A pesar de la difícil situación que viven la industria automotriz y autopartista nacional, el gobierno busca reactivar la comercialización de automóviles de alta gama, los cuales son producidos, en su totalidad, en el exterior.
Para ello, el flamante ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, anunció que a partir del 31 de diciembre no se renovará el impuesto a los autos de lujo. "Lo que ingresa por ese impuesto es prácticamente nada porque no se vende nada", sostuvo.
Originalmente, el tributo a los autos “de lujo” fue una iniciativa del ex ministro de Economía Axel Kicillof y del ex jefe de Gabinete Jorge Capitanich, luego de un año en donde las restricciones para la compra de dólares llevaron a que las personas con ingreso suficiente adquirieran estos vehículos, lo que ocasionaba una erogación de divisas. Y al mismo tiempo, se dejaba desprotegida a la industria nacional.
Y LA FERRARI ES MÍA, MÍA.
Foto: internet.
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