Entrevista con Alejandro Pandra, militante histórico de Guardia de Hierro, sobre la relación de la organización con el nuevo papa y los jesuitas en la Universidad del Salvador.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué han sido los jesuitas en Argentina? ¿Cuál es la tradición de la orden de la que viene Bergoglio?
Alejandro Pandra: Los jesuitas en Argentina tienen una historia muy rica en su nacimiento. De hecho, hay pocos avances en hispanoamérica en tiempos de los Virreinatos que no se pueden atribuir a los jesuitas. Ellos construyeron, sobre todo en nuestro litoral, en el sur de Brasil, el norte del Uruguay y en todo Paraguay, misiones con los sectores más organizados de la época. Justamente, hace un par de días -el 11 de marzo- se conmemoró el aniversario de la batalla de Mbororé, en el actual territorio misionero, donde el ejército de las misiones derrotó una invasión de los bandeirantes. Los bandeirantes eran bandas paulistas que venían cazando indios para venderlos como esclavos en Brasil.
APU: ¿Con tropas regulares indígenas lo derrotan?
AP: Sí, fue una batalla importantísima de miles de combatientes de ambos lados, un aspecto totalmente desconocido de nuestra historia. El tema es que en 1767 los Borbones expulsan de todo el imperio español a los jesuitas. A partir de ese momento, esa batalla quedó en el olvido, así como las misiones terminaron siendo una ruina.
APU: ¿A partir de ahí los jesuitas desaparecen de América Latina?
AP: No, no es que desaparecen, pero su influencia -que fue decisiva hasta ese momento para lo que fue la colonización de América- quedó sumamente disminuida.
APU: Los jesuitas van a tener mucho protagonismo en el área universitaria, pienso en Córdoba, en la Universidad del Salvador.
AP: Sí, las primeras universidades en América fueron de franciscanos o de jesuitas. Los jesuitas en la parte de nuestro territorio, todas las universidades de aquella época que tenemos las fundaron ellos.
APU: ¿En algún momento Bergoglio dirigió la Universidad del Salvador?
AP: Bergoglio era el provincial de la orden jesuita en la Argentina
APU: ¿Ese es el máximo cargo?
AP: Claro, es algo así como el secretario general. Fue designado en 1973 como provincial y la Universidad del Salvador era propiedad de la orden de los jesuitas. Creo que durante el papado de Pablo VI, se ordenó a las órdenes de monjes y sacerdotes deshacerse de la propiedad de los institutos de enseñanza en todo el mundo.
APU: Por ejemplo, la Universidad Católica sí pero no la USAL.
AP: Exacto, tal cual. En ese momento, después del golpe militar, alrededor del 77 ó 78, la Universidad del Salvador creó una asociación civil de laicos que se hizo cargo de la propiedad de la universidad. Un grupo de compañeros con los cuales militaba en ese momento, aunque no trabajaba específicamente en el Salvador, sino en torno al rector que se llamaba Francisco Piñón, hoy rector de la Universidad Católica de Cuyo. Él se hizo cargo de la USAL y tuvimos una relación muy estrecha con los jesuitas en general y con Bergoglio en particular.
APU: La asociación civil que administró la universidad de la cual vos fuiste parte.
AP: No directamente, sino personalmente. No militaba en el área universitaria, pero eran compañeros de militancia los que se hicieron cargo de esa sociedad civil.
APU: Siempre se lo asocia a Bergoglio con el peronismo, se dice que es un cura peronista.
AP: Sí. Como obispo, obviamente, no puede definirse tan específicamente en la política. Siempre sus pensamientos y sus escritos son coincidencias muy grandes con la concepción peronista del hombre y del universo.
APU: En el año 71/72 se asocia a la creación de “Guardia de Hierro” con la USAL...
AP: El grupo de militancia al cual hago referencia, era una organización de cuadros militantes que era Guardia de Hierro. Se dice también y aparece en los diarios, que Bergoglio era Guardia de Hierro. Bergoglio no militó orgánicamente ni formalmente en Guardia de Hierro, aunque teníamos una relación muy estrecha y directa con él, sobre todo a partir de la situación en la USAL.
APU: ¿Eso hacia el 78?
AP: Sí, pero la relación venía desde antes, desde el 73. Antes del 73, Bergoglio no vivía en Argentina, estaba destinado por los jesuitas en Europa. Cuando vuelve a la Argentina y se hace cargo de ser provincial de la orden, trabamos amistad y tuvimos una estrecha relación que se sigue manteniendo.
APU: No es Bergoglio quien crea Guardia de Hierro.
AP: No.
APU: ¿Es como una especie de tutor espiritual?
AP: No necesariamente, había otros. De cualquier manera, esa relación estaba muy orientada en torno al manejo de la Universidad del Salvador.
APU: ¿Guardia de Hierro sigue existiendo el día de hoy?
AP: No. La estructura formal de la organización fue disuelta inmediatamente después de la muerte de Perón en 1974. Lo que sí hay es una especie de identidad natural de compañerismo entre los compañeros que provenimos de esa experiencia militante muy fuerte y muy decisiva en nuestras vidas.
APU: ¿Qué influencia política tiene para Argentina hoy que Bergoglio haya sido elegido Papa?
AP: En primer lugar, me parece que todo el análisis de la situación de Bergoglio está sesgada por una visión demasiado ideologizada del rol del papa y de la Iglesia, creo que no debe concebirse de esa manera. Personalmente y buena parte de los argentinos lo vivimos conmovidos, con una gran emoción y como un soplo de esperanza para América y para nuestros pueblos. Obviamente, tiene su influencia dentro de la política regional y de la política argentina. No creo que sea una influencia tan directa y tan táctica como se pretende.
APU: Ha quedado un sentido común muy constituido que Guardia de Hierro era una agrupación política de ultra derecha en los 70. Sobre eso ¿Qué opinión tenés?
AP: Simplemente que no es cierto. Así de la misma manera como fuimos acusados de derechistas por el ala izquierda del peronismo, también fuimos acusados muy fuertemente de izquierdistas por el ala derecha del peronismo. Nosotros tuvimos un enfrentamiento muy directo, por ejemplo, con López Rega que nos acusaba de trotskystas. En general, a Perón se lo concibió también como un facho de derecha o como un zurdo de izquierda, de acuerdo al lugar donde estaba ubicada la lente que lo definía.
APU: ¿Con tropas regulares indígenas lo derrotan?
AP: Sí, fue una batalla importantísima de miles de combatientes de ambos lados, un aspecto totalmente desconocido de nuestra historia. El tema es que en 1767 los Borbones expulsan de todo el imperio español a los jesuitas. A partir de ese momento, esa batalla quedó en el olvido, así como las misiones terminaron siendo una ruina.
APU: ¿A partir de ahí los jesuitas desaparecen de América Latina?
AP: No, no es que desaparecen, pero su influencia -que fue decisiva hasta ese momento para lo que fue la colonización de América- quedó sumamente disminuida.
APU: Los jesuitas van a tener mucho protagonismo en el área universitaria, pienso en Córdoba, en la Universidad del Salvador.
AP: Sí, las primeras universidades en América fueron de franciscanos o de jesuitas. Los jesuitas en la parte de nuestro territorio, todas las universidades de aquella época que tenemos las fundaron ellos.
APU: ¿En algún momento Bergoglio dirigió la Universidad del Salvador?
AP: Bergoglio era el provincial de la orden jesuita en la Argentina
APU: ¿Ese es el máximo cargo?
AP: Claro, es algo así como el secretario general. Fue designado en 1973 como provincial y la Universidad del Salvador era propiedad de la orden de los jesuitas. Creo que durante el papado de Pablo VI, se ordenó a las órdenes de monjes y sacerdotes deshacerse de la propiedad de los institutos de enseñanza en todo el mundo.
APU: Por ejemplo, la Universidad Católica sí pero no la USAL.
AP: Exacto, tal cual. En ese momento, después del golpe militar, alrededor del 77 ó 78, la Universidad del Salvador creó una asociación civil de laicos que se hizo cargo de la propiedad de la universidad. Un grupo de compañeros con los cuales militaba en ese momento, aunque no trabajaba específicamente en el Salvador, sino en torno al rector que se llamaba Francisco Piñón, hoy rector de la Universidad Católica de Cuyo. Él se hizo cargo de la USAL y tuvimos una relación muy estrecha con los jesuitas en general y con Bergoglio en particular.
APU: La asociación civil que administró la universidad de la cual vos fuiste parte.
AP: No directamente, sino personalmente. No militaba en el área universitaria, pero eran compañeros de militancia los que se hicieron cargo de esa sociedad civil.
APU: Siempre se lo asocia a Bergoglio con el peronismo, se dice que es un cura peronista.
AP: Sí. Como obispo, obviamente, no puede definirse tan específicamente en la política. Siempre sus pensamientos y sus escritos son coincidencias muy grandes con la concepción peronista del hombre y del universo.
APU: En el año 71/72 se asocia a la creación de “Guardia de Hierro” con la USAL...
AP: El grupo de militancia al cual hago referencia, era una organización de cuadros militantes que era Guardia de Hierro. Se dice también y aparece en los diarios, que Bergoglio era Guardia de Hierro. Bergoglio no militó orgánicamente ni formalmente en Guardia de Hierro, aunque teníamos una relación muy estrecha y directa con él, sobre todo a partir de la situación en la USAL.
APU: ¿Eso hacia el 78?
AP: Sí, pero la relación venía desde antes, desde el 73. Antes del 73, Bergoglio no vivía en Argentina, estaba destinado por los jesuitas en Europa. Cuando vuelve a la Argentina y se hace cargo de ser provincial de la orden, trabamos amistad y tuvimos una estrecha relación que se sigue manteniendo.
APU: No es Bergoglio quien crea Guardia de Hierro.
AP: No.
APU: ¿Es como una especie de tutor espiritual?
AP: No necesariamente, había otros. De cualquier manera, esa relación estaba muy orientada en torno al manejo de la Universidad del Salvador.
APU: ¿Guardia de Hierro sigue existiendo el día de hoy?
AP: No. La estructura formal de la organización fue disuelta inmediatamente después de la muerte de Perón en 1974. Lo que sí hay es una especie de identidad natural de compañerismo entre los compañeros que provenimos de esa experiencia militante muy fuerte y muy decisiva en nuestras vidas.
APU: ¿Qué influencia política tiene para Argentina hoy que Bergoglio haya sido elegido Papa?
AP: En primer lugar, me parece que todo el análisis de la situación de Bergoglio está sesgada por una visión demasiado ideologizada del rol del papa y de la Iglesia, creo que no debe concebirse de esa manera. Personalmente y buena parte de los argentinos lo vivimos conmovidos, con una gran emoción y como un soplo de esperanza para América y para nuestros pueblos. Obviamente, tiene su influencia dentro de la política regional y de la política argentina. No creo que sea una influencia tan directa y tan táctica como se pretende.
APU: Ha quedado un sentido común muy constituido que Guardia de Hierro era una agrupación política de ultra derecha en los 70. Sobre eso ¿Qué opinión tenés?
AP: Simplemente que no es cierto. Así de la misma manera como fuimos acusados de derechistas por el ala izquierda del peronismo, también fuimos acusados muy fuertemente de izquierdistas por el ala derecha del peronismo. Nosotros tuvimos un enfrentamiento muy directo, por ejemplo, con López Rega que nos acusaba de trotskystas. En general, a Perón se lo concibió también como un facho de derecha o como un zurdo de izquierda, de acuerdo al lugar donde estaba ubicada la lente que lo definía.
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