A minutos de tomar el vuelo de regreso hacia el continente ayer al mediodía, Pérez Ezquivel calificó la experiencia como "muy intensa", reconoció haber sufrido "agresiones verbales" por parte de los isleños y haber visto letreros que afirmaban que "no eran bienvenidos" en el lugar.
Según relató a Radio Rivadavia, el contingente de argentinos también sufrió una denuncia por parte de una residente chilena, que los acusó por el supuesto despliegue de una bandera argentina.
Además se constató la vandalización de las instalaciones del cementerio argentino de Darwin y la rotura de la imagen de la Virgen de Luján allí emplazada.
"No nos dejaron colocar el pañuelo de las Madres, no somos bienvenidos aquí", explicó el referente de los derechos humanos, y afirmó que será "un trabajo a realizar descomprimir esta tensión".
Por otra parte, mostró su preocupación por la presencia de la base militar de Mount Pleasant y el anuncio de su refuerzo por parte de las autoridades británicas.
Finalmente, Pérez Esquivel dijo que los isleños no quieren "dialogar hasta que los argentinos renuncien a sus reclamos de soberanía" y que el objetivo de la militarización del Atlántico Sur tiene como objetivo el dominio de la Antártida.
La delegación estuvo integrada, además, por la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, el sacerdote José María "Pepe" Di Paola (quien participó junto a un grupo de isleños de una misa en la iglesia Santa María, en Puerto Argentino), y el integrante del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas Ernesto Alonso, entre otros.
La comitiva, que llegó el sábado 11 a Malvinas con un mensaje de "diálogo, paz y fraternidad", realizó su primera actividad que fue difundir una carta abierta a los isleños en la que reafirma la soberanía argentina sobre las islas y, además, reitera el apoyo a las tareas de identificación de los de 123 soldados argentino que yacen como NN en el cementerio de Darwin, que se iniciarán este año con la intervención del comité internacional de la Cruz Roja.
El padre Pepe, concelebró una misa junto al sacerdote local, en la iglesia ubicada en la costanera Ross de la capital de las islas. "Pudimos compartir la misa con la feligresía católica local, para rezar por todos y encontrarnos también con otros argentinos que han venido. Es un buen inicio para este camino de diálogo. Apostar a este camino significa paciencia, comprender y escuchar mucho pero reafirmar nuestra convicción de saber que estamos pisando una tierra argentina", dijo el el religioso.
La delegación visitó también el faro Cabo San Felipe, cerca de Puerto Argentino, en el extremo este de la isla Soledad, un lugar donde militares de las fuerzas armadas argentinas torturaron a soldados de su propias fuerzas. Allí. la comitiva colocó placas en el lugar, con la leyenda "Aquí las fuerzas armadas argentinas torturaron soldados argentinos".
*** DIARIO LA CAPITAL.
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