En estos días ha surgido una moda: discutir sobre el origen
de José de San Martín. También han renacido polémicas sobre el lugar y las
circunstancias del nacimiento de Juan Domingo Perón. El caso del Libertador ha
provocado la aparición de personas "ofendidas" que piensan que se
mancha el honor del Santo de la Espada. Se debe al complejo anacrónico e
inhumano, que aún se conserva en minorías, respecto de los hijos naturales. Si hubiera
tenido un nacimiento "ilegítimo", aunque a nadie le consta, no
debería escandalizar.
El caso de Perón plantea otras contradicciones, que, sin
embargo, él mismo puso en claro. En verdad, nació en Roque Pérez en 1893 y no
en Lobos en 1895; por parte de madre desciende de tehuelches; fue traído al
mundo por una pareja en esos momentos no casada; fue bautizado como Juan
Domingo Sosa y recuperó el apellido paterno cuando tenía dos años de edad. Nada
de esto es una novedad para mucha gente. Además, él mismo dijo y está escrito:
"No hay hijos ilegítimos, sino padres ilegítimos".
Días atrás, la aparición del libro de Hipólito Barreiro
titulado "Juancito Sosa - El indio que cambió la historia" reavivó la
polémica. El tema de determinar "oficialmente" el lugar de nacimiento
del general Perón ha convulsionado los municipios de Lobos y de Roque Pérez y
la batalla podría llegar hasta el Congreso Nacional.
Desde fines de diciembre de 1957 y durante casi todo enero
de 1958 estuve personalmente en Caracas (Venezuela) y mantuve frecuentes
contactos con Perón, en cuyo gobierno había colaborado entre 1951 y 1955. En
esas circunstancias, integrando yo un pequeño grupo de jóvenes recién llegados
de España, fuimos estimulados por el general para formularle preguntas que respondía
de buena gana y con amenos comentarios. Su simpatía y conversación eran
fascinantes, salpicada su charla con fino humor.
Allí, junto a tres testigos ya fallecidos -Juan Carlos
Cornejo Linares (ex senador peronista por Salta), Manuel Buseta (dirigente del
gremio gráfico) y John William Cooke- le escuché decir textualmente: "Me
siento muy honrado por llevar sangre tehuelche, descendiendo por vía materna de
quienes poblaron la Argentina desde siglos antes de llegar los colonizadores...
No fui el único presidente con sangre india. También lo fueron Justo José de
Urquiza, Hipólito Yrigoyen, Victorino de la Plaza, y podría continuar la lista
con muchas otras personalidades ya históricas. Los de origen indígenas, aunque
a algunos les choque, han tenido, y tienen, mucho que ver en la sociedad
argentina. Pero mejor no zamarrear ramas de otros árboles genealógicos
ilustres, porque todavía subsiste mucha pacatería hipócrita. Además, no sería
de buen gusto... De mi origen y nacimiento he hablado poco y discretamente
porque insólitas disposiciones militares no escritas me hubieran impedido
entrar en el Colegio Militar, pues se evitaba el ingreso de hijos naturales o
de religión no católica..."
También hizo elogios a la etnia tehuelche, explicando qué
significaba ese nombre: "Tehuel quiere decir bravo, celoso de su
independencia, y che es gente". Refiriéndose a la rama paterna, decía que
tenía ascendencia vasco-francesa, sarda y aun escocesa. De su abuelo, el doctor
Tomás Perón, decía que "fue un conocido catedrático en Buenos
Aires..."
Sobre el lugar y fecha exacta de su nacimiento dejó entender
que se habían dicho y escrito cosas contradictorias y que los historiadores se
ocuparían de ello.
Su principal biógrafo, el escritor e investigador Enrique
Pavón Pereyra, con información directa del propio Perón, con quien mantuvo
estrechos diálogos grabados, publicó parte de su historia en un libro hoy casi
inhallable titulado "Perón. 1895 -1942", cuya novena edición
(Ediciones Espiño) apareció en abril de 1953. La obra tiene abundante material
escrito y múltiples fotografías. Una de las fotos lo muestra junto a su hermano
mayor Mario y su madre, una atractiva mujer. Allí se dice que nació en Lobos en
1895, sin mencionar el casamiento de sus padres. Pero, ya en España, Perón
dicta sus memorias "descarnadas" a Pavón Pereyra y explica que nació
en Roque Pérez el 7 de octubre de 1893 y no en Lobos el 8 de octubre de 1895.
En referencia a la segunda inscripción, dice: "En
realidad yo tenía ya dos años para esa fecha. Así constaba (en la fe de
bautismo) en las páginas del registro parroquial, que lamentablemente una gran
mancha de tinta, derramada "casualmente" sobre el renglón que daría
crédito a mis palabras, se ha encargado de silenciar para siempre. Soy hijo de
un espíritu campesino, casi rural, y de una joven natural de Lobos, Juanita
Sosa, con sangre india y parientes de origen santiagueño".
En la página 20 de la última biografía de Perón, el general
expresa: "¿Cuántas grandes mujeres quedaron al margen de los hechos sociales,
ignoradas por su propia comunidad, observadas con espanto, cuando, en realidad,
su único pecado fue el coraje de haber sido madres solteras...? Ese hijo no
tenía padre y la ley argentina prohibía hasta investigar la paternidad del
recién nacido. Pero sí se castigaba el adulterio y ese hijo pasaba a ser un
bastardo. Al padre se lo eximía de toda culpa y al hijo se le cerraban las
puertas del futuro. ¿Eso era justo? Nosotros hicimos una ley que daba al hijo
natural los mismos derechos que al hijo legítimo. Esta situación de
desprotección sucederá mientras las mujeres no intervengan más asiduamente en
el espíritu de la legislación; hasta que llegue ese momento, ¡las leyes estarán
siempre hechas por adúlteros!, que ignoran que no hay hijos ilegítimos, sino padres
ilegítimos".
Luego explica que pasó a poseer el apellido de su padre
cuando éste lo anotó en Lobos como recién nacido. El matrimonio de Mario Perón
con doña Juana Sosa Toledo se formalizó cuando Perón tenía 8 años, en 1901.
Por Enrique Oliva. El autor es periodista y escritor,
conoció a Perón en su juventud en la provincia de Mendoza y ocupó el cargo de
director de Asuntos Culturales de la Cancillería entre 1951 y 1955.
PUBLICADO EN DIARIO "LA NACIÓN", DOMINGO 30 DE JULIO DE 2000.
PUBLICADO EN DIARIO "LA NACIÓN", DOMINGO 30 DE JULIO DE 2000.
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