La gobernadora María Eugenia Vidal sufrió otro tropiezo en su cibercampaña. Tras subir a las redes el video de una visita “sorpresa” a la casa de una desocupada –que se desarma en elogios al gobierno, al que le agradece que “esté diciendo la verdad”– un usuario descubrió que también la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y el ex subsecretario de Juventud de Cambiemos, Peter Robledo, habían grabado spots de recorridas-sorpresa en las que se encontraron con la misma mujer, y en la misma casa. La credibilidad de los timbreos de Cambiemos sigue en baja.
Los cara a cara son el eje del marketing político del macrismo. Teniendo en cuenta que se trata de la fuerza que más invierte en la cibercampaña –y que los hogares pobres no escasean-, el uso repetido de la misma villa e incluso de la misma visitada terminó convirtiendo el asunto en viral.
El videogaffe se prestó fácilmente a lecturas irónicas. “Hace cuatro años que vivo en un país realista... ahora sí puedo decir que hace cuatro años que vivo en la realidad, que me están diciendo la verdad”, asegura paradójicamente la mujer en su encuentro con la gobernadora.
También son sorprendentes los argumentos con los que expresa su apoyo a Cambiemos: “Yo creo en ustedes, creo ciegamente”, dice a Vidal, para a continuación contar que no tiene trabajo y que incluso “mis hijos salen a buscar laburo y no tienen”.
El video, breve, contiene otra idea del mismo corte. La mujer se queja de que “todo el mundo piensa que al pobre se lo compra con algo”. Luego explica por qué a pesar de no tener más que privaciones, va a votar a Cambiemos: “al pobre denle convicciones, denle un fundamento. Díganle ‘vas a ver que al final del camino tus hijos, tus nietos, van a estar mejor de lo que vos estuviste’”. Finalmente, ese estar mejor se reduce a bien poco: “Ustedes van a lograr que mis nietos vayan al colegio, que no se preocupen por el desayuno”, se emociona la dueña de casa.
La imagen de la grabación es muy simple, bien limpia. Un fondo de paredes de chapa, un equipo de mate en la mesa y la conversación entre la mujer y María Eugenia Vidal, ataviada con los colores de la bandera. La gobernadora escucha con actitud atenta y compasiva. Toma de la mano a la mujer y sólo habla al final. “Vos decís que crees en mí; yo creo en la gente como vos, y creo que por gente como vos vamos a salir”, le asegura a modo de cierre.
Cuando se conoció que los equipos de campaña de Cambiemos ya habían hecho, con la misma persona (pronto etiquetada como #lapobredeVidal), un spot para Stanley y otro para el ex Subsecretario de Juventud macrista, Peter Robledo, la pregunta pasó a ser de quién se trataba.
Resultó ser Patricia Erazo, responsable de un comedor en un asentamiento de Escobar. Entrevistada por los medios, juró que no sabía que la gobernadora iba a pasar a visitarla el viernes, y que tiene un cartel del Ministerio de Desarrollo Social para que los vecinos vean “que el gobierno te ayuda cuando hacés algo bueno”. En el archivo de los medios zonales pueden encontrarse registro de la presencia de Erazo en actos de campaña de Cambiemos en el distrito.
La campaña de Vidal viene sumando tropiezos del mismo tipo, como el spot de la taza mágica: la gobernadora, desde su despacho, hace un llamado telefónico “sorpresa” a una vecina de City Bell que sufrió un robo. Por un descuido, el video sufre un error de continuidad, por el que una taza apoyada junto al teléfono cambia súbitamente de forma y de color. Esto puso en evidencia que estaba editado y que la supuesta charla no era lo que parecía. La semana pasada ocurrió un hecho de gravedad mayor: directivos, docentes y auxiliares de un jardín y una secundaria de La Plata denunciaron que los chicos que asistían a una colonia de vacaciones habían sido utilizados para filmar un corto de la gobernación sobre los supuestos avances en la educación pública. Los responsables de producir el spot habían seleccionado varios grupos de niños, los vistieron con guardapolvos y los filmaron en escenas escolares luego editadas como reales.
En los timbreos de la gobernadora también ya pasó que los vecinos abran la puerta antes de que Vidal llegara a tocar el timbre. Es evidente que en todos se usan micrófonos tipo jirafa, de tamaño considerable, que tienen que ser sostenidos por un asistente, para lograr buena calidad de aire. Otros eventos son transmitidos bajo el supuesto de que están en vivo... pero tienen subtítulos.
También le pasó a Mauricio Macri con un spot que lo muestra viajando en colectivo y charlando con los pasajeros. Se suponía que se trataba de un viaje real, pero había sido grabado en un colectivo parado a un costado de una ruta, con extras.
Siguiendo esta escuela, el intendente macrista de Pilar, Nicolás Ducoté, quiso simular su preocupación con un video que en el que se mostró visitando en lancha las zonas afectadas por un temporal. Pero en realidad estaba en una zanja al costado de la ruta 8.
Publicado en el diario "Página/12", 24 de febrero de 2019.
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