Stonehenge puede muy bien ser un monumento de "segunda mano", erigido primero en Gales y trasladado tiempo después al suroeste de Inglaterra. Al menos eso opina Mike Parker Pearson, del Instituto de Arqueología del University College de Londres (UCL), que ha aprovechado su paso por el Hay Festival para presentar la audaz teoría que lleva ya varios meses circulando.
El origen galés de gran parte de la piedras que componen el monumento del Neolítico era bien conocido desde 1923, cuando el petrógrafo Herbert Thomas identificó su procedencia en las colinas de Preseli, a casi 250 kilómetros del emplazamiento actual en Salisbury Plain, en el condado de Wiltshire.
Durante todo este tiempo se ha dado por supuesto que los 80 monolitos, de hasta dos toneladas de peso, fueron trasladados probablemente usando bueyes para el arrastre y troncos para el rodamiento. Se pensaba que las piedras fueron efectivamente extraídas en las canteras de Preseli, pero se ignoraba que hubieran podido ser utilizadas con anterioridad en otro templo.
El hallazgo de una serie de huecos en el terreno, similares a los de Stonehenge, al norte de las colinas de Preseli, está sirviendo para reconstruir la historia. Los huecos hallados en Carn Goedog y Craig Rhos-y-felin han servido además paraañadirle unos 500 años de antigüedad al legendario monumento...
"Estamos hablando de restos arqueológicos de 3.400 años antes de Cristo, mientras que las doleritas no llegaron a Stonehenge hasta el años 2.900 a.C", advierte el arqueólogo Paker Pearson. "Puede que los hombres del neolítico tardaran 500 años en poder arrastrarlas de Gales al Wiltshire, pero yo pienso que es más probable que las piedras fueron primero usadas para un templo local y luego desmanteladas y transportadas".
El misterio que envuelve Stonhenge.
"Stonhenge: dando sentido al misterio prehistórico" es el título del libro escrito por Pearson y un grupo de investigadores de las Universidades de Manchester, Bournemouth , Southampton y Leicester que han contribuido a iluminar los recientes hallazgos.
"Una de las últimas teorías es que Stonehenge es un monumento de unificación, como encrucijada de todos los pueblos de Gran Bretaña", asegura Pearson, que ha encontrado similitudes en los desplazamientos de grandes boques de piedra en sociedades tribales.
"¿Por qué desmantelar un monumento y llevárselo a 140 millas de distancia?", se pregunta Pearson. "Las sociedades neolíticas se caracterizaron por el culto a los ancestros. Se erigen templos de piedra no solo para enterrar, sino para venerar a los muertos. Y cargan con las piedras para llevar consigo el legado de los ancestros, como condición indispensable para poder echar raíces en otro lugar".
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