Antes de leer esta interesante nota sobre el cumpleaños de más que centenario partido la UCR un poco de síntesis histórica la denominada "Revolución del Parque" conocida como la "Revolución del 90", fue una insurrección que fue cívico-militar producida en la Argentina el 26 de julio de 1890 dirigida por la recién formada Unión Cívica, liderada por Leandro N. Alem, Bartolomé Mitre ("el Taita Mayor de la historia oficial" como le decía ese gran argentino y "católico sin dolo" que fuera el sacerdote el Padre Leonardo Castellani un "santo" y gran pensador argentino poco leído y silenciado "por incorrecto"), Aristóbulo del Valle, Bernardo de Irigoyen y Francisco Barroetaveña, entre otros. La revolución fue derrotada por el gobierno, pero de todos modos llevó a la renuncia del presidente Miguel Juárez Celman (un inoperante el cuñado del Gral. Julio Argentino Roca que lo llamaban "el burrito cordobés"), y su reemplazo por el vicepresidente Carlos Pellegrini (que fuera un brillante argentino que fue un verdadero "piloto de tormentas" de una coyuntura de la Argentina que pedía cambios y el ascenso de la clase media que pedía espacio.
El cumpleaños de la UCR.
La pérdida de poder de este Estado produce un deterioro de la calidad de su Democracia.
El proceso de modernización empezado a mediados del siglo XIX llevó a insertar al país en la economía internacional y esto transformó su propia estructura interna pero, los grupos que lo llevaron adelante, desatendieron los cambios sociales y políticas que es negada por los grupos oligárquicos.
La revolución.
Así, hombres como Alem, Yrigoyen y otros tantos iniciaron desde fines de la década de 1880 una serie de eventos que culminaron con la Revolución de Parque con el fin de modernizar las estructuras políticas y permitir el acceso de los sectores populares al poder que les era negado por las elites.
A través de sus banderas de intransigencia, abstención y revolución, el radicalismo logró quebrar la resistencia del régimen conservador para transformar la legislación electoral y lograr en 1916 la llegada al gobierno de Yrigoyen.
La democracia inaugurada por el caudillo de Balbanera, no estuvo exenta de tensiones, pero tuvo clara la necesidad de buscar las mejoras que los sectores populares reclamaban, como así también, una nueva inserción internacional para la Argentina.
Pero estos cambios, no fueron tolerados por los sectores conservadores que conspiraron con los militares y generaron el golpe de 1930 que inició una etapa de fuerte desestabilización política que se extendió hasta 1983.
La llegada de la Democracia
Desde la recuperación de la Democracia, y la llegada de Raúl Alfonsín al Gobierno, podemos decir que se estabilizó la situación política pero los cambios ocurridos durante esa década y la anterior en el escenario económico internacional, llevaron a un proceso de erosión del Estado-Nación a favor de los mercados financieros globales.
La pérdida de poder de este Estado produce un deterioro de la calidad de su Democracia.
La estabilización política no fue suficiente, ya que ese proceso de erosión afectó la capacidad de decisión de los países produciendo fuertes presiones, como aquí ocurrió a fines los ochenta con la crisis hiperinflacionaria.
Y si a este fenómeno le sumamos la destrucción sistemática del Estado durante la década menemista que terminó poniendo la decisión política de nosotros los ciudadanos en manos de agentes bursátiles y financieros internacionales que privilegian la ganancia rápida y volátil frente a la necesidad del crecimiento de la economía nacional y un esquema de una más justa redistribución de la riqueza.
El radicalismo desde el gobierno de la Alianza debe crear los mecanismos para limitar esta acción que erosiona a la democracia, y asumir los nuevos desafíos para la construcción política y que ella no se convierta en una mera ficción.
Desafíos, mercados y elecciones
Los desafíos son los de vencer día a día a la voluntad de los mercados que revierten la decisión popular manifestada en las elecciones.
Por eso es importante crear instrumentos que permitan cambiar esta situación que limita y distorsiona a la democracia y proponer una verdadera democracia participativa que permitan a la sociedad civil lograr sus objetivos sin interferencias de los intereses del mercado.
Obviamente para el logro de estos fines, los partidos que deben modernizar sus estructuras en función de la nueva sociedad y que estos permitan un mayor contacto con ella.
Estos son sólo algunos de los desafíos que el radicalismo tiene por delante para la construcción de una democracia que como decía Yrigoyen “no consiste sólo en la garantía de la libertad política: entraña a la vez la posibilidad para todos, para poder alcanzar un mínimum de felicidad siquiera”.
Un año mas de la Unión Cívica Radical.
Por: Alejandro Simonoff Profesor de Historia. Fue concejal en la ciudad de La Plata.
Actualmente es Director del Instituto de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la UNLP.
Publicado por EL DIA-Edicion Internet de la ciudad de La Plata.
Fuente de información: Diario "De La Costa" de Viedma, 28-6-2013.
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