ARGENTINA: Tensión en el traspaso de poderes. La última batalla de Cristina Kirchner.
Breton se equivocó. El país más surrealista de América
Latina no es México sino Argentina. Cuando faltan tres días para el traspaso de
poderes, todavía no está claro dónde se realizará esa entrega simbólica de los
atributos presidenciales entre Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri.
La mandataria saliente irá al Congreso, donde el presidente electo jurará su
cargo. Pero el líder conservador quiere recibir la banda presidencial y el
bastón de mando en la Casa Rosada, como marca la tradición. Kirchner se niega.
Y, de momento, no hay acuerdo. Sólo gritos, acusaciones cruzadas y un país
partido en dos.Kirchner no está dispuesta a pasar desapercibida ni siquiera en
los días finales de su mandato presidencial. Si las relaciones con la oposición
han sido turbulentas desde que el kirchnerismo llegó al Gobierno en 2003, ahora
el traspaso de poderes se está convirtiendo en un culebrón por entregas, a cual
más esperpéntica.El último capítulo de ese desencuentro ocurrió este domingo,
cuando la mandataria estalló por Twitter y acusó al líder conservador de
haberla "maltratado" por teléfono exigiéndole "a gritos"
sus condiciones sobre la ceremonia de asunción presidencial prevista para este
jueves. "Debo reconocer que el maltrato de esa llamada telefónica que me hiciera
el presidente electo me resultaba inexplicable y casi increíble", tuiteó
ayer Kirchner.El "maltrato" verbal del líder conservador le llegó al
alma a Kirchner: "El presidente electo siguió gritando y diciendo que no
es así, que debo esperar en Casa Rosada después de que él jure y hable en el
Congreso (...) Le recuerdo tres cosas: la primera, que no soy su acompañante.
La segunda, que el 10 de diciembre no es su fiesta de cumpleaños, sino el día
que asume como presidente de todos los argentinos. La tercera, que no pienso
seguir tolerando en silencio, como hasta ahora, el maltrato personal y público
que viene dispensando". En una cascada de tuits dignos de 'una amante
despechada', la presidenta se refirió también a su condición de "mujer a
la que no corresponde tratar de esa forma". Y le recordó al líder
conservador que, se ponga como se ponga, ella no estará en la Casa Rosada
porque viajará a primera hora de la tarde a Río Gallegos para asistir a la toma
de posesión de su cuñada, Alicia Kirchner, como gobernadora de la sureña
provincia de Santa Cruz.Esa llamada a la que aludió la dirigente peronista
ocurrió el sábado y fue el penúltimo capítulo de un surrealista tira y afloja
sobre dónde se debe realizar el traspaso de poderes. Las diferencias entre el líder
de la coalición conservadora Cambiemos y el oficialismo han dado lugar a una
situación insólita. Cuando faltan apenas tres días para el cambio de Gobierno,
hay dos programas oficiales. El kirchnerismo ha preparado todo el protocolo a
media mañana en el Parlamento, mientras que Cambiemos ha diseñado su propio
programa: Macri jurará el cargo en el Congreso, donde leerá el discurso de
investidura, y luego se dirigirá a la Casa Rosada escoltado por el regimiento
de granaderos a caballo por la Avenida de Mayo. Si Kirchner no está en la casa
de Gobierno, Macri espera recibir los atributos presidenciales de parte del
presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. Y entre tantos
despropósitos, el orfebre Juan Carlos Pallarols amenaza con entregar el bastón presidencial,
obra de su creación, a la Virgen de Luján si no hay acuerdo entre las
partes.Las delegaciones internacionales, pendientesAfectados por esta insólita
disputa estarán, entre otros, los representantes de las más de 40 delegaciones
internacionales que asistirán a la ceremonia, entre ellos el Rey Juan Carlos y
varios mandatarios de la región. El rifirrafe protocolario, además de reflejar
la tremenda grieta política entre el kirchnerismo y Cambiemos, está causando
todo un dolor de cabeza a los servicios de seguridad, que todavía no saben a
ciencia cierta dónde estará cada quién el jueves.Más allá del apego a la
tradición, Macri desea recibir la banda presidencial en la Casa Rosada para
evitar los abucheos que muy probablemente le propinarán las decenas de
militantes kirchneristas que coparán los palcos del palacio legislativo. Los
jóvenes de 'La Cámpora', la agrupación ultrakirchnerista que dirige Máximo
Kirchner, primogénito de la presidenta, han recibido ya las invitaciones para
acceder al recinto. Afuera, en la Plaza de los Dos Congresos, se espera una
multitud para aclamar a Cristina en su despedida del poder. Por su parte, Macri
ha convocado a la ciudadanía a llenar las plazas del país para celebrar el
cambio político. Sus seguidores podrían darse cita en la emblemática Plaza de
Mayo, a pocas manzanas del Congreso, donde acampará la tropa K.Los próximos
días serán cruciales para ver si las dos partes acercan posiciones. La
militancia kirchnerista homenajeará a su líder el miércoles, cuando la presidenta
inaugure un busto de su esposo (el ex presidente Néstor Kirchner, fallecido en
2010). Será el último acto público de Cristina como presidenta. Al día
siguiente, Argentina contará con un nuevo Gobierno de centroderecha. Macri se
impuso en la segunda vuelta electoral, celebrada el pasado 22 de noviembre, al
candidato del oficialismo, Daniel Scioli. Pero su ajustado triunfo (51%-48%) le
ha dado alas a Kirchner para llegar hasta el final del mandato a cara de perro.
Publicado en http://www.elmundo.es/ Gentileza: Gayo Viejo.
Ajustado triunfo (51%-48%) le ha dado alas a Kirchner para llegar hasta el final del mandato a cara de perro. |
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