Desde los centro de poder todavía siguen primando visiones casi mágicas de la región como un territorio idílico de futuro sin ver su presente y capital humano.
El enorme recurso científico regional y emprendedor ha estado ausente en las recientes convocatorias del gobierno para diseñar el plan de desarrollo.
El gran inconveniente que han tenido los proyectos de desarrollo patagónico tiene que ver con una visión sesgada desde los centros de poder sobre la región como un “territorio vacío” sobre el cual actuar, a menudo en función de los intereses metropolitanos e ignorando los recursos humanos existentes.
“Sigue habiendo desde los centros de poder, por funcionarios que a menudo ni siquiera son porteños o bonaerenses, una visión de la Patagonia con cierta miopía sobre su potencial económico y cultural. Se ve a la Patagonia como algo mágico y no como lo real y vital que es”, señala el historiador Enrique Mases.
Pone como ejemplo la situación de los científicos. El Conicet prometió “federalizar” la labor científica. Sin embargo, en el último ingreso de investigadores, la Patagonia sólo logró el 5% del total nacional, pese a tener seis universidades nacionales e instituciones como el Balseiro, Invap e importantes delegaciones del INTA e INTI, entre otros.
“No es una tierra de porvenir sino de presente. Los recursos están sobrados, hay una masa crítica de científicos muy importante. Y siempre hubo manifestaciones de plantear un desarrollo desde la Patagonia”, agrega.
El desconocimiento se traslada también a aspectos como el económico, donde al evaluar sectores productivos no se diferencian las economías regionales. “Hay un imán que centra la mirada en la zona pampeana sin ver la totalidad. Se dice que ‘el campo nunca estuvo mejor que ahora’ pero nuestra maltrecha fruticultura está en uno de sus peores momentos y no forma parte del mundo urbano ”, agrega.
En esto coincide la exvicegobernadora neuquina e investigadora Ana Pechen. “Sigue habiendo una visión de la Patagonia como territorio vacío y eso está muy lejos de ser la realidad actual. Es verdad que aún tenemos una baja densidad poblacional y que el número de científicos por habitantes es aún bajo, pero hay instituciones universitarias e institutos de investigación de muy alta calidad científica”, sostiene.
Y se queja de que ni las universidades, ni los investigadores, ni los emprendedores locales, hayan sido convocados en la elaboración de las estrategias actuales. “Al conocimiento se lo cuida muy poco desde el discurso. Es cierto que la famosa grieta política y cultural también existe en el campo científico, y eso podría haber complicado convocatorias que deben efectuarse. Pero debería pensarse, cualquiera sea su ideología, que los científicos tienen patria”, señala.
“Espero que podamos superar estas miradas políticas que nos distancian. Cuando uno hace un programa de desarrollo no lo hace para cuatro años sino para quince o 20 por lo menos. No puede estar ausente ningún sector, si no queremos que se queden en declaraciones políticas de buenas intenciones sólo para el presente”, agrega.
Autor: LEONARDO HERREROS. Publicado en Diario Río Negro, 21 de abril de 2017.
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