Frase afortunada y alentadora. ¿Por qué? Porque despoja a las circunstancias de su aspecto de fatalidad, de obra del azar, de capricho del destino. Y las muestra como producto de la providencia divina, dispuestas a lo largo de la vida de los hombres con fines determinados. Cosa que, como digo, resulta alentadora pues indica que nuestra existencia marcha por carriles previstos que responden a planes elevados.
Y es consolador saber que la vida de cada uno de nosotros se inserta en los designios de la providencia que, misteriosamente, sin privarnos de la libertad, gobierna el universo y el curso de la Historia.
Pues ocurre en efecto, que Dios actúa secretamente, disponiendo sobre las circunstancias, disimulando modestamente su poder. Pues no quiere forzar la libertad del hombre, poniéndolo ante evidencias cuyo peso lo obligaría a proceder necesariamente en determinado sentido.
El Destino, el Hado, tiene un aspecto temible, trágico, ya que se presenta como una fuerza que opera ciegamente. Y así lo vio la humanidad antiguamente, temerosa de un futuro regido por fuerzas oscuras. A las que convenía aplacar mediante sacrificios ofrecidos a deidades también oscuras.
Pero, afortunadamente, las circunstancias serían las órdenes secretas de Dios. De un Dios benévolo que ama a sus criaturas, facilitando su andar mediante aquéllas.
Sin embargo, alguno podría objetar esta afirmación, aduciendo que no siempre la existencia de tales criaturas es feliz, que frecuentemente sufre desgracias y tragedias.
Pues bien, a esta objeción cabe oponer una frase de San Pablo, que puede sintetizarse con la locución latina omnia in bonum, todo es para bien, referida a los hijos de Dios. Aunque parezca ocurrir lo contrario. Porque dichas tragedias y desgracias contribuirán a su felicidad de un modo misterioso.
San Josemaría Escrivá de Balaguer señaló que la vida es como un tapiz visto del lado de los nudos. Pero que, observada desde el anverso, con visión celestial, aparece en toda su belleza, con sus bordados y adornos. Así observada, resultará más fácil admitir que las circunstancias son las órdenes secretas de Dios quien, mediante ellas, cuida la obra de sus manos.
Publicado en Diario "La Prensa".
http://www.laprensa.com.ar/503247-Ordenes-secretas.note.aspx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.