Hoy homenajeamos a una familia pionera, emparentada con otras familias pioneras de la zona: sus historias entrelazadas hicieron grande al Alto Valle del Río Negro y el Neuquén.H
Por Lic. Vicky Chávez.
Los Giacomini: araron, sembraron, emparejaron y poblaron el
Alto Valle del Río Negro y Neuquén.
En escritos anteriores hemos desarrollado la historia de los
Giacomini, emparentados con las familias Franzán, Santarelli, Fernández y sus
numerosos descendientes, que continúan el legado de un siglo en Neuquén. Hoy
nuevamente nos reencontramos con otro nieto y bisnieto de aquellos pioneros
radicados en Cipolletti y Fernández Oro y Cipolletti. Y los volvemos a
homenajear.
El casamiento de don Pedro Giacomini (1869-1941) y doña
María Caliman (1875-1935) en su Pordenone natal, provincia de Udine, en el
Véneto italiano, dio origen a tan prolífica familia diseminada a lo largo del
Alto Valle.
Todo indica que en 1905 arribó don Pedro a Brasil, con la
sola compañía de un primo: allí se emplearon en las plantaciones de café. En
1910 arribó a Buenos Aires y consiguió trabajo en la estación de Plaza Constitución
del ferrocarril. Pedro viajó a Italia a buscar a su familia. En 1911 llegaron a
la Argentina.
Debido al trabajo de Pedro como guardahilos del ferrocarril,
fueron trasladados primero a Ingeniero White, luego a Médanos –donde nació
María, la primera hija argentina— hasta que finalmente, en 1912, llegaron a
Neuquén, donde vivieron en las colonias ferroviarias, hoy Parque Central. Acá
nació Dominga Luisa Giacomini en 1914 y, en 1918, los mellizos Norberto y
Nélida.
En el Neuquén de calles de tierra y fuertes ráfagas de
viento, donde no había corriente eléctrica ni gas natural ni agua potable
crecieron los hijos.
Lorenzo fue empleado del sector vías y obras del
ferrocarril, que colocaron los rieles entre Plottier y Zapala; se casó con
María Filipuzzi. Más tarde se radicó en Villa Regina y se dedicó a la
fruticultura, prolífica descendencia. Juanita se casó con Julio Santarelli y se
radicó en la zona de Fernández Oro. Luego de transitar un noviazgo en el que el
novio cruzaba a caballo la balsa sobre el río Neuquén, se casaron en la Capilla
de Neuquén. Se establecieron en La Blanca, propiedad del doctor Jorge, en
Fernández Oro. Tuvieron a Edesio, Remo y Raquel María Blanca, Neli y José Ulis.
En 1945 compró su chacarita de 5 hectáreas donde cultivó sus viñas y frutales.
Produjo vino, orejones, recoge la miel, trabajó su quinta con Juanita.
Pedro decidió dedicar su vida a la carrera religiosa y fue
un destacado sacerdote salesiano. Estudió en Fortín Mercedes, y fue cura
párroco de Neuquén en 1936. Ocupó cargos importantes en nuestro país y en el
exterior: maestro, director e inspector de Colegios salesianos en Buenos Aires,
Viedma, Bahía Blanca, en Chile fue organizador del Congreso Eucarístico
Nacional, Administrador Apostólico de Magallanes y otras actividades, entre
1939 y 1946, en Ecuador fue inspector de la Inspectoría Ecuatoriana del Sagrado
Corazón, entre 1949 y 1950. Se lo recuerda también como fundador de la Revista
La Cruz del Sur. Falleció en Buenos Aires en 1982.
Victorio, en cambio, se dedicó al comercio. En 1938 se
radicó en Tandil, provincia de Buenos Aires, junto a su esposa. Ofelia María se
casó con Augusto Capellacci, empleado del ferrocarril, y finalmente se
radicaron en Bahía Blanca: tuvieron un hijo, Roberto, médico que durante los años
60 ejerció en Cipolletti y Fernández Oro.
Norberto estudió en la escuela N° 2 y en Fortín Mercedes,
donde obtuvo el título de maestro. Comenzó con su vocación para el sacerdocio
que luego dejaría: ejerció como maestro en Huinganco con el abuelo de Rolando
Figueroa. Plantaron semillas de pinos y ajos traídos desde Chile. Se casó con
Amelia Pérez Sívori y ejercieron de maestros en Juncal y La Trancura, parajes
cercanos a Loncopué. Amelia, con sus 95 años, vive aún en Buenos Aires.
Luisa nació, creció y vivió siempre en Neuquén, se casó con
Ángel Marcos Franzán, con el que tuvo siete hijos.
Vittorio fue a trabajar a una mina de oro en Chos Malal y
allí conoció a Rosa Colombino de esa ciudad: se establecieron en Tandil, donde
nacieron sus dos hijas.
Doménico Calimán y Doménica Celant padres de María Calimán que nunca vinieron a América. Gentileza familia Fernández-Santarelli. |
En escritos anteriores hemos narrado la historia de doña
Luisa Giacomini casada con Franzán asentados en la capital neuquina, en donde
amplia descendencia honran su tarea. Asimismo, también analizamos la labor sacerdotal
de don Pedro Giacomini.
De la descendencia de Giovanna casada con Julio Santarelli
–una gran familia radicada en el Alto Valle- vamos a ir narrando –de manera
sintetizada- su descendencia.
Hoy queremos honrar a una familia pionera, su enorme
descendencia continúa poblando estas tierras, haciendo honor a sus ancestros
que convirtieron en jardín estas desérticas tierras.
Publicado en La Mañana de Cipolletti.
Sábado 6 de abril del 2024.
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