Cosas que confunden a los españoles cuando van a vivir a Argentina.
Circular es deporte de riesgo y, a veces, parece que no compartimos idioma.
Podría parecer sencillo mudarse a Argentina desde España,
por aquello de que compartimos idioma. Sin embargo, los más de 10.000
kilómetros en línea recta que separan a las capitales de ambos países se notan
en cuanto a costumbres, forma de conducir e incluso de hablar.
Argentina es el país del mundo con más españoles residentes
fuera de España: 465.666 según datos del Instituto Nacional de Estadística
(INE) correspondientes a 1 de enero de 2019. El dato ha aumentado un 6% desde
el 1 de enero de 2016, cuando había 439.236 españoles en el país americano.
La cifra real de españoles en el país es todavía mayor: el
dato del INE se elabora, tal y como explica en su metodología, a través de los
datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE). Este no
recoge a los emigrantes no residentes, es decir, a los que tienen prevista una
estancia de menos de un año, ni a los que no se han inscrito en ese registro al
mudarse de país.
Hemos preguntado a varios grupos de españoles en Argentina a
través de grupos de WhatsApp y de Facebook por las cosas que más les
sorprendieron al llegar al gigante latinoamericano. Y, como ocurrió con los que
se mudaron al Reino Unido, Brasil, China o Alemania, las respuestas van desde
temas como el idioma... hasta las fregonas.
COSTUMBRES
- Se dejan los ahorros en la fiesta de 15 cumpleaños de las
hijas. El vestido, los zapatos, los regalos… Eso es como una boda.
- Cuando se pierde un niño en la playa o en un parque, los
que están se ponen a aplaudir para que el niño sepa volver. Es muy práctico y
solidario.
- ¿Y poner un bidón sobre el techo de un coche aparcado para
indicar que esta en venta? ¡Esa es tremenda!
- Tener que bajar a abrir la puerta del portal cuando vienen
a visitarte. Vienen a traerte unos muebles o lo que sea y, cuando terminan,
dices: Gracias, adiós. Y se te quedan mirando hasta que te das cuenta de que
hay que bajar a abrir. Deben pensar que los españoles somos unos pasmaos…
- ¡Se besan todo el rato! Vas al médico y te saluda con un
beso. Vas a una entrevista de trabajo y te saludan con un beso. Entre hombres,
también. Y encima solo es uno y no dos como nosotros. Todo muy confuso.
- En Argentina no hay fregonas. No puedo entender cómo
limpian el suelo con un “trapo de piso” que exprimen con la mano.
- El amor y el respeto que tienen a su bandera. Los niños en
los colegios la izan todos los días. Hasta los cartoneros, los más
desfavorecidos, la llevan con orgullo en sus carros llenos de cartón.
- Mate a todas horas: por la mañana, la tarde, la noche… Eso
sí, son muy hospitalarios. Están todo el día diciendo: Venite a casa a tomar un
mate.
- Las expensas [los gastos de la comunidad de vecinos] son
altísimas. Te cobran por todo.
- Eso de domiciliar es rarísimo. Puedes ir a pagarle
autónomos, la luz o cualquier factura a otra persona al rapipago sin que tengas
que estar autorizado. [Un canal de cobro extrabancario en el que se pueden
pagar facturas de servicios públicos y privados e impuestos, a través
supermercados, comercios o estaciones de servicio].
- Echo de menos los quioscos de España. En Argentina son
como centros comerciales: venden alfajores, chocolate, pebetes [sándwiches],
panchos [perritos calientes], refrescos... pero chucherías de las españolas, ni
una.
GASTRONOMÍA
- Me sorprende la soda con su sifón. Cada vez que lo veo, me
acuerdo de Mafalda.
Cada que veo un sifón de agua mineral, me gustaría hacerme
un traje espacial como #Mafalda.
- Se come todo muy seco nada de cuchara: empanadas,
milanesas, carne asada... Cuando volví de vacaciones a España, le pedí a mi
mamá un puchero.
- Me sigue chocando que haga calor en diciembre. Montar el
árbol de Navidad y comer a saco para celebrar la Nochebuena mientras te chorrea
hasta el alma.
- A un tipo de filetes los llaman "bife de
chorizo" [es un tipo de corte equivalente en España a la chuleta o lomo
alto] y al cuarto trasero de pollo lo llaman "pata y muslo".
- El pan se compra al peso.
- A los croissant los llaman medialunas. Y el resto de los
bollos son facturas. Entre las facturas puedes pedir vigilantes, bolas de
fraile y suspiros de monja. [Se llaman así porque el primer sindicato de
panaderos fue anarquista].
TRÁFICO
- Hay que parar a los colectivos [autobuses] con la mano.
Perdí más de uno hasta que me enteré. Pero espérate, que no basta con que uno
levante la mano. La levantan todos los que están esperando en la parada. No se
fían.
- ¡Una locura la circulación! La prioridad en las rotondas
nunca se respeta y que se la queda el que entra y no el que está circulando.
- En las señales de STOP pone PARE.
“Pare” es desacelerar
hasta los 0 km/h (ley de tránsito). Tal vez la señal más importante y la menos
respetada a la vez. #HechaLaLey
- Los coches no respetan a los peatones. Si vas a cruzar la
"calle", es mejor que dejes pasar para no morir atropellado.
- Las motos no respetan las reglas de tránsito. Pasan los
semáforos en rojo y es común que circulen por la vereda [acera]. Suele haber
peleas entre peatones y "motoqueros", como le dicen a los que andan
en moto.
- En las carreteras nadie utiliza la “luz de giro” [el
intermitente] para anticipar un cambio de carril.
IDIOMA
- En Argentina, los que curran no trabajan, sino que roban.
- Las camisetas de asas se llaman musculosas.
- Si quieres comprar un recogedor de toda la vida, tienes
que pedir una pala.
- A la chuleta para copiar en los exámenes le dicen machete.
- Tienen todo el día el pedo en la boca. Hay muchas
expresiones con esa palabra...
- La lejía se llama lavandina.
- El pan de molde es pan lactal.
- Me sorprende que te
digan: ¿Cómo va? Yo pensaba que me preguntaban que dónde iba y se lo decía.
- A las bragas las llaman bombachas.
- Yo pido una bombilla y no me dan una bombilla, me dan un
objeto para beber mate. Siempre el mate.
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La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.