Nacido en Los Corrales, un pequeño asentamiento gitano de Mataró,
Barcelona, el 24 de marzo de 1935, Pedro Pubill Calaf, más conocido como Peret,
guitarrista, compositor, letrista, cantante, y también productor descendiente
de gitanos. Creció en la calle de la Cera, en una zona que los gitanos
denominaron "El Portal”. Su padre Emilio Pubill se ganaba la vida como
vendedor ambulante de telas y Peret de niño le acompañaba por lo que fue poco a
la escuela y aseveran que aprendió a leer de forma autodidacta fijándose en los
carteles publicitarios. De él aprendió a tocar tarantos y tanguillos.
Desde los 12 años con sus primos armaron un grupo bajo el
sobrenombre de Hermanos Montenegro. Como músico profesional en Los Claveles en
la Costa Brava.
Tiene en su haber acercar la música y el ritmo gitano en
toda España. En Cataluña, donde se adoptó como parte de su cultura con la denominada
rumba. Si fue o no “el creador de la rumba catalana –es materia de debate- lo
que si la deuda con Peret es la divulgación, la eclosión comercial y la
proyección internacional.
En 1964 lanza su primer sencillo. En 1965, el año de
Flamenco, de Los Brincos, Peret canta Belén Belén y arrasa.
Sus primeros pasos de su trayectoria musical fueran
paralelos al desempeño de diferentes actividades laborales como carpintero,
tapicero, chatarrero, vendedor de tejidos que Peret ejerció en España y en la
Argentina hasta la década de 1960.
La fama internacional le llegó con “Borriquito” en 1971.
En “Rumba pa ti proclama: "Yo soy el rey de la rumba /
el que a la gente arrebata / por si alguien no lo sabe: / yo soy el que lleva
el ritmo / y también tengo la llave".
Convertido al culto evangélico en 1982, Peret se mantuvo
alejado de la escena en los que predicó como pastor y luego Peret abandonaría el culto en 1989. Fué
estrella de la ceremonia olímpica del 92, en el Estadio de Montjuïc con la canción “Gitana hechicera”.
"Es preferible reír que llorar y así la vida se debe
tomar. Los ratos buenos hay que aprovechar, si fueran malos mejor
olvidar". Así era la alegría de vivir y el optimismo, la actitud positiva
contagiosa de Peret. Consiguió que la rumba se convirtiera en popular y pasara
de ser considerada un sub-género musical sonara en fiestas de barrio y clubs.
Hombre de gran olfato comercial que registró, en España, la marca: “Peret, el creador de la rumba catalana”.
Creador de temas como “El gitano Antón”, “Don Toribio
Carambola”, “Saboreando”, “¡Lo mato!”, “Si fulano fuese mengano”, “Chaví”, “El
muerto vivo”, “Canta y se feliz”, “Es preferible”, “Belén, Belén”, “Yo soy la
rumba”, entre otras.
El 3 de mayo de 2011, la ciudad de Mataró le otorgó el
título de hijo predilecto de la ciudad en reconocimiento de su trayectoria
profesional y como creador o el que popularizó la rumba catalana.
El 30 de julio de 2014, Peret anunciaba ante los medios que
padecía cáncer, retirándose de los escenarios.
"Por experiencia sé que una enfermedad como esta hay
que afrontarla con entereza y optimismo. ¿No era acaso yo quien cantaba que es
preferible reír que llorar y que así la vida se debe tomar? Pues en ello
estoy", apuntó al comunicar su enfermedad.
El 27 de agosto de 2014 fallece en la clínica Quirón de
Barcelona debido a un cáncer de pulmón a los 79 años.
El entierro fue una ceremonia breve, apenas quince minutos,
pero muy emotiva. Unas 250 personas, los familiares y amigos más próximos a
Peret acudieron al cementerio de Mataró.
Los siete músicos que habitualmente acompañaban a Peret
cumplieron su voluntad y le cantaron dos rumbas que él tantas veces cantó: “Porque yo me iré” y “El Muerto vivo”.
"Que viva el Rey de la Rumba" y "Viva Peret" gritó una voz y otra
voz pidió tres hurras por Peret: "Hip, hip, hurra". Y así fue la
despedida el adiós a PERET, EL REY DE LA RUMBA.
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