Dedicado: al “Chavo”, “la Coca”, “Catin” “Imas” y “Leo” de
Regina a los tantos Reginenses del “Diablo Rojo de Avellaneda” y a los otros
(de paso y cañazo también… -como dicen
los españoles-)… de parte de este boquense, no futbolero e hincha…
Hace 41 años fue
un 28 de noviembre de 1973 que el Club
de Avellaneda el Club Atlético Independiente se consagraba campéon y obtenía la
primera Copa Intercontinental al vencer
en el Estadio Olímpico de Roma a la Juventus por 1 a 0 con gol de Ricardo
Enrique Bochini. Una de las tantas grandes hazañas del Rojo de Avellaneda a la largo de su gloriosa
historia deportiva.
El Club Ajax de
Ámsterdam (Holanda) declinó disputar la final de la Intercontinental. Fue así
que el subcampeón de la Liga de Campeones, Juventus de Turín, asumió la
responsabilidad de defender el prestigioso del viejo continente, pero con la
ventaja de un solo partido y en territorio propio.
“Independiente iba con todas en contra. Un puñado de amigos
y familiares fueron los únicos que despidieron al equipo de Pipo Ferreiro en
Ezeiza. Los medios gráficos argentinos ni siquiera enviaron periodistas para la
cobertura del partido dejando la misma en manos de corresponsales de aquel
país.
Pero ellos confiaron en si mismos y la mística volvió a
decir presente en el Olímpico de Roma en la que contaron con un curioso
aliento: el de la tripulación de la Fragata Libertad surta en el puerto de
Civitavecchia.
El partido presentó alternativas cambiantes, un inicio con
Independiente asumiendo el rol de dominador de las acciones plasmando con buen
toque y clara circulación de la pelota el control territorial, pero eso se
diluía al llegar al cerrojo que proponía Juventus con tres en el fondo, el stopper
Morini encimando a Maglioni, más un líbero (Salvatore) y un volante defensivo
(Cuccureddu).
No obstante cuando la escuadra italiana pasó a dominar, la
defensa roja (4 en línea) estuvo a la altura de las circunstancias,
destacándose el Zurdo López por abajo y Pancho Sá por arriba. Si alguno de
estos fallaba, las manos de Santoro garantizaban la inmunidad.
Raimondo volvió a ser figura en el medio como en aquellas
finales ante el Colo Colo con un sentido de la ubicación impecable para robar
cada pelota que pasaba por su zona y distribuirla de la mejor manera.
Juventus sufrió un bajón cuando al inicio del segundo tiempo
Cuccureddu tira por encima del arco un penal inexistente que el belga Delcourt
le cobró a Galván. A partir de allí el Rojo se soltó y comenzó a crecer la
figura de ese Chaplín con cabellera rojiza y ensortijada llamado todavía
"el pibe Bochini".
Buscando a su compañero futbolístico y de la vida, Bertoni,
el Bocha fue deslumbrando con su gambeta imparable, con su clásico saltito que
esquivaba los guadañazos de los rústicos itálicos que no podían con la pelota
ni con el hombre.
Pasan cinco minutos de la media hora y la jugada arranca en
campo rojo por derecha: Commisso a Balbuena, de nuevo al cuatro y este a
Raimondo, el hombre de gran visión del juego que descifran la jugada y deja en
los pies de Bochini la resolución del ataque: el Bocha que avanza resuelto y
busca a Bertoni, los tanos estáticos miraban pasar la pelota, Daniel que toca
en pared para dejar a Bochini de cara a Zoff que sale a tapar jugándose el
pellejo (llevaba casi mil minutos sin recibir goles) y el zarateño que la
empala de derecha para marcar el gol que le daría la tan ansiada Copa
Intercontinental, que le fuera esquiza en las tres ocasiones anteriores que la
disputó. Independiente era el Rey del Mundo”.
(fuente de información: Club Indendiente) https://clubaindependiente.com/es/institucion/noticias/1385645424
Jugaron ese partido: Miguel Angel Santoro; Eduardo Commisso,
Miguel Angel López, Francisco Sá, Ricardo Pavoni; Rubén Galván, Miguel Angel
Raimondo, Ricardo Bochini; Agustín Balbuena, Eduardo Maglioni, Daniel Bertoni
(83' Alejandro Semenewicz). DT: Roberto Ferreiro.
Suplentes: Carlos Gay, Liber Arispe, Hugo Saggioratto, Mario
Mendoza.
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