Gral. Manuel Belgrano y la Virgen de la Merced. |
Vírgenes castrenses.
En Buenos Aires se veneró desde 1608 a la imagen de “Santa
María de la Rábida” (indistintamente llamada también “Nuestra Señora de los
Milagros”, “Santa María de Buenos Aires”, “Nuestra Señora la Madre del
Salvador”, “La Virgen de las Nieves”, “La Reina de los Angeles” o “Nuestra
Señora de Loreto”), cuyo culto se continúa celebrando hasta hoy en el templo de
San Ignacio. A ella se refieren los
acuerdos del Cabildo de Buenos Aires del 8 de enero de 1682 y del 11 de octubre
de 1688. Fue declarada patrona menor de
la Ciudad de Buenos Aires.
La estabilización de la conquista del Tucumán, en lucha
tenaz contra los calchaquíes en el valle de Catamarca, se llevó a cabo bajo el
amparo de la Virgen del Valle, desde después de 1620. La lucha en contra del indómito indígena del
Chaco, que invadía las ciudades de Salta y Jujuy, se llevó a término “bajo la
protección de las históricas imágenes de Nuestra Señora de la Candelaria de la
Viña de Siancas, en el Fuerte de Campo Santo (Salta), desde 1601, y de Nuestra
Señora del Rosario de Paypaya y Río Blanco, en la Trinchera de Pongo (Jujuy),
después de 1683”.
La Virgen de Luján, como la de las Mercedes, fue considerada
libertadora de cautivos desde 1780.
Posteriormente, en julio de 1806, Juan Martín de Pueyrredón forma y
recluta tropas en la misma Villa de Luján (actual ciudad de Mercedes) y las
pone bajo la protección de ésa su virgen para emprender la Reconquista de
Buenos Aires, en tanto Santiago de Liniers hace votos y plegarias ante la
imagen de Nuestra Señora del Rosario de la Reconquista y Defensa de Buenos
Aires, que se venera en el templo de Santo Domingo, en Buenos Aires.
Recién a partir de la guerra de la Independencia, se otorgan
grados militares a las imágenes marianas, en nuestro país. Esos grados son los de Capitanas Generales o
simplemente Generalas, restringidas en unos casos a una región, a un ejército o
a un cuerpo militar determinado; y, en otros casos, de carácter amplio, es
decir, de ámbito y jurisdicción nacionales.
Vírgenes Generalas.
Fueron ellas: a) Nuestra Señora de Luján, cronológicamente
la primera imagen mariana argentina honrada oficialmente con título
militar. El 25 de setiembre de 1812, en
la Villa de Luján, fue proclamada “Patrona y Capitana del Regimiento Nº 3” que,
a las órdenes del coronel Domingo French, marchaba desde Buenos Aires a
incorporarse al Ejército del Norte. b)
Nuestra Señora de las Mercedes, en su imagen llamada “la pequeña” fue
considerada Generala del Ejército triunfante en Tucumán, a raíz del gesto de
Belgrano al entregarle su bastón de mando y proclamarla “Patrona de las Armas
de la Patria”. Le fue impuesta la
coronación pontificia el 24 de setiembre de 1912, al siglo de la batalla de
Tucumán. c) Nuestra Señora de las
Mercedes, en su imagen venerada en el templo de la Merced, en Salta. El 24 de febrero de 1813 fue designada
Capitana Generala de la Compañía de Patriotas Decididos de Salta, por su jefe
el coronel José Apolinario Figueroa, a raíz de la protección atribuida para el
éxito de la batalla de Salta. d) Nuestra
Señora de Paypaya y Río Blanco venerada entonces en la iglesia matriz (hoy
Catedral) de la ciudad de Jujuy. e)
Nuestra Señora del Carmen de Cuyo.
Solemnemente proclamada y jurada Generala del Ejército de los Andes por
el general San Martín, el 5 de enero de 1817, en la ciudad de Mendoza, antes de
emprender su campaña para el logro de la Independencia de Chile y del
Perú. f) Nuestra Señora de Andacollo, de
Chile. Proclamada después de Maipú como
Capitana del Regimiento de Cazadores de los Andes por su jefe el general
Rudecindo Alvarado. g) Nuestra Señora
del Carmen, de Tucumán. Invocada por el
general Gregorio Aráoz de Lamadrid, en 1839 como Patrona y Jefa Generala del
Ejército de la Liga del Norte. Se venera
en la iglesia Catedral de Tucumán. h) Nuestra
Señora del Milagro, de Salta. Venerada
en la actual basílica catedral metropolitana de Salta. Fue declarada Protectora y Generala del
Ejército de la Provincia de Salta el 16 de setiembre de 1838
Vírgenes Generalas de jurisdicción nacional.
a) La Advocación de Nuestra Señora de las Mercedes, en todas
las imágenes marianas de ese título veneradas entonces en el país y,
especialmente, en las dos del templo de La Merced, de Tucumán (la virgen
pequeña y la virgen mayor); en la del templo de La Merced, de Buenos Aires; y
en las de igual nombre de las ciudades de Córdoba, Santiago del Estero, San
Juan y Salta. Este generalato fue
solemnemente proclamado por el general Belgrano, a lo que parece a iniciativa
del coronel French y en el mismo sitio del Campo de las Carreras, el 27 de
octubre de 1812. Los generales
Martín Miguel de Güemes, Eustoquio Díaz
Vélez, José Ignacio de Gorriti y Bernabé Aráoz, también reconocieron en proclamas
y comunicaciones el generalato de la virgen de las Mercedes que Belgrano ratificó
el 12 de agosto de 1816, al hacerse cargo del Ejército de Observación sobre el
Perú, acantonado en Trancas.
b) Nuestra Señora de la Merced y Nuestra Señora del Carmen,
en todas sus imágenes antiguas y veneradas en los templos del país, de acuerdo con
los términos del decreto Nº 9.471 del Poder Ejecutivo de la Nación, de 22 de
setiembre de 1943, que dispone la imposición de la banda simbólica de generala
a todas las imágenes de esas advocaciones comprendidas dentro del decreto por
el ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, que convalida, así, los títulos
otorgados por los generales San Martín y Belgrano a las Vírgenes Generalas.
Fuente:
Carretón, Adolfo – Nuestra Señora Santa María de Buenos
Aires – Buenos Aires (1936).
Efemérides – Patricios de Vuelgta de Obligado
Espejo, Gral. Jerónimo – El Paso de los Andes.
Palacio, Fray Eudoxio de J. – La Generala de Belgrano –
Tucumán (1926).
Piccirilli, Ricardo y otros – Diccionario Histórico
Argentino – Buenos Aires (1954)
Portal www.revisionistas.com.ar
Ruiz Santana, –
Nuestra Señora del Carmen.
Salvaire, José María – Historia de Nuestra Señora de Luján –
Buenos Aires (1885).
Efemérides publicada en el sitio www.revisionistas.com.ar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.