GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

miércoles, mayo 30, 2012

LO DICE DIARIO "LA NACIÓN"...


La Rioja: Cristina inaugura el albergue Néstor Kirchner en la avenida Carlos Menem.



Será para estudiantes; lo hará la Presidenta, mediante videoconferencia.

Un albergue estudiantil que llevará por nombre "Presidente Néstor Kirchner", y estará ubicado, curiosamente, sobre la avenida "Carlos Menem", en homenaje al otro ex mandatario, será inaugurado en la ciudad de La Rioja.
El alojamiento es para estudiantes del nivel superior. Estará ubicado en el sector sur de esta capital, a pocos metros de la ciudad universitaria de la Ciencia y de la Técnica donde funciona la Universidad Nacional de La Rioja.
El nuevo edificio llevará por nombre "Presidente Néstor Kirchner", el fallecido esposo y antecesor de la Presidenta, y se ejecutó a través de Obras Públicas mediante una licitación pública, con un presupuesto de casi 14 millones de pesos y financiación nacional, y está enclavado en un terreno de 7 hectáreas.

FUENTE DE INFORMACIÓN: DIARIO "LA NACIÓN",
http://www.lanacion.com.ar/1477356-la-rioja-cristina-inaugura-el-albergue-nestor-kirchner-en-la-avenida-carlos-menem

¿Cuánto costó las jornadas de Mayo de 1810 y los festejos del 25 de Mayo de 2012?

LA REVOLUCIÓN DEL 25 DE MAYO DE 1810: ¿Cuánto costó? ¿Quiénes y cómo la financiaron?
El ambiente en Virreynato se comenzó a agitarse cuando el 17 de Mayo de 1810 empezaron a circular copias de la Gazeta de Londres que informaban que Napoleón había destituido al Rey Fernando VII y que los españoles se habían levantado en defensa del monarca.
El 21 de Mayo mientras los cabildantes continuaban con sus tareas habituales unos 500 hombres bajo la conducción de los agitadores Domingo French (cartero único a domicilio del Virreynato del Río de la Plata que supo granjearse amistades y simpatías entre el criollaje)  y Antonio Luis Berutti ocuparon la Plaza Victoria (hoy Plaza de Mayo) exigiendo un Cabildo Abierto luciendo en sus solapas una cinta blanca.  Estas cintas blancas (algunos dicen que eran rojas, otros celestes) que  eran “el santo y seña” para que los guardias “los chisperos de French y Berutti” dejaran entrar en el Cabildo a los partidarios de la Revolución.
La llamada Revolución de Mayo según una investigación de la historiadora  Araceli Bellotta contó con financistas como Juan Martín de Pueyrredón, Juan Manuel Terrada, Domingo Matheu y Juan Larrea quienes, entre otros, estaban enfrentados a los que no querían perder los beneficios del monopolio comercial en el Virreynato quienes integraban este grupo: Martín de Álzaga, José Martínez de Hoz, Gaspar Santa Coloma y Gastón Elorriaga.
De acuerdo a documentación que se conserva en el Archivo General de  la Nación, las jornadas de Mayo de 1810, desde el día 21 hasta el 27 inclusive, costaron la cifra de “521 pesos con 5 y tres cuartillos reales”, una suma que equivalía a la compra de 105 paraguas según un aviso en el Correo de Comercio que se vendía a 4 reales o 5 pesos cada uno.
Se gastaron en infraestructura 12 pesos “por cada flete de doce carretillas que condujeron a las Casas Capitulares los escaños de las iglesias de la Catedral, Santo Domingo, San Francisco y la Merced y otro igual número de viajes para volverlos a llevar a sus respectivos destinos”.
Un peso costaron las velas para iluminar los corredores, escaleras y demás habitaciones de las Casas Capitulares. Dos reales se pagó por el hilo que se usó para atar los faroles, nueve reales por las seis libras  de cera consumidas(1 libra equivale a 0,45359237 kilogramos)y 28 pesos con 6 reales para la iluminación de la galería del Cabildo.
Otros gastos:
Se pagaron por 10 botellas de vino generoso a peso fuerte cada uno; 6 botellas de vino de Málaga a 4 reales; 2 pesos de chocolate y 13 libras de bizcocho a 4 reales cada una.
Se pagaron 73 pesos con 6 reales al fondero Andrés Verdial.
Los afiches costaron 1 peso en “obleas gastadas en la fijación de los carteles y bandos publicados”
El pago de personal fue de 18 pesos para los criados que sirvieron con los coches, 3 onzas de oro (1 onza equivale a 28 grs. aprox.)  para los 50 repartidores de esquelas y fijaron carteles; 100 pesos para la tropa del Batallón Nro. 3.
Se pagaron 199 pesos “valor de tres relojes de primera” para regalar a los tres oficiales que efectuaron la 1ra. Guardia de honor a la Junta Revolucionaria.


A lo largo y a lo ancho de la Confederación Argentina se llevaron adelante los festejos de los 202° aniversario del 25 de Mayo de 1810, fecha patria.
La Ciudad de la provincia de Río Negro San Carlos de Bariloche fue elegida para la realización de los actos oficiales con la presencia de la Presidente (o Presidenta) Cristina Fernández hecho histórico.
Estas actividades empezaron con el tradicional Tedeum de la Iglesia Católica Apostólica Romana que tuvo lugar en la Catedral  Nuestra Señora del Nahuel Huapi a las 12,30 hs. acompañada por el Gobernador de Río Negro Alberto Weretilneck. Ceremonia presidida por el Obispo Fernando Maletti. Asistieron el Vicepresidente Amado Boudou, funcionarios provinciales, intendentes, funcionarios del gobierno nacional. Los gobernadores que participaron, entre otros, fueron: Daniel Scioli, Martín Buzzi y Jorge Sapag, además de embajadores de distintos países del exterior.

La homilía fue realizada por representantes de distintos credos se expresaron representantes del pueblo mapuche, un Rabino, un Obispo de la Iglesia Metodista Argentina, de la Comunidad Islámica y de la Iglesia Ortodoxa Pentescostal y finalmente el Obispo Católico.
Se le obsequió a la Presidente (Presidenta) una imagen de la Virgen de las Nieves, un libro que narra la historia de la Virgen del Nahuel Huapi y una cruz de madera realizada por artesano local.
Más tarde las actividades protocolares se trasladaron al Teatro La Baita.

FESTEJOS DEL 25 DE MAYO DE 1810 EN RÍO NEGRO.

¿CUÁNTO COSTÓ A RÍO NEGRO LA VISITA DE LA PRESIDENCIAL DEL 25 DE MAYO DE 2012?
La visita de Cristina Kirchner a Río Negro, el viernes pasado, costó 2.663.832,45 pesos.

Es decir, 11.099,30 pesos del erario público cada 60 segundos, si se tiene en cuenta que la jefa de Estado sólo estuvo en Bariloche cuatro horas.

Durante su estadía, la Presidenta participó del Tedeum por el 25 de mayo, la recepción de representaciones extranjeras y un acto en el Teatro La Baita.

El dato surge de la resolución de compra directa 15/2012 de la Secretaría de Gobernación, publicada en el sitio web oficial y que hace referencia al expediente 1487-DAP-2012.

Si bien la visita de la mandataria estaba prevista desde hace tiempo, "la contratación directa con varios proveedores" se hizo un día antes de su llegada: el 24 de mayo.

Según el expediente, al que tuvo acceso el diario Río Negro, la mayor partida de dinero utilizada por la provincia que conduce el kirchnerista Alberto Weretilneck fue para "servicios de ceremonial", donde se gastaron unos 730 mil pesos.

En el documento, la cartera que conduce Julián Goinhex justificó los gastos por ser un "hecho histórico" para Río Negro la visita de la jefa de Estado y alude al "cumplimiento de disposiciones de seguridad", "adecuar los diversos actos relativos a la celebración [por el 25 de Mayo]" y "al cúmulo de requerimientos impartidos por los funcionarios nacionales vinculados al área de Protocolo".

La Nación intentó consultar esta mañana a Goinhex, pero su secretaria privada adujo que el funcionario estaba "atendiendo el llamado de un ministro".

El detalle de los gastos

Una modista por 9000 pesos, una peluquera por 560 pesos, y banderas y escarapelas por 12.500 pesos. Los detalles de los gastos de la provincia para la visita presidencial hablan por sí solos.

Según detalla el expediente de la Secretaría General, la mayor partida del gobierno estuvo orientada a "servicios de ceremonial" por 732.615 pesos; seguido por "otros" servicios "no especificados precedentemente" por 707.390 pesos; y contrataciones de "equipos de computación" por 698.186 pesos.

Las erogaciones también comprende "alquileres de locales" por 115.000 pesos; "transporte" por 109.780 pesos; "otros bienes de consumo" por 106.922 pesos; y "pasajes" por 69.579 pesos.

Los costos se completaron con "alquileres de maquinas y equipos" por 39.682 pesos; "servicios de vigilancia" por 20.884 pesos; "productos de material plásticos" por 12.500 pesos; "hilos y telas" por 6.000 pesos; y "equipos de computación" por 5.808 pesos.

El alquiler del teatro La Baita costó 115.000 pesos. El "escenario, tribunas, iluminación y sonido" significó $ 473.000; la "contratación de show de pantallas" unos $ 283.000; y el "alquiler de globas con mobiliarios" unos 225.000 pesos.

Otras asignaciones provinciales fueron para el sonido en la Catedral y en el Centro Cívico (188.000 pesos).

El uso de 34 "cabinas sanitarias" costó 15.505 pesos en total, y la compra de 10.000 banderas y 5000 escarapelas justificó 12.500 pesos. La contratación de artistas, actores, malabaristas y un zanquista salió 14.440 pesos; una modista, $ 9.000; un asistente, $ 1.500 pesos; y una peluquera, $ 560 pesos.

Por último, el "servicio de seguridad para grupos electrógenos" costó 20.884 pesos.

Más allá del detalle, los gastos fueron más, ya que en el expediente no figuran los correspondientes desembolsos públicos por la movilización de autoridades nacionales y provinciales.

Fuente:
http://www.lanacion.com.ar/1477328-rio-negro-gasto-26-millones-de-pesos-para-la-visita-de-cristina

martes, mayo 29, 2012

PARADOJAS PORTEÑAS. LAS ETERNAS PRIMAVERAS ARGENTINAS.

PARADOJAS PORTEÑAS.
*Publicado por Ámbito Financiero, 28 de mayo de 2012.

Un tren que nadie usa.
por Belén Fernández.

Una estación con bancos relucientes, tecnológicas máquinas expendedoras de boletos, vías nuevas y un tren que pasa con una frecuencia de 30 minutos con apenas un reducido grupo de pasajeros es la escena habitual que describe el presente del tranvía Celeris. Un tren que recorre apenas 16 cuadras (desde la avenida Córdoba hasta la avenida Independencia) y que nadie usa.
Inaugurado en 2007 por el expresidente Néstor Kirchner el tren de Puerto Madero transita por la avenida Antártida Argentina. En un principio la idea era conectarlo con las principales redes de subte y así unir Retiro con Barracas, Constitución y La Boca. Eso jamás se concretó llegando a convertirse hoy en un tren fantasma. La concesión está en manos de Ferrovías, Metrovías y la Secretaría de Transporte de la Nación. Desde Metrovías explicaron que si bien son una de las patas a cargo del tren, la información sobre éste se halla tercerizada a una consultora. Pero desde allí mantienen un hermetismo que levanta dudas, ¿Por qué nadie quiere hablar del Celeris?
En un recorrido realizado por el diario Ámbito Financiero se pudo comprobar lo que ya de por sí parecía un hecho. El tren que pasa cada media hora y que tiene un valor de $ 1 no tiene casi pasajeros. En sus estaciones (Córdoba, Corrientes, Belgrano e Independencia) apenas se puede encontrar gente. Algunos turistas lo usan como un paseo, aunque el recorrido es tan breve y la frecuencia del mismo tan esporádica, que muchos prefieren hacer el trayecto caminando.
Al Celeris, los especialistas lo definen como «el tren del futuro», funciona de lunes a sábados de 8 a 23 y los domingos y feriados de 9 a 22. Pero según aseguran, cada vez son menos los pasajeros que lo utilizan. Si bien desde las empresas responsables no quisieron dar datos, se pudo saber que desde su apertura se redujo en un 50% el caudal de personas que lo toman. Es que la mayoría viajan en él para disfrutar de los diferentes paisajes urbanísticos que brinda Puerto Madero. Un tren que en sus inicios buscaba traer soluciones a los pasajeros, se convirtió sólo en un transporte turístico.
«No hay mucha información de este tren, es como si estuviera vedada tanto por la Nación como por las empresas responsables. Lo que sí está claro es que es un gran negociado, apenas viajan menos de 500 personas por día, es un despropósito», explicó a Ámbito Financiero Claudio Della Carbonara, delegado de la línea B (a cargo de Metrovías). Además contó que el «tren del futuro» cuenta con 8 coches en 2 formaciones. «Una es la que está en funcionamiento, la otra está como repuesto. Se usa ante algún desperfecto». Aquí, el delegado aportó un dato que llama la atención. «Los coches fueron traídos de Brasil, aunque eso no significa que sean de ese origen y se cree que pagaron cerca de $ 1 millón por cada formación».
«No se pensó en el usuario de la Capital, aquellos proyectos iniciales de conectarlo con el subte quedaron en la nada. Está asociado con negocios de Puerto Madero. La creación de este tren estuvo ligada con el crecimiento edilicio de la zona top de Buenos Aires para que así se sobrevaluara el barrio», explicó Della Carbonara y hasta concluyó: «Son negociados vinculados a la empresa Roggio y a los negocios del actual jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri».

PARADOJAS PORTEÑAS: UNA FLOR QUE NO ANDA.
por Andrea Glikman.

Hace ya más de dos años que la Floralis Genérica, la enorme flor de Recoleta que está ubicada en la Plaza de las Naciones Unidas, no funciona, y su reparación ronda los $ 500 mil.

Esta colosal estructura de aluminio fue un regalo que hizo a la Ciudad de Buenos Aires el arquitecto Eduardo Catalano hace ya 10 años, quien en su momento la describió como «la esperanza de una eterna primavera para nuestro país».

La flor posee un sistema eléctrico que, supuestamente, debería hacer que sus pétalos se cierren y abran automáticamente dependiendo de la luz. Sin embargo, hoy permanece las 24 horas abierta. Pese a esto, los porteños siguen yendo a la plaza que la resguarda inmóvil, lugar que se populariza especialmente en los meses de primavera y verano.
Al poco tiempo de su instalación, Catalano ya había advertido de la existencia de ciertas fallas en la estructura. Finalmente, en 2010 sufrió un desperfecto técnico en su circuito hidráulico que la dejó completamente inmovilizada. El problema es que la empresa que concretó el armado de la estructura, Loockheed Martins Aircraft, dedicada a la fabricación de aviones, abandonó el país mientras que la flor aún estaba en garantía.
La Universidad Tecnológica Nacional (UTN) realizó recientemente estudios sobre los pétalos.
Según informaron desde el Ministerio de Ambiente y Espacio público, a cargo del ministro Diego Santilli, los resultados determinaron que hay que reparar dos pétalos que se deformaron por el movimiento de apertura y cierre de la flor. Para no ahondar los daños, decidieron cesar su funcionamiento.
Con su creador fallecido hace ya dos años, el Gobierno de la Ciudad que prioriza otros temas más urgentes y lo difícil que es encontrar alguien que se haga cargo de los gastos, surgió una posible solución. Adrián Catalano, hijo del difunto arquitecto y quien hoy vive en Boston, pensó en pagar la mitad de lo que cuesta repararla para que esta pieza vuelva a florecer. Por eso, cuando en febrero estuvo en Buenos Aires, llegó a considerar donar $ 250 mil. Sin embargo, en declaraciones a este diario, confesó no estar aún decidido a realizar esa donación. «Debido a las burocracias del Gobierno argentino, todavía estoy en duda si dar o no esa suma de dinero», sostuvo. Mientras tanto, el Gobierno de la Ciudad está buscando sponsors privados que puedan hacer frente al pago del arreglo, o al menos, a la mitad en caso de que Adrián Catalano finalmente ofrezca ese dinero.

Y como yapa argentina:
Y me viene en mente Mario Moreno "Cantinflas".

El personaje Cantinflas era un hombre salido de los barrios pobres que se originó en el típico “pelado” (persona vulgar, sencilla), con pantalones holgados, una soga como cinto y un bigote muy particular; se lo asoció a parte de la identidad nacional mexicana.

Acrecentó su reputación como portavoz de los desprotegidos a la que dio verdadera autenticidad y se convirtió en alguien importante en la lucha contra el “charrismo sindical”, que es la práctica del gobierno de un solo partido, para manejar y controlar los sindicatos.
Luego de terminar de leer estas investigacíones del Diario "Ámbito Financiero" sobre las paradojas porteñas me acuerdo de la frase del actor cómico mexicano Mario Moreno Reyes más conocido como Cantinflas quien
Carlos Chaplin definiera como "el cómico más grande de todos los tiempos".
 Al visitar nuestra Argentina y luego de permanecer en ella se fue afirmando: 

"La Argentina está compuesta por millones de habitantes que quieren hundirla, pero no lo logran”.

TODO UNIDOS LO LOGRAREMOS...
CANTINFLAS Y LA ARGENTINA.


sábado, mayo 26, 2012

De cada cual según su capacidad; a cada cual según sus necesidades por Ayn Rand.


De cada cual según su capacidad; a cada cual según sus necesidades por Ayn Rand.
Fragmento: “La rebelión de Atlas”.
- En la fábrica donde trabajé veinte años ocurrió algo extraño. Fue cuando el viejo murió y se hicieron cargo sus herederos. Eran tres: dos hijos y una hija que pusieron en práctica un nuevo plan para dirigir la empresa. Nos dejaron votar y todo el mundo, o casi todo el mundo, lo hizo favorablemente, porque no sabíamos en realidad de qué se trataba. Creíamos que ese plan era bueno, o mejor dicho, pensamos que se esperaba de nosotros que lo creyésemos bueno. Consistía en que cada empleado en esa fábrica trabajaría según su habilidad o destreza, y sería recompensado de acuerdo a sus necesidades. Nosotros... pero ¿qué le ocurre, señora? ¿Por qué me mira de ese modo?

-¿Cómo se llamaba esa fábrica? – preguntó Dagny con voz apenas perceptible.

-Twentieth Century Motor Company, señora. En Starnesville, Wisconsin.

-Continúe.

-Votamos por el plan en una gran reunión a la que asistimos unos seis mil, es decir, todos los que trabajábamos allí. Los herederos de Starnes pronunciaron largos discursos, no demasiado claros, pero nadie hizo preguntas. Ninguno estaba seguro de cómo funcionaría ese plan, pero todos pensábamos que nuestros compañeros lo habían comprendido. Si alguien tenía dudas al respecto, se sentía culpable y debía mantener la boca cerrada, porque todo aquel que se opusiera al plan hubiese parecido un desalmado, al que no era justo considerar humano. Nos dijeron que aquel plan significaba la concreción de un ideal muy noble. ¿Cómo íbamos a pensar lo contrario? ¿No habíamos oído decir durante toda nuestra vida, a nuestros padres y maestros, y a los pastores religiosos, leído en todos los periódicos y visto en todas las películas, y escuchado en todos los discursos públicos que aquello era recto y justo? Quizá nuestra conducta en la reunión podía ser comprensible hasta cierto punto. Votamos por el plan, y conseguimos lo previsto. Usted sabe, señora, que quienes trabajamos durante los cuatro años del plan en la fábrica Twentieth Century somos hombres marcados. ¿Qué se supone que es el infierno? Maldad, pura y simple, ¿verdad? Pues bien, eso es lo que vimos allí y lo que ayudamos a construir. Creo que estamos condenados por eso y quizá no se nos perdone nunca...

"¿Sabe cómo funcionó aquel plan y cuáles fueron sus efectos en nosotros? – continuó explicando el vagabundo –. Es como verter agua en un depósito en cuya parte inferior hay un caño por el que se vacía con más rapidez de la que usted lo llena y cada balde que echa dentro ensancha ese desagüe cada vez más, entonces cuanto más uno duramente trabaja, más se le exige; primero trabaja cuarenta horas semanales, luego cuarenta y ocho, y, más tarde, cincuenta y seis, para pagar la cena del vecino, la operación de su mujer, el sarampión del niño, la silla de ruedas de su madre, la camisa de su tío, la educación de su sobrino, o para el niño que ha nacido en la casa de al lado, o el que va a nacer; en fin para cuantos lo rodean, y que han de recibirlo todo, desde pañales a dentaduras postizas, mientras uno trabaja desde el amanecer hasta la noche, un mes tras otro y un año tras otro, sin tener más para mostrarles a esas personas que el propio sudor, sin otra expectativa que la complacencia de los demás para el resto de su vida, sin descanso, sin esperanza, sin fin... De cada uno según sus capacidades, para cada uno de acuerdo con sus necesidades...

"Nos dijeron que formábamos una gran familia, que todos participábamos en la empresa juntos, pero no todos trabajábamos ante la luz de acetileno diez horas diarias, ni padecíamos a la vez un dolor de vientre. ¿Cómo establecer, de un modo exacto, la capacidad de unos y las necesidades de otros? Cuando todo se hace en común, no es posible permitir que cualquiera decida sobre sus propias necesidades, ¿verdad? Si lo hace, pronto acabará pidiendo un yate, y si sus sentimientos son los únicos valores en que podemos basarnos, nos demostrará que es cierto. ¿Por qué no? Si no tengo derecho a tener un auto, hasta que caiga en una sala de hospital por haber trabajado para proporcionarle un coche a cada holgazán y a cada salvaje del mundo, ¿por qué no puede exigirme también un yate, si aún sigo de pie, si no he colapsado? ¿No? ¿Por qué no? Y entonces, ¿por qué no exigirme también que prescinda de la crema de mi café, hasta que él haya podido pintar su habitación...? ¡Oh, bien!... Acabamos decidiendo que nadie tenía derecho a juzgar sus propias necesidades o sus propias convicciones, y que era mejor votar sobre ello. Sí, señora, votábamos en una reunión pública que se celebraba dos veces al año. ¿De qué otro modo podíamos hacerlo? ¿Imagina lo que sucedía en semejantes reuniones? Bastó una sola para descubrir que nos habíamos convertido en mendigos, en unos mendigos de mala muerte, gimientes y llorones, ya que nadie podía reclamar su salario como una ganancia lícita, nadie tenía derechos ni sueldos, su trabajo no le pertenecía sino que pertenecía a ‘la familia’, mientras que ésta nada le debía a cambio y lo único que podía reclamarle eran sus propias ‘necesidades’, es decir, suplicar en público un alivio a las mismas, como cualquier pobre cuando detalla sus preocupaciones y miserias, desde los pantalones remendados al resfriado de su mujer, esperando que ‘la familia’ le arrojara una limosna. Tenía que declarar sus miserias, porque eran las miserias y no el trabajo lo que se había convertido en la moneda de aquel reino, así que se convirtió en una competencia de seis mil pordioseros, en la que cada uno reclamaba que su necesidad eran peor que la de sus hermanos. ¿Qué otra cosa podíamos hacer? ¿Quiere saber lo que ocurrió? ¿Quiere saber quiénes mantuvieron la calma, sintiendo vergüenza y quiénes se aprovecharon de la situación?

"Pero eso no fue todo. En la misma reunión se descubrió otra cosa. La producción de la fábrica había disminuido en 40 por ciento en el primer semestre, y se llegó a la conclusión que alguien no había trabajado ‘de acuerdo con su destreza o capacidad’. ¿Quién era? ¿Cómo averiguarlo? La ‘familia’ votó también sobre eso. Así se determinó quiénes eran los más capacitados, y a éstos se los sentenció a trabajar horas extra cada noche durante los siguientes seis meses. Horas extras sin paga, porque no se pagaba por el tiempo trabajado, ni por la tarea realizada, sino tan sólo según las necesidades.

"¿Quiere que le cuente lo que sucedió después? ¿Y en qué clase de seres nos fuimos convirtiendo, los que alguna vez habíamos sido seres humanos? Empezamos a ocultar nuestras capacidades y conocimientos, a trabajar con lentitud y a procurar no hacer las cosas con más rapidez o mejor que un compañero. ¿Cómo actuar de otro modo, cuando sabíamos que rendir al máximo para ‘la familia’ no significaba que fueran a darnos las gracias ni a recompensarnos, sino que nos castigarían? Sabíamos que si un sinvergüenza arruinaba un grupo de motores, originando gastos a la compañía, ya fuese por descuido o por incompetencia, seríamos nosotros los que pagaríamos esos gastos con horas extra y trabajando hasta los domingos. Por eso, nos esforzamos en no sobresalir en ningún aspecto.

"Recuerdo a un joven que empezó lleno de entusiasmo por ese noble ideal, un muchacho brillante, sin estudios, pero con una inteligencia asombrosa. El primer año ideó un plan de trabajo que nos ahorró miles de horas-hombre y lo entregó a ‘la familia’, sin pedir nada a cambio, aunque tampoco hubiera podido hacerlo. Se portó como creía correcto, lo hacía por el ideal, según dijo. Pero cuando en una votación lo declararon el más inteligente de todos, y lo sentenciaron a trabajar de noche porque no habíamos conseguido extraerle aún lo suficiente, cerró la boca y el cerebro. Le aseguro que el segundo año no aportó ninguna idea nueva.

"¿Qué era eso que siempre nos habían dicho acerca de la competencia descarnada del sistema de ganancias, donde los hombres debían competir por ver quién realizaba mejor trabajo que sus colegas? ¿Cruel, no es así? Deberían haber visto lo que ocurría cuando todos competíamos por realizar el trabajo lo peor posible. No existe medio más seguro para destruir a un hombre, que ponerlo en una situación en la que no sólo desee no mejorar, sino que, además, día tras día se esfuerza en cumplir peor sus obligaciones. Dicho sistema acaba con él mucho antes que la bebida o el ocio, o el vivir haciendo malabares para tener una existencia digna. Pero no podíamos hacer otra cosa, estábamos condenados a la impotencia. La acusación que más temíamos era la de resultar sospechosos de capacidad o diligencia. La habilidad era como una hipoteca insalvable sobre uno mismo. ¿Para qué teníamos que trabajar? Sabíamos que el salario básico se nos entregaría del mismo modo, trabajáramos o no, recibiríamos la ‘asignación para casa y comida’, como se la llamaba, y más allá de eso no había chances de recibir nada, sin importar el esfuerzo. No podíamos planear la compra de un traje nuevo para el año siguiente porque quizá nos entregarían una ‘asignación para vestimenta’, o quizá no. Dependía de si alguien no se rompía una pierna, necesitaba una operación o traía al mundo más niños, y si no había dinero suficiente para adquirir ropas nuevas para todos, no lo habría para nadie.

"Recuerdo a cierto hombre que había trabajado duramente toda su vida porque siempre había querido que su hijo fuera a la universidad. Bueno, el muchacho terminó la secundaria durante el segundo año del plan, pero ‘la familia’ no quiso entregar al padre ninguna asignación para que siguiera sus estudios. Dijeron que su hijo no podía ir a la universidad hasta que hubiera suficiente dinero para que los hijos de todos pudieran hacerlo. El padre murió al año siguiente en una riña de bar. Una pelea sobre nada en particular, en la que salieron a relucir navajas. Ese tipo de altercados se estaban haciendo muy frecuentes entre nosotros.

"También, había un viejo viudo y sin familia que tenía una afición: los discos fonográficos. Creo que era todo cuanto pudo desear conseguir de la vida. En otros tiempos solía ahorrar en comida para poder comprar algún disco nuevo de música clásica. Pues bien: no le dieron "asignación" para discos por considerarlo ‘un lujo personal’ pero durante esa misma reunión, una niña fea y desagradable, de ocho años, llamada Millie Bush, que era la hija de alguno, consiguió que votaran para comprarle un par de aparatos de oro para sus dientes, porque se trataba de una ‘necesidad médica’ según el psicólogo que consideró que sino se enderezaban sus dientes, la niña tendría un complejo de inferioridad. El viejo amante de la música se dio a la bebida, hasta tal punto que rara vez lo veíamos sobrio. Pero había algo que no podía olvidar. Cierta noche, mientras se tambaleaba por una calle, vio a Millie Bush y empezó a darle puñetazos hasta dejarla sin un diente, ni uno solo.

"La bebida era lo único que nos proporcionaba algún consuelo y todos nos volcamos a ella en mayor o menor grado. No pregunte de dónde sacábamos el dinero. Cuando todos los placeres decentes quedan prohibidos, existen siempre medios para llegar a los vicios. No se entra a robar a un bar durante la noche ni se registran los bolsillos de un compañero para comprar sinfonías clásicas o adquirir accesorios de pesca, pero sí para emborracharse y olvidar. ¿Accesorios de pesca? ¿Escopetas de caza? ¿Cámaras fotográficas? No existían asignaciones para ese tipo de pasatiempos. La ‘diversión’ fue lo primero que quedó descartado.

"¿Es que acaso no se supone que uno debe avergonzarse por cuestionar cuando alguien nos pide que dejemos algo que nos da placer? Hasta nuestra ‘asignación para cigarrillos’ quedó reducida a dos paquetes mensuales, porque, según dijeron, el dinero debía usarse para comprar leche para los niños. La producción de niños fue la única que no disminuyó, sino que, por el contrario, se hizo cada vez mayor. La gente no tenía otra cosa que hacer y, por otra parte, no tenían por qué preocuparse, ya que los niños no eran una carga para ellos, sino para ‘la familia’. En realidad, la mejor posibilidad para obtener un respiro durante algún tiempo, era una ‘asignación infantil’, o una enfermedad grave.

"Pronto nos dimos cuenta de cómo funcionaba aquello. Quien quisiera jugar limpio, tenía que privarse de todo, perder el gusto por los placeres, aborrecer fumar o masticar chicle, preocupado de que hubiese alguien que necesitara más esas monedas. Sentía vergüenza de la comida que tragaba, preguntándose quién la habría pagado con sus horas extras, pues sabía que esa comida no era suya por derecho propio y prefería ser engañado antes que engañar. Podía aprovecharse, pero no hasta el punto de chupar la sangre de otro. No se casaba ni ayudaba en sus hogares para no ser una nueva carga para ‘la familia’. Además, si conservaba cierto sentido de la responsabilidad, no podía casarse y tener hijos, puesto que no le era posible planear, prometer, ni contar con nada. Pero los desorientados y los irresponsables se aprovecharon. Trajeron niños al mundo, se casaron, y trajeron consigo a todos los indignos parientes que tenían en todo el país, y a cada hermana soltera que quedaba embarazada y con el fin de obtener ‘asignaciones por incapacidad’, contrajeron más enfermedades de las que cualquier médico podía atender, arruinaron sus ropas, sus muebles y sus casas, pero ¡qué importaba!: ‘la familia’ pagaba todo. Así, encontraron más modos de tener ‘necesidades’ que los que nadie hubiera podido imaginar, desarrollaron una habilidad especial para eso, la única habilidad que mostraban.

"¡Por Dios, señora! ¿Se da cuenta de lo que sucedió? Se nos había dado una ley con la cual vivir y que llamaban ley moral, que castigaba a quienes la cumplían. Cuanto más tratábamos de vivir de acuerdo con esa ley, más sufríamos y cuando más la burlábamos, mayores recompensas obteníamos. La honestidad era una herramienta entregada a la deshonestidad ajena. Los honestos pagaban, mientras los deshonestos cobraban. El honesto perdía y el deshonesto ganaba. ¿Cuánto tiempo puede un ser humano permanecer bueno con semejante ley? Éramos un buen grupo de personas decentes al principio. No había demasiados oportunistas entre nosotros. Conocíamos bien nuestra tarea, nos sentíamos orgullosos de ella, y trabajábamos para la mejor fábrica del país, propiedad del viejo Starnes, que sólo admitía en su plantel a los más selectos obreros. Al cabo de un año del nuevo plan, no quedaba entre nosotros ni una sola persona decente. Aquello era maldad, la clase de maldad horrible e infernal con la que los predicadores solían asustarnos, pero que uno nunca imaginamos que existiera. No es que el plan haya incentivado a algunos cuantos bastardos, sino que transformó a la gente decente en cretinos, sin que se pudiera obrar de otra manera... ¡y a eso llamaban ideal moral!

"¿Para qué habríamos de desear trabajar? ¿Por amor a nuestros hermanos? ¿Qué hermanos? ¿Para los aprovechadores, los sinvergüenzas, los holgazanes que veíamos a nuestro alrededor? Si eran simuladores o incompetentes, si no querían trabajar o estaban incapacitados para hacerlo, ¿qué nos importaba a nosotros? Si quedábamos reducidos para toda la vida al nivel de su capacidad, fingida o real, ¿para qué preocuparnos? No teníamos manera de saber cuáles eran sus verdaderas condiciones, carecíamos de medios para controlar sus necesidades. Lo único que se sabía era que estábamos convertidos en bestias de carga, luchando ciegamente, en un lugar que era mitad hospital, mitad almacén, sin marchar hacia ningún objetivo, excepto la incompetencia, el desastre y las enfermedades. Éramos bestias colocadas allí como instrumentos de aquél que quisiera satisfacer las necesidades de otro.

"¿Amor fraternal? Fue allí cuando aprendimos a aborrecer a nuestros hermanos por primera vez en la vida. Los odiábamos por todas las comidas que ingerían, por los pequeños placeres que disfrutaban, por la nueva camisa de uno, el sombrero de la esposa de otro, una salida familiar, o la pintura de la casa, porque todo eso nos era quitado a nosotros, era pagado con nuestras privaciones, nuestras renuncias y nuestro hambre. Empezamos a espiarnos unos a otros, con la esperanza de sorprendernos en alguna mentira acerca de nuestras necesidades y disminuir las asignaciones en la próxima reunión. Y empezamos a servirnos de espías, que informaban acerca de los demás, revelando, por ejemplo, si alguien había comido pavo el domingo, posiblemente pagado con el producto de apuestas. Empezamos a meternos en las vidas ajenas, provocamos peleas familiares para lograr la expulsión de algún intruso. Cada vez que veíamos a alguno saliendo en serio con una chica, le hacíamos la vida imposible, y así arruinamos numerosos compromisos matrimoniales, porque no queríamos que nadie se casara, no queríamos más gente a la que alimentar.

"En los viejos tiempos, el nacimiento de un niño era celebrado con entusiasmo y generalmente ayudábamos a las familias a pagar sus facturas de la clínica si estaban apretadas. Pero luego, cuando nacía un niño, estábamos varias semanas sin dirigirle la palabra a sus padres. Para nosotros, los niños eran como las langostas para los agricultores. En otras épocas ayudábamos a quien tuviera enfermos en su casa, pero luego... Voy a contarle un solo caso. Se trataba de la madre de un hombre que llevaba con nosotros quince años. Era una anciana afable, alegre e inteligente, que nos llamaba por nuestros nombres de pila, y con la que todos solíamos simpatizar. Un día se cayó por la escalera del sótano, y se fracturó la cadera. Sabíamos lo que eso significaba, a su edad, y el médico dijo que tenía que ser internada en un hospital de la ciudad para someterla a un tratamiento costoso y prolongado. La anciana murió la noche antes de ser traslada a la ciudad para su internación. Nunca se pudo establecer la causa de su fallecimiento. No sé si fue asesinada, nadie lo dijo, nadie hablaba del tema. Todo cuanto sé es que... y esto es lo que no puedo olvidar... es que yo también deseé que muriera. ¡Que Dios nos perdone! Tal era la hermandad, la seguridad, la abundancia que se suponía que el famoso plan nos iba a brindar.

"¿Qué motivo había para que se predicara esta clase de horror? ¿Sacó alguien algún provecho de todo esto? Sí, los herederos de Starnes. No vaya usted a contestarme que sacrificaron una fortuna y que nos entregaron la fábrica como regalo, porque también en esto nos engañaron. Es verdad que entregaron la fábrica, pero los beneficios, señora, dependen de aquello que se quiere conseguir. Y no había dinero en el mundo que pudiese comprar lo que los herederos de Starnes buscaban porque el dinero es demasiado limpio e inocente para tal cosa.

"El más joven, Eric Starnes, era un sometido, sin valor ni energía para hacer nada en especial. Resultó electo director del departamento de Relaciones Públicas que no hacía nada y tenía a sus órdenes a un personal ocioso, por lo cual no tenía por qué quedarse en la oficina. Su paga, en realidad no debería llamarla así, porque no se ‘pagaba’ a nadie... la limosna que se votó para él, era muy modesta, algo así como diez veces mayor que la mía, pero a Eric no le importaba el dinero, porque no hubiera sabido qué hacer con él. Pasaba el tiempo entre nosotros, demostrándonos su compañerismo y su espíritu democrático. Le encantaba que la gente le demostrase afecto. Su mayor empeño consistía en recordarnos a cada instante que nos habían dado la fábrica. Ya no podíamos soportarlo.

"Gerald Starnes era nuestro director de producción. Nunca pudimos averiguar la medida de su rastrillaje de ganancias, pero hubiéramos necesitado todo un equipo de contadores y otro de ingenieros para saber de qué modo todo aquel dinero pasaba por una tubería directa o indirectamente a su despacho. Sin embargo, nada figuraba como beneficio particular, sino como medios con los que pagar los gastos de la compañía. Gerald tenía tres automóviles, cuatro secretarias y cinco teléfonos, y solía organizar fiestas con champán y caviar, que ningún gran magnate que pagara impuestos en el país podía permitirse. Gastó más dinero en un año que el que ganó su padre en los dos últimos de su vida. En su despacho encontramos unos cuarenta kilos de revistas, llenas de artículos sobre nuestra fábrica y nuestro noble plan, con grandes retratos de Gerald Starnes, en los que se lo mencionaba como un ‘gran paladín social’. Por la noche le gustaba entrar en las tiendas vestido de etiqueta, con gemelos de brillantes, del tamaño de monedas, desparramando la ceniza de su puro por doquier. Un bruto con plata que no tiene otra cosa que exhibir aparte de su dinero, ya es un tipo desagradable, pero al menos no necesita mostrar que el dinero es suyo y uno puede contemplarlo con la boca abierta si lo desea. Pero cuando un bastardo como Gerald Starnes se exhibe de ese modo y declara una y otra vez que no le preocupa la riqueza material y que sólo sirve a ‘la familia’, que todos aquellos lujos no son para él sino en beneficio del bien común porque es preciso mantener el prestigio de la firma y del noble plan de la misma... entonces es cuando uno aprende a aborrecer a esos seres como nunca se ha aborrecido a ningún ser humano.

"Pero su hermana Ivy era peor. A ella realmente no le importaba la riqueza material. La asignación que recibía no era mayor que la nuestra, y siempre iba con zapatos chatos y faldas simples y camisas, con el fin de demostrar su indiferencia. Era directora de Distribución, a cargo de nuestras necesidades, la que, en realidad, nos tenía agarrados del cuello. Se suponía que la distribución se realizaba por votación, por la voz de la gente, pero cuando la gente son seis mil voces roncas que tratan de decidir sin ningún criterio, medida o razón, cuando no existen reglas y cada uno puede pedir lo que quiera sin tener derecho a nada, cuando cada cual ejerce el derecho sobre la vida ajena pero no sobre la suya, todo acaba como efectivamente terminó: Ivy Starnes acabó siendo la voz del pueblo. Al finalizar el segundo año, abandonamos aquella farsa de las ‘reuniones de familia para proteger la eficacia productora y economizar tiempo’, que solían durar diez días, y todas las peticiones fueron enviadas directamente a la oficina de la señorita Starnes. No, no eran enviadas. Mejor dicho, cada peticionante en persona debía presentarse allí y ella elaboraba una lista de distribución que nos leía en una reunión que duraba tres cuartos de hora. Luego votábamos. Había diez minutos para la discusión y las objeciones, pero no formulábamos ninguna, para ese tiempo ya nos habíamos dado cuenta. Nadie puede dividir la renta de una fábrica entre miles de obreros, sin una norma con que medir el valor de la gente. La de la señorita Ivy era la adulación a su persona. ¿Desinteresada? En los tiempos de su padre todo su dinero no le hubiera permitido hablar al tipo más bajo de su empresa en el modo como ella solía hablarles a nuestros más hábiles obreros y a sus esposas. Tenía unos ojos pálidos, vidriosos, fríos y muertos. Si se quería conocer la maldad absoluta, bastaba con observar cómo resplandecían sus ojos cuando alguien le respondía a un cuestionamiento para entonces ya no recibir más que la "asignación básica". Al observar aquello, comprendíamos el motivo real de quienes fueran capaces de apreciar la consigna: ‘De cada cual según su capacidad; a cada cual según sus necesidades’.

"Allí residía el secreto de todo. Al principio no dejaba de preguntarme cómo era posible que hombres educados, justos y famosos, pudieran cometer un error semejante y presentar como buena tal abominación, cuando cinco minutos de reflexión les hubieran indicado lo que sucedería en caso de que alguien pusiera en práctica semejante idea. Ahora comprendo que no obraron así por error, porque errores de este tamaño no se cometen nunca inocentemente. Cuando alguien se hunde en alguna forma de locura, imposible de llevar a la práctica con buenos resultados, sin que exista, además, razón que la explique, es porque tiene motivos que no quiere revelar. Y nosotros no éramos tampoco tan inocentes cuando votamos a favor del plan, en la primera reunión. No lo hicimos sólo porque creyéramos que la vieja y empalagosa farsa que nos presentaban fuera buena. Teníamos otro motivo, pero la farsa nos ayudó a ocultarlo de nuestros vecinos y de nosotros mismos. La farsa nos daba una posibilidad de hacer pasar como virtud algo de lo que nos hubiéramos avergonzado. Ninguno votó sin pensar que dentro de una organización de tal clase participaría en los beneficios de quienes eran más hábiles que él. Nadie se consideró lo bastante rico y listo para no creer que alguien lo sobrepasaría, y este plan lo participaría de la riqueza y la inteligencia ajenas. Pero pensando conseguir beneficios de quienes estaban por encima, olvidamos que había seres inferiores, que buscaban lo mismo de nosotros, olvidamos a los inferiores que tratarían de explotarnos del mismo modo que cada uno intentaría explotar a sus superiores. El obrero impulsado por la idea de que sus necesidades le daban derecho a un automóvil como el de su jefe, olvidó que todo pordiosero y vagabundo de la tierra empezaría a exigir un refrigerador como el del obrero. Ése fue nuestro motivo real cuando votamos. Tal es la verdad pero no nos gustaba reconocerlo y cuanto más lo lamentábamos, más alto gritábamos nuestro amor hacia el bien común.

"Conseguimos lo que nos habíamos propuesto, pero cuando nos dimos cuenta de lo que aquello representaba, ya era demasiado tarde. Estábamos atrapados, sin lugar adónde huir. Los mejores de entre nosotros abandonaron la fábrica en la primera semana del plan. Así perdimos a los mejores ingenieros, supervisores, capataces y obreros especializados. Todo el que se respete no quiere verse convertido en vaca lechera de la comunidad. Algunos intentaron impedir el proyecto, pero no lo consiguieron. Los hombres huían de la fábrica como de una zona infectada, hasta que no quedaron más que los necesitados, sin habilidad ni condiciones.

"Si algunos de nosotros, dotados de ciertas cualidades, optamos por quedarnos, fue porque llevábamos allí muchos años. En los viejos tiempos, nadie renunciaba a Twentieth Century y no podíamos hacernos a la idea de que aquellas condiciones ya no existieran más. Transcurrido algún tiempo, nos fue imposible marcharnos, porque ningún otro empresario nos habría admitido, y no se los puede culpar. Nadie, ninguna persona respetable, quería tratar con nosotros. Los dueños de las tiendas donde comprábamos empezaron a abandonar Starnesville a toda prisa, hasta que no nos quedaron más que los bares, las salas de juego y algunos comerciantes estafadores y aprovechadores, que nos vendían bazofia a precios exorbitantes. Nuestras asignaciones fueron perdiendo valor a medida que aumentaba el costo de vida. En la empresa, la lista de los necesitados se fue estirando, al tiempo que la de sus clientes se acortaba. Cada vez era menor la riqueza a dividir entre más y más gente. En los viejos tiempos solía decirse que Twentieth Century Motors era una marca tan buena como el oro. No sé qué pensarían los herederos de Starnes si es que pensaban algo, pero tengo la impresión de que, igual que todos los planificadores sociales y los salvajes insensatos, estaban convencidos de que aquella marca era en sí misma una especie de emblema mágico dotado de un poder sobrenatural que los mantendría ricos, igual que a su padre. Pero cuando nuestros clientes empezaron a notar que nunca lográbamos entregar un pedido a tiempo, y que siempre había algún defecto en los que entregábamos, el mágico emblema empezó a operar en sentido inverso: la gente no aceptaba un motor marca Twentieth Century ni regalado. Llegó un momento en que nuestros únicos clientes fueron los que nunca pagaban ni pensaban hacerlo, pero Gerald Starnes, embrutecido y engreído por su propia publicidad, empezó a ir de un lado a otro con aire de superioridad moral, exigiendo que los empresarios nos pasaran pedidos, no porque nuestros motores fueran buenos, sino porque necesitábamos esos pedidos urgentemente.

"Por aquel entonces, una ciudad fue testigo de lo que generaciones de profesores pretendieron no observar. ¿Qué beneficios podría reportar nuestra necesidad a una central eléctrica, por ejemplo, si sus generadores se paraban a causa de un defecto en nuestros motores? ¿Qué beneficio reportaría a un hombre tendido en una camilla de operaciones, si, de pronto, se le cortara la luz? ¿Qué bien haría a los pasajeros de un avión si el motor fallaba en pleno vuelo? Y si adquirían nuestros productos no por su calidad sino por nuestra necesidad, ¿la acción moral del propietario de la central eléctrica, del cirujano y del fabricante del avión sería buena, justa y noble?

"Sin embargo, tal era la ley moral que profesores, directivos y pensadores habían querido establecer. Si esto fue lo que ocurrió en una pequeña ciudad donde todos nos conocíamos, ¿imagina lo que hubiera sido a escala mundial? ¿Imagina lo que hubiera ocurrido si hubiéramos tenido que vivir y trabajar, sujetos a todos los desastres y a todos los inconvenientes del planeta? Trabajar pensando en que si alguien fallaba en cualquier lugar, era uno quien debería pagarlo. Trabajar sin posibilidad alguna de progreso, con la comida, la ropa, el hogar y las distracciones pendientes de una estafa, una crisis de hambre o una peste en cualquier lugar del mundo. Trabajar sin posibilidades de una ración extra, hasta que los camboyanos tuvieran alimento suficiente o hasta que todos los patagónicos hubieran ido a la universidad. Trabajar con un cheque en blanco, en poder de cada criatura nacida, hombres a los que nunca vería, cuyas necesidades no conocería, cuya laboriosidad, pereza o mala fe nunca podría llegar a aprender o cuestionar. Tan sólo trabajar, trabajar y trabajar, dejando que las Ivys o los Geralds del mundo decidieran qué estómagos habrían de consumir el esfuerzo, los sueños y los días de su vida. ¿Es ésta la ley moral a aceptar? ¿Es éste un ideal moral?

"Lo intentamos y aprendimos la lección. Nuestra agonía duró cuatro años, desde la primera reunión hasta la última, y todo terminó del único modo que podía terminar: en la quiebra. Durante la última reunión, Ivy Starnes fue la única que intentó forcejear un poco. Pronunció un corto, desagradable y agresivo discurso en el que dijo que el plan había fracasado porque el resto del país no lo había aceptado, que una sola comunidad no podía llevarlo a la práctica y triunfar en medio de un mundo egoísta y avaro; que el plan era un ideal noble, pero que la naturaleza humana no estaba a su altura. Un joven, el mismo que había sido castigado por habernos dado una idea útil durante el primer año, se puso de pie, mientras todos seguíamos sentados en silencio, y se dirigió a Ivy Starnes, que ocupaba el estrado. No dijo nada, sino que la escupió en la cara. Y ése fue el fin del noble plan de Twentieth Century.
Ayn Rand (1905-1982), nacida Alissa  Zinovievna  Rosenbaum en San Petersburgo,  imperio ruso.  Pronto se exilió a Estados Unidos detestaba la Revolución bolchevique de 1917 que expropió a su padre la farmacia. En 1931 adquiere la ciudadanía estadounidense  donde desarrolló una importante carrera como novelista rechazaba el socialismo, la religión.

Una de las citas más difundidas es la siguiente:
Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican, no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no los protegen contra ellos, sino, por el contrario son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada (1950).

viernes, mayo 25, 2012

EL "GAUCHO SECO" Y EL CURA BROCHERO.

EL ADMIRABLE CURA BROCHERO MODELO DE APÓSTOL.


El “Gaucho Seco”: conversión de un bandolero.

Había en las Sierras Grandes, allá por 1887, un gaucho malo, jefe de bandoleros, famoso por sus robos y crímenes. El señor Brochero se empeñó en hacerle "tomar" los Ejercicios al "Gaucho Seco”, y fue a buscarlo en su escondrijo como quien busca a un puma en su cubil.
De entrada, no más, le dijo que iba a curarle la lepra de que estaba cubierta su alma. El Gaucho Seco oyó estupefacto semejantes palabras y tuvo curiosidad de asistir a unas ceremonias tan extrañas, de que hacía diez años se hablaba tanto en el país.
Una mañana del frío mes de agosto llegó al Tránsito, montado en una mula zaina, guiado por el cura, que montaba su invariable mula malacara, y seguido a cierta distancia por otros dos jinetes que le guardaban las espaldas.
– Vamos a ver – dijo el Gaucho Seco, apeándose a la puerta de la Casa de Ejercicios – cómo se me va a curar la lepra del alma.
Desensilló, entregó la mula a su lugarteniente, y llevando en sus brazos el apero que sería su cama durante ocho días, siguió a Brochero, que le hizo cruzar dos patios y palmeándole la espalda le indicó una habitación, donde dormiría con una veintena de hombres de su laya.
Más de setecientos paisanos habían llegado ya para esa tanda. Todos miraban, no sin recelo al Gaucho Seco, que pasaba arrogante entre ellos, haciendo sonar sus espuelas y arrastrando la cincha de su silla de montar, cubierta por ricos pellones.
Sólo se oía el ruido de aquellos pasos y de aquellas espuelas. Un silencio imponente dominaba a la extrañísima reunión.
– ¡Vamos a ver el milagro! – dijo para sí con sorna, arrojando sobre la tierra empedernida el copioso apero.
Sonó entretanto una campanita agitada por la mano de un viejo; y todos silenciosamente lo siguieron sin saber a dónde, y el “Gaucho Seco” detrás de ellos. Entraron en la capilla, que se hallaba a oscuras, no obstante ser de día, alumbrada escasamente por algunas velas de sebo y la mariposilla del Sagrario. Un sacerdote de negra sotana empezó a hablarles. Nadie más que él hablaba. El silencio era absoluto y comprimía hasta el latido de las sienes.
Del patio llegaba un olor a carne asada. El señor Brochero les preparaba el primer almuerzo en fogatas al aire libre. Terminó la plática y hubo rezos y cánticos. El Gaucho Seco asistió sin aburrirse, pero sin comprender ni los cantos, ni los rezos, ni las pláticas.
Sonó otra vez la campana y salieron a almorzar. Siempre el mismo silencio impresionante. A lo sumo, el ruido de un cuchillo, uno de esos largos y filosos cuchillos de los gauchos, que cortaba un hueso. Después cebaron mate, alrededor de anafes de barro cocido, en que se iban durmiendo rojas brasas de algarrobo. El Gaucho Seco, vencido por las ganas de tomar mate, se allegó a un grupo y aceptó que lo convidaran, sin atreverse a pronunciar una palabra, tan plúmbeo e imperioso era el callar de la muchedumbre.
De nuevo la campana, y el moverse en filas de la concurrencia, y el acudir a la capilla, y de nuevo la plática y los rezos y los cantos. Después, de nuevo a sus piezas, desnudas y frías, donde calentaron los estómagos vacíos con algunos mates, y se acostaron vestidos sobre sus aperos, en la tierra, pues, no había camas, ni las necesitaban personajes como ellos. Al alba, otra vez la campana, las mismas distribuciones y el mismo silencio.
Más que las pláticas de los dos jesuitas que sucesivamente les hablaban, llamaban la atención del “Gaucho Seco” las coplas que se cantaban, y cuyo trascendental sentido había comenzado a percibir: Perdón, ya mi alma / Sus culpas confiesa; / Mil veces me pesa / De tanta maldad. / Perdón, oh, Dios mío / Perdón y piedad...
¿Era, pues, cierto, era posible que Dios lo perdonase a él? ¿Era, pues, verdad que otros muchos, tan cargados como él de crímenes, habían encontrado misericordia al pie del Crucifijo?
Al tercer día el Gaucho Seco se azotó con furia los recios lomos y al sexto día se arrodilló sollozando a los pies de un misionero, que lo envolvió en el poncho de lana para que otros no lo viesen llorar.
– ¡Cayeron, mi curita, las escamas de la lepra! Hoy es el día de mi nacimiento.
Al otro año el Gaucho Seco volvió a los Ejercicios trayendo a catorce paisanos más que querían también hacer el maravilloso experimento de nacer de nuevo.

Hugo Wast falleció hace unos 50 años, un  28 de marzo de 1962, en Buenos Aires.
Fue revestido con la sotana y la faja de la Orden Jesuita para ser enterrado.
El Padre Guillermo Furlong S.J. celebró la Misa de cuerpo presente en el Colegio del Salvador.

Despiden por lavado de dinero al titular del Banco Vaticano.

Despiden por lavado de dinero al titular del Banco Vaticano.
• El italiano Ettore Gotti Tedeschi está siendo investigado por la Justicia.
• Ofensiva anticorrupción del Papa.

Ciudad del Vaticano - El Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco del Vaticano, destituyó ayer a su presidente, el italiano Ettore Gotti Tedeschi, de 67 años, «por no haber desarrollado funciones de primera importancia para su cargo» y al estar «preocupado» por su gestión, informó el Vaticano.
El banquero es investigado en Italia en dos casos de lavado de dinero, en momentos en que la Santa Sede pugna por ser reconocida como uno de los Estados que cuenta con normas bancarias que no facilitan esas prácticas.
El despido se decidió durante la sesión ordinaria que celebró el Consejo de Supervisión, en la que se aprobó -precisó el Vaticano en un comunicado- una moción de censura contra Gotti Tedeschi, al que se instó a renunciar también como miembro del consejo. «Tras una deliberación, el Consejo de Supervisión aprobó por unanimidad un voto de censura contra el presidente, por no haber desarrollado funciones de primera importancia para su cargo», subrayó la oficina de prensa de la Santa Sede en un comunicado.
Desde hacía tiempo, según el Vaticano, el Consejo de Supervisión del IOR estaba «preocupado» por la dirección del banco. Preocupación «Con el paso del tiempo esa dirección desató una progresiva preocupación y a pesar de las repetidas comunicaciones hechas en ese sentido al profesor Gotti Tedeschi, la situación continuó deteriorándose», señaló el Vaticano.
Por el momento se desconoce cuáles son esas «funciones de primera importancia» que no realizó el economista italiano, que es presidente del Santander Consumer Bank, filial italiana del Banco de Santander, y que fue nombrado presidente del IOR el 23 de septiembre de 2009. Gotti Tedeschi declinó ayer comentar la destitución, señalando que prefería callar, «ya que de otra manera sólo diría palabras feas».
Según el Vaticano, los miembros del Consejo de Supervisión del IOR están «entristecidos» por los acontecimientos que llevaron al voto de censura, «pero consideran que esta acción es importante para mantener la vitalidad del instituto».
El IOR, subrayó el Vaticano, «mira hacia adelante» y ya busca a un nuevo «y excelente presidente que ayude a recuperar eficaces y amplias relaciones entre el IOR y la comunidad financiera basadas en el mutuo respeto de los estándares bancarios internacionalmente aceptados». Hoy se reunirá la comisión cardenalicia de vigilancia del IOR, que preside el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, para analizar la decisión del consejo y decidir los pasos a seguir. Involucrados Gotti Tedeschi está siendo investigado por la Fiscalía de Roma desde septiembre del pasado año por supuesta violación de las normas sobre la prevención del blanqueo de dinero.
Junto a Gotti Tedeschi también está siendo investigado el director general del IOR, Paolo Cipriani.
La Fiscalía indaga dos operaciones bancarias que preveían la transferencia de 20 millones de euros a la JP Morgan de Fráncfort (Alemania) y de otras tres entidades a la Banca del Fucino.
Según los investigadores, ambos dirigentes del IOR no facilitaron la información necesaria impuesta por la normativa contra el blanqueo de capitales.
Los responsables del Banco del Vaticano, según la Fiscalía, no indicaron las generalidades referentes a los sujetos por cuenta de quien ejecutaban las operaciones y omitieron facilitar informaciones sobre el objetivo y la naturaleza de éstas.
Gotti Tedeschi aseguró entonces que «un error de procedimiento» fue usado para atacar al IOR y al Vaticano en particular y aseguró que las operaciones financieras son «transparentes y no hay nada que esconder, ya que se trata de un traspaso de fondos del propio IOR». El banco vaticano, con sede en la Ciudad del Vaticano, fue fundado por Pío XII en 1942 y tiene personalidad jurídica propia.
El IOR se vio salpicado a principios de la década del 80 por el escándalo de la quiebra del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, encontrado ahorcado bajo un puente de Londres en 1982.
La bancarrota originó la quiebra de una treintena de empresas, y aunque el Vaticano siempre rechazó cualquier responsabilidad sí admitió su «implicación moral» y decidió pagar 241 millones de dólares de la época a los acreedores de la entidad.
El IOR fue reformado en 1989 por Juan Pablo II. Actualmente cuenta con un patrimonio de 5.000 millones de euros y 33.000 titulares de depósitos, en su mayoría italianos, polacos, franceses, españoles y alemanes, según datos del organismo del Consejo de Europa que verifica si se debe admitir al IOR en la lista de institutos de transparencia financiera citados por la prensa italiana.
Normativa.
El 30 de diciembre de 2010, Benedicto XVI aprobó una normativa para luchar contra el blanqueo de dinero en las instituciones financieras del Vaticano, con el objetivo de entrar en la llamada «lista blanca» o la lista de Estados que respetan las normas para la lucha contra el lavado de dinero, lo que se definirá en julio. La reputación del IOR fue puesta en cuestión por el periodista Gianluigi Nuzzi, autor del libro «Vaticano Spa» («Vaticano sociedad anónima»), quien volvió esta semana a lanzar un libro con documentos reservados y cartas internas dirigidas al Papa (ver nota aparte). «El problema de IOR son las cuentas anónimas de fondos de beneficencia inexistentes o de sacerdotes testaferros, que el banco no sabe quiénes son», escribió Nuzzi, quien investigó las finanzas de la Santa Sede tras el escándalo del Banco Ambrosiano, que en los 80 era el mayor banco privado de Italia.

Agencias EFE y AFP.
* Fuente de información: Diario "Ámbito Financiero", 25 de mayo de 2012.

jueves, mayo 24, 2012

ATAHUALPA YUPANQUI PARTIÓ RUMBO AL SILENCIO EL 23 DE MAYO DE 1992.

Atahualpa Yupanqui fue un Grande que dejó un invaluable legado al folclore argentino.
Ayer se cumplieron 20 años de su muerte.
Atahualpa Yupanqui permanece como una voz ineludible en el repertorio de quienes recorren la música argentina y el folclore que elude el show festivalero y el espectáculo que busca el aplauso fácil. 
Héctor Roberto Chavero, verdadero nombre de Yupanqui, nació el 31 de enero de 1908 en el partido bonaerense de Pergamino, en las pampas, provincia de Buenos Aires.
Su infancia le permite conocer la cultura criolla, transmitida en los fogones de esos peones, domadores o estibadores,decidores de sentencias, contadores de anécdotas.  El destino familiar lo llevó de niño a vivir en Tucumán, en el noroeste argentino que permite ponerse en contacto con la cultura hispanoamericana que marcaría a fuego el ser cantor de las artes olvidadas.
"Los días de mi infancia transcurrieron de asombro en asombro, de revelación en revelación. Nací en un medio rural y crecí frente a un horizonte de balidos y relinchos. Era un mundo de sonidos dulces y bárbaros a la vez. Pialadas, vuelcos, potros chúcaros, yerras, ijares sangrantes, espuelas crueles, risas abiertas, comentarios de duelos, carreras, domas, supersticiones", rememoraba Don Ata.
Desde pequeño estudió guitarra y violín, a la par de los múltiples oficios que aprendió para sobrevivir, desde arriero, hachero hasta oficial de escribanía y periodismo. Lector ávido, comenzó a escribir pronto sus primeras coplas (coplitas como las llamaba) y desde allí optó por un camino distinto del folclore tradicionalista para contar con su poesía las realidades de la Argentina profunda, como "Camino del indio".
Que prefirió expresar con canto propio: “Porque sabemo hijo la calandria es un pájaro habilidoso, capaz de imitar a los otros pájaros, pero ¡que desgracia!, no tiene canto propio y así pasa con muchos intelectuales de la Argentina, remedan copian, pero no crean”.
Su afiliación al Partido Comunista en 1.945  le valieron censura, prohibiciones y encarcelación, que lo llevaron a buscar nuevos horizontes para su música. 
Se desafilió del P.C. siete años después por discordancias se dió cuenta que estaba alejado de su forma de vida.
En 1949 viajó a Europa, donde alcanzó éxito internacional y conoció en Francia a quien se convertiría en su esposa, Paule Pepin Fitzpatrick, "Nenette".
Registró unas 325 canciones, entre ellas podemos mencionar: "El arriero", "Luna tucumana", "El carrero" y "Piedra y camino". 
En 1986 Francia lo condecoró como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.

En sus últimos  años opina: “Argentina siempre quiso ser universal… Así como un francés es analfabeto del mundo y erudito en Francia, nosotros somos eruditos en cosas del mundo y analfabetos en las del país” y agregaba con sabiduría “en China hay chinos que piensan y hablan en chino. Los húngaros son húngaros y los franceses, franceses. De esa unidad parten hacia la cultura, hacia el prisma ¿qué pasa con nuestra condición? ¿Cuándo aprenderemos a ser nacionalmente argentinos?
Murió el 23 de mayo de 1992 en Nimes, Francia, poco antes de una presentación.  
Había expresado un deseo: “Cuando muere un poeta, no deberían ponerle una cruz encima sino un árbol. Así lo pienso yo, con el tiempo ese árbol tendrá ramas y un nido y en él nacerán pájaros. De ese modo el silencio del poeta, se volverá golondrina”.
No me nombren que es pecao
y no comenten mis trinos;
yo me voy con mi destino
p'al lao donde el sol se pierde.
Tal vez algunos recuerden
que aquí cantó un argentino.