperfección del caso. La Hispanidad que amó y defendió Maeztu, y por la cual vertió su sangre, no es una categoría étnica ni geográfica; no es siquiera enteramente una cuestión política, aún conteniendo como contiene el justiciero y necesario elogio de la monarquía. Poco tiene que ver tampoco su planteo de fondo con cuestiones geoestratégicas o de posicionamiento hemisférico. No es la España moderna la que lo desvela, crecida al calor de la Revolución Mundial Anticristiana, con todas sus etapas antañonas y actuales, pero todas inicuas. Ni es el borbonato de ayer remozado hoy, pero siempre ahíto de felonía y de ultraje, de masonismo y de apostasía, de “taberna al final de una noche crapulosa”. Al contrario, contra todo esto y tanto más lidió heroicamente Don Ramiro.

Su Hispanidad, que quiere ser la nuestra, es la Christianitas Hispánica, la corporización en tierras ibéricas del “¡Id y predicad!”, del “¡Bautizad y convertid!”; es la consumación del mandato y de la misión confiados por Nuestro Señor a Santiago Apóstol; es uno de los nombres de Cristo, diría Fray Luis de León, hablando analógicamente. Porque las tres cosas que más amaba Jesús las repartió en vida y en agonía a quienes alta y superior confianza les tenía. A Pedro le dejó Su Iglesia, a Juan le dejó Su Madre y a Santiago le dejó Su España. Un nombre que debe proferirse y pronunciarse aunque sea en el exilio de los nombres al que nos tiene sometido el Innombrable.

LA HISPANIDAD.

La Hispanidad, entonces -y entiéndase que estamos abreviando- es una cuestión teológica, no ideológica; de índole mistérica y no problemática, de condición y no de situación, misional y no coyuntural, ontológica, no fenomenológica y, por lo tanto, plenamente inteligible sub specie aeternitatis. Negar la Hispanidad, mediatizarla o subalternizarla, abdicar de ella, abjurar de nuestra savia es, en ultimísima instancia, renegar de Cristo y protestar de espaldas a Él. Asumir en cambio la Hispanidad como proyecto posible, regenerador y unitivo, ante las amenazas de enemigos reales y poderosos, es ser. Por eso gustaba repetir Maeztu aquello de que ser es defenderse. Ser es afianzar lo propio frente a las extranjería del alma y la barbarie del espíritu.

Por no entender cabalmente este concepto clave del pensamiento maeztusiano, es que parecen querer oscurecer el horizonte actual de nuestra causa por lo menos dos grupos estrafalarios de ideólogos. Uno se jacta de apatridismo, amañando citas de los Padres y de Santo Tomás de Aquino, para justificar lo injustificable. Son unos pusilánimes. Forman ese partido de los intelectuales o devotos, que desenmascaraba Peguy; y que se caracterizan por creer que son de Dios porque no se atreven a batallar en el mundo. No aman a nadie, pero se consideran monopolizadores del amor a Dios. El otro bando lo constituyen ciertos enajenados mitómanos que, en el afán indiscriminado de condenar la totalidad del proceso independentista americano, sin separar el trigo de la cizaña, lo lícito de lo espurio, incurren en la hybris del malvado Tersites, que osó insolentarse contra los héroes. Son, redondamente, una reata de mentirosos.

De allí que resulte tan importante conocer el ideario de Don Ramiro sobre la Hispanidad y sus frutos en América. Ese “ser es defenderse”, que él nos pidiera, lo veía realizable en la unión del logos con el coraje. Por eso despreciaba a los intelectuales sin valor y a los valientes sin intelecto. Por eso hizo de su vida de soldado una prefiguración de su lucha metafísica, y de ésta un acuartelamiento en la Verdad. Y por eso, tal vez, cuando lo asesinaron, se le podría haber aplicado el juicio de Ortega ante el asesinato de otro Ramiro: Ledesma Ramos; y era tal juicio decir que “habían matado a un entendimiento”. Podría acotarse asimismo que mataron a un arrojo, pues ambas cualidades lo definían. Razón y Pasión por Dios y por España.

Ahora sí cobra mayor sentido que retomenos el comienzo de esta nota. Sus hidalgas palabras finales no han dejado de cumplirse, ni él ha dejado de pronunciarlas. Cuando los tiros rencorosos de los comunistas acabaron con su vida, por las calles y los caminos y los paisajes de España prometía clarear la Hispanidad, se juraba devolver la risa de la primavera, y caer en donde Dios lo ordenara, con la camisa azul, la boina roja o la guerrera caquiverdosa de los novios de la muerte. Eran “los hijos” que habían aprendido a ser mejores.

“España es una encina medio sofocada por la yedra”, comienza su célebre Defensa de la Hispanidad. Hoy -nos parece que así lo diría- la yedra ha sofocado a la encina y casi no se la puede reconocer ni ver a España. Cuando el Señor de los Ejércitos disponga podadores que limpiando la fronda horrible permitan ver de nuevo –aquí y allá- el rostro de la Hispanidad; cuando los nuevos y fecundos hijos recuperen con sangre y sones de Cruzada la filiación traicionada, se cumplirán una vez más, redondamente, sus palabras echadas al rostro vil de sus verdugos; y podremos evocarlo victorioso con los versos de Pemán:

“Ramiro de Maeztu,

Señor y Capitán de la Cruzada:

¿dónde estabas ayer, mi dulce amigo,

que no pude encontrarte?

¿Dónde estabas?

¡Para haberte traído de la mano,

a las doce del día, bajo el cielo

de viento y nubes altas,

a ver, para reposo de tu eterna inquietud

tu Verdad hecha ya vida

en la Plaza Mayor de las Españas!”.

 Publicado en LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/Don-Ramiro-de-Maeztu-un-martir-olvidado-546433.note.aspx

miércoles, mayo 22, 2024

Malvinas fue la última carga de la caballería hispano católica contra el nuevo orden mundial.

Se realizó en Cartagena de Indias el primer congreso para recuperar sus ideas y valores.

El renacimiento de la hispanidad.

Ante una multipolaridad consolidada hay una aceleración geopolítica que está comenzando a contribuir. Dios así lo quiere y el anglosajón arrogante lo presiente y lo teme.

Malvinas fue la última carga de la caballería hispano católica contra
el nuevo orden mundial, recordó Camilli durante su exposición.

Entre el 14 y el 19 de mayo de 2024 se realizó en la emblemática ciudad de Cartagena de Indias el primer congreso para la reunificación de la Hispanidad a instancias y por feliz iniciativa del Instituto de Geopolítica y Estudios Estratégicos de Colombia.

Luego de varios años de preparación, después de reunirnos en muchas oportunidades a través de los medios informáticos, logramos encontrarnos en forma presencial, para conversar, profundizar conocimientos e ideas, interactuar, en fin, conocernos mejor y aunar esfuerzos y objetivos.

El Instituto ELEVAN dijo presente. Con la participación de su Presidente, y algunos de nuestros docentes. La delegación argentina fue importante, protagónica y activa. La Argentina dijo presente para tener voz y voto en este intento de recuperar los valores propios de la Hispanidad.

¿QUE ES LA HISPANIDAD?

Aclarando puntos y términos planteamos claramente y con exactitud como dice el doctor Gallardo: “¿Y qué es la Hispanidad? Diría que es profesar la fe en Jesucristo y el amor a María Santísima, poseer el sentido del honor, respetar a la familia bien constituida, amén de practicar el coraje, la hospitalidad y la galantería. Sin olvidar que es a través de España que estamos insertos en la civilización cristiana, como legítimos herederos de Grecia y de Roma”.
De esta manera en cada jornada se plantearon diversas líneas o ejes temáticos

GEOPOLÍTICA E HISPANIDAD.

Abrió el Congreso el Bg. R. José Serpa Hernández (Colombia), Presidente de la Corporación Instituto de Geopolítica y Estudios Estratégicos. Luego, siguió la conferencia del argentino, doctor Marcelo Gullo acerca de la Importancia Geoestratégica de la Reunificación de la Hispanidad.

Después, Mikel Rufián Albarrán (España), sobre Amenazas Cibernéticas a la Hispanidad, más tarde, María Herrera (Estados Unidos), sobre la Inmigración Hispana a Estados Unidos. ¿Amenaza o salvación?, a continuación pude exponer y explicar ampliamente nuestro tema: ‘La Usurpación y la recuperación de las Islas Malvinas, caso testigo para Hispanoamérica’, llevando nuestro reclamo al nivel geopolítico de entender que esta afrenta anglosajona a nuestra soberanía es un problema y una amenaza a toda la Hispanidad.

Los ejes de nuestra posición fueron:

1) Malvinas es objeto de amor para los argentinos y codicia para el Rugbin.

2) Repasamos los 39 hechos agresivos del Rurgbin hacia la hispanidad, desde 1763 hasta la actualidad (según el libro de Diaz Araujo ‘Malvinas 1982: lo que no fue’).

3) La gesta de recuperación fue bautizada ‘Operación Rosario’, espíritu mariano inspirado en Lepanto y en la Reconquista de Buenos Aires. recordando que Marechal nos dice: “al recibir un nombre se recibe un destino”. La Operación Rosario aún no ha terminado. Y recordamos al auditorio que “Malvinas fue la última carga de la caballería hispano católica conta el nuevo orden mundial”.

Más tarde, el Tte Cnl (R) Jorge Nelson Poma (Argentina) disertó sobre ‘La Unión Europea vs. la Unión Americana’. Luego, Teresa Valcarce Graciani nos relató sus esfuerzos para reivindicar en Estados Unidos a Bernardo de Gálvez, un héroe compartido. A posteriori, el My (R) Carlos Ospina Gálviz (Colombia) disertó sobre ‘Historicidio de una relación armónica de la Hispanidad’.

En la noche se desarrolló un concierto de cuerdas y poesía, en el auditorio del Hotel Almirante, Declamación Poética, de Maruxa Duart y Cuarteto ‘Adolfo Mejía’.

Al día siguiente, el jueves 16 mayo, conversamos sobre las humanidades y su importancia para reunificación hispana, con Alberto Gil Ibañez (España), ‘Veinte medidas para un plan de acción para constituir una comunidad Hispánica’, luego, el doctor Lorenzo Carrasco (México) nos ilustró sobre la Virgen de Guadalupe en la construcción de la Hispanidad.

A continuación, otra participación argentina con el doctor Pablo Dávoli, en su conferencia ‘Leviatán frente al imperio dormido’, le siguió Inmaculada Fernández: ‘Desde el viejo Reino de Granada, hasta el Nuevo Reino de Granada, un viaje con nombre de mujer: Isabel La Católica’.

Muy interesante fue el aporte del Perú, con el doctor Mario Carhuapoma Yance, ‘Aportes de la Hispanidad en la Medicina’, el papel de la sanidad racional y la medicina preventiva, en beneficio de nuestra comunidad Hispanista.

Como acto cultural con la noche de preestreno de la película ‘Documental Hispanoamérica’, de José Luis López Linares.

Muy importante fue la disertación del profesor argentino Lucas Carena: ‘La construcción del relato de la Leyenda Negra Española en América’, de Fray Bartolomé, de las Casas a la ‘Historiografía’ contemporánea.

Nos acompañó luego, vía “zoom”, Epifanio Barril Betsué (Guinea Ecuatorial): ‘Las huellas del legado Español en África’.

En los días sucesivos se habló de liderazgo, economía y empresa en la reunificación de la hispanidad. Una conferencia del periodista argentino Patricio Roberto Lons acerca de la economía del Imperio Español; a continuación, el deportista Álvaro de Marichalar Sáenz de Tejada nos relató sus vivencias en ‘Primera Vuelta al Mundo: Hispanoamérica en el centro. El problema del plástico en el mar’.

Se abordó el tema del liderazgo público y privado, claves para lograr la Reunificación Empresarial de la Hispanidad, una interesante y valiente conferencia del profesor chileno Patricio Fuenzalida Araya sobre ‘Acuerdos comerciales y apoyos de gestión de la hispanidad’. En esta exposición, se declaró la necesidad actuar de que La Argentina y Chile unan esfuerzos por nuestra soberanía austral y el la Antártida ante el Reino Unido.

Nuevamente un argentino, el profesor Agustín Máximo Garay, realizó un aporte en su conferencia ‘La Comunidad Europea del carbón y del acero (CECA), modelo de principio de integración económica para América’.

Como actividad cultural se realizó la noche del preestreno de la película ‘Apocalipsis de San Juan según el padre Castellani’, del argentino Simón Del Acre.

Finalmente, el sábado 18 mayo, se resaltó la figura del Almirante y héroe Blas de Lezo, con el Almirante de la armada de Colombia Hermann León Rincón: ‘Blas de Lezo en Cartagena de Indias, Las evidencias arqueológicas, sumergidas en el campo de batalla de 1741’, luego la conferencia de Adelina Covo, ‘La verdadera vida de Blas De Lezo, El Zorro de los mares’, más tarde, la doctora Maruxa Duart Herrero: ‘La deriva de la perdida de libertades en España, Europa y los países de habla Hispana’, acto seguido, Cesáreo Jarabo Jordán disertó sobre las razones que justifican la reunificación de la Hispanidad. La conferencia de clausura, D. Antonio Vereda del Abril, nos ilustró sobre ‘Renacimiento de la Hispanidad’.

EL INICIO DE UN CAMINO.

De esta manera, se ha iniciado un camino. Aún hay mucho para recorrer. Hay que discutir, conversar, acordar, como dice el periodista Diego Pappalardo, “la Hispanidad está retornando como Idea estructurante y como factible variable geopolítica frente a la maximización de las crisis lógicas y sistemáticas que padecen partes no menores de los estados y los pueblos de Hispanoamérica. Esta vuelta hispanista a la escena, también responde al hartazgo de los pueblos…”.

El hispanismo, legítima y férreamente, gana adeptos, en el plano del realismo, deshaciendo tanto las leyendas negras de autoría anglo-mundialista como las invectivas trasnochadas difundidas por milimétricas entendederas.

Esta sumatoria de personas y reunión de almas que, regularmente, realiza el hispanismo, es palpable aún en los Estados Unidos, donde también hay partidarios declarados de la Hispanidad, abonando el terreno para influir, aunque sea moderada y fragmentariamente en las próximas décadas.

En toda Hispanoamérica y en España, los prosélitos del hispanismo conglomeran voluntades y nichos por lo que, si los esfuerzos en común se mejoran, pronto, se podrá hablar ya no de “islotes” de Hispanidad, sino de un posicionamiento y una realidad más elevados.

Ante una multipolaridad consolidada hay una aceleración geopolítica que está comenzando a contribuir con la Hispanidad. Dios así lo quiere y el anglosajón arrogante lo presiente y lo teme.

Debemos agradecer y felicitar a un verdadero “motor” de esta tarea Coronel (R) del Ejército de Colombia Hernán González Pinzón, quien ha trabajado “quijotescamente” para lograr este congreso en Cartagena de Indias. Ya tenemos fijado nuestro próximo en encuentro, será en el Puerto de Santa María, España, en mayo de 2025.

Gabriel Camilli Cnl My (R) - Director del Instituto ELEVAN.

Publicado en LA PRENSA.

lunes, abril 22, 2024

El espíritu de la gesta de Malvinas (primera parte).

 

Malvinas, 1982. El capellán y VGM Vicente Martínez Torrens
(segundo desde la derecha, parado) junto a la Virgen de Luján.

Por Jorge Martín Flores*

Se denomina gesta a un hecho o conjunto de hechos dignos de ser recordados, especialmente los que destacan por su heroicidad y trascendencia. Por ello, la campaña por Malvinas fue una gesta y la continuidad histórica de un espíritu guerrero del pueblo argentino, cuya esencia es hispano-católica; y que a lo largo de su historia demostró que unidos somos fuertes y mejores.
Constituye una plena manifestación del espíritu de la Hispanidad y como proyección de la argentinidad que asumió como herencia el legado de hidalguía recibido de la Madre Patria España: El espíritu de la Reconquista Española, el espíritu de Lepanto, el espíritu de Empel, el espíritu de la pavificblamiento y Evangelización de América, el espíritu de la defensa de Cartagena de Indias bajo el brazo firme de Blas de Lezo.
Espíritu que ha continuado y demostrado en nuestras gestas patrias emblemáticas: dan testimonio de ello, la Gesta de la Reconquista y Defensa de Buenos Aires contra las invasiones inglesas (1806-1807); lo demostramos en la Gesta de la autonomía (1810-1814) contra la tiranía napoleónica y en la independencia para con la España y contra cualquier otra dominación extranjera (1814-1824). A su vez, dimos muestra de ello en la Primera Gesta por la Soberanía Nacional o en Guerra del Paraná (1845-1850) contra las flotas anglo francesas; y por último en la Segunda Gesta por la Soberanía Nacional o Gesta de Malvinas de 1982 contra la OTAN, campaña que continuará hasta que nuestras Islas irredentas vuelvan a la esfera de nuestra soberanía nacional.

MALVINAS EN LA CLAVE TEOLOGÍA.
Y si analizamos con atención, cada gesta patria se hizo bajo el amparo de la Santísima Virgen María en diversas advocaciones. Liniers consagra la Reconquista y Defensa de Buenos Aires a Nuestra Señora del Rosario. Belgrano nombra Generala del Ejército del Norte a Nuestra Señora de la Merced. San Martín hace lo mismo con Nuestra Señora del Carmen de Cuyo antes de emprender la campaña Libertadora y el Cruce de los Andes. Cada evento estuvo marcado por el rezo del santo rosario, por la asistencia espiritual de capellanes de guerra y por la asistencia al culto divino del Santo Sacrificio de la Misa. ¿Y la gesta Malvinas? No fue la excepción.
Ya ha demostrado Juan Donoso Cortés que “detrás de toda cuestión política anida una cuestión teológica”. De ésto se tratarán estas líneas pues en la historia verdadera de gesta de Malvinas se aplica sin ningún tipo de dificultad, sino con total naturalidad la constante y permanente dimensión sobrenatural, teológica, es decir, religiosa y es más, sin ella, si nos quedamos simplemente en el plano de la superficie de los acontecimientos sin ahondar en su sentido profundo, jamás podremos llegar a comprender el verdadero significado para la Patria de la gesta de Malvinas.
Comencemos diciendo que la recuperación de las Islas Malvinas para la soberanía nacional (2 de abril de 1982) recibió el nombre de Operación Rosario por el teniente coronel Mohamed Alí Seineldin evocando el gesto teológico que tuvo Don Santiago de Liniers en 1812 al encomendarse a la Santísima Virgen del Rosario y lanzarse con fe y convicción plena a la reconquista de la ciudad usurpada por el invasor británico.
Tras el desembarco argentino en Malvinas, el mismo Seineldin enterró un Santo Rosario debajo de la pista de Puerto Argentino. La misma pista fue bombardeada desde el primero de mayo al 14 de junio de 1982 y milagrosamente no fue destruida, continuando operativa hasta el último día de la defensa armada de las Malvinas.

LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL ROSARIO.
Aquí cabe mencionar un hito realmente trascendente. Tuvo lugar un 11 de abril, nuestras Islas Malvinas se consagraron al Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen María. Con la siguiente proclama y oración recitada por el padre Roque Manuel Puyelli y citada por el admirado capellán de guerra y VGM Vicente Martínez Torrens en su obra ‘Dios en las trincheras’ y por nuestro querido profesor y amigo Sebastián Sánchez en su magna obra ‘El altar y la guerra. Historia de los capellanes en Malvinas’: “Omnipotente Señor de las batallas que con su poder y providencia eres el Rey de Reyes de los cielos, la tierra y el mar: porque nos ordenaste honrar al padre y a la madre en el cobijo de la Patria terrena. Porque nos enseñaste a dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Porque nos aseguraste que no estar contigo es estar contra ti. Porque nos aconsejaste buscar primero el reino de Dios y su justicia. Porque caíste en la tierra como semilla para morir y dar con ello abundante fruto. Porque nos diste una Patria Grande que va desde la Quiaca a la Antártida y desde la Cordillera al Atlántico, donde nuestras son las islas que hoy huellan con orgullo nuestros pies de argentinos bien nacidos. Y porque nuestras madres nos parieron varones y valientes, por eso estamos aquí, porque no amamos tanto la vida que temamos a la muerte y porque si morimos en tu gracia resucitaremos contigo para la vida eterna. Es por eso que en estas Pascuas de Resurrección nos consagramos al Corazón Inmaculado de tu Madre la Virgen María bajo la advocación de Virgen del Rosario, en cuyo nombre fuera designado este operativo y en recordación de la otra gesta heroica de Liniers y la victoriosa batalla de Lepanto. Reina y Madre de la nación argentina: De hoy en más depositamos en tus manos nuestros cuerpos y nuestras almas nuestra juventud y nuestra garra criolla, nuestra vida y nuestra muerte, para que dispongas de ellas lo que mejor convenga. Te consagramos también desde hoy estas Islas Malvinas argentinas pidiéndote que alejes para siempre todo signo de pecado, de error y de herejía aquí existente. Queremos que –como en el continente – seas honrada con la devoción que más te agrada: el Santo Rosario, porque solamente así mostraremos al mundo que somos una nación invencible. Finalmente, a partir de este momento te reconocemos como comandante en Jefe Espiritual de nuestros hombres en tierra, mar y aire, y desde lo profundo de nuestro corazón de argentinos damos respuesta a la voz que nos dice: ‘A la virgen del rosario ¡¡subordinación y valor!! ¡¡Para servir a Dios y la Patria!!’”.

LA GESTA RELIGIOSA.
El teniente coronel Mohamed Alí Seineldin siempre tuvo en claro ésto. Por eso, en su última entrevista sostuvo que “la Providencia se adelanta y nos regala Malvinas como gesta religiosa. (...) ¡No fue un error! Fue un regalo que Dios nos mandó. Y hoy, a la luz de lo que estamos viendo en el país, lo único que nos queda, y que la gente se conmueve cuando nombra, es Malvinas. Porque sino la palabra Patria, Nación y Estado, estarían borradas en estos casi 30 años. (...) Y han hecho lo imposible para sacarla del medio, para corromperla (...) ¡Pero está! ¡Y cada día con más fuerza! Todo eso,me da la pauta a mi, de que fue una gesta religiosa, pero que el hombre en su ceguera no lo acepta (...) y es lo que nos ha quedado a nosotros como reserva para que algún día que se necesite, en un país como hoy que está totalmente internacionalizado, con maniobras bajas como la prostitución, las drogas, la tergiversación de los sexos, la confusión (...), Malvinas está como una piedra aflorando en el mar, manteniendo la vigencia de los valores superiores de la Patria”.
Lo confirma el VGM y piloto de caza de la Fuerza Aérea Argentina Eduardo García Puebla, cuando sostiene lo siguiente: "Malvinas es la última batalla, la última carga de la caballería hispano católica contra el mundo anglosajón no católico". Y en otra entrevista amplía la cuestión diciendo que está batalla fue “contra los más oscuros movimientos e intereses de lo que se formaba como el nuevo orden mundial , que hoy ya lo tenemos un poco más a la vista. Yo creo que sin saberlo nos levantamos contra eso, contra esos poderes que quieren hacer un solo mundo, un solo gobierno, sin Dios. Por eso chocan nuestros valores con lo que hoy nos quieren imponer”.
Lo atestigua desde Malvinas en 1982, el mismo héroe de la Patria Teniente 1° (Post Mortem) Roberto Néstor Estévez en su correspondencia desde Malvinas con sus hermanas María Julia Estévez y María de las Mercedes Rosario Estévez: “Dios que sabe lo que hace, ha colocado en el camino de la Argentina esta situación: enfrentar el compromiso de dar un paso más hacia la realización de nuestro Ser como Nación y así cumplir con los objetivos de la Patria, la heredad histórica. Esto es nuestra empresa, nuestra cruzada, tras la que está reunido el pueblo entero que no va a darse el lujo de dudar ni un ¼ de segundo en convertirse en la Nación en armas, como en la Campaña Libertadora y en tantas otras gloriosas oportunidades. Con las últimas luces rezamos nuestro rosario, el arma N1 desde siempre (las de fuego y las blancas vienen después), para lo cual muchos de mis soldados lo deben sacar del cañón de la FAL en donde los tienen atados”.
Viendo en todo ello el sentido teológico y providencial de la gesta del Atlántico Sur: “1) La gente retorna con pasión a la Fe Católica, la única. 2) Hispanoamericana se une ante la agresión (se cae la máscara de la farsa liberal argentina europeizante). 3) Se respira un aire de unidad nacional ante la causa común. 4) Tal vez llegó la hora de prenderle fuego a 132 años de claudicaciones históricas y hacer imperar la Argentina Eterna, Católica, Hispanoamericana, Unida para el Bien Común y tras un destino de grandeza. (...). Un beso de Roberto. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Patria! Venceremos”.
Y de acuerdo al VGM piloto de Pucará del Grupo IV de Caza que operó en las Islas Malvinas desde la Base Cóndor: "Elegimos profesiones de servicio, para servir a la Patria. Los principios, los valores y los ideales son la fuerza que mueve al hombre. Y esos ideales están de forma vertical: pensando en Dios que nos ilumina el camino, pensando en la Patria que nos demanda que cumplamos con ella, sustentado por la familia que es la esencia de todo lo que somos, seremos y trascendemos a través de nuestros hijos y de nuestros nietos".
En síntesis lo afirmó siempre nuestro entrañable maestro amigo, historiador y poeta argentino Doctor Antonio Caponnetto“En vísperas del 2 de abril de 1982, el desembarco reconquistador llevaba un nombre mariano: Operativo Rosario. Porque se había hecho tamaña travesía para señalarle al mundo, que la reina de aquellas islas no estaba en Londres, sino en el cielo. Que la única soberana de esas turbas, de esas nieves, de ese viento austral que cruje entre peñascos no estaba rodeada de Lores y comunes, sino de arcángeles con espadas vigilantes. La Virgen Malvinera se llamó Soledad, Angustias, Dolores, Remedios, Lágrimas. Tomó los nombres todos que, desde la vieja Andalucía, asocian a María con su presencia al pie de la Cruz. Pero también fue Generala porque aquella guerra era justa. Y Madre, porque era preciso no dejar huérfanos a los combatientes cabales. E Hija y Esposa, para que las familias que aguardaban en la lejanía, se sintieran próximas a rezarle cada día. (...) Bajo la protección de la Virgen de las Malvinas, recemos para que en medio de la oscuridad y de las sombras, el rayo de su lumbre nos anuncie que algún día volverán las banderas victoriosas”.

* Profesor de historia. Vicepresidente del Movimiento Jóvenes por Malvinas.

*** Publicado en Diario LA PRENSA.
Domingo 21 de abril del 2024.