Malvinas, 1982. El capellán y VGM Vicente Martínez Torrens (segundo desde la derecha, parado) junto a la Virgen de Luján. |
Por Jorge Martín Flores*
Se denomina gesta a un hecho o conjunto de hechos dignos de ser recordados, especialmente los que destacan por su heroicidad y trascendencia. Por ello, la campaña por Malvinas fue una gesta y la continuidad histórica de un espíritu guerrero del pueblo argentino, cuya esencia es hispano-católica; y que a lo largo de su historia demostró que unidos somos fuertes y mejores.
Constituye una plena manifestación del espíritu de la Hispanidad y como proyección de la argentinidad que asumió como herencia el legado de hidalguía recibido de la Madre Patria España: El espíritu de la Reconquista Española, el espíritu de Lepanto, el espíritu de Empel, el espíritu de la pavificblamiento y Evangelización de América, el espíritu de la defensa de Cartagena de Indias bajo el brazo firme de Blas de Lezo.
Espíritu que ha continuado y demostrado en nuestras gestas patrias emblemáticas: dan testimonio de ello, la Gesta de la Reconquista y Defensa de Buenos Aires contra las invasiones inglesas (1806-1807); lo demostramos en la Gesta de la autonomía (1810-1814) contra la tiranía napoleónica y en la independencia para con la España y contra cualquier otra dominación extranjera (1814-1824). A su vez, dimos muestra de ello en la Primera Gesta por la Soberanía Nacional o en Guerra del Paraná (1845-1850) contra las flotas anglo francesas; y por último en la Segunda Gesta por la Soberanía Nacional o Gesta de Malvinas de 1982 contra la OTAN, campaña que continuará hasta que nuestras Islas irredentas vuelvan a la esfera de nuestra soberanía nacional.
MALVINAS EN LA CLAVE TEOLOGÍA.
Y si analizamos con atención, cada gesta patria se hizo bajo el amparo de la Santísima Virgen María en diversas advocaciones. Liniers consagra la Reconquista y Defensa de Buenos Aires a Nuestra Señora del Rosario. Belgrano nombra Generala del Ejército del Norte a Nuestra Señora de la Merced. San Martín hace lo mismo con Nuestra Señora del Carmen de Cuyo antes de emprender la campaña Libertadora y el Cruce de los Andes. Cada evento estuvo marcado por el rezo del santo rosario, por la asistencia espiritual de capellanes de guerra y por la asistencia al culto divino del Santo Sacrificio de la Misa. ¿Y la gesta Malvinas? No fue la excepción.
Ya ha demostrado Juan Donoso Cortés que “detrás de toda cuestión política anida una cuestión teológica”. De ésto se tratarán estas líneas pues en la historia verdadera de gesta de Malvinas se aplica sin ningún tipo de dificultad, sino con total naturalidad la constante y permanente dimensión sobrenatural, teológica, es decir, religiosa y es más, sin ella, si nos quedamos simplemente en el plano de la superficie de los acontecimientos sin ahondar en su sentido profundo, jamás podremos llegar a comprender el verdadero significado para la Patria de la gesta de Malvinas.
Comencemos diciendo que la recuperación de las Islas Malvinas para la soberanía nacional (2 de abril de 1982) recibió el nombre de Operación Rosario por el teniente coronel Mohamed Alí Seineldin evocando el gesto teológico que tuvo Don Santiago de Liniers en 1812 al encomendarse a la Santísima Virgen del Rosario y lanzarse con fe y convicción plena a la reconquista de la ciudad usurpada por el invasor británico.
Tras el desembarco argentino en Malvinas, el mismo Seineldin enterró un Santo Rosario debajo de la pista de Puerto Argentino. La misma pista fue bombardeada desde el primero de mayo al 14 de junio de 1982 y milagrosamente no fue destruida, continuando operativa hasta el último día de la defensa armada de las Malvinas.
LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL ROSARIO.
Aquí cabe mencionar un hito realmente trascendente. Tuvo lugar un 11 de abril, nuestras Islas Malvinas se consagraron al Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen María. Con la siguiente proclama y oración recitada por el padre Roque Manuel Puyelli y citada por el admirado capellán de guerra y VGM Vicente Martínez Torrens en su obra ‘Dios en las trincheras’ y por nuestro querido profesor y amigo Sebastián Sánchez en su magna obra ‘El altar y la guerra. Historia de los capellanes en Malvinas’: “Omnipotente Señor de las batallas que con su poder y providencia eres el Rey de Reyes de los cielos, la tierra y el mar: porque nos ordenaste honrar al padre y a la madre en el cobijo de la Patria terrena. Porque nos enseñaste a dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Porque nos aseguraste que no estar contigo es estar contra ti. Porque nos aconsejaste buscar primero el reino de Dios y su justicia. Porque caíste en la tierra como semilla para morir y dar con ello abundante fruto. Porque nos diste una Patria Grande que va desde la Quiaca a la Antártida y desde la Cordillera al Atlántico, donde nuestras son las islas que hoy huellan con orgullo nuestros pies de argentinos bien nacidos. Y porque nuestras madres nos parieron varones y valientes, por eso estamos aquí, porque no amamos tanto la vida que temamos a la muerte y porque si morimos en tu gracia resucitaremos contigo para la vida eterna. Es por eso que en estas Pascuas de Resurrección nos consagramos al Corazón Inmaculado de tu Madre la Virgen María bajo la advocación de Virgen del Rosario, en cuyo nombre fuera designado este operativo y en recordación de la otra gesta heroica de Liniers y la victoriosa batalla de Lepanto. Reina y Madre de la nación argentina: De hoy en más depositamos en tus manos nuestros cuerpos y nuestras almas nuestra juventud y nuestra garra criolla, nuestra vida y nuestra muerte, para que dispongas de ellas lo que mejor convenga. Te consagramos también desde hoy estas Islas Malvinas argentinas pidiéndote que alejes para siempre todo signo de pecado, de error y de herejía aquí existente. Queremos que –como en el continente – seas honrada con la devoción que más te agrada: el Santo Rosario, porque solamente así mostraremos al mundo que somos una nación invencible. Finalmente, a partir de este momento te reconocemos como comandante en Jefe Espiritual de nuestros hombres en tierra, mar y aire, y desde lo profundo de nuestro corazón de argentinos damos respuesta a la voz que nos dice: ‘A la virgen del rosario ¡¡subordinación y valor!! ¡¡Para servir a Dios y la Patria!!’”.
LA GESTA RELIGIOSA.
El teniente coronel Mohamed Alí Seineldin siempre tuvo en claro ésto. Por eso, en su última entrevista sostuvo que “la Providencia se adelanta y nos regala Malvinas como gesta religiosa. (...) ¡No fue un error! Fue un regalo que Dios nos mandó. Y hoy, a la luz de lo que estamos viendo en el país, lo único que nos queda, y que la gente se conmueve cuando nombra, es Malvinas. Porque sino la palabra Patria, Nación y Estado, estarían borradas en estos casi 30 años. (...) Y han hecho lo imposible para sacarla del medio, para corromperla (...) ¡Pero está! ¡Y cada día con más fuerza! Todo eso,me da la pauta a mi, de que fue una gesta religiosa, pero que el hombre en su ceguera no lo acepta (...) y es lo que nos ha quedado a nosotros como reserva para que algún día que se necesite, en un país como hoy que está totalmente internacionalizado, con maniobras bajas como la prostitución, las drogas, la tergiversación de los sexos, la confusión (...), Malvinas está como una piedra aflorando en el mar, manteniendo la vigencia de los valores superiores de la Patria”.
Lo confirma el VGM y piloto de caza de la Fuerza Aérea Argentina Eduardo García Puebla, cuando sostiene lo siguiente: "Malvinas es la última batalla, la última carga de la caballería hispano católica contra el mundo anglosajón no católico". Y en otra entrevista amplía la cuestión diciendo que está batalla fue “contra los más oscuros movimientos e intereses de lo que se formaba como el nuevo orden mundial , que hoy ya lo tenemos un poco más a la vista. Yo creo que sin saberlo nos levantamos contra eso, contra esos poderes que quieren hacer un solo mundo, un solo gobierno, sin Dios. Por eso chocan nuestros valores con lo que hoy nos quieren imponer”.
Lo atestigua desde Malvinas en 1982, el mismo héroe de la Patria Teniente 1° (Post Mortem) Roberto Néstor Estévez en su correspondencia desde Malvinas con sus hermanas María Julia Estévez y María de las Mercedes Rosario Estévez: “Dios que sabe lo que hace, ha colocado en el camino de la Argentina esta situación: enfrentar el compromiso de dar un paso más hacia la realización de nuestro Ser como Nación y así cumplir con los objetivos de la Patria, la heredad histórica. Esto es nuestra empresa, nuestra cruzada, tras la que está reunido el pueblo entero que no va a darse el lujo de dudar ni un ¼ de segundo en convertirse en la Nación en armas, como en la Campaña Libertadora y en tantas otras gloriosas oportunidades. Con las últimas luces rezamos nuestro rosario, el arma N1 desde siempre (las de fuego y las blancas vienen después), para lo cual muchos de mis soldados lo deben sacar del cañón de la FAL en donde los tienen atados”.
Viendo en todo ello el sentido teológico y providencial de la gesta del Atlántico Sur: “1) La gente retorna con pasión a la Fe Católica, la única. 2) Hispanoamericana se une ante la agresión (se cae la máscara de la farsa liberal argentina europeizante). 3) Se respira un aire de unidad nacional ante la causa común. 4) Tal vez llegó la hora de prenderle fuego a 132 años de claudicaciones históricas y hacer imperar la Argentina Eterna, Católica, Hispanoamericana, Unida para el Bien Común y tras un destino de grandeza. (...). Un beso de Roberto. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Patria! Venceremos”.
Y de acuerdo al VGM piloto de Pucará del Grupo IV de Caza que operó en las Islas Malvinas desde la Base Cóndor: "Elegimos profesiones de servicio, para servir a la Patria. Los principios, los valores y los ideales son la fuerza que mueve al hombre. Y esos ideales están de forma vertical: pensando en Dios que nos ilumina el camino, pensando en la Patria que nos demanda que cumplamos con ella, sustentado por la familia que es la esencia de todo lo que somos, seremos y trascendemos a través de nuestros hijos y de nuestros nietos".
En síntesis lo afirmó siempre nuestro entrañable maestro amigo, historiador y poeta argentino Doctor Antonio Caponnetto: “En vísperas del 2 de abril de 1982, el desembarco reconquistador llevaba un nombre mariano: Operativo Rosario. Porque se había hecho tamaña travesía para señalarle al mundo, que la reina de aquellas islas no estaba en Londres, sino en el cielo. Que la única soberana de esas turbas, de esas nieves, de ese viento austral que cruje entre peñascos no estaba rodeada de Lores y comunes, sino de arcángeles con espadas vigilantes. La Virgen Malvinera se llamó Soledad, Angustias, Dolores, Remedios, Lágrimas. Tomó los nombres todos que, desde la vieja Andalucía, asocian a María con su presencia al pie de la Cruz. Pero también fue Generala porque aquella guerra era justa. Y Madre, porque era preciso no dejar huérfanos a los combatientes cabales. E Hija y Esposa, para que las familias que aguardaban en la lejanía, se sintieran próximas a rezarle cada día. (...) Bajo la protección de la Virgen de las Malvinas, recemos para que en medio de la oscuridad y de las sombras, el rayo de su lumbre nos anuncie que algún día volverán las banderas victoriosas”.
* Profesor de historia. Vicepresidente del Movimiento Jóvenes por Malvinas.
*** Publicado en Diario LA PRENSA.
Domingo 21 de abril del 2024.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.