"La leyenda negra con la que la reforma se ingenió en denigrar la empresa mas grande y mas noble que conocen los siglos, como fueron el descubrimiento y la conquista, solo tuvo validez en el mercado de los tontos o de los interesados.
A nadie engañó que no quisiera ser engañado.
Somos, pues, no solo hijos legítimos de los descubridores y conquistadores, sino herederos de su gesta y de la llama de eternidad que ellos transportaron por sobre los mares.
Seamos dignos de esa herencia inmortal multiplicando nuestra fraternidad nacional, unificando cada vez mas los objetivos superiores del pueblo y la Nación, echando abajo todas las murallas que puedan separar aún a los trabajadores de la conquista del porvenir.
Ante nosotros, como ante nuestros ascendientes heroicos de la conquista, un nuevo mundo social se ofrece a los capaces de renunciar a sí mismos y a conquistar para sus hijos y sus herederos un mundo mejor.
Seamos dignos de esta magnífica herencia, repito. No vacilemos ante la intriga, ante la calumnia, ante lo desconocido para los que no saben ver mas que sus intereses egoístas. Luchemos como supieron luchar los hombres de Cortés, de Mendoza, de Balboa y de Pizarro. Reeditemos su fe en Dios y en nuestros derechos a ser definitivamente dueños y soberanos de nuestro propio destino y de las generaciones venideras, como nosotros ante ellos, nos honrarán porque supimos ser dignos de nuestros mayores y renunciar para la felicidad de nuestros descendientes.
Este es mi homenaje al pueblo que nos dió el ser y nos legó su espiritualidad. ¡Bendito sea!"
El 12 de octubre de 1947, el entonces presidente pronunció un discurso en el cual exaltó la obra de España en América, denunció la “leyenda negra” sobre la Conquista y reivindicó “el Día de la Raza, instituido por Hipólito Yrigoyen”
No me consideraría con derecho a levantar mi voz en el solemne día que se festeja la gloria de España, si mis palabras tuvieran que ser tan sólo halago de circunstancias o simple ropaje que vistiera una conveniencia ocasional. Me veo impulsado a expresar mis sentimientos porque tengo la firme convicción de que las corrientes de egoísmo y las encrucijadas de odio que parecen disputarse la hegemonía del orbe, serán sobrepasadas por el triunfo del espíritu que ha sido capaz de dar vida cristiana y sabor de eternidad al Nuevo Mundo.
No me atrevería a llevar mi voz a los pueblos que, junto con el nuestro, formamos la Comunidad Hispánica, para realizar tan sólo una conmemoración protocolar del Día de la Raza.
Únicamente puede justificarse el que rompa mi silencio, la exaltación de nuestro espíritu ante la contemplación reflexiva de la influencia que, para sacar al mundo del caos que se debate, puede ejercer el tesoro espiritual que encierra la titánica obra cervantina, suma y compendio apasionado y brillante del inmortal genio de España.
12 DE OCTUBRE FIESTA NACIONAL.
En 1917, Hipólito Yrigoyen, presidente de la República Argentina, declaró ese día fiesta nacional.
Aunque el decreto no le da un nombre específico, la prensa y la costumbre impusieron el de Día de la Raza, «aunque no todos los que allí aplaudíamos la sustancia de la fiesta estábamos de acuerdo con el nombre con que se la designaba», en palabras del periodista argentino Ernesto Mario Barreda (wikipedia).
Dice el Decreto:
Visto el memorial presentado por la Asociación Patriótica Española, a la que se han adherido todas las demás sociedades españolas y diversas Instituciones argentinas, científicas y literarias, solicitando sea (declarado feriado el día 12 de octubre, y considerando:
1 — Que el descubrimiento de mas trascendencia, que haya realizado la humanidad a través de los tiempos, pues todas las renovaciones posteriores se derivan de este asombroso suceso que al par que amplio los lindes de la tierra abrió insospechados horizontes al espíritu;
2 — Que se debió al genio hispano —al identificarse con la visión sublime del genio de Colón— efemérides tan portentosa, cuya obra no quedo circunscripta al prodigio del descubrimiento, sino que la consolido con la conquista, empresa esta tan ardua y ciclópea que no tiene términos posibles de comparación en los anales de todos los pueblos;
3 — Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático y magnifico, el valor de sus guerreros, el denuedo de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, preceptismo de sus sabios, las labores de sus menestrales; y con la aleación de todos estos factores, obro el milagro de conquistar para la civilización la inmensa heredad en que hoy florecen las naciones a las cuales ha dado, con la levadura de mi sangre y con la armonía de su lengua, una herencia inmortal que debemos afirmar y mantener con jubiloso reconocimiento, el Poder Ejecutivo de la Nación decreta:
Articulo 1; Declarase fiesta nacional el 12 de octubre.
Artículo 2: Comuníquese, píblíquese, al Registro Nacional y archívese.Articulo 1; Declarase fiesta nacional el 12 de octubre.
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