En varias ocasiones, hemos mencionado el uso que damos a palabras, dichos y expresiones, en muchos casos sin saber de donde provienen o cual es su origen. Buena parte de las que aplicamos en nuestras conversaciones vienen del “lunfardo” que, según entendidos, es producto de las lenguas de los inmigrantes que llegaron a finales del siglo XIX y XX y nace ante la necesidad imperiosa de comunicarse.
En el libro “Lunfardía” del estudioso hombre de los medios de difusión y escritor José Gobello, aparecido el 5 de setiembre de 1953 analiza distintas palabras y convierte entonces al “lunfardo” en un hecho lingüístico y en esa fecha se celebra “el día del lunfardo”.
Conviene aclarar a los lectores que “lunfardo” tiene origen en el gentilicio “lombardo” nombre que significaba “ladrón” a raíz que los “lombardos” eran conocidos en el siglo XVIII como prestamistas y usureros.
Quienes han estudiado y analizado el “lunfardo”, como Gobello, sostienen que las expresiones nacen en los conventillos con los inmigrantes y que existen en la actualidad 6.000 términos, mientras que desde la Academia Porteña de Lunfardo estiman que al año aparecen 70.000 palabras.
Entre ellas destacan que en “lunfardo” nos comunicamos cuando decimos “pibe”, “macana”, “laburo”, “chamuyo”, “mina”, “guita”, “chabón”, “gil”, “guita”, “banquina”, “biaba”, “biondi”, “yuta”, “tuje”,“grosso”, “yeca”, “quilombo”, “morfar”, “changa”, “pilcha”, “facha”, “fiaca” y “afanar”, entre otras tantas palabras y expresiones que usamos en nuestras conversaciones.
Si bien el “lunfardo” se considera un fenómeno portuario y rioplatense que hace a la identidad de Buenos Aires, se ha extendido a todo el territorio.
Al respecto, la periodista y escritora Otilia Da Veiga, de la Academia Porteña del Lunfardo, afirma que “es un vocabulario y se asienta sobre la estructura gramatical del castellano” y agrega al respecto que; “lo que hace novedoso al lunfardo es que no nació del castellano, sino de la mescolanza de las lenguas de la inmigración.”
Siempre a estar por lo que afirman los estudiosos, “el lunfardo” es una jerga nacida principalmente entre las personas de clase baja en Buenos Aires y alrededores, utilizándose en el resto del país, Uruguay y en Rosario por ser uno de los lugares de mucha llegada de inmigrantes, tanto españoles como italianos y afirman que era muy utilizado además entre los delincuentes
Añaden que para su arraigo en mucho contribuyó el tango, otras canciones, obras literarias de varios generos y la poesía.
En relación a la influencia del tango se asegura que su rol fue muy importante en la expansión del “lunfardo”, ya que en muchas de las letras se incluyen términos de la jerga que tras popularizarse se incorporaron al lenguaje convencional o habitual.
Los estudiosos de este lenguaje aseguran que en el “lunfardo” se conjugan una mezcla de idiomas conocidos como “cocoliche”, con el aditamento de la alteración de silabas con las que se formaron nuevas palabras que se sumaban asimismo al habla gauchesca, incorporándose algunos términos guaraní y quechua.
También nos dejó su opinión sobre el “lunfardo” el escritor y ensayista Mario Edigio Teruggi. quien sostiene que se compone de términos y expresiones que no están en los diccionario de castellano ya que no deben mezclarse con el habla culta.
Siempre a estar por los estudiosos del tema, estos afirman que de la herencia de términos extranjeros no se debe olvidar que el castellano de Argentina difiere del que se habla en España, debido a la mezcla cultural que se produjo tras la conquista.
Añaden que esto siempre ha trazado una línea divisoria, y parte de ella es por el “lunfardo” que el habla pudo encontrar su propia identidad, ya que nuestro país siempre dispuso de una gran variedad cultural y racial. “El lunfardo” es una de las formas en que se manifiesta esa fusión como otros de sus rasgos.
Es interesante destacar que en 1878 el diario La Prensa publicó un artículo bajo el título: “El dialecto de los ladrones”, en el que figuraban palabras propias del habla de Buenos Aires de ese momento, en las que se incluía términos en “lunfardo” con el significado de “ladrón”.
Texto: Eduardo Reyes, escritor de Viedma.
Las Grutas — Río Negro.
Publicado en Mas Río Negro.
masrionegro.com
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