GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

domingo, junio 13, 2021

Automóviles, en la vida y en la literatura.

 

El automóvil, auto, nave, carro, coche es sin dudas uno de los inventos que cambió por completo nuestra vida en el siglo que se fue y en el actual. Pensar la cotidianeidad sin esta caja metálica es hoy imposible. Toda nuestra percepción de la realidad, especialmente el espacio y el tiempo, ha sido modificada para siempre; y esa percepción nos pondría una gran barrera para entendernos, en un hipotético diálogo, con nuestros retatarabuelos del siglo XIX.
Ya desde los inicios de la era del automóvil, este estuvo presente en la literatura. Una de sus primeras apariciones se da en el movimiento de vanguardia llamado “Futurismo”, fundado por el poeta italiano Marinetti (1876-1944). Rescatamos el poema “La canción del automóvil” que celebra su llegada y entre sus versos dice: “¡Dios vehemente de una raza de acero,/ automóvil ebrio de espacio,/ que piafas de angustia, con el freno en los dientes estridentes!/ ¡Oh formidable monstruo japonés de ojos de fragua,/ nutrido de llamas y aceites minerales,/ hambriento de horizontes y presas siderales/ tu corazón se expande en su taf-taf diabólico/ y tus recios pneumáticos se hinchen para las danzas/ que bailen por las blancas carreteras del mundo”.
El poeta Juan López (1962) publicó un poema en la sección de avisos clasificados del diario “Los Andes” que fue todo un acontecimiento, y que muestra cómo los contextos, los soportes cambian nuestra manera de leer. Se explicita en el texto una relación sentimental muy fuerte con el auto. Te dejo un fragmento: “Vendo rambler rural porque me mudé y no entra en el garaje. No quiero ver cómo la intemperie termina de arruinarla. Vendo rambler como si vendiera parte de mi cuerpo de mi vida. […] No puedo imaginar cuánto puede valer, ni quiero saber quién podrá pagar, quién se la va a llevar pero la vendo porque ya dije que no entra en el garaje y no quiero ver cómo la intemperie termina de arruinarla. Respiro hondo. Escucho ofertas”.
El coche, objeto habitual de nuestro vivir, está atravesado—no podía ser de otra manera—por todas nuestras experiencias y emociones. Habrá más.

Por Néstor Tkaczek.

Publicado en Diario "Río Negro", 18 de abril del 2021.

Los automóviles en la literatura (II).

La aceleración de la vida cotidiana tiene que ver con las diferentes percepciones de las distancias y de los tiempos para recorrerlas. En ese nuevo dinamismo ha sido protagonista central el automóvil. Hoy es un objeto corriente con el que nos relacionamos de diferentes maneras, ya sea casi como un fetiche, ya como una extensión de nuestros cuerpos, ya simplemente como una cosa utilitaria más. 

En muchos casos hay una ligazón sentimental con el coche que tiene que ver con nuestras experiencias. ¿Quién no recuerda con cariño algún auto o camioneta o camión de la familia o de algún pariente en el que paseábamos de chicos? Seguramente vos tendrás alguno inolvidable. En mi caso, un Jeep Gladiator blanco con techo rojo de mi tío Miguel; dos vueltas de juego en el volante y nosotros atrás, en la caja, bebiéndonos el viento con mis primos. 

A veces hay momentos únicos asociados a los autos, como este de María T. Andruetto:  “Regresábamos en un Citroën/ rojo, desde una laguna de sal,/ un pueblo ahora de fantasmas,/ a nuestra casa, en la luz. Y él/ cantaba, de viva voz, como/ nunca cantaba, voglio vivere/ Cosí, con il sole in fronte, y/ mi madre y nosotras también/ cantábamos”. 

Si nos gustan los autos es inevitable que soñemos con modelos inalcanzables para nuestros bolsillos, y cuando los vemos pasar se nos van los ojos pegados al paragolpes. Allá por la década del 70, todos estos autos del poema de Adrián Desiderato eran un sueño imposible; pero siendo empleado de una playa de estacionamiento cumplías tu sueño aunque sea un ratito: “Subió en un ford futura/ en un rambler ambassador/ en un Torino gran routier/ después en un peugeot 504/ un fiat 1600/ un mercedes dos veinte/ luego en un chevrolet super sport/ en un volkswagen importado/ en un dodge polara/ cuando dieron las 20/subió a su corazón/y se fue silbando hacia lo humilde”. 

Cuando veo autos abandonados o carcasas inmóviles de lo que alguna vez fue un coche me pregunto por sus historias, por sus dueños, y el porqué de su presente. Se asemejan a restos fósiles que parecen no decir nada, pero si prestamos atención dicen algo. 

Por Néstor Tkaczek.

Publicado en Diario "Río Negro",  domingo 13 de junio del 2021.

https://www.rionegro.com.ar/los-automoviles-en-la-literatura-ii-1850624/

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