Las hormigas llevan habitando la Tierra más de cien millones de años. Convivieron con los dinosaurios y aquí siguen, poblando cada rincón del planeta. Los científicos ya comprobaron 14.000 especies distintas, aunque se cree que podría haber más de 20.000. Son consideradas uno de los grupos más exitosos gracias a lo bien que se han adaptado a los cambios del entorno y a su comportamiento, que no deja de sorprender a los entomólogos que las observan y que ahora descubrieron algo que parecía increíble: las hormigas Megaponera analis rescatan a las compañeras que resultan heridas cuando salen a cazar termitas, sus presas favoritas.
Es la primera vez que se observa este comportamiento en animales invertebrados, según aseguran los investigadores de este estudio realizado en un bosque de Costa de Marfil. De dos a cuatro veces al día, las hormigas salen de su colmena, en largas filas, para cazar termitas, que no son precisamente una presa fácil pues se defienden con fuerza de sus depredadores. Como ocurre en cualquier batalla, algunas resultan heridas, pues las termitas se resisten mordiendo a las hormigas y causándoles amputaciones. Los científicos observaron que las hormigas heridas segregan una serie de sustancias químicas que sirve para advertir a sus compañeras de que están heridas.
“Son dos tipos de componentes químicos: disulfuro de dimetilo y trisulfuro de dimetilo, que proceden de una glándula que tienen cerca de la boca”, relata Erik Frank, investigador de la Universidad de Würzburb (Alemania) y autor principal del estudio publicado por la revista Science Advances.
Sus compañeras responden a la llamada y acuden a rescatar a su colega malherida, llevándola de vuelta a la colonia, donde recibe tratamiento. La mayor parte de las veces este consiste en retirar las termitas que se quedan pegadas a su cuerpo.
Haciendo honor a su fama de eficacia, en algunas ocasiones las hormigas tardan menos de una hora en evacuar a su compañera herida. Asimismo, en los experimentos en los que forzaron a hormigas malheridas a volver solas, un 32% de las observadas no logró llegar a la colmena, pues murieron durante el camino. La mayoría de ellas fue devorada por depredadores como serpientes. Las tareas de rescate redujeron la mortalidad a casi el 0%, lo que benefició no sólo a las hormigas heridas, sino a toda la colonia.
Supervivencia y fortalecimiento.
Este comportamiento de las hormigas resulta sorprendente debido a que en este tipo de insectos sociales, los individuos no suelen tener mucho valor -importa más el grupo-. Sin embargo, el estudio demuestra que esta actitud rescatista se debe a que a la colonia le es rentable invertir energía y tiempo en ayudar a los heridos, y no necesariamente es un acto altruista: según las estimaciones de los investigadores, rescatar a los insectos heridos guiándose por las feromonas segregadas permite que la colonia sea un 28,7% más grande.
Publicado en Diario "La Mañana de Neuquén", domingo 16 de abril de 2017.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.