El Día del Vecino se conmemora todos los 11 de junio por
iniciativa de un grupo de habitantes del barrio de Villa del Parque, de la
ciudad de Buenos Aires. Es coincidente con el aniversario de la Segunda
Fundación de Buenos Aires, en 1.580.
El Día del Vecino se festeja cada 11 de junio desde hace
décadas. Pero fue en 1990 cuando se instituyó por decreto en la ciudad de
Buenos Aires y se lo llama oficialmente "Día del Vecino
Participativo", con la intención de destacar la importancia del trabajo
mancomunado entre las organizaciones barriales, los vecinos y el Estado, junto
a la presencia de asociaciones civiles, culturales y deportivas.
Así, cada año, en la ciudad autónoma de Buenos Aires y en
otros municipios de la Argentina se suele distinguir a los vecinos destacados
de cada barrio, los que son propuestos por distintas asociaciones e
instituciones barriales y por los Centros de Gestión y Participación de cada
zona.
¿De quién fue la idea?
El “Día del Vecino” fue instituido por Romeo Raffo Bontá,
quien desde la Asociación Vecinal de Villa del Parque, promovió cada año el
festejo del Día del Vecino, evocando el aniversario de la segunda fundación de
la ciudad de Buenos Aires, el 11 de junio.
¿Qué significa "ser vecino"?
Vecino es sinónimo de cercano, próximo o inmediato, de
acuerdo al diccionario. En cambio, el código de familia de la organización
Lenguas de Señas Argentinas explica que vecino no es tan sólo vivir cerca, lo
que comúnmente se cree, sino también es estar cerca, no sólo física sino
también afectivamente. Es estar junto al otro en cuerpo, mente y espíritu;
poder lograr como comunidad proyectos y trabajos conjuntos, pasando de las
posiciones individuales y particulares a los intereses comunes, generando
capital social que es el primer tipo de capital que se debe conseguir antes
para poder ser capaz luego de administrar cualquier otro tipo de capital.
"Si no hubiera sido por la ayuda de mis vecinos la
cuadra donde vivo carecería de luz. No nos frecuentamos ni confideciamos pero
nos juntamos para impulsar iniciativas que mejorarán nuestro lugar de
residencia o para solucionar algún problema que nos involucra a todos",
explicó Daniel Mendoza, quien cambió la cercanía de vivir recluido en un
departamento céntrico por la lejanía y comodidad de una casa en uno de los
barrios nuevos de Yerba Buena.
El orígen del vocablo.
Vecino fue una unidad de población utilizada en España para
realizar censos por motivos fiscales. Cada vecino era una unidad familiar y se
contabilizaba en esta al cabeza de familia, cónyuge, hijos, parientes,
esclavos, etc.
Para realizar la conversión de vecinos a habitantes, es
habitualmente aceptada la transformación de 4 o 5 habitantes por vecino. Aunque
no hay forma exacta de calcularlo, porque depende de las características
poblacionales de cada zona.
El carácter fiscal de estos censos llevó a que nobles,
clérigos y gente de extrema pobreza, se quedaran en ocasiones fuera de esta
contabilidad, por lo que los datos son aun más imprecisos.
Fue utilizado hasta 1768, año en el cual el conde de Aranda
ordenó a los obispos a recoger los datos de cada parroquia, indicando edad,
sexo y estado civil.
La mutación.
Pero más allá de cualquier concepto o definición, la
naturaleza del vecino fue mutando en la misma medida que el lugar de
residencia, la situación socio económica, los acontecimientos políticos y, por
sobre todo, la realidad fue cambiando.
"Antes los vecinos éramos más unidos. Pero desde que se
agudizó la crisis socio económica y política del país la gente es más
individualista. Carece de tiempo para ellos y por ende para los demás. Ahora en
los barrios periféricos al centro se vive como extraños. Nadie sabe nada de
nadie y mas bien son muy escasos quienes se frecuentan", puntualizó
Esteban, de Congreso al 900.
Fuente de información: Efemérides Argentinas.
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